10.- Mudanza

El Sanador salió de su propio consultorio para darles algo de espacio a los 5 hombres. Todos estaban impactados. Según la poción, cada uno era el padre de Asher en un 12.5%, lo que daba un total de que entre los 4 eran el 50% de Asher y Harry el otro 50%. Si había alguien que era mayormente el padre de Asher, era Harry. Pero sobre quién era el otro padre, resultó que todos ellos eran.

Si lo pensaban bien, tenía lógica, Asher era demasiado similar a Harry, pero tenía solo pequeñas diferencias que les recordaban a ellos mismos. El cabello calicó era mayormente negro, lo que cubría a Harry, Sirius y Severus, el cabello rubio platinado que se escondía a veces era de Lucius y el castaño de Remus. Las chispas en los ojos negros de Asher también se explicaban de esta forma.

Los genes Snape eran muy dominantes en los ojos negros, pero los grises-plata eran dominantes de los Black y Malfoy, los verdes en la sangre Evans y los ambarinos se explicaban por el lobo de Remus. Tenía sentido que los ojos de Asher parecieran un ópalo con iridiscencias y chispas de color verde, oro y plata.

Si, todo se explicaba con esta inusual mezcla de ADN. Pero a Harry le asustaba otra cosa, ¿Cómo le iba a explicar a su hijo que tenía otros 4 papis? Apenas y había podido explicarle lo de la semillita en su barriga. ¿Le iba a decir que fueron 4 semillitas que se fusionaron con magia?

—¿Saben qué? Vámonos de aquí, ¿Tienen algún lugar donde podamos hablar en privado? —Lucius asintió y les dijo que podían ir a su habitación de hotel. Harry estaba cansado de todo esto y aceptó.

Los 4 hombres se fueron por flu al punto mágico más cercano al hotel de Lucius y una vez en la suite, empezaron a hablar.

Harry no estaba seguro de cómo proceder, pero no quería negarle a ninguno la oportunidad de conocer a su hijo. Lucius, siempre pragmático, propuso que los presentara solo como amigos suyos. Amigos de su época en Inglaterra. Los demás estaban de acuerdo en que primero debía conocerlos sin la presión de los títulos y luego ir sondeando el terreno.

Los otros 3 hombres pensaban que era una buena idea y a regañadientes, Harry tuvo que aceptar que era un buen enfoque. Así que les dio su dirección flu y les dijo que estuvieran listos mañana en la noche para cenar con él y su familia.

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—Papi, ¿Entonces voy a conocer a tus amigos? —Pregunto Asher quién vestía su ropa favorita, una pijama azul oscuro con muchas estrellas que brillaban en la oscuridad. Harry no iba a someter a Asher a vestirse formal cuando solo era una cena.

—Si, amor. Son amigos que vinieron de visita y me los encontré—Asher frunció el ceño antes de preguntar.

—¿No son como el señor Waters o el señor Collins, verdad? —.

Waters y Collins eran las dos pocas citas que tuvo Harry y nunca derivaron en nada—No, amor. Son amigos de mucho antes de que tu nacieras—.

—Entonces está bien—Asher ya estaba sentado en su silla y observo como su padre ponía la mesa para otros 4 invitados. Les había dado el día libre a Dobby y Winky, ya que no quería someter al pobre elfo a ver a su antiguo amo.

Una alarma puesta en la chimenea le indico a Harry que los 4 hombres habían llegado. Había agregado sus nombres o sus protecciones los hubieran lanzado a algún río con cocodrilos de agua salada, o donde hubiera algún Gran Blanco hambriento en el mar circundante.

—Hola Harry, gracias por la invitación—Dijo Sirius, con los demás detrás suyo. El hombre se había vestido con ropa playera, sandalias, shorts y camisa hawaiana. Los demás prefirieron pantalones ligeros, zapatos claros y camisas holgadas. Sirius traía un pastel helado que Asher observo con mucho interés mal disimulado.

