𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼#18.
"Las palabras pueden ser una poderosa arma doble filo, capaz de herirnos profundamente, al igual que un papel fino y frágil que se rompe fácilmente ".
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Inglaterra, Londres/ 21 de Julio.
𝐆𝐚𝐥𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐨𝐬
—Me estás escuchando chico engreído.—Le pregunto molesta cruzándome de brazos.
El me mira un poco confundido, para luego en señal de nerviosismo pasarse las manos por su cabello.
—¿Qué decías?.—Inquiere ,y yo lo fulminó con la mirada.
—Puedes dejar de distraerte.
—Tú me distraes.—Dice él acusándome.
—Ahora soy una atracción de circo.—Le digo con sarcasmo, y el se ríe a carcajadas.
—Quizas.—Me asegura con simpleza.—Pero eres mi atracción favorita.
Yo le regaló una sonrisa genuina mientras me siento en la camilla donde el se encuentra acostado.
—Te decía que mi padre piensa acompañarme al psicólogo. Debido a que quieren que le expliquen el impacto que pueden tener las palabras y lo mucho que me afecta el tenerlo presente ahora.—Le expresó con sinceridad mientras el se queda un poco pensativo.
—Ambos necesitan arreglar sus diferencias y creo que para hacerlo deben entender el lugar del otro.—Dice sincero mientras con delicadeza entrelaza nuestras manos.
—Crees que podamos solucionar todo.—Le pregunto y el me mira con compresión.
—Lo creo, Galia.—Me asegura con sinceridad.—No será fácil, llevará un poco de tiempo, pero también sé que es posible.
Sin poder contenerme lo abrazo tratando de no lastimarlo y el me corresponde. Nos mantenemos así por un largo tiempo hasta que él rompe el maravilloso momento.
—¡Oye!, tienes que irte a la consulta con tu psicóloga.—Me recuerda y yo me quejó.
—Desde cuando eres el que rompes los grandes momentos.—Inquiero molesta.
El sé mantiene en silencio y luego me mira con profundidad.
—Desde que me preocupo por ti.—Dice con una sonrisa y yo lo miró sorprendida.— No me importa afrontar los momentos más difíciles si tengo tu apoyo y compañía, porque sé que juntos podremos superarlo.
Cada vez que me decía esas cosas.Era imposible que mi corazón no latiera por su causa.
— Ven acá mi castaño.— Le digo entendiendo mis brazos, el me envuelve con los suyos y luego me mira con una sonrisa cómplice.
—Ahora soy tu castaño.— Inquiere el enarcando una ceja y yo me ruborizo completamente.
—Olvida que dije aquello.
— Dudo mucho que logré hacerlo.— Dice riéndose de mi cara avergonzada.
—Te odio.— Le asegura mientras me levanto y me dirijo a la salida de la habitación.
—Yo también te amo chica boba.— Me grita para que pueda escucharlo.
Me volteo mientras sin evitarlo me rio a carcajadas de sus ocurrencias. Ese castaño era uno de los mejores regalos que la vida había colocado en mi camino.
— ¿Sabes algo?, Cuando nos miramos siento por un segundo que todo deja de importar, y solo existimos tu y yo.
—Le expresó con sinceridad mientras el me sonríe con ternura y me mira anotado.
—Eso es algo bueno o malo.— Pregunta un poco confundido.
—Supongo que bueno.—Le digo con honestidad.—por que...
— Hija debemos irnos.— Dice mi padre interviniendo en la habitación, al igual que interrumpiendo lo que hiba a decir.
Miró a Emiliano y el me sonríe genuinamente, mirándome con compresion, dándome entender que comprendía la situación.
—Nos vemos luego, chico engreído.—Le digo y el asiente en respuesta.
Salgo de la habitación con mi padre Ami lado mientras nos encaminamos por los interminables pasillos de esté hospital. Al llegar a la salida nos dirigimos al estacionamiento donde está la camioneta negra que le pertenece.
