𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼#12.
" Y sin darme cuenta como una vez te dije hola. Hoy mi corazón te tiene que decir adiós"
________________________
Inglaterra, Londres. / 19 de Junio.
𝐆𝐚𝐥𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐨𝐬.
Desde que empezó la mañana, sentía un vacío en mí corazón demasiado difícil de explicar.
Llegó el día que hubiera querido evitar por año. Pero que lamentablemente no podría revertir. Hoy tendría que despedirme de una persona que en poco tiempo llego a formar parte de mi vida.
Esa persona se convirtió en mi mejor amiga. Pero también en mi aliada.
Y es muy doloroso tenerte que decirle adiós. A una persona que en algún momento le dijiste Hola.
Pero lastimosamente no todas las personas sabemos valorar lo que tenemos a nuestro lado.
Hasta que la vida nos obliga a perderlo.
Y aunque yo había valorado a mi mejor amiga. Pues me tocaba perderla.
Pero lo aceptaba.
Ya que aveces la vida nos hace perder a personas que ganamos. Para saber valorar los momentos que tuvimos con ella . Y eso era lo que tenía pensado hacer.
Valorar cada uno de nuestros momentos. Incluso aquellos que no tenían importancia.
Dejando mis pensamientos de un lado.
Me plante frente al espejo haciendo la misma rutina que he hecho durante dos semanas. Repetirme las mismas palabras que he tratado de creerme a mi misma.
-Soy hermosa.
-Mi cabello es alucinante.
-Amo cada uno de mis imperfecciones.
-Soy lo que soy. Y me amo tal cuál soy.
Veo mi reflejo, y la verdad me encanta como luzco. Llevo una camisa azul cielo un poco grande con letras blancas. Y unos jeans negro.
Me visualizo por última vez, y sin poderlo evitar me sonrió.
Salgo de mi habitación para dirigirme al pasillo donde está la escalera que va directo a la sala principal. Bajo por la misma y al llegar veo a Layla en un vestido casual de girasoles que le queda por las rodillas. Lleva su cabello rojizo en una coleta alta bien peinada.
Al verme me sonríe con ternura.
—Donde está mi abuela y Alya.— Le pregunto con curiosidad. Al no verlas en la sala.
—Ellas se adelantaron al aeropuerto.— Me dice con tranquilidad.
La noticia me sorprende. Aún así no demuestro ninguna emoción.
—Estas preparada.— Le pregunto y ella niega con la cabeza.
—No lo estoy.—Me dice con sinceridad, con la vista en el piso.—Tengo miedo de que las cosas no salgan como espero.
—Nunca nada sale como lo planeamos.— Le recuerdo.—Pero si podemos planear el como quedemos que salga.— Le confieso y ella me envuelve en un abrazo de sentimientos.
—No estoy lista para despedirme de ti Galia.
Algunas lágrimas resbalan por mis mejillas. Y deshago el abrazo para mirarla a sus lindos ojos avellanas.
—Las personas jamás estamos listos para las despedidas. Pero son parte de nuestras vidas.¿Y está bien?. Porque aveces tenemos que dejar ir.—Le digo hecha un mar de lágrimas.—Y yo te dejo ir Layla.
—Aunque te duela.— Inquiere con lágrimas resbalando de sus ojitos.
—Aunque me duela.—Le digo con tristeza.
—Te quiero Galia.— Me dice ella con sinceridad. Limpiándose su rastro de lágrimas.
—Eres la mejor amiga. Y persona del mundo Layla Wilson.—Le digo com honestidad.
Ambas nos sonreímos con una media sonrisa, y apesar de nuestro sentimientos encontrados.
Juntas salimos a la sala principal dónde seguimos nuestro camino hasta la salida de la mansión. Dónde segundos después llegamos al aparcamiento y nos subimos Lamborghini negro con rojo.
El cuál conduce un chico de aproximadamente nuestra edad. Moreno, ojos azules y cabello negro con reflejos azulados. El nos llevara debido a que mi abuela y Alya se habían marchado con Marcus.
Nos adentramos el vehículo, y segundo más tarde,el carro andaba por las calles de Londres.
