02.- Sirius Black

Días después de su fiesta de cumpleaños, Harry estaba bebiendo una botella de Whiskey de fuego a medio acabar. La había encontrado en una de sus exploraciones por el castillo, y sospechaba que el licor debía tener al menos unos 50 años. Quizás fue dejado por uno de los muchos trabajadores del ministerio que llegaron a hacer rondas de evaluación y decidieron que no había nada que evaluar, dándose un pequeño gusto en horario laboral.

Harry se deleitaba un poco en imaginar estas pequeñas historias sobre gente completamente común, viviendo sus pequeñas y comunes vidas. Los envidiaba tanto que dolía, pero no podía dejar de imaginarlos, ya que eran un recordatorio para él de que Voldemort no solo había arruinado su vida, sino la de todas esas personas comunes, cuyo mayor susto había sido quizás un accidente con un hechizo y Voldemort les dio el miedo a perder a sus familias, solo por el capricho del Mago Oscuro.

Ya estaba un poco borracho cuando se encontró con una persona que no quería ver mucho últimamente: Sirius Black.

Harry cuando lo conoció, creía que estaba un poco loco, pero ahora sabía que estaba claramente demente. A veces le llamaba James, otras Harry, había veces que no lo reconocía y otras tantas, era como si nadie más existiera además de él. Albus Dumbledore, haciendo gala de su "infinita sabiduría", había decidido que su padrino no necesitaba terapia, ni un régimen de pociones, o algo muggle que pudiera ayudarle a enfocarse como la meditación. No, el anciano mago dio la orden, disfrazada de preocupación y Sirius se quedó ciclado en esos días adolescentes, sin avanzar, sin retroceder.

No es que no estuviera consciente del presente, era más como si su madurez psicológica y emocional se hubiera quedado en sus 17 años. En su mente, Sirius seguía siendo ese adolescente despreocupado, cuya vida ya estaba más que resuelta. Azkaban había acabado con toda la poca madurez que había adquirido hasta el momento de su encierro. Y estar encerrado, sin poder salir a ninguna parte que no hubiera sido autorizada por Dumbledore, ciertamente no estaba ayudando mucho a Sirius. En cambio, parecía haberse exacerbado sus peores tendencias.

Como fuera, Sirius Black estaba enfrente de Harry, con algo de forma rectangular en sus manos y una cara de estúpida felicidad combinada con una ligera tristeza. En cuanto miró a Harry, su sonrisa estúpida se convirtió en una de genuina felicidad.

—¡Ahí estas cachorro! —Cuando empezó a llamarle "cachorro", Harry había estado muy feliz, ahora le molestaba pero fingía que no. Las cosas de por si no estaban bien en el castillo y él no quería ser quién hiciera más tenso el ambiente, así que hacía lo que toda su vida hizo: fingir que todo estaba bien.

—Hola Siri, ¿Qué sucede? ¿Me necesitabas para algo? —Contestó Harry con la sonrisa más falsa que podía. Se daba asco a si mismo cuando hacía esto, pero la guerra estaba a punto de llegar a su punto máximo y la batalla final estaba a la vuelta de la esquina. Harry se repetía que faltaba cada vez menos para su escape.

—Mira, encontré mi álbum de fotos. Entre las cajas de cosas de "revisar después" de cuando hicimos la purga en Grimmauld Place, lo encontré finalmente. Quería verlo contigo—Harry pensó que eso era bastante sensible de parte del animago. Al parecer, hoy era uno de los días lucidos de su padrino, así que Harry iba a aprovechar.

—Bueno—Dijo Harry y luego Sirius vio la botella de Whiskey. Un simple intercambio de miradas y se entendieron. Harry le pasó la botella y una vez que ambos entraron a la habitación del animago, empezaron a ver las fotos, con Harry preguntando por cada una de ellas mientras bebían por turnos de la botella.

El naranja del atardecer dio paso a la oscuridad plagada de estrellas de la noche, las velas se encendieron apenas cayo la oscuridad absoluta en la habitación y ahora había una iluminación ambarina.

Harry iba a culpar de lo siguiente a la botella que habían consumido entre ambos, ya que aunque bebía más cantidad que cuando ingreso a la vida adulta, ciertamente no había desarrollado aun los hábitos de los bebedores de más años. En un momento, luego de ver una foto de la boda de sus padres, una foto donde se veía ese amor puro que sentían entre ellos, Harry sollozó.