Ambos ingresamos en la misma y unos minutos después se pone en marcha mientras mi progenitor conduce por las carreteras en dirección a nuestra cita con la psiquiatra.
El trayecto se me hace indefinido hasta que uno media hora después, el auto se estaciona frente al consultorio. Mi papá baja del vehículo y yo imitó su acción para asi juntos adentrarnos al lugar.
Después de haber subido las escaleras llegamos a los pasillos en los que visualice tres pacientes esperando su turno. Nosotros nos sentamos juntos a ellos esperando a que nos indicarán cuando tenemos que entrar.
Pero mi mirada se centro en el chico que estaba a mi lado. Lo conocía, lo había visto hace un par de meses entre los pasillos, era el mismo chico rubio que una vez me hizo ver qué yo no era la única que sufría. Estaba muchísimo mejor que aquel día, ya no estába tan flaco , se veía más feliz y entusiasmado de la vida.
El chico al percatarse de mi mirada se centro en observarme fijamente.
—Nos conocemos.—Pregunto un poco confundido mientras esperaba una repuesta de mi parte.
—Eh... Cómo tal no.—Le digo un poco nerviosa porque socializar nunca ha Sido mi fuerte.—Pero una vez presencié cómo tú pasado te consumía.
—Ah comprendo.— Dice el amigablemente.— Entonces supongo que no fue la mejor impresión.
—En realidad, ese día me enseñaste que aveces nos encerramos en nuestro dolor que nos olvidamos que hay personas haya fuera sufriendo igual o incluso peor que nosotros.— Le hago saber y el mira sorprendido.
—Si ese día no hubiese estado tan sumergido en mi dolor,quizás me hubiera dado cuenta que tú también estabas sufriendo.— Dice un poco incómodo mientras veo la sinceridad reflejada.
— Ya eso no importa, porque ahora miranos.—Le digo con honestidad. —Quizás no hemos sánado nuestra heridas internas completamente pero aún así estamos cada vez más cerca a la felicidad.— Le aseguro y el sonríe genuinamente.
—La sanación no tiene un camino predeterminado, sino que consiste en enfrentarse a tus propios miedos y heridas, y ser consciente de que con perseverancia y compasión por ti mismo, puedes vencer cualquier obstáculo que se interponga en tu camino y encontrar la salida que te llevará a la paz y la comprensión.—Me dice con honestidad mientras veo como algunas lágrimas resbalan de sus ojos.
Yo sin poder contenerme lo abracé mientras las lágrimas también caían por mi rostro.
Porque así era la vida, te ponía en lugares y situaciones tan complicados que no podías escapar de ello .
La depresión y otros trastornos mentales no son algo que nadie elige sufrir, pero lamentablemente la vida no siempre es justa. Sin importar la razón, lidiar con estos problemas puede ser un camino oscuro y solitario. Sin embargo, es importante recordar que no eres tu trastorno y que existe ayuda y esperanza.
Aunque nadie nunca toma como decisión vivir con ellos. Por cosas inexplicables de la vida podemos terminar lidiando con esa carga.
Aunque los demonios de la mente pueden a menudo parecer insuperables, siempre hay una luz en la oscuridad. Hay poder en ser capaz de explorar nuestras profundidades, de aprender a vivir con las partes oscuras y luminosas de nuestro ser, y de recordar que el poder del amor propio puede guiarnos hacia la sanación.
Porque siempre existe la posibilidad de encontrar el camino hacia la paz y la sanación, aunque parezca que todo está perdido.
—Gracia de verdad que tus palabras han tenido un significado muy profundo.—Dice sincero mientras limpia algunos rastro de lágrimas.
—Ha Sido un placer hablar contigo.— Le digo con honestidad.Para luego extenderle mi mano.—Soy Galia Zahara Roos, una chica que ha sufrido depresión y ansiedad desde hace cuatro años. Pero que ahora vive su vida con la esperanza de encontrar la sanación .