Dónde se visualizaban diversos edificios, lugares recreativos, parques arquitectura. Entre muchas otras cosas.
Nos encontramos en un profundo silencio donde Layla y yo nos limitamos a mirar por la ventana.
Logré visualizar diversas carreteras, lugares, y personas. El trayecto hacía nuestro destino fue tan largo y al mismo tiempo tan rápido. Que al estacionarse el auto quede impactada de lo rápido que fué el viaje.
Ambas bajamos del vehículo y la puerta del aeropuerto deslumbraba desde donde nos encontrábamos. El chico moreno le entrego sus dos maletas a Layla quien un poco sonrojada le agradeció.
Juntas nos adentramos al aeropuerto. Dónde se encontraba demasiadas personas. En ese momento al presenciar todas. Y cada unas de las personas que se encontraban.
Sentí que el mundo me daba vueltas, las manos me comenzaron a temblar, del mismo modo que las piernas. Así que antes de que me diera un ataque de pánico mi impulso fué correr hacia la puerta principal y tropecé con algunas personas las cuales no me detuve a visualizar.
Al salir me alejé un poco de la puerta y me senté en una calzada a respirar y exhalar, tantas veces que perdí la cuenta.
Cuando volví a mirar al frente venía mi abuela y Layla con rapidez preocupadas por mi.
Yo les regale una sonrisa de tristeza con lágrimas en mis ojos.
—Cariño,estás bien.—Inquiere mi abuela y yo solo me límite a asentir en respuesta. Ella me sonríe en modo de compresión y me besó la frente con ternura.
Sigue su camino hacia el aparcamiento. Cuando mi vista recae al frente. Me doy cuenta de que Layla está mirándome con nostalgia.
—Estas es la despedida,¿No?.—Dice ella y yo no soy capaz de responder.
Esto estaba siendo más complicado de lo que imaginé.
Mis manos estaban temblando, al igual que todo mi cuerpo.
—Lamento el que tengas que despedirte de mi de esta manera.—Le digo con sinceridad desviando la mirada.
—Galia no es tu culpa.—Me asegura ella con esa sinceridad tan característica en su persona.Para luego con delicadeza juntar nuestras manos.— Para despedirse no necesitas estar en un lugar correcto.
—A que te refieres.— Le digo confundida. Sintiendo un poco menos de nerviosismo.
—Me refiero a que no importa el sitio.
Siempre habrá un lugar para decir adiós. Más nunca tendrás a la misma persona para hacerlo.
—No estoy lista para decirte adiós.—Le digo con nostalgia. Sintiendo mi corazón haciéndose pedazos.
Ella me mira con ternura, con sus ojos ya cristalinos.
—Yo tampoco estoy lista.— Me Confiesa.
Y yo le sonrió con tristeza.
—Aveces es bueno decir adiós.—Le digo con lágrimas resbalando sin parar por mis mejillas.—No importa la distancia o lo lejos que alguien esté. El hecho de saber que ésa persona está en tu corazón té hace sentir a su lado.
Mi mejor amiga también estaba hecha un mar de lágrimas. Y me olvidó en ese momento del nerviosismo y la ansiedad que me embarcaba .
Para concentrarme en mi amiga.
—Esto no es una despedida Galia.— Me asegura, para después envolverme en un abrazo.—Porque la vida nos va a volver a unir.
—Hasta que la vida nos vuelva a reunir Layla.—Le digo con lágrimas corriendo por todo mi rostro.
—Hasta que ella nos reuna Galia.—Dice con nostalgia. Para luego ambas deshacer el abrazo con toda nuestra fuerza de voluntad
—Te quiero mejor Amiga.— Me susurra eso último con una sonrisa genuina. Y yo le devuelvo él gesto.
Luego con toda su resistencia me dio la espalda y se encamino hacia la entrada del aeropuerto. Donde su hermoso cabello rojizo deslumbraba como llamas.
Yo sentía que una parte de mí,de mi vida , se estaba yendo con ella.
Así que cuando no pude captarla más, me derrumbé en los brazos de mi abuela que me refugiaron.