Aunque trató de contener las lágrimas, no pudo y Sirius se acercó a consolar al muchacho, dándole unas palmadas en la espalda, tal como solía hacerlo son James. Sin embargo, el llanto es liberador y Harry sintió que no podía contener más todos esos pensamientos sobre que nadie lo amaba y así empezó a decirle a Sirius sobre como odiaba todo esto, la guerra, Voldemort, Albus, sus amigos, la gente mágica e incluso a Remus y él, siempre sintiendo que era el reemplazo de su padre y no una persona por derecho propio.

Sirius estaba impactado. Ciertamente no era una persona sensible y empática pero se preocupaba genuinamente por Harry. Lo había amado desde que lo cargó, justo después de que sus padres lo cargaron cuando vino al mundo. Sirius lo amaba desde su pelusita negra hasta los deditos como chicharitos. Ese día juro hacer arder el mundo si eso significaba mantener a salvo a ese bebé. Pero él faltó a su promesa, fue a cazar a la rata y perdió más de una década de su vida por ese error.

Sin embargo, seguía amando a ese niño y ahora que era un adulto, Sirius se dio cuenta de que por mucho que amara a Harry, no había sido el mejor padrino para él. Tan solo había que oír ese llanto desgarrador para saber que él, Sirius, era parte del problema.

Ciertamente el nunca haber intentado aclarar su nombre y también era cierto que fuera de pocas ocasiones, no había convivido con el adolescente, pero es que siempre parecía haber algo o alguien más. En Grimmauld Place eran los Weasley y los demás miembros de la Orden, luego fueron las misiones a diferentes lugares, todos fuera de Inglaterra y ahora en el castillo, era el entrenamiento de Harry.

Si no fuera porque todos (excepto cierto rubio, ex-pariente suyo, que ahora vivía en Grimmauld Place como testigo protegido) eran de fiar, Sirius podía creer que había alguna clase de conspiración para mantenerlo lejos de su ahijado.

El llanto de Harry estaba creciendo en intensidad y temiendo que su ahijado pudiera empezar a enfermarse, Sirius hizo algo increíblemente estúpido, impulsado por sus instintos Gryffindor (que Snape insistía en llamar idiotez) y lo besó. No sabía que lo impulso realmente, pero fue efectivo, ya que Harry paró de llorar de inmediato y permitió un ligero intercambio de labios.

No fue el beso más pasional del mundo y fue algo incomodo, pero también fue algo increíblemente dulce en lo raro que fue. Quizás sí estaba muy borracho, porque lo siguiente que supo Harry fue que el beso incomodo había pasado a uno más experto, más adulto, con intercambio de lenguas y dado que ya estaba sentado sobre la cama de Sirius, lentamente fue acostado sobre ella.

El cuerpo de Sirius ciertamente ya no recordaba al preso famélico que era cuando lo conoció y aunque nunca volvería a ser aquel esplendido adonis de su juventud, ciertamente Sirius se había mejorado. Ahora era un hombre más maduro físicamente, y comer a diario más el ejercicio, así como ya no estar encerrado en la casa de Grimmauld y aunque no podía salir de los terrenos del castillo, ciertamente era mucho mejor que la polvorienta propiedad anterior, Sirius ahora se veía muy bien.

Sirius había recortado su cabello hasta los hombros, había hecho musculatura y se había dejado la barba pero la recorto con los hechizos caseros que le había enseñado Molly. Ciertamente no parecía aquel preso, pero en sus ojos persistía ese tinte de locura. Sin embargo, hoy estaba ausente y parecía estar, hasta donde se pudiera, en sus cinco sentidos.

Harry sintió como sus ropas eran quitadas de su cuerpo pero de forma un tanto reverencial, como si estuvieran desenvolviendo un precioso obsequio. Harry simplemente se sentía bien y estaba tan cansado de tratar de sostenerse entero. Estas caricias que sentía, esas manos que lo recorrían, sabía conscientemente que pertenecían al hombre que sus padres habían querido lo criara, pero dado que nunca pudieron conectarse como un padre e hijo, quizás podrían conectarse de otra forma.

Los besos de Sirius habían pasado de los labios hacia el cuello y otras partes de la anatomía de Harry, quién se encontraba completamente desnudo en esos momentos. Sirius también ya estaba desnudo y el contacto de los cuerpos tibios ciertamente despertó algunos instintos que Sirius recordaba de aquellos días en Hogwarts y los años de la guerra.