—Soy Ethan Miller , un chico que sufre de agorofobia, depresión y ansiedad debido a la muerte de su madre. Pero que ahora entiende que la vida es apreciar cada bella experiencia por difícil que sea.—Expresa con una sonrisa cálida mientras enlaza nuestras manos.
Luego de esa conversación el ingreso a su cita y yo quede perdida en mis pensamientos como en las mayorías de las veces. Por un tiempo tan indefinido que solo reaccione cuando escuché mi nombre desde él pasillo.
— Galia Ross.— Pregunto Luz desde una distancia considerada, y yo me levanté de mi asiento rápidamente.
Me encamine a los pasillos del consultorio, y mi padre hiba detras de mí, siguiendo mis pasos, hasta que entre en el pequeño cuarto en el que siempre asistía a mís consultas.
Yo tomé asiento y mi progenitor lo hizo a mi lado. Mientras veía a mi psiquiatra mirándome con una sonrisa amplia.
—Como has estado Galia.—Inquiere ella tan amigablemente como siempre.
La verdad no me había equivocado en elegirla como mi psicóloga. Ella había creado en mí, esa confianza que ya hacía perdida.
—Supongo que he tenido días peores.—Le digo con sinceridad mientras comenzaba a analizar mi respuesta.
—Hay algo de lo que deseas hablar.
Yo deseaba decir muchas cosas, y sólo podía estar en paz conmigo misma cuándo fuera capaz de expresarlas.
—Las palabras pueden tener un impacto profundo en las personas,¿Cierto?.—Le pregunta directamente y ella me mira un poco sorprendida.
—Sí es cierto. Las palabras pueden tener un gran impacto en las personas y en las relaciones.— Asegura con esa calma tan propia de su ser.— Aunque las palabras en sí no pueden causar un daño físico directo. Pero pueden causar daño emocional y psicológico.
Eso explica demasiadas cosas, y algunas que aún nos soy capaz de comprender.
— Porque aveces esas palabras pueden marcarte de una manera tan dolorosa qué pasan los años y aún sigue el recordatorio de esa marca.—La hago saber mientras me mira con compresión.
Mi padre se mantiene en silencio e inexpresivo. Lo cuál me hace entender que está muy alejado de nuestras conversación.
—Galia, algunas frases pueden quedarse en tú mente por años e incluso para siempre.—Dice con la verdad reflejada en su mirada.—Y lo peor es qué pueden generar una huella emocional que vas más allá de lo que recuerdas. Pero recuerda todo se aleja, se olvida y se pierde.
Ojalá pudiéramos eliminar los recuerdos dolorosos del pasado con la misma facilidad con la que los recordamos. No es fácil perdonar y olvidar las heridas que nos han causado, sobre todo cuando las personas o los recuerdos siguen presentes en nuestra vida
—No es fácil olvidar las frases que te repitieron solo para que lo creyeras.
Eso era muy cierto, no es para nada sencillo borrar lo que una vez estuve implementaro en tu memoria.
—Tienes mucha razón, cuando alguien te dice constantemente que no vale nada, eso puede erosionar la confianza en tí mismo, hacerte dudar de tus valores e incluso darte la sensación de lo que ese individuo está diciendo es cierto.—Comenta con esa sabiduría que siempre ha tenido.
Mi psicóloga al darse cuenta de que no hiba articular palabra alguna dirigió su mirada hacia mi padre.
—Señor Brandon,¿Cómo es posible dejar atrás las palabras que otros implementaron en tí?.—Le pregunta directamente, y esté la mira anotado por la situación.
Mi mirada se dirige hacia él queriendo esperar cualquier respuesta que venga de su parte.
—Aveces aquello que has oído en el pasado puede condicionar tus actitudes y comportamientos, formar tu autoestima y determinar tu manera de percibir y vivir la vida.—Asevera mientras me mira con ese arrepiento que ha llevado por algunos años.—Por eso debes identificar las inseguridades que te han afectado, y considerar como estás han influenciado en tu vida.
