𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼#16.
"El dolor puede oscurecer la luz más brillante del corazón bondadoso. Puede estrellar su fragilidad y crear un caos desolado donde antes había paz."
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Inglaterra, Londres/ 19 de Julio.
𝐆𝐚𝐥𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐨𝐬.
Me encontraba en el jardín de la mansión de mi abuela. Leyendo el libro que me regaló Layla antes de irse. Tratando quizás de refugiarme en letras.
Porque en momentos de dolor y sufrimiento, a veces buscamos refugio en algo o alguien , tratando de alejarnos del abismo en el que nos encontremos.
Sin embargo, por muy difícil que sea vivir. Recuerda que cada amanecer es un recordatorio de qué tienes el poder de sanar y encontrar alegría en los pequeños momentos.
No lo niego ya han transcurrido algunos días en los que ya no puedo escuchar sus linda voz, sin ver esos ojos marrones que me fascinan tanto. Sin saber nada de él, y siento como si hubiera pasado un año.
Aún no soy capaz de entender a qué me aferró tanto. Sí sus ojos no me miran y su corazón no es mío.
Pero el ser humano es masoquista en muchas circunstancias.
Entonces es importante entender qué a veces amamos a quienes no nos aman. Queremos a quienes no nos quieren. Buscamos lo que sabemos que nunca vamos a encontrar y perdemos aquello qué nunca fué nuestro.
Y sobretodo yo tenía que entenderlo. Sólo que me costaba tanto aceptar la realidad de eso hechos que me sentía incapaz de hacerlo.
Dejo el libro de lado ya cansada de que el castaño no saliera de mi mente.
Me levanté y me dirigí a la sala principal de la mansión donde se encontraba mi abuela.
—Cielo, te encuentras bien.—Inquiere mi abuela preocupada.
Yo no comentó nada. Solo me dirijo a dónde se encontraba ella para sentarme a su Lado.
— En este momento de mi vida no sé cómo sentirme.—Le confieso con sinceridad.
Su mirada de preocupación se centra en mí. Aún así no comenta nada sino que acaria mis cortas hebras con deliciosa.
—Cariño ,no sé que sucedió.— Comenta ella de repente.— Pero ese chico está sentado en el jardín de la entrada deseando hablar contigo.
La noticia me afecta porque aunque quisiera escucharlo. No soy capaz de soportar otro rechazo de su parte.
—No quiero hablar con él.— Le digo con honestidad mientras siento como mis ojos se cristalizan.—Aunque lo amo con todo mi corazón, sé que mi amor no es correspondido. Sin
embargo, mi amor propio es más fuerte y ha decidido dejar de sufrir por la persona que no me valora.
—Respeto tus decisiones pero el merece ser escuchado.— Dice ella de forma comprensiva.—Tienes que escuchar la versión de sus hechos y entender por qué actuó de esa manera.
—Lo haré pero no en este momento. Necesito ir al consultorio de luz primero antes de poder enfrentarlo.
—Le digo muy segura en mi misma.
—Le diré a Marcus que te lleve.
—Pero Emiliano se encuentra en la entrada y no deseó verlo.—Le digo con honestidad.
—Bien.—Dice con frustracion.—Podrás salir por la puerta trasera de la mansión. Siempre y cuando estés dispuesta a escuchar al chico despues.—Dice mi abuela con una sonrisa de triunfo.—Un favor por otro favor.
Yo la miro incrédula sin poderlo asimilar. Hasta que entendí que no tenía otra opción. Y entrelace su mano con la mía. Aceptando el trato.
— Está bien.— Le dije con sinceridad mientras. Ella sonrió y asiente.
Mi abuela llamó a nuestro chófer el cuál se posicionó en la salida de atrás de la mansión. Yo me relajé un poco al saber que no vería al chico dueño de mi corazón, todavía. Y con una sonrisa me encamine a la segunda salida donde estaba Marcus en el Rolls Royce.
Lo saludo y el me sonríe con ternura. Ingreso en el vehículo el cuál se pone en marcha por las calles de Londres.
El trayecto es tranquilo y sólo soy capaz de pensar en todo lo sucedido en mi vida.
Dónde he aprendido amarme lo suficiente. Desde mi sonrisa , hasta las cosas más absurdas como las cicatrices en mis muslos.