Harry rodo sus ojos ante el comportamiento de su hijo. Parecía que era la primera vez que su hijo veía un pastel helado, cuando lo comían una vez al mes—Siéntense por favor, la cena estará lista pronto. Asher, ellos son mis amigos de cuando estaba en Inglaterra. El de camisa hawaiana es Sirius, el castaño con camisa beige es Remus, el único rubio es Lucius y el último es Severus—.

—Hola, soy Asher Potter. Gusto en conocerlos, caballeros—Los 4 hombres estaban encandilados con el pequeño. Cada uno sabiendo que habían creado algo extraordinario junto a aquel hombre que estaba sacando una pasta de aroma delicioso de la estufa.

—Mucho gusto caballerito. Me llamo Lucius Malfoy—Contestó Lucius, sentándose a la derecha de Asher.

—Hola Asher, mi nombre es Remus Lupin—Remus prefirió sentarse a la izquierda del niño.

—Y yo me llamo Sirius—Sirius se sentó a lo que sería la izquierda de Harry.

—Mi nombre es Severus Snape, mucho gusto en conocerle joven Potter—Asher rió ante la seriedad del hombre y Severus le guiño el ojo traviesamente antes de sentarse. El pastel helado había sido colocado en un lugar de la mesa, alejado del niño y estaba siendo preservado con un hechizo de estasis. Los 4 sabían que el niño había sido educado en la magia, así que no necesitaban ocultar que era magos.

Harry acerco la fuente con la pasta y dejó que cada quien se sirviera a su gusto. Le coloco los hechizos repelentes a su hijo y le sirvió su porción. Esta era la pasta favorita de Asher, una pasta sencilla con jitomate, camarones y algo de albahaca, ¡Todo cubierto con queso parmesano! En el caso del plato de Asher.

A los invitados les sirvió vino y a Asher algo de jugo. Todos estaban contándole cosas relativamente inocuas a Harry, como la boda entre Hermione y Ron que terminó en divorcio un año después, ya que Hermione se topó con que Ron le estaba siendo infiel con Lavender. Harry siempre supo que esa relación iba a terminar mal.

Bill se casó con Fleur y estaba esperando a su segundo hijo, mientras Molly se volvía loca, ya que Bill y Fleur prefirieron vivir en Francia y casi no veía a su nieto. Charlie seguía soltero y vivía para sus dragones.

—¿Conoces a un guardián de dragones, papi? —.

—Si Asher, pero hace tiempo que no hablo con él. Quizás debería escribirle una carta algún día—.

Harry no se había mantenido en contacto con nadie, por el temor de que pudieran rastrearlo pero extrañaba a algunas personas de su antigua vida como a los señores Weasley, a los gemelos, Bill, Charlie, Luna, Neville y Hermione.

Los otros 4 notaron lo que Harry no estaba diciendo pero callaron. No era su lugar. Siguieron con la plática intrascendente y Harry se enteró de muchos chismes. Minerva McGonagall se había retirado. Dolores Umbridge cayó presa luego de intentar colar leyes anti-hombres lobo. Dumbledore tenía un hermano y resultó ser el dueño de Cabeza de Puerco. Zonko finalmente se había retirado del negocio y los gemelos habían comprado el lugar. Hermione se había retirado del ministerio y regreso al mundo muggle.

Harry se alegró de que el mundo pareciera seguir su curso en Inglaterra, pero sabía que en cuanto pusiera un pie ahí, su vida volvería a ser aquel circo mediático y ahora no sería solo él. Asher sería arrastrado al centro de todo eso y Harry tenía que protegerlo. Esperaba que estos hombres entendieran eso.

La cena terminó en una buena nota con Asher durmiéndose en el plato de pastel ya vació. Harry se disculpó y llevó a Asher en brazos para arroparlo. Su pequeño solía tener mucha energía pero era evidente que la pasta y el pastel habían ganado esta ronda. Lanzo los hechizos de limpieza y lavado de dientes suaves para su pequeño y lo arropo dándole un beso en su frente.

Despidió a los hombres y les dijo que vinieran el fin de semana a pasar el día en la playa, ya que tenía una pequeña playa privada con la casa. Los 4 hombres estuvieron de acuerdo y se despidieron de forma cordial.