Y en la entrada de ese aeropuerto.
Visualice a mi Mejor amiga marcharse
Sintiendo el peso del mundo cayendo sobre mis hombros.
Tan complicado era el sufrimiento que mi corazón estaba hecho pedazos.
No paraba de llorar y dudaba mucho que dejará de hacerlo.
Era un momento de tristeza en el que solo me preguntaba "El porque la vida siempre te ponía lecciones complicadas".
O acaso siempre de manera directa o indirecta nos hacía sufrir para aprender a valorar las cosas.
¿Pero que pasa si la vida se equivocaba con nosotros?.
Dicen que las personas no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Sin embargo yo nunca necesite perder a alguien para saber valorar a la persona que tenía a mi lado.
Esa era la gran diferencia del estar conciente de lo que tienes. Al no saber el valor de lo que tenías.
_____+_____
Si alguien me hubiera dicho que las despedidas afectaban tanto.
Quizás me hubiera preparado mejor para soportar este intenso dolor.
Sólo habían pasado dos horas.
Dos horas nada más.
Y ya la extrañaba.
Extrañaba su voz , sus regaños, y su sentido del humor tan peculiar.
Lo cuál me afectaba por que tenía que aprender a lidiar sin ella a mi lado.
Desde que llegué del aeropuerto sólo quería la soledad. Así que me encontraba en el jardín viendo aquellos rosales de los cuáles Layla y yo pasamos toda una tarde hablando.
Cuando una persona se aleja de tu vida . Solo te quedaban los recuerdos buenos y los malos que pasaste junto a ella. Y aveces esos recuerdos llegaban a revivir ciertas sensaciones y emociones en tu interior.
Así qué debía aprender a entender cada unas de ellas para poder valorar cada recuerdo.
Me encontraba leyendo el libro de sigue mi voz. Si el mismo libro que me había regalado Layla antes de irse.Era un libro demasiado personal me identificaba en ciertas situaciones.
Sin embargo solo llevaba dos capítulos.
Por inercia dejo el libro de un lado para luego cerrar mis ojos mientras disfruto de la sensación de la brisa del verano pegando en mi rostro.
Sentía paz y tranquilidad. Emociones que casi nunca soy capaz de sentir.
Todo era tan relajante hasta que escuchó la dulce voz de mi abuela.
—Cielo tienes visita.—Dice mi abuela con calma.
La miró confundida.
—Abuela yo nunca recibo visitas.— Le recuerdo.— Así que no estoy para recibir a nadie.— Le digo a la defensiva.
—¿Estás segura?.—Dice mi abuela con una ceja enarcada y una sonrisa de superioridad.— Y si te digo que te busca el hijo de Natalie. También dirás lo mismo.
En ese momento técnicamente me caí de la silla. Y rápidamente me volví a levantar con la misma sonrisa boba que solo él era capaz de causar en mí.
Como debía reaccionar al saber que Emiliano estaba en mi casa. Porque siendo sincera conmigo mismas aunque me negué a pensar en lo que sucedió en su última visita.
Sus palabras se repetían en mi mente una y otra vez.
—Estoy poniendo todo mi autocontrol en prueba. Para no besarte aquí mismo Galia.
Mi corazón latía tan rápido, era como si hubiera perdido el control de mis emociones.
—Puedes decirle que ingresé y que me encuentro aquí en el jardín. —Le digo a mi abuela con una sonrisa.
—Estás bien Cielo.—Me dice sonriéndome con complicidad. Y sin dudarlo se encamina al interior de la casa nuevamente.
Vuelvo a centrarme en la lectura del libro.Y algunas lágrimas caen sin poder contenerlas.Este libro era de cierta manera parecido a mi historia.
Lo cuál están sorprendente el que podemos identificarnos con palabras y letras. No dichas por otros ,sino escritas y expresadas por una persona en particular.
Eso era el leer para los lectores un escapé de su realidad.
Dejó el libro en la mesa y sin poder contenerme sigo visualizando los rosales del jardín.