Imperfecciones que me dolía ver marcada en mi cuerpo. Pero que ahora sé que son mucho más. Son el recordatorio del que pasado dejá marcas, más no define o limita tú futuro.
El amor propio es tan valioso como el amor por los demás. Porque amarte a ti mismo es un acto de valentía qué poco guerreros tienen.
Dejó mis pensamientos hasta ahí para luego centrarme en mirar el paisaje. Y al mismo tiempo siendo capaz de ver mi evolución y todo lo que he podido lograr en algunos meses. Siempre tuve presente que intentarlo cambiaría mi vida. Pero nunca imaginé que lo haría de tal magnitud.
No obstante, el sanar las heridas es un camino de procesos. Y cada uno es más difícil que el anterior.
El auto se estaciona en la entrada del consultorio. Yo bajo del mismo con alegría, en dónde me dirijo a las escaleras de la entrada. Ingreso al lugar y no visualizo a ningún paciente como en mi última visita. Pero de igual manera me encamino al consultorio que está al final del pasillos.
Al entrar veo a Luz sentada en su escritorio leyendo un libro. Ella levanta la mirada de su lectura y al verme. Su sonrisa se amplia.
—Galia Roos.—Dice ella alegremente.
—La chica que se aventuró para lograr amarse. Y aunque la tempestad fue difícil, hoy está aquí amándose como nunca imagino hacerlo.
—Me siento orgullosa de mi misma.— Le confieso con sinceridad.
—Yo también estoy muy orgullosa. Sigue encontrando dentro de tí el camino hacia la paz exterior, dónde la serenidad aguarda pacientemente.—Dice con honestidad.
Me siento delante de su escritorio y ella me mira atentamente.
— A qué se debe tu consulta Galia.—Inquiere mi psiquiatra. Mientras yo chasqueo con incomodidad.
—Quiero soltar el pasado para vivir el presente.—Le digo con seguridad. Mientras ella me mira anotada.
—Sabes que todo conlleva al recordar.
—Me informa y yo asiento.
—Lo tengo presente Luz. Sólo que me da miedo el no ser capaz de olvidar lo sucedido.—Digo con sinceridad. Sintiendo que liberó un poco mis temores.
—Perdonar no implica justificar o olvidar el daño causado , sino liberarnos del resentimiento y el peso emocional que llevamos.— Dice ella transmitiendo calma.
—Supongo que debemos perdonar y dejar el resentimiento. Pero que tantos pasos debemos dar para lograrlo.—Le pregunto con curiosidad.
—¡Es una buena pregunta!.—Comenta ella de repente. Mirándome fijamente—Muchas veces, perdonar es más un camino que un evento singular. Puede involucrar muchas etapas, como aceptar lo que sucedió, ver el dolor de la otra persona y también tu propio dolor, y después elegir perdonar para liberar el peso del resentimiento. Hay mucho recorrido Galia pero solo tú eres la única capaz de saber si estás lista o no.
Me quedo en silencio asimilando sus palabras. Sin saber que decir o que debería argumentar.
—Luz, también es importante que aprendamos a vivir en el presente. Y permitir que el pasado se convierta en una parte de nosotros en lugar de ser nuestra identidad.—Menciono confiada en mí misma.
— ¡Exacto¡.— Dice mi psiquiatra dándome la razón.—El pasado puede tener tal control sobre nosotros, sobre todo cuando estamos lidiando con traumas y heridas emocionales.
—Quizas por eso es tan importante darnos tiempo para aprender y sanar.
Porque debido a eso somos capaces de usarlo para mejorar y convertirnos en nuestra mejor versión.—Digo con sinceridad.Hablando desdé mí experiencia.— Pero es complicado perdonar a los causante como soltar el dolor.
—Es dificil, Pero es necesario.— Contraataca ella sabiamente.—Al perdonar , ya no eres esclavo del dolor. Puedes seguir adelante y empezar a vivir tu vida sin estar limitado por los daños del pasado.
—Es cierto.— Le digo entusiasmada. —Básicamente, perdonar es un acto de compasión hacia nosotros mismos. Es una forma de decir, "Aunque lo que me hiciste me hirió, no voy a dejar que me controle esa herida."