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En los días previos a la cita en la playa, los 4 hombres estuvieron enviando varias misivas hacia su natal Inglaterra. Sirius y Remus dijeron que irían a explorar algunos potenciales negocios en Estados Unidos y que dejaban a su junta directiva la administración de la empresa. Regresarían a verificar avances en unos 6 meses.

Lucius Malfoy trabajo con los Goblins australianos para dejar a su Goblin contable inglés a cargo de los negocios en aquel país, mientras exploraba la posibilidad de invertir en algunos negocios locales. Los Goblins fueron muy cooperativos con él y le ofrecieron unos folletos de casas en renta y venta que podrían interesarle. Lucius se decantó por una casa que estaba al centro de Melbourne pero tenía jardines.

Severus por su parte, solo informó a sus asistentes que buscaran un administrador, ya que descubrió que Australia era un bastión de ingredientes raros. Desde aquí incluso podía ir a Nueva Zelanda y Tasmania, donde sabía que había ingredientes bastante raros. La respuesta llegó por flu internacional y sus ayudantes dijeron que no había problema mientras él siguiera encargándose de los clientes "especiales". Severus pensó que tenían razón y dio nuevas instrucciones para esos caso.

Los 4 hombres pensaban quedarse en Australia al menos un año con alguna que otra visita ocasional a Inglaterra. Entendieron por qué Harry no quería ir a Inglaterra, ni siquiera de vacaciones. Incluso aunque las masas creyeran que Asher era adoptado por sangre, buscarían hasta debajo de las piedras la identidad original del pequeño y entonces descubrirían su origen.

Si Harry Potter, el héroe predicho para vencer a Lord Voldemort y quién cumplió esa profecía, ya era bastante famoso, un hijo nacido de dos hombres (5 si averiguaban toda la verdad) haría que los medios se volvieran locos. Se sabía que los hombres raramente concebían. Asher pasaría a ser tratado como tesoro nacional y los ingleses mágicos creerían que tienen derecho a saber todo sobre el pequeño. Paso con Harry, pasaría con su hijo.

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La salida en la playa fue divertida. Asher pensó que los amigos de papá eran divertidos y Sirius se transformó en perro, así que Asher se subió a su lomo y jugó a los caballitos con él. Remus construyó un castillo de arena y Severus jugó al Frisbee con él. Lucius preparo el almuerzo y Harry se dedicó a disfrutar esta extraña dinámica.

Más y más citas de juegos, a cenar, a pasear por la ciudad, fueron agendadas y Asher lentamente empezó a pensar en los amigos de papá como tíos. Incluso les enseño el dibujo de los osos y Harry pensó que era un dibujo adorable. No sabía que Asher lo había dibujado antes de conocerlos, así que sencillamente lo pego al refrigerador.

Cuando menos vieron, ya había pasado medio año y los hombres seguían ahí. A veces se iban un par de días para observar sus negocios, pero la mayor parte del tiempo estaban en Australia. Sirius y Remus finalmente habían comprado una propiedad compartida, y Severus y Lucius decidieron compartir la casa que ya tenía Lucius.

Los celos aparecieron en Harry, ya que recordaba que fueron los dos besos entre estos hombres los que lo hicieron huir. Ya habían aclarado ese malentendido. No fue un beso de amantes, sino de regocijo. Similar a cuando acabo la segunda guerra y había gente besando a extraños.

Harry sabía esto conscientemente, pero se descubrió queriendo más de los hombres, que le prestaran atención solo a él. El problema era eso precisamente. No quería solo a Sirius o Remus, Severus o Lucius. Los quería a los 4. Por el momento se estaban llevando bien y no quería arruinar eso.

Pasaron la fiesta de Asher que fue de Bob Esponja y fue muy divertido explicarle a los hombres que no era una especie hibrida creada por magos locos, sino un personaje de caricaturas muggle.

El tiempo siguió pasando y pronto ya estaba cumpliéndose un año. Harry decidió que este era el momento de decirle a Asher su origen.

