Capítulo 57: Alma y Corazón.


Narradora:

La tarde en Miami era una combinación de aire fresco con calor; emanaba un olor a agua salada, o más bien playa. Y es que allí se encontraban Joel y Lonnie, obviamente la ultima dentro del cuerpo del chico cubano, con los pies enterrados en la arena y mirando fijamente cómo el azul del cielo se tornaba lentamente naranja.

Llevaban bastante tiempo sin decir nada más que el "Hola" cuando se encontraron.

La lengua de Joel estaba trabada porque no sabía si lo que diría estaría bien, además de que se contenía también para darle paso al "cubano" de hablar.

—¿Sabes? —comenzó a decir la chica—. Te he admirado mucho desde que te conocí en La Banda. Me enamoró mucho tu timidez y la determinación que tenías para enorgullecer a las personas que amas... —Ella no quería ver a Joel a los ojos aun, pero podía sentir cómo el rizado la/lo observaba con detenimiento, analizando—. Mi padre hizo un algo en mi cumpleaños número diecisiete, pasado mañana hace un año...

Ambos corazones comenzaron a bombear mucha más sangre que la acostumbrada. Joel estaba comenzando a ver algo que lo dejaba casi si poder respirar, y Lonnie estaba tan asustada de que el rizado volviera a rehusarse a la verdad que no se daba cuenta de lo que estaba pasando, así que continuó.

—Roberto me regaló un gran poster tuyo en tamaño real; te veías joven en la foto, la amo, de verdad sales muy lindo. —Sonrió—. Le dije a mi mejor amiga, Nelsi, que me ayudara a conseguir una caja de nevera... —La risa del cubano comenzó a sonar un poco más chillona de lo usual—. Nos costó una bola conseguirla, pero cuando la tuvimos ella me ayudó a pegar el poster al cartón, lo cortamos, y así obtuve un Joel firme, uno al cual pudiera abrazar en las noches sin que se arrugara.

—Tú... —quiso hablar Joel, pero Lonnie lo chitó sin aun verlo, porque no era capaz.

—Cuando pedí el deseo de estar cerca de ti... —Sonrió de medio lado al recordar—. Lo pedí con tanta fe... porque tú eras la única persona que me hacía sentir bien de verdad, la única que me podía hacer reír, suspirar y saltar, ese eras tú, Joel. —Dejó caer las lágrimas con un pestañeo. Se sentía tan avergonzaba, pero a la vez conmocionada—. Pensé que eso que sentía era amor puro, pero fui una tonta —recalcó la última palabra algo molesta consigo misma—. Una tonta niña que confundió sus sentimientos creyendo que era verdadero amor. Yo podía mirarte antes con el brillo de anhelo, a través de los ojos de Erick, porque para mí eres un ser humano perfecto, pero no te amo, y creo que no eres la razón por la cual estoy aquí, eres una parte, sí, pero no del todo —suspiró aliviada al decir todo lo que desde hace mucho había guardado en un cajón que parecía no poder ser abierto jamás, y lo miró a los ojos.

Joel creyó perder el conocimiento en ese momento.

Y a más de 2437m de distancia se encontraba Erick, en el cuerpo de la venezolana, intentando hablar por Skype con la mejor amiga de Lonnie.

Sin darse cuenta, ya cuando comenzaron a tener una conversación amena, decidió abrir su corazón; no sabía la razón por la cual ese día, en ese momento, podía ser capaz de decir lo que sentía. Él hubiera preferido mil veces decírselo a Tn, pero Nelsi tampoco era tan mala opción; ella le podía dar su punto de vista, y a su vez, una posible solución, si es que le creía.

—A veces pienso ¿Por qué ella? ¿Por qué la chica con esa actitud tan irritante algunas veces? ¿Por qué la chica con problemas en casa? ¿Por qué la chica común? Y hablo del físico, ella no es... no es algo que sea sensacional, pero eso no me importa. En ella hay ganas de seguir, sueños, hay falta de cariño, uno que yo le quiero derrochar, dolor, un dolor que quiero arrebatar —decía, sin la más mínima duda, con la mirada gacha.

La chica del otro lado de la pantalla estaba teniendo un colapso que le producía una explosión en el pecho, por la impresión. Podía hablar, pero no quería porque temía que al hacerlo se fuera la imagen que, por un momento, pensó que era un problema con la señal.

Era Erick, siendo Erick; así como en el mismo instante, ya narrado antes, era Lonnie, siendo Lonnie.

—Me enamoré, no me ha roto el corazón aun, tengo como... unas grietas —comenzó a sonreír por lo absurdo pero lógico que sonaba eso—. Yo quiero protegerla, amaría poder establecer una buena relación con ella. Y cuando vuelva a mi cuerpo le propondré que viva en Miami, para así tenerla cerca, en verdad. —Rió alzando la vista, encontrándose con el rostro pálido de la chica de cabello corto.

Ella no iba a hacer preguntas, Erick fue Erick; su verdadera imagen se había revelado por unos largos segundos gracias a la misma magia que había hecho posible el intercambio, y él, aunque sintió que algo se revolvía dentro de suyo no le prestó atención.

—Te creo, Erick —soltó la chica del otro lado, más sorprendida, cuando pudo ver el cuerpo de su amiga otra vez.

—¿Sabes qué aprendí estando aquí? —inquirió soltando un largo suspiro el cubano—. Que cuando decimos las cosas con toda la fuerza de nuestra alma y corazón, se muestra nuestra verdadera identidad.

N/a: ¿A quién le gustó este capítulo?

Chicos no sé porqué lloré cuando lo escribí, pero lloré. Los amo a todos ¡Gracias por leer!

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