Le sonrió ampliamente mientras siento como algunas lágrimas se derraman de mis párpados. Cada persona tiene derecho a cometer errores y muy pocos son lo que están dispuesto a repararlos.
Pero estaba conciente que mi papá estaba dispuesto a reparar nuestro rompecabezas.
Luz me tiende un pañuelo para que seque mis lágrimas y yo le agradezco.
— Efectivamente señor Roos, aveces nos perdemos en lo que otros dicen y creemos muy dentro de nosotros que es verdad. Pero eso no es más que una distorsión de la realidad.— Asevera de manera sincera y comprensiva.—No obstante, tú eres tu propio valor, tú defines quien eres y lo que eres capaz de hacer. Siempre tienes la opción de escoger que palabras escuchar y cuáles no.
—Gracias por tus valiosos consejos luz.— Le hago saber y ella me sonríe genuinamente.
—Recuerda es importante permitirnos sentir y procesar las emociones asociadas a esas experiencias pasadas.—Me recomienda con honestidad mientras sontiene mi mano para darme apoyo.
—Ya que a menudo las personas intentan evitar o suplimir emociones dolorosas, pero ésto solo prolonga el sufrimiento. Por lo cuál aceptando y permitiendo que las emociones afloren, podemos comenzar a trabajar en su liberación y sanación.
Yo le sonrió ampliamente para luego repetir las palabras que ella me había enseñado.
—Todo en algún momento se aleja, se olvida y se pierde. Dejando momentos más bonitos por reconstruir.
—Estoy muy orgullosa de tí Galia.— Asegura con esa sonrisa tan resplandeciente.
Mientras yo solo me levanté de la silla para abrazarla por todo el apoyo que me había brindado todos estos meses. Y luego de esa abrazo de amor, cariño, miedo.
Tenía el conocimiento de que ya no quería vivir limitada.
Porque por primera vez quería disfrutar la vida de verdad.
Luego de aquel momento mi padre y yo nos despedimos de su persona para luego salir de aquel lugar. Llegamos al aparcamiento y sin pensarlo ingresé a su auto y él se adentro también segundos después.
El vehículo comenzó a andar por las calles de Londres.En dónde el trayecto solo era un camino indefinido.
—Te gustaría ir por un helado.— Pregunta mi pregenitor mirándome de reojo mientras seguía pendiente de la carretera.
—Me encantaría.—Le digo con sinceridad para luego desviar mi mirada.
Me centre en observar las calles desiertas dónde transitaban algunas personas desde la ventana de el carro. Mis pensamientos divagaban en diversos encenarios y recuerdos.Y sólo me dejaba llevar por la magnitud de cada uno. Cómo cada experiencia, cada dolor e incluso cada alegría.
Cuando estamos lesionado físicamente, es fácil ver y sentir el daño que se nos ha infligido. Sin embargo, cuando se trata de inseguridades y palabras hirientes, las heridas suelen ser invisibles y eso puede hacer que nos sintamos más vulnerables.
Pero recuerda que no puedes controlar las acciones o pensamientos de otras personas, y es importante priorizar tu propia salud mental y emocional.
Porque es importante pensar en el impacto que pueden tener nuestras palabras es los demás. Y tratar de usarlas de forma constructiva y empática marcada una diferencia en la vida de otros.
Aunque seguimos transitando por las carreteras sin darme cuenta el vehículo se estaciona en una heladería . Yo baje del mismo y mi padre imita mi acción.
El lugar es acogedor con paredes en un tono rosado pálido, hay algunos clientes y las mesas están cubiertas con un mantel beis, con unas lindas flores rojas en el centro.
Yo me siento en una de las mesas del sitio y mi padre lo hace a mi lado. Yo visualizo en el pequeño menú los diversos sabores de helados, pero el único qué me parece apetecible es el de chocolate con fresas.
Una mesera tomas nuestras órdenes y minutos después trae lo pedido. Dónde me sorprendió cuando Casualmente ambos elegimos el mismo sabor.
—Galia quería agradecerte por venir conmigo a este lugar.— Expresa mi papá con sinceridad.