—Estas en lo correcto, Galia.—Me dice ella con una sonrisa.—El perdón no es como una luz que se enciende.Es algo que se desarrolla y crece como una semilla que aprende a convertirse en una gran planta.Y eso requiere tiempo y atención, pero lo valdrá al final.
—Crees que pueda soltar mi pasado.— Le pregunto a mi psiquiatra con honestidad.
—A veces tenemos que soltar los hilos que nos atan y aprender a caminar sin ellos.Porque son ese vínculo qué nos puede limitar o detener.—Me dice ella regalandome una sonrisa genuina—Pero tú tienes la capacidad de romper eso lazos que te unen a tú pasado. Y sé que serás capaz de hacerlo.
— Te agradezco mucho todas tus palabras.— Le digo con honestidad.
—Soy tu psicóloga Galia.—Me recuerda con gentileza.— Siempre me esforzaré por tener las palabras correctas para tí.
Yo no digo nada, solo le sonrió en repuesta. Luego rodeó el escritorio y me acerco hacia ella para envolverla en mis brazos.
—Gracias porque no te imaginas todo el cambio radical que ha tenido mi vida. Te debo mucho, Luz.— Le expresó con sinceridad.
— Ha Sido todo un placer.— Me asegura con sutileza.
Rompo el abrazó y le regaló una sonrisa cálida para luego dirigirme a la salida del consultorio. Atravieso el extenso pasillo y bajo las escaleras de la entrada. Dónde visualizo a Marcus sonriéndome genuinamente.
Ingreso al vehículo donde mi chófer lo pone en marcha segundos después.
Visualizo el paisaje desde la ventana. Y sólo soy capaz de reflexionar las palabras de mis psiquiatra.
Soltar nuestros resentimientos, es básicamente perdonar. Porque en ese momento dejamos de ser esclavos de nuestros dolores. Y podemos seguir adelante.Así como también podemos vivir la vida sin estar limitado por los daños.
No obstante, también significaría sentir libertad de nuestro dolor, lo cual nos permitiría movernos hacia un futuro más saludable y feliz.
"Solo nosotros tenemos el poder y la capacidad de escribir nuestra historia y curarnos en nuestra propia forma.
Es decir, podemos crear y convertirnos en lo que queremos ser".
¡Nunca lo olvides eres el autor de tú libro de vida!.
La sanación es un viaje que toma tiempo y toma esfuerzo. Cada paso es un desafío en sí mismo, pero cada uno nos lleva más cerca de encontrar la paz y el equilibrio. Sabemos que es un proceso difícil, pero también sabemos que vale la pena.
"Recuerda que aunque pueda ser difícil, tú eres un guerrero que puede vencer cualquier batalla, incluso las que están ocurriendo dentro de tu mente. Celebrar y reconocer cada pequeña victoria es una forma importante de librar tus guerras."
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Al llegar a la mansión, tenía presente que debía enfrentar y hablar con el chico que sé había adueñó de mi ser. Sólo que no me sentía capaz de mirarlo y callar el caos de mis sentimientos.
Pero también era conciente qué en cualquier momento tendría que enfrentarlo. Así que para que alargar más la situación.
Bajo del auto el cuál se estacionó en la entrada principal. Yo me encamino por los pequeños rosales de la entrada hasta ver al castaño sentado en la escaleritas. Me acerco con cautela hacia su dirección.
—Hola, chico engreído.— Sus ojos marrones conectan con los míos. El se levanta y se posicionó frente de mi persona. Mientras yo simplemente le regaló una media sonrisa.
— Hola, chica boba.—Lo dice tratando de ser cuidadoso con sus palabras.—
No te imaginas el vacío que dejaste en mi corazón cuando te fuiste esa noche. Mi alma estaba destruida sabiendo que no podía estar lejos de ti, pero a la vez amaba el caos y la desesperación que sentía por estar contigo, aunque sea solo un momento.
—Me lo confiesa con sinceridad y le creó. En verdad creo en su palabra.
Pero el no me ama. Y necesito proteger a mi corazón de más sufrimientos.
—Emiliano no desconfío de lo que dijiste.— Le expresó con delicadeza. Y el me mirá fijamente.—Sin duda, tengo un profundo amor por ti, y no puedo cambiar eso. Sin embargo, también me amo a mí misma y me merezco ser tratada con todo el amor del mundo.—Le explico y el sé mantiene inexpresivo.—Por eso he decidido dejar atrás el dolor y el sufrimiento que este amor no correspondido me ha traído.