Harry no sería su primer hombre y aunque era torpe en sus movimientos, compensaba con entusiasmo y Sirius intentaba que esta experiencia fuera buena para el muchacho. Ni siquiera meditó sobre porque estaban haciendo esto, solo sabía que debía hacer sentir bien a Harry, que Harry merecía sentirse especial y eso quería darle.

Así que Sirius fue guiando con ternura cada movimiento del chico que se retorcía debajo de él, besando dulcemente cada parte de su cuerpo y dejándolo tocarle por donde él quisiera, que Harry conociera íntimamente su cuerpo. Además, el muchacho estaba fascinado por todos sus tatuajes y diciéndole lo sexy que siempre le parecieron.

Bajando sus labios hacía una zona más al sur, Harry pensó que Sirius iba a darle una mamada pero cuando su nariz toco algo más abajo, supo que se había equivocado. La lengua del hombre mayor estaba justo en su fruncida entrada y tanto metía su lengua en aquel agujero como lamía en los alrededores. Harry estaba metiéndose un puño en su boca para evitar gritar, ¡Era demasiado bueno!

Cuando Sirius considero que estaba suficientemente ensalivado, metió dos dedos suyos en su boca y los ensalivo bastante antes de insertarlos en aquel adorable agujero. Harry había dejado atrás al flacucho niño que conoció cuando tenía 13 años y en su lugar había un atractivo hombre de 18 que apenas hace un mes había abandonado los lentes y ahora era aún más encantador que antes.

Era increíble como Harry no se daba cuenta de lo guapo que era, de cómo había hombres y mujeres que se desmayaban por él. Quizás había algo sobre eso de ser "El elegido", pero en su mayoría, ese interés se debía a su buena apariencia. Y Sirius sentía cierto placer morboso en ser el primero en ver desnudo por completo al héroe del mundo mágico, pero que para él, era solo Harry.

Como fuera, Sirius dejó lejos esos pensamientos y una vez que sus dedos fueron tragados por el esfínter, empezó a moverlos lentamente en círculos antes de empezar a hacer movimientos como de tijera. Harry dio un gemido alto y Sirius decidió que el mejor curso de acción era tragar aquel falo que estaba frente a su cara.

—¡SI! ¡Más! —Fue lo que gimió Harry mientras sentía dos cosas a la vez, un poco de dolor por la preparación de su trasero y el placer húmedo que suponía que su miembro hubiera sido tragado por su padrino.

Harry sería un hipócrita si dijera que el saber que lo estaba por follar Sirius Black, no le daba cierto placer morboso. Sabía que Remus y Sirius habían estado bailando uno alrededor el otro durante años pero ninguno parecía haberse movido. Harry no había tenido sexo nunca, pero deseaba que su primera vez fuera especial y con alguien a quién amara. Bueno, era ambas cosas pero totalmente fuera de lo que él había imaginado.

En primera, siempre pensó que era heterosexual y ahora se daba cuenta de que mientras con Cho y Ginny hubo besos, jamás su cuerpo reaccionó como había reaccionado ahora ante un solo beso de un hombre y un hombre que en su juventud tenía mujeres persiguiéndolo solo para acostarse con él. Ahora sabía por qué lo habían perseguido, no solo era guapo sino que sabía cómo usar todas las herramientas eróticas que poseía.

Sabía ser dulce, firme y sensual, le dejó bastante control y estaba dándole placeres que no creía existieran. Harry estaba gozando tanto que se corrió cuando Sirius succionó un poco más fuerte y gritó mientras su semen era tragado por Sirius.

Harry levantó un poco la cabeza y observó como el hombre se relamía los labios, capturando a un par de gotas rebeldes de semen que estaban en sus labios, mientras sus dedos habían sumado uno y estaban penetrándolo firmemente, haciendo que su flácido miembro volviera a la vida en segundos.

Cuando Sirius consideró que ya había aflojado bastante el esfínter, abandono la zona sur y deslizó todo su cuerpo sobre Harry, de forma que ahora estaba a horcajadas sobre el cuerpo del chico y teniendo su inhiesto miembro dirigido hacia la cara de Harry.

—Chúpalo bien, no dejes ningún lugar sin saliva—Harry obedeció la orden y tomo aquel miembro en su boca. Contrario a lo que había aprendido en una revista porno, Sirius no tomó sus cabellos para forzar su pene más adentro, sino que dejo que Harry lo tomara a su ritmo y comodidad. Harry entonces lamió, chupo y ensalivo el miembro de forma que ahora estaba resbaladizo y aun bastante erecto. Además, los gemidos que Sirius había soltado, le dijeron a Harry que lo había hecho bastante bien.