—No me agradezcas, me gusto pasar este día contigo.—Le aseguro con una sonrisa cálida.
Ambos pasamos minutos en ese lugar hablando de anécdotas y situaciones vergonzosas. Nuestras risas contagiaban aquél sitio y por primera vez me sentía feliz.
Escuché mi teléfono vibrar un poco confundido lo agarre para contestar la llamada. Mientras me alejaba un poco de dónde nos encontramos.
—Hola.—Dije con voz poco audible.
El otro lado de la línea quedó en silencio por algunos transcurso de segundos hasta que finalmente se escuchó la voz de mi abuela.
—Cielo tengo una buena noticia para tí.—Me dice con entusiasmo.
—Sorprendeme.— Le digo en broma.
—A Emiliano le acaban de dar de alta. — Esas palabras fueron suficientes para que mi sonrisa se extendiera por todo mi rostro.
—Eso es maravilloso.— Le digo con emoción aún sin poderlo creeer.
—Bueno cariño solo queria informarte que estamos dónde Natalie.
—En unos minutos estaré hay.—Le aseguro para luego colgar la llamada.
Me encontraba tan feliz que no pude contenerme, y sólo corrí para abrazar a mi padre. Esté se tensó pero luego me envolvió con sus brazos apesar de que no entendía mi acción.
Yo deshice el abrazo para luego disculparme por mi rápido comportamiento.
—No te preocupes cariño lo comprendo.— Yo asentí un poco apenada.
Espere a qué el pagará ambos helados y juntos salimos de esté lugar para caminar hacia el estacionamiento. Dónde obviamente entramos a su camioneta.
Luego de unos segundos comenzamos a recorrer por las calles y yo solo hiba recostada de la ventana mientras veía los hermosos paisajes que adornaban la ciudad.
El trayecto fue más corto de lo que pensé. Sin darme cuenta el vehículo se estaciono en la entrada de la casa de Natalie. Yo bajé del mismo y mi padre lo hizo algunos minutos después.
Tocamos el timbre y una muy sonriente Ivy nos abrió la puerta.
—Galia que gusto volver a verte.— Comenta muy feliz por mi llegada.
—Tambien es bueno saber de tí.— Le hago saber con una sonrisa genuina.—Ivy te presentó a mi padre, Brandon Roos.
Ella lo miró por algunos transcursos de minutos hasta que por fin asiente en repuesta mientras ambos enlazan sus manos.
Todos ingresamos al interior de la casa donde cada rincón estaba adornado y habia un hermoso cartel con la frase "Bienvenido" en lo más alto de la sala. Y la verdad en eso momento sentí cierta decepción al saber que no pude hacerle la bienvenida que merecía.
—Mi cuñada favorita te extrañe.— Dice un exagerado Liam mientras me abraza fuertemente casi dejándome sin oxígeno.
Acaso me había llamado cuñada. No era posible. Y sí, estaba muy conciente que Emiliano y yo no éramos amigos pero tampoco había algo más allá.
— Eres un exagerado insoportable.— Le hago saber y este hace un gesto de sorpresa.
—Me dolió Galia, y mucho.— Dice mientras se llevaba una mano a su corazón.
Yo solo voltee mis ojos mientras miraba a su novia.
—Como los soportas.— Le pregunto casi pidiendo paciencia.
—Aveces me preguntó lo mismo.— Me asegura para luego restarle importancia.
Su novio nos fulmina con la mirada y luego nos sonríe con travesura en su expresión.
—Pero así me quieren.— Dice seguro mientras nos señala a ambas.—Y para su buena suerte yo también.
Nosotras sin evitarlo nos reímos a carcajadas por sus ocurrencias. Y después de aquel suceso ellos juntos se fueron a un lugar de la casa. Mientras yo decidí ir hacia el jardín.
Camine por un pequeño camino de piedras que adornaban el sitio. Sus rosales y flores se encontraban hacia un lado para luego un poco más adelante encontrar una mesa pequeña de madera con dos asientos.
