Capítulo 53: Ese no soy yo.


Narra Joel:

Flashback

Hay música, humo, luces, personas bailando por todos lados; en un instante fue relajante. No sé en qué momento llegué a aceptar ese trago, pero después de hacerlo me arrepiento, porque me siento más mareado de lo que debería estar.

«Algo anda mal, algo anda muy mal»

—Bien... bien... I need to go home now... —Mi reloj apunta la 1:50 am, o eso creo ver—. No me siento bien, discul-pe señorita, de verdad yo... —La chica intenta besarme pero giro mi cara y solo logra darme un beso en la oreja—. Laura... Im sorry but...

—Quédate un ratito más, chulo —susurra en mi oído y mi piel se eriza de nuevo.

Está bailando frente a mí y no puedo evitar sentir una gran atracción por todo lo que veo; pero debo irme, no me siento bien y no veo a los chicos.

—Joel... porfis.

—Lo lamento Laura, me tengo que ir —digo tratando de no ser tan brusco al quitar sus manos de mi pecho. Ella hace un puchero y se encoge de hombros, sonrío al ver que por fin entendió y me despido con otra sonrisa.

Mirando directo al suelo, tratando de que pisar correctamente, salgo de la pista de baile. Mi mirada va a todas las barras y rincones en busca de Zabdiel o Chris, pero no los veo, ya es demasiado tarde. No podré salir de aquí solo; siento una compresión en mi pecho que quiere brotar de alguna forma.

—Ay... God, me duele —expreso con pasos pesados, tocando mi cabeza.

—Aquí estás —escucho detrás de mí, y en cuanto veo a Zab me afinco de su hombro.

—Sácame de aquí amigo, por favor.

—¿En dónde está Chris? —inquiere viendo a todos lados, pero luego de unos segundos de silencio chistea y me ve negando con su cabeza para ayudarme a salir de este lugar.

Todo da vueltas y mi sentido de la vista se pierde, pero sin embargo puedo escuchar y sentir perfectamente, incluso más que antes.

Siento unas manos en mi cuerpo: en mis brazos, mi pecho y piernas. Me están adentrando al auto. Ya escucho la voz de Christopher, suena enojado por algo, está discutiendo con Zabdiel sobre...

—Can you speak loudly?, por favor más bajo —les pido en un ahogo.

—No debimos traerlo. —Escucho que opina como si estuviera llorando Zabdiel.

—¿Por qué llo-ras? —pregunto confundido, y siento como algo líquido sale de mi boca.

—Está hecho una mierda —dice Chris y el auto comienza a moverse. La voz de Zabdiel está muy cerca y siento cómo limpia mi boca con alguna cosa—. Pensé que era una estúpida broma cuando me dijiste que nunca antes habías tomado.

—Si he... tomado antes —confieso—. pero no sé qué pasó es-ta vez.

Cierro los ojos con fuerza tratando de recuperarme por las ganas de potar, y lo hago, largos minutos después. Llegamos al hotel y el auto se detiene ya en el estacionamiento. Al frente de nosotros está Renato discutiendo con Richard, y no entiendo por qué. Me apoyo de Zab para bajar del auto porque aún tengo vértigo y cuando Renato nos ve le da un golpe en la nuca a Christopher, haciéndome reír por la cara de enojado de mi amigo.

—Llévenlo arriba, denle un baño —dice firme, Richard me ve con seriedad y rio por la cara de Renato, está tan enojado.

—Parece que lo drogaron... —dicen. Pero no reconozco la voz.

—¿En dónde está? —Escucho que le pregunta Renato a Richard.

—Está dormida.

«¿Qué? ¿Quién?»

No puedo seguir escuchando más ya que nos alejamos de ellos; segundos más tardes subimos al ascensor, un par de mucamas que están dentro nos observan y se van rápidamente. Chris pulsa la pantalla del costado y antes de que las puertas se cierren por completo Richard las detiene.

—Chris, Zabdiel, Renato les quiere hablar. —Su mirada me asusta.

Los chicos me ven y yo me dejo caer en el piso del ascensor. Mientras Richard detiene a cada cierto tiempo las puertas de metal, entre los tres susurran algo y finalmente se van, dejándome allí con Richard.