—Es una linda vista,¿No crees?.— Me pregunta aquellas voz por la que recorrería el mundo, solo por oírla.
—No es solo linda. Es magnífica.—Le digo centrado mis ojos en sus iris marrones.
—No hay belleza limitada Galia.— Me dice con tranquilidad para luego sentarse a mi lado.— Todos somos perfectos en los ojos correctos.—Termina la frase con seguridad.
—Hasta una persona con grietas.— Inquiero dudosa mirándolo atentamente.
—Tu eres la persona más perfecta antes mis ojos.— Me dice con sinceridad. Encogiéndose de hombros.
—Tengo grietas, heridas y un pasado que me consume. Cómo podría ser perfecta.
— Le pregunto lo obvio.
—El que tengas grietas, heridas y un pasado doloroso no te hace menos que nadie Galia.—Me asegura.—De hecho te hace una guerrera. Porque las grietas se curan, las heridas sanan y los pasado se superan.
—¿Porque siempre me dices cosas tan sabías?.—Le hago otra vez una pregunta.
Al decir esas palabras el centra su mirada en mis ojos verdes. Como si quisiera grabar cada pequeño detalle de mi cara.
—No me gusta ver la tristeza reflejada en tu rostro.—Me Confiesa.
—Ese es mi estado de ánimo últimamente.
—Lo sé, lamento el que hayas tenido que despedirte de Layla.—Dice con compresión.
—Como lo supiste.— Le digo un poco anotada.
—Tú abuela me lo confesó cuando llegue.— Me dice con sinceridad.— Cómo te sientes con respecto a la despedida.
— Aún estoy asimilando qué no la tengo a mi lado.— Le digo con honestidad..
—Y yo aún asimiló que te tengo así de cerca.—Suelta con tal ligereza que lo único que hago es fulminarlo con la mirada.
—Estoy hablando encerio.—Lo reprendo dándole un codazo.
—Yo también.— Se queja. Y yo sin poderlo evitar sonrió por sus locuras.
—Eres un engreído.— Le digo mirándolo a sus hermosos iris.
—Pero este engreído te hizo reír.—Contraataca con una sonrisa en su rostro.
—Ese era tu objetivo.— Le digo yo mirándolo de manera desafíente.
—Digamos que es uno de tantos.— Me asegura quitándole importancia al tema.— Galia nuestra felicidad no es un objetivo. Es una emoción que debemos tener siempre. Incluso cuando estemos triste y nuestra mente se encuentre desordenada.
—¿Porque ?.— Le pregunto mirándolo con curiosidad.
—Porque es bueno vivir la vida llena de felicidad. Apreciando las pequeñas cosas que nos regala. Cómo los momentos,los recuerdos, los segundos, Y los instantes.— Dice con sinceridad.— Quizás sean esos lapsos de tiempo que para muchos no significa nada. Pero que para otros lo significa todo.— Asegura con esa sabiduría tan propia en él.
—Cuando me dices esas cosas. Siempre pienso en aquellos que tienen una vida limitada.—Le confieso con nostalgia.— En esas personas que le arrebataron la esperanza cuando más la necesitaban. Así como me preguntó.¿Cómo pueden vivir sin tener tiempo de nada?.
—No precisamente necesitamos tener todo el tiempo del mundo.Sino aprender lo que pasa en él. No es tener todas la horas posible, sino apreciar lo que atraves de ellas compartimos.—Dice aquello mirándome con profundidad para luego sonreírme.— Ni siquiera necesitamos minutos infinito. Porque con solo un Segundo, es el tiempo suficiente para compartir con alguien.
Me quedo en silencio similando sus palabras. Aveces Emiliano era tan sabio que me dejaba sin argumento.
No te mientas a ti misma. El siempre te deja sin argumento.
Hasta mi pobre conciencia me traiciona en estos momentos.
—Lo que dijiste fue demasiado significativo.— Le digo c.on sinceridad.—¿En qué momento desearías que tú tiempo fuera infinito?.—Le preguntó expectante a su respuesta.
—Acaso estamos jugando a los preguntas.—Inquiere con una ceja enarcada.