El lugar era hermoso en todo el sentido de la palabra. Estoy tan fascinada viendo los alrededores que no me percate que alguien estaba tapándome los ojos.
—Adivina quien soy.— Dice aquella vos sutilmente delicada que reconocería entre todos el ruido del mundo.
—No se déjame pensar.— Le digo en broma mientras me rio a carcajadas.
—Chico engreído quiero ver el paisaje.— Me quejó y el deja un tierno beso en mi hombro.
—Ven aquí chica boba.— Me dice para luego abrazarme con esa delicadeza que me hacía sentir frágil.
—Lamento no haberte hecho una bienvenida propia de tu persona.— Le digo un poco decepcionada de mi misma.
—Galia créeme que tenerte aquí a mi lado. Es la mejor bienvenida que una persona pueda tener.—Dice con sinceridad mientras dejá un tierno beso en mi frente.
Yo le sonrió ampliamente mientras lo miró con cierta ternura.
—Podemos quedarnos en este lugar por un poco más de tiempo.—Inquiero y el asiente muy alegremente.
Ambos nos encaminamos a dónde se encuentra los banquitos de la mesita que se estaba en medio del jardín. Mientras caminábamos con nuestras manos unidas.
—Es increíble como las cosas más hermosa pueden lastimarnos.—Le digo con honestidad mientras siento su mirada hacia mi persona.
—A veces es mejor no tener miedo de arriesgar tu corazón, porque es entonces cuando puedes experimentar la belleza y la grandeza de la vida.— Me confiesa mirándome fijamente.
—Yo quería decirte en el hospital.
Qué cada vez que estamos juntos, siento que el tiempo se detiene para los dos.—Le expresó mientras me pierdo en esos iris marrones.—Porque ... Hay lugares de los que no podemos escapar, miradas que nunca olvidarás y corazones que siempre permanecerán.
—Te amo tan lento como las horas de un reloj, chica boba.— Dice con sinceridad mientras me mira con ese amor tan puro.
—Yo también, chico engreído.
El tiempo era como un laberinto de posibilidades.Donde nuestros tiempos son más que una carrera ciega sin rumbo fijo.
Recordando siempre que cada una de nuestras experiencia es válida y merece ser tomada en serio. No dejes que las opiniones de otras personas te hagan dudar de tí misma.
Porque es muy dificil cuando la depresión y la ansiedad no se toma en serio y se minimiza cómo algo que no es real o que se puede controlar fácilmente. Olvidando que ambas son enfermedades mentales reales y graves que pueden afectar todas las áreas de la vida de una persona. Y no es algo que pueda superarse con "pensamientos positivos" o "alegría forzada".
El tener el valor de sanar y vivir plenamente, es único. Ya que todos somos diferentes y tenemos aspectos maravillosos que ofrecerle al mundo.
Tú eres el arte qué sostiene al universo.
Tú existencia es un milagro, tú ser una belleza y tú alma un tesoro.
El mensaje de que somos especiales y que nuestra existencia tiene un propósito ,es un valor poderosamente alentador.
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Nota de la Autora: Hola mis amores lamento haberlos abandonado. Y también siento mucho no haber actualizado como lo prometí.
Pero pasé diversas situaciones personales, me quedé sin internet, me enferme, se me acumularon algunas actividades. Y en consecuencia me ausente.
En fin las siete plagas de Egipto jajajajaja :')
Pero estoy de vuelta mis Lectores. :)
Estamos llegando a la encrucijada final de esta historia y la verda no puedo evitar sentir orgullo por nuestra Galia. Porque apesar de todo esta es su historia con sus altos o bajos pero es suya.
Agorofobia: Puede causar miedo a estar en lugares abiertos o a las multitudes, lo que puede impedirle a la persona involucrada participar en actividades diarias y socializar con otros.
¿Alguna opinión o teoría?
Si tienen preguntas haganlan en mi cuenta de Instagram.
Muak los quiero 💘
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