Increíblemente, su hijo entendió las cosas de una forma inusual. En vez de pensar en sí mismo como una semilla que germinó en la barriga de papá (que fue la explicación que le dio Harry sobre su origen), pensó que era como los colores que le enseño la maestra. Para Harry fue como si se le abriera el cielo y dijo que sí, era algo parecido. Asher era la mezcla de varios colores que dieron lugar a un color único y especial.

Luego de esa plática, Asher llamaba papás a los 4 hombres. Eran papá Siri, papá Remmy, papá Luc y papá Sev. Los 4 hombres estaban felices de finalmente poder llamar hijo a Asher y Harry se sintió liberado de que ya no había secretos para su hijo... al menos hasta que aprendiera como se hacían los bebés y entonces tendrían una charla muy incómoda.

Contrario a su natal Inglaterra, a los mágicos australianos no les importaba mucho su dinámica familiar. Pensaban que habían sido parte de alguna comuna hippie y los 5 eran alguna especie de poliamorosos mientras Asher era hijo de alguno de ellos o un niño adoptado. Mientras no estuvieran teniendo sexo en público, en realidad no les importaba.

Harry se descubrió pensando mucho más en cada uno de ellos y deseando cosas que no debería estar deseando. Severus tenía razón, terminó enamorándose de él, pero también de los otros 3. Sirius era divertido, pero sabía ser serio. Platicaba de todo y nada con Harry y en general era una relación fácil y sencilla que le proveía de estabilidad.

Remus era inteligente y podía hablar de cualquier tema con él. Asher aceptó muy bien que era un hombre lobo, y eso se debía a que Harry lo educo a no ser prejuicioso pero ayudaba que las políticas de hombres lobo en el país eran mucho más relajadas y Remus encontró trabajos que no le quitaban el tiempo a su empresa conjunta. Muchas de las ideas de Remus vieron la luz en los inventos. Sirius era un gran creador, pero Remus era el que sabía si algo era viable o no. Harry estaba maravillado con el hombre y más de una vez se cacho a si mismo deseando besar aquellos labios.

Lucius había cambiado mucho del snob sangrepura y del mortífago leal. Visitaba cada ciertas semanas a su ex-esposa e hijo, se llevaba bien con el nuevo esposo de Narcissa y siempre traía algo para Harry y Asher. Volvieron a hablar de maldiciones, hechizos, magia en general y Harry disfrutaba mucho sus interacciones. Lucius sabía estimularlo mentalmente, siempre animándolo a cuestionarse las cosas y no solo los hechizos. Era curioso cómo alguien que fue tan malo, podía redimirse y volver a construirse. Incluso se disculpó con Dobby por haber sido un mal amo y le alegraba saber que era el elfo de Harry. Ese día, Harry quería saltarle encima y darle una noche pasional, pero resistió la tentación.

Severus Snape era por mucho, el más difícil de resistir. Seguía siendo ese hombre callado y ecuánime, pero con Asher era el mejor padre. Siempre tenía tiempo para el niño, incluso le había enseñado a cocinar galletas y fue un shock ver a Severus Snape cocinar galletas en forma de Bob Esponja. Asher disfruto mucho decorarlas y aunque no eran perfectas, su pequeño ese día abrazo a Severus y le dijo "gracias papi".

Severus sonrió y devolvió el gesto. Harry le dio un beso en la mejilla y también le dio las gracias. Severus no presionó y simplemente dijo "de nada". Hablaban poco y normalmente era sobre el pasado, su hijo o pociones, pero Harry se descubrió pensando mucho en el hombre, en esa sonrisa ladina, o la suave que le brindaba a Asher y a él en ocasiones. Pensaba en la paciencia que le tenía a su pequeño y fue cuando se dio cuenta que había caído enamorado.