—No preguntes lo que ya sabes.— Le digo de manera desafiante quitándole importancia.
—Me parece bien.— Dice con una sonrisa de superioridad.— Y respondiendo a tu pregunta. Sólo deseó que se detenga el tiempo cuando estoy contigo.—Confiesa mirándome con ternura. Mientras el huracán de emociones se apodera de mí.—Y siendo sincero no sé cómo soportaré estar lejos de ti durante el verano.
Al decir aquello último mi corazon cae a picada. Acaso también se va ir de viaje.
No podré soportar otra despedida. Y mucho menos si era la de Emiliano.
—A que te refieres.— Le pregunto un poco cabizbaja.
—Mi mejor amigo me invitó a una granja un poco alejada de la ciudad.— Lo dice con tristeza al saber que esto me está afectando.—Yo solo quería pasar el verano un poco alejado de casa. Así que cuando me dió la invitación la acepte sin dudarlo. Planee tantas sorpresas para despedirme de tí. Pero luego el que se llevó la gran sorpresa de que tú mejor Amiga se había ido. Fuí Yo.—Dice sincero.
—Esta bien Emiliano. Te comprendo perfectamente.— Le digo tratando de sonar razonable. Sin embargo esto me duele y él lo sabe.
— No pienso irme.— Dice finalmente, y yo lo miro anotada.
—¿Cómo que no?.— Le pregunto confundida.— Tú mejor amigo te invito.— Le recuerdo para que entre en razón.
—Lo sé.— Dice con tranquilidad restándole importancia al asunto.
— No podría irme sabiendo que en tu rostro hay lágrimas de tristeza reflejadas. Tú te has convertido en mi fuente de alegría Galia por lo tanto Tú felicidad siempre será la mía. Tenlo presente cada día de tu vida.
Mis mejillas se vuelven rojas por sus palabras. Mi corazón está acelerado, siento Miles de emociones incontrolable y todo eso.Solo es capaz de provocarlo él.
—Gracias Chico engreído.— Le digo con honestidad.
—Es un placer Chica boba.— Me asegura—¿Cuál es tú lugar favorito?.—Me pregunta directamente.
Lo pienso por unos segundos para responder después.
—La playa, hiba con mi papá cuando tenía siete años. Hasta que bueno un día me abandono y no he sabido más nada de su persona desde entonces.—Le digo un poco incómoda.—Pero aún así me gustaría volver a escuchar el sonidos de la olas algún día.
—¿Oye?,prometo llevarte a una playa muy pronto.— Dice con sinceridad regálandome una sonrisa genuina y yo le devuelvo el gesto.
—¿Libro favorito?.—inquiero con curiosidad.
—Un invierno sin Fin.—Responde de inmediato sin ni siquiera pensarlo.
—¿Cuál es tu segundo nombre?.—Me pregunto expectante a mi respuesta.
—Zahara.— Le confieso apenada.
—Me gusta. Galia Zahara Ross.
—Dice con una sonrisa y yo le sonríe después.
—Te has enamorado algunas vez.— Inquiero con intriga.
—Puedes enamorarte muchas veces a los largo de tu vida Galia.— Dice aquello con sabiduría.—Puedes enamorarte de lo inexplicable de una sonrisa, lo imposible de una mirada, y lo hipnótico de una voz. Pero cuando amas a una persona. No te importa los riegos que tengas que correr por ella. Porque aunque te vuelvas debil por amor,aún así no te importaría ser débil por amar a ese alguien.
—Lo dices como si ya estuvieras enamorado.— Le digo con sinceridad y el me mira anotado.
—Lo estoy.— Me asegura desviando su mirada para luego volverla a centrar en mi.—¿Que día cumpleaños?.— Hace una nueva pregunta.
—El 28 de Agosto.— Le respondo sintiendo cierto dolor en mi corazón que trato de disimular. Para luego yo hacer la pregunta siguiente.—Estación favorita.— Digo un poco más animada.
—Bueno no sé si la conozcas pero amo la estación de Galia.—Dice tranquilamente y yo lo fulminó con la mirada.