—¿Qué hiciste? —inquiere tocando mi cuello.

—Solo fue un trago —contesto cubriendo mi cara con mis propias rodillas.

—Te llevare a tu habitación, tienes fiebre.

—No, necesito hablar contigo.

—Joel... —Alarga mi nombre y lo veo suplicante, aguantando el dolor de cabeza que no me deja subir por completo mis parpados.

El ascensor se detiene, supongo que a nuestro piso, él me ve con cara neutra y tarda unos segundos en asentir; Richard estira su mano, yo la tomo inclinándome hacia él y me pongo de pie abrazándolo por los hombros; ya en su habitación recuesto mi cuerpo en su cama y llevo las manos a mi cara. Y con ese nudo en la garganta pienso en las palabras indicadas para cuestionar sobre todo a la única persona que me puede dar respuesta a lo que está pasando.

—¿Erick me ama? —Richard baja la mirada y niega con la cabeza, eso termina de partirme el corazón—. ¿Por qué hacerme pensar que sí? —digo entre gimoteos, ya no aguanto más, siento que me hace bien llorar.

—Joel, en realidad no es Erick el que te ama —responde con un bufido.

—¿De qué hablas?

Él se acuesta a mi lado y lleva una mano a su frente: —Es Lonnie... —contesta sin verme a los ojos, otra vez, otra vez me quieren enredar aun más de lo que ya estaba.

—Odio a Lonnie. —Richard va a hablar pero interrumpo sus palabras, limpiando mis lágrimas—. Los odio, los odio por hacerme esto, te odio a ti por no explicarme Richard, creí que eras mi amigo, yo creí... —Veo los ojos llorosos de él y suspiro—. Quiero dejar de sentir...

—No digas eso Joel.

—¿Podrías darme una de tus pastillas? —le pregunto sin pensarlo dos veces.

Sé que Richard las tiene porque un día, hace meses, cuando nos tocó compartir habitación, pude darme cuenta que siempre lleva consigo el frasco de pastillas que solía tomar en lo días frustrantes; y me duele tanto el pecho y la cabeza que quiero olvidarme de todo por unas horas.

—¿Las pastillas para dormir? —cuestiona y afirmo—. Sí, claro —responde, y va a su mesa de noche y me regala una, yo la tomo con un poco de agua que él mismo me da y me quedo en su habitación mientras vemos La Hora Hola.

Fin del Flashback.

—Después de todo creo que ya no tendrás la cita con Lucia —murmura Christopher.

Renato me ve y resopla.

«No, yo no tuve sex... no, eso no pasó... ¿o sí?»

—Yo no... —comienzo a tartamudear, por alguna razón mi lengua se traba. Mi mente intenta unir cada pieza para explicar la situación—. Nosotros no... ¡no!

—No te creo, esto es... —Zabdiel niega con su cabeza y jala del brazo a Chris.

Todos, excepto Renato, se van de mi habitación y no me siento capaz de ver a la cara a la chica, porque no recuerdo nada después de las 2 am, y es demasiado bajo creer que he tenido relaciones sexuales con alguien a quién realmente no conozco.

Ese no soy yo.

Veo debajo de las sabanas y tengo puesto todo, a excepción de mi camisa.

—¿Cómo llegaste aquí, Laura? —reacciono.

—Yo... —Renato la ve fijamente y frunzo el ceño—. Yo... me tengo que ir, lo lamento, no quería causar esto; en serio lo siento Joel, perdóname... —Veo desconcertado cómo recoge sus cosas y Renato le abre la puerta: —No le diré a nadie, no tienes de qué preocuparte —susurra y luego se va.

—No tuve sexo con ella —digo con seguridad, después de recordar casi todo.

—¿Cómo llegó a tu cama?

Alzo los hombros: —Richard, Richard me dio una pastilla, recuerdo haberme quedado dormido, y ya después nada...

—Yo hablo con él, no quiero que esto se ponga peor, y... —Se prepara para salir de la habitación y dice: —prepárate para el escándalo, se filtró un video tuyo hecho un desastre.

N/a: *Se va corriendo*

¿Les gustó? ¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top