Primero pensó que solo era con Severus, pero su mente conjuraba a los 4. Su imaginación siempre le mostraba una mansión solariega frente a la playa, una habitación enorme con una cama enorme, a él en el centro, rodeado de sus 4 amantes, todos dispuestos a complacerlo. Incluso Harry no sentía celos cuando se daban afecto entre ellos, sabía que los 4 lo amaban a él. Luego estaba su hijo en su propia habitación y sus otros 4 hijos. En su imaginación, Harry estaba embarazado de nuevo con el que sería su sexto hijo. Sus hombres amaban dejarlo preñado y ver crecer su vientre.

Su burbuja de sueño entonces se rompía y amanecía sobre su cama, solo y con un problema en los pantalones que no bajaba hasta que se satisfacía a sí mismo.

Esto estaba poniéndose peligroso y Harry sabía que esta situación estaba acercándose al punto de ruptura, pero no podía alejarse de ninguno de ellos.

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En opinión de Harry, todo había sido culpa de Severus. Una fiesta de pijamas de su hijo terminó con la casa hecha un desastre. Dobby y Winky estaban limpiando las habitaciones superiores y los 4 hombres más Harry la planta baja. En un punto, Harry se quedó con Severus limpiando la sala a lo muggle y por un mal movimiento al sacudir, Harry se tropezó y cayó hacia atrás.

Afortunadamente, Severus lo atrapó y Harry en vez de agradecerle, se le quedo viendo al pecho. Severus se había puesto una camisa justa, muy justa y podía apreciar cada musculo de aquel pecho. Luego subió sus ojos y observo al hombre. Su impulso de idiotez Gryffindor que había estado apagado todos estos años, se encendió de nuevo y acerco al hombre para besarlo.

Harry se sintió en llamas apenas toco los labios del hombre. Y si bien Severus correspondió el beso, también lo terminó—Harry, por más que quiera profanarte aquí mismo, debemos controlarnos—.

La tranquilidad con que el hombre acabó el beso y luego lo separo de él, lastimó a Harry pero sabía que Severus estaba en lo correcto. Siguieron limpiando y Lucius propuso ir a comprar helado, ya que Asher estaba en la escuela (la fiesta de pijamas había sido en domingo) y podían comerlo sin que Asher les hiciera ojitos de perro.

Harry se ofreció a acompañarlo y estaba tan absorto que no notó el intercambio de miradas en los Slytherins.

Lucius llevó a Harry a una heladería mágica parecida a la de Florean Fortescue y compraron 3 sabores de helado. El dependiente les había dado unos pequeños conos con muestras y Lucius tenía algo de helado en la mejilla, cerca de la boca.

Harry quiso quitarle la mancha y viendo los labios del rubio, aquel impulso gryffindoriano se activó y beso al rubio. Lucius disfrutó la caricia y correspondió pero sin elevar la intensidad. Finalmente logro separarse del hombre que amaba, tenía que hacerlo o esto no funcionaría—Harry, aunque nada me gustaría más que arrastrarte a un hotel ahora mismo y ver que tantos lugares podemos usar para hacer el amor, creo que debemos contenernos—.

Harry sabía lógicamente que Lucius estaba en lo correcto, igual que Severus estaba en lo correcto. No sabía que le estaba pasando. Cuando llegaron a la casa, los otros 3 hombres ya había puesto los cuencos para el helado y se sirvieron un poco de los 3.

Aquella tranquilidad y buen comportamiento entre los 4, estaba poniendo de nervios a Harry y se disculpó antes de levantarse de la mesa. Apenas se levantó, los Slytherins intercambiaron miradas con los Gryffindor y Sirius fue él que salió detrás de Harry.

Sirius encontró a Harry sentado en el porche, observando hacia las olas del mar que rompían en su playa. La casa era hermosa a su manera. Sirius entendió por qué Harry compró esta casa cuando pensaba que viviría solo de ahora en adelante. No necesitaba mucho y una mansión sería mucho trabajo, aun con dos elfos domésticos.

Con Asher, solo se refrendó que había tomado la mejor decisión respecto a su casa. Quería que su hijo creciera lo más apegado a lo muggle pero sin dejar su herencia mágica. Para dos hombres y dos elfos, la casa era ideal.