—Galia jamás quise ser el causante de tus lágrimas. Nunca quise herir a la única persona capaz de calmar mis guerras internas.—Dice mirándome con sus ojos cristalinos.— Sabes que me consumía aún más de todo esto, el saber que no era capaz de estar lejos de tí.—Dice acariciando mis mejillas con delicadeza mientras siento mis ojos cristalizarse.—Porque eres un caos hermoso que me llama, y no puedo resistir tener lejos. No importa cuán difícil sea o cuán dolorosos sean los momentos, quiero estar junto a tí.
Las lágrimas corren por mis mejillas y el las limpias con delicadeza.
—No eres capaz de ver cómo sufro por cada una de tus lágrimas derramadas.—Me confiesa con dolor.
—Es qué no te entiendo.— Le reclamo molesta.—Porque vienes a decirme todo ésto ahora. Sabiendo lo que siento por tí.—Digo dolida y el sólo sé mantiene en silencio.
Mi corazón cae en pedazos de nuevo por su actitud.
—Creo que ya no es necesario seguir hablando contigo.—Le digo con sinceridad para luego encaminarme hacia la puerta de la mansión.
Subo las escaleritas y cuando estoy por subir el último escalón el me agarra la mano deteniendome. Yo lo miró sorprendida sin entender nada.
— ¿Querías una respuesta?, Verdad.— Me pregunta directamente y yo asiento.—Entonces dame la oportunidad de responderte.
Lo miró un poco dudosa al respecto pero aún así bajo los escalones y me posicionó delante de él.
—Adelante, tienes todo el tiempo del mundo.—Le aseguro mirándolo con desconfianza.
—Te estoy diciendo todo lo qué en silencio callaba mi corazón. Porque te amo Galia.—Dice con sinceridad mirándome fijamente. Y en ese momento quede en shock.
Mi lágrimas de felicidad fluían al saber que el me amaba tanto como yo lo hacía. No podía asimilarlo todavía.
—Te amé desde mucho antes de que tú me amaras a mí.—Me dice con honestidad, colocando una mano en mi cintura para acercarme más.—Desde aquel día en el campo donde te conté la historia de las luciérnagas y tu sonrisa brilló. Porque alguien que verdaderamente te ama hará que tu corazón brille.— Yo asiento recordando ese momento. Emiliano pega su frente y mi corazón se acelera por todas sus palabras.—Le agradezco al destino por habernos cruzado en ese consultorio y por convertirte en mi caos."Porque eres mi caos Galia, y amo estar en él".
—Te amo , Chico engreído.—Le digo con sinceridad mientras de sus ojos caen algunas lágrimas.
—Yo también te Amo, chica boba.— Me dice con sinceridad mientras agarra mis rostro con delicadeza.—
¿Me permitirás sentir el dulce sabor de tus labios, mientras eres capaz de descubrir el sabor de los míos?.—Me pregunto y siento que perdí la voz.
—Nunca he besado a alguien.— Le confieso apenada.— No creo que vaya a gustarte.
—No creo que haya algo en tí que no me guste.— Me confiesa acariciando mi cabello con delicadeza.—Aún así quisiera ser el primero en conocer el amor que se esconde en tu aliento. Prometiendote que si me dejas besarte, tendrás un sabor dulce en tus labios.—Dice mirándome fijamente. Y yo asiento en repuesta sintiendo como mis mejillas se enciende de rojo.
El levanta mi mento con cuidado, centrando sus ojos marrones en los míos. Acerca cada vez más su rostro hacia mi, uniendo de esa manera sus labios contra los míos.
Sus labios se mueven y yo no sé cómo reaccionar o qué debería hacer. Por lo cual le doy el control sobre el beso mientras le correspondo torpemente. Mi corazón late descontrolado, las mariposas en mi estómago revoletean y yo solo soy capaz de disfrutar mi primer beso.
Emiliano se separa de mí, y yo me cubro el rostros sintiendo vergüenza.
Y el sólo sé ríe a carcajadas por mi acción.
—Nunca te ocultes de mí, Galia.— Me dice el, mientras con delicadeza me quita las manos del rostro y me pega a su cuerpo para abrazarme.
—Eres un engreído.—Me quejó cruzándome de brazos. Y el amplia su sonrisa.