Sirius bajo su cuerpo de nueva cuenta pero también jaló una almohada y la coloco debajo de las caderas de Harry, luego puso las piernas de su ahijado sobre sus hombros y con cuidado posicionó su miembro bastante erecto y ya un poco morado de contenerse, de forma que estaba alineado con el trabajado esfínter.

Un seco cabeceo indicando que estaba listo, fue toda la instrucción que Sirius necesitó para empezar a enfundarse y Harry sintió que algo enorme estaba entrando dentro de su trasero. Le dolía bastante pero a la vez le daba un placer indescriptible.

Cada centímetro fue entre doloroso y placentero hasta que no hubo más que meter. El animago soltó un gemido lento y ronco, mientras Harry gimoteaba. Ninguno se movió hasta que Harry disminuyo sus gimoteos y pareció acostumbrarse a la intrusión.

—Muévete, p-por f-favor—Gimió Harry, sintiendo la imperiosa necesidad de más contacto, de más calor.

Sirius se retiró un poco, hasta casi salirse y luego volvió a entrar lentamente. Harry dio un gemido largo y Sirius repitió la acción. Siguieron así durante varios minutos, tocándose y besándose mientras el miembro de Sirius se enterraba en el trasero de Harry de forma lenta pero constante.

Pronto la ternura dio paso a la firmeza cuando las estocadas empezaron a ser más rápidas, las caderas del animago empezaron a moverse más rápido, dando ligeros meneos a izquierda y derecha, luego paso a moverlas en círculo y Harry ya no sabía hacia donde agarrarse o retorcerse.

Finalmente, decidió que sus manos debían estar sobre su propio y desatendido miembro, lo que dejó libres las manos de Sirius, las cuales uso para tomar las caderas de Harry y acercarlo más hacía él con cada nueva embestida.

Ahora había un cariz animal, gruñidos y jadeos donde antes había besos dulces. Harry estaba moviendo sus manos sobre su miembro de forma furiosa porque sentía cada vez más como un calor desconocido estaba por freír su sistema nervioso. Era como si hubiera un fuego blanco pugnando por salir de su vientre, de sus bolas, de su trasero y cuando el pene de Sirius toco algo dentro suyo, Harry vio estrellas detrás de sus ojos.

Ese jadeo especifico que dio Harry cuando tocó su próstata fue toda la indicación que necesito Sirius para acelerar sus movimientos y pronto, sus movimientos ya eran bestiales hasta que con un gritó ronco y primigenio, las bolas de Sirius se elevaron y su semen se derramó en tu totalidad en el interior del chico. Harry finalmente había conseguido liberar su semilla también y estaba languideciendo junto con su padrino.

Sirius salió con cuidado de su interior antes de ablandarse por completo y sin decir palabra, solo se tendió al lado de Harry, dándole un pequeño beso post-orgasmo. Ambos se abrazaron y se quedaron dormidos así, desnudos, sudorosos y cubiertos del semen de Harry que se había derramado en ambos.

Toda esa noche, ambos hombres estuvieron acoplándose por ratos, luego dormían y volvían a acoplarse. Cuando Sirius puso a Harry en cuatro, Harry no podía dejar se imaginarse como una especie de perro en celo, y su padrino detrás de él. Pero esos pensamientos lo abandonaron pronto cuando Sirius volvió a dar con su próstata y lo envió directo a la estratosfera.

Cuando amaneció, ninguno de los dos dijo una palabra, solo se bañaron juntos, ya sin sexo involucrado y se vistieron. Bajaron a desayunar uno seguido del otro por algunos minutos. Si alguien se dio cuenta del intercambio entre ambos hombres, nadie dijo nada. Tampoco es como si se hubieran dejado marcas de amor, pero Harry se sentía diferente.

No estaba seguro de que era lo diferente, pero de alguna forma, surgió la esperanza de obtener su deseo de cumpleaños. Quizás Sirius era esa persona que lo amaría incondicionalmente.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Nota al margen: este fic esta basado en la premisa central del Manhwa "Beta Count So Has Changed". Quién ya lo leyó, por favor, no haga spoilers. Si no lo has leído, esta bastante divertido y no es muy largo. Y basado no quiere decir copiado. Simplemente tome la premisa central y me imagine como hubiera sido eso con Harry en vez del Conde y hasta ahí llegan las similitudes. No es omegaverse, es Mpreg. ;D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top