—¿Estas bien, Harry? Parecías un poco... enojado, creo—.

Harry miró hacia Sirius y pensó que ya había caído con dos, ¿Por qué no 3?

—¿Me besarías, Sirius? —.

—¿Estás seguro de quererlo? No quiero que mañana pienses que cometiste un error—.

—¿Por qué crees que soy yo quien se arrepentiría? Cuando llegaste aquí, dijiste que me amabas, aunque no sabías si era amor. ¿Qué piensas ahora? —.

Sirius se sentó a su lado en aquel banco acolchado y dijo lo que pensaba desde hace un tiempo—Primero pensaba que lo que sentía por ti era como mis amores de juventud, pero más intenso y conforme te he conocido, no como mi ahijado o el hijo de mis amigos, sino a ti mismo, me di cuenta de que estoy enamorado de ti. Simplemente no he querido intentar nada contigo porque si tenemos algo, debe provenir de ti. Mis sentimientos son genuinos y no van a desaparecer, pero no sé cómo te sientes tu—.

Harry por toda respuesta, agarro al animago de la camisa y planto sus labios encima de los suyos. Sirius correspondió a la caricia y disfruto de aquel beso que llevaba meses esperando. Rezaba porque este beso fuera el final de aquel plan que se le había ocurrido a Severus, así que tenía que hacer su parte si esto iba a funcionar.

—¿Esto responde tu pregunta? —Dijo Harry, separándose del hombre para respirar.

—No, no la responde. Harry, sé que te atraído, pero ¿Me amas? —.

—Si, creo que si—.

—¿Y a los demás? —Harry entonces soltó al animago, mirándolo con enojo—Eso pensé. Harry, te amo pero primero debes poner en orden tus sentimientos. No quiero que te arrepientas de tu decisión. Te lo dije, esperare todo el tiempo que quieras y aceptare lo que quieras darme. Si solo puede ser una amistad, entonces aceptare eso. Nunca te voy a dejar, aunque te cases con alguien más. Siempre podrás contar conmigo como tu amigo—Con esas palabras finales, Sirius dejó a Harry solo con sus pensamientos.

Asher llegó un par de horas después del almuerzo y los 4 hombres estaban despidiéndose de Harry mientras su hijo iba a cambiarse la ropa. El último en irse era Remus y antes de atravesar las llamas, besó a Harry rápidamente y cuando se separaba le dijo—Piensa bien en lo que quieres, quizás te lleves una sorpresa—.

Luego de ese beso, un Harry confundido veía a las llamas que ahora estaba normales luego de que Remus las atravesó. ¿¡Qué demonios quiso decir con eso!?

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Harry se negó a estar mucho rato con aquellos hombres luego de esos besos y todos respetaban su distancia. Sin embargo, los sueños eróticos de Harry estaban alcanzando un punto donde se volvió intolerable. No pasaba una sola noche donde no despertara erecto, de forma dolorosa y tuviera que masturbarse. Pero no era suficiente. Al final tuvo que sacar un juguete que a veces ocupaba y mientras se dejaba en carne viva el miembro, su trasero recibía aquel juguete en su máxima potencia.

Su cuerpo anhelaba a aquellos hombres, a todos ellos. Quería que lo follaran, quería besarlos, tenerlos en su boca, darles mamadas y tragar su semilla. Quería que se tomaran turnos para dejarlo hecho un desastre. Anhelaba ver a Lucius perder la compostura, a Remus dejar que Moony tomara el control, a Sirius poseerlo dulcemente como aquella vez y a Severus sensibilizar toda su carne.

¡Por todos los dioses! Harry quería a los 4 con él. Los quería a todos junto a él. Quería que vivieran juntos y tener más bebés con ellos. Quería que aquel sueño donde tenían 5 hijos y uno en camino, fuera su realidad. Y Harry, luego de su clímax, lloró porque no sabía si era posible. No quería decidir por ninguno, pero los 4 merecían saber lo que estaba sintiendo. Sirius tenía razón, tenía que organizar sus sentimientos y sus sentimientos ahora eran claros.