—Emiliano.— Me quejo y el se ríe a carcajadas.
— Ya dije mi respuesta.— Dice con sinceridad.
—Esa no es una estación.— Me quejo de brazos cruzados.
—Galia,Las estaciones del año son mis favoritas si formas parte de ellas.—Dice esas lindas palabras con una sonrisa en su rostro.—Te gustaría hacer perfecto el verano de este chico engreído que te lleva en su mente a cada instante del día.
Su pregunta me dejó demásiado pensativa.¿Qué podía responder?.
—No lo sé.— Digo sin más centrando mi mirada al suelo.
-Encerio le dijiste que no sabés. En qué pensabas.
-Callarte conciencia.
—Chica boba.— Llama mi atención, sin embargo yo aún sigo con la mirada clavada en el piso.— Sólo serán dos semanas. Y estaremos alejados de la población. — Me asegura levantado mis rostros con delicadeza para poder mirarme.— Te lo prometo solo seremos mi mejor amigo, sú novia, tu y yo.
—Porque quieres que vaya.— preguntó confundida.
—Porque por primera vez en mi vida . Logré entender que hay tormentas que pueden llevarse todo. Cómo están aquellas que pueden devolverte ese caos que necesitas en ocasiones. Y tú eres una de esas tormentas que te devuelven el caos necesario.
En ese momento soy un mar de lágrimas.
Él inmediatamente me envuelve en sus brazos. El alor a su perfume se cuela por mis fosas nasales y se me olvida todo.
Absolutamente todo.
Y siendo sincera no sé que siento cada vez que estamos juntos. Pero este sentimiento que está creciendo en mi corazón. Me está dando demasiada miedo.
—Claro que acepto Emiliano.— Le digo con sinceridad.—Me vendrá bien un poco de aire fresco.
—Entonces vendré por tí mañana.— Dice con una sonrisa genuina. Su mirada se centra en mis labios pero la vuelve a fijar en mi rostro.— Muero por besarte.— Susurra cerca de mi oído haciendo que todos el cuerpo me tiemble.—Pero tranquila no lo haré hasta que esté lista.
Yo no digo nada solo asiento en respuesta con las mejillas rojas de la vergüenza.
El me acerca a su cuerpo para darme un tierno beso en la frente como despedida. Para asi luego darme la espalda.
Se encamina a la salida pero sin entender el porque lo veo dar dos pasos y detenerse.
— Amo el olor a vainilla que desprende tu cuerpo.— Dice finalmente para luego marcharse del jardín.
En ese momento mi corazón está descontrolado. Mis mejillas están rojizas, y tengo la misma sonrisa de boba que se me dibujo en el rostro cuando llegó.
Durante la vida encontrarás personas que te lastimaran.
Como aquellas que te engañarán.
Pero la vida siempre te enviará aquella que logré sanarte.
Quería creer qué Emiliano era esa persona.
Pero su corazón ya era de alguien más.
Estaba enamorado.
Lo cuál me hacía preguntar. Si acaso mi corazón se había enamorado de alguien incorrecto.
No obstante el amor era así un sentimiento tan complicado que solo llegaba cuando tenía que llegar.
Además yo no me amaba ni a mi misma. Cómo podía amar a alguien más
Pero entonces porque me dolía el hecho de que Emiliano amará.
La respuesta era sencilla.
" Quería creer que apesar de cada sufrimiento que he pasado en mi vida.
Yo si sabía amar
Tanto que dolía.
Y lastimosamente por ese sentimiento me estaba aferrando a algo imposible.
Como sí algun día fuera hacer posible".
_______________________________
Nota de la autora: Hola mis queridos lectores.Lamento la tardanza.
Disculpen mis errores ortográficos trató en lo posible de arreglarlos.
Preguntas:
✓¿Que opinan sobre el segundo nombre de Galia.?
✓¿Que les pareció el capítulo de hoy?.
✓¿Creen que Galia puede amar, apesar de no amarse a ella misma?.
Por favor dejen su repuestas en los comentarios.
Y nos vemos en un próximo capítulo.
Muak los quiero 💘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top