—Y tu eres mi chica boba.— Contraataca, y yo lo miró con mala cara.
—Eres insoportable.
—Y tú mi caos favorito.
— Deja de decirme esas cosas.— Le reclamo molesta.— Encerio eres un pesado.
—Soy un pesado, un engreído, y un insoportable.—Dice él , mencionando cada uno de los sustantivos que le dije anteriormente.—Pero para todos ellos, tú eres amor en su más indescriptible y pura forma.— Dice con sinceridad. Dejando un tierno beso en mi frente.—Acelerando el latido de mi corazón al sentir la cercanía de tu nombre. Mientras mis ojos reflejan el brillo de tu luz cuando estamos juntos. Y en ese instante, no hay nada más. Solo tú.
—Nunca seré capaz de vivir un solo segundo de mi vida en el que no estes tú presente.—Le confieso con sinceridad mientras el me regala una sonrisa.
Me mira con profundidad, y sé que desea besarme tanto como lo deseo yo. El acerca su rostro a centímetros del mío y sorprendentemente une nuestro labios.
Yo le correspondo el besó un poco mejor que la primera vez. Sintiendo como esté, me consume y derrite mi corazón de una manera que no podría explicar. Nuestros labios danza en sincronía mientras siento como mis piernas se vuelven gelatina, mi corazón se acelera y las mariposas revoletean.
Un beso era un mensaje donde el corazón latía con intensidad como un fuego. Formando un beso fugaz
dónde se derritió en un mar de pasión
con un solo roce.Y el universo parecía haberse detenido por esos instantes de sabor dulce.
Cuando nos separamos nuestra respiraciones están entrecortadas. Y nuestros latidos descontrolados.El me mira con ternura mientras yo solo me pierdo en esos ojos que tanto me fascinan.
—Te amo porque siempre seré esa estrella que deslumbrará tus caminos.
—Me asegura él envolviendome en sus brazos.
—Yo también,Chico engreído.—Le expresó de la manera más sincera.Y el sonríe ampliamente.—Podemos caminar un rato.—Le pregunto minutos después poco apenada. Y el asiente.
Caminamos juntos tomados de las menos entre los rosales hacia la carretera. Dónde hablamos de cosas al azar que nos gustaban.
Seguimos nuestro camino con normalidad. Hasta que siento que Emiliano me suelta la mano. Un poco confundida miro a su dirección preocupada por la situación. Y miro al chico dueño de mi corazón con sus dos manos en el pecho.
—Emiliano, que te sucede.— Le pregunto preocupada sintiendo cierto miedo de perderlo.
—No puedo respirar Galia.— Me susurra. Haciendo que me coloque más nerviosa.
—Vamos tú puedes, respira.—Le digo sintiendo como las lágrimas fluían.
—Por favor respira, Emiliano .
Sin embargo, sé desmayó por el esfuerzo sobrenatural que estaba haciendo para respirar. Al ver al castaño caer en el suelo. Me acerque con rapidez para ponerlo sobre mis piernas con cuidado mientras mis ojos estaban inundado de lágrimas.
Sin tener más opción grite por ayuda.Porque había dejado el teléfono.
—Auxilio.—Grito lo más fuerte que Puedo.—Por favor llamen a la ambulancia.
Pero por mucho que gritará nadie venía a rescatarnos. Hasta que siento la presencia de alguien muy cerca de nosotros. Por inercia levanto mi mirada y veo a un hombre de unos cuarenta y siete años, con un traje negro. Decido subir mi mirada y al visualizar esos ojos verdes esmeralda tan característico. Y ése cabello entre rubio y canoso. Me quedé en blanco y solo fuí capaz de pronunciar.
—¿Papá?.
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Nota de la Autora: Hola mis queridos lectores. Esté capitulo fue muy intenso. Así que vamos a definirlo por partes.
El perdón entre Emiliano y Galia.
Fue muy emotivo. Les recuerdo que el día que nos contó Emiliano la primera historia ya la amaba. Awww:)
El primer beso, fué tan tierno para ser verdad. Cómo han crecido mis niños.
Y el final, ¿Cómo que papá?. Jajajaja. Guiñó;)
Sus inquietudes en mi cuenta de Instagram o aquí en Wappatt.
Muak los quiero 💘
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