Faltaba ver que iba a pasar cuando se los dijera.

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Harry finalmente citó a aquellos hombres en su casa y les dijo que quería verlos a todos juntos. Les dio el día a los elfos y mando a Asher a la casa de uno de sus amiguitos. La mamá de su amigo dijo que estaba bien, que todos los papis necesitaban tiempo a solas y que no le molestaba tener a Asher con ellos el fin de semana.

Harry no quería a Asher cerca por si todo salía mal y los hombres decidían que Harry era demasiado ambicioso y se iban de su vida... o todo salía bien y necesitaban tiempo de adultos juntos. Harry rezaba porque lo último fuera posible.

Los 4 hombres llegaron uno detrás del otro con algunos minutos de diferencia. Todos preguntándose si el plan de Severus iba a funcionar. Harry esperó a que todos estuvieran en la sala antes de comenzar a hablar.

—Yo, creo que les debo ser sincero... creo que los amo—Los 4 hombres no dijeron nada, pero tampoco se veían enojados. Eso le dio esperanzas a Harry—No solo de uno de ustedes, sino de los 4. Creo que con toda la convivencia, conociéndolos por fin como personas y no el rol con el que los conocí al principio, me di cuenta de las maravillosas personas que son y me enamoré de cada uno de ustedes. Se que han estado esperando que definamos nuestras relaciones, pero simplemente, no puedo elegir a uno de ustedes. Los quiero a los 4—.

Harry se sentó y espero—¿Entonces te ves como una mierda por qué crees que tienes que elegir? —Bueno, Harry no esperaba esta respuesta y mucho menos de Sirius.

—A veces me sorprende lo demasiado cuadrados que pueden ser los Gryffindor—Contestó Severus.

—No es su culpa Severus, la educación que les dan a los nuevos mágicos es francamente atroz—Respondió Lucius.

—En eso te apoyo. Le insistí mucho a Dumbledore que necesitábamos una clase de introducción al mundo mágico pero cayó en oídos sordos. Y no me atreví a enviar mi propuesta al Wizengamot—Ese era Remus.

—Si me das tu propuesta, puedo enviarla a mi proxy. Con el voto de Black y el de Severus, tendríamos algo de apoyo—Lucius pensó que era una buena idea.

—Esperen un momento, ¿Ustedes... no están enojados? —Pregunto Harry, algo curioso sobre por qué no parecían sorprendidos y por qué no estaban enojados por no ser "el elegido".

—No, no lo estamos—Contestó Severus—Nos habíamos dado cuenta de que no podías amarnos sin conocernos, pero conforme avanzamos en conocernos, me di cuenta de que tú eras honorable. Nunca elegirías a uno, sabiendo que los otros 3 te amaban tanto como el que eligieras. Cuando les dije esto a los otros, vieron la lógica de mi razonamiento. Para que tu puedas ser feliz, nosotros tenemos que ser felices también—.

—¡Pero ustedes se odian! —.

—No, hace tiempo que no lo hacemos—Sirius contestó—Mira, si, nos odiamos durante la escuela y buena parte de la guerra, pero estos años nos hicieron crecer y darnos cuenta de que solo éramos personas asustadas, tratando de mantener la vida que conocíamos. Sin la guerra, vimos otras facetas de nosotros mismos y de los demás. Estar contigo todo este tiempo, conocer a Asher, darnos cuenta de que entre todos creamos a ese hermoso niño... bueno, llegamos al acuerdo de que teníamos que ser maduros y aceptar que siempre íbamos a estar juntos de una u otra forma—.

—¿Quiere decir que... podemos estar juntos? —Por toda respuesta, los 4 hombres rodearon a Harry y le dieron una sonrisa depredadora.

—Depende, ¿Crees poder con todos nosotros? —La voz de Severus había bajado a ese tono sensual que Harry recordaba bien.

—Solo hay una manera de averiguarlo—Harry ya estaba desabotonándose su camisa mientras sus hombres hacían lo propio.

Si, definitivamente todo había salido muy bien.

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