13|Mi paraíso
Nota: El cap está sin corregir. :s
13|Mi paraíso
Hanssen
Mientras Mako toma una ducha, me paseo por el departamento sin quitarle de vista a Magnum que ha sido atado a una silla, él nos mira a cada uno como si estuviera planeando como escaparse, de todos modos, sería imposible. No estamos en nuestra época. Las sensaciones de extrañeza han invadido mi cuerpo a tal punto que me he sentido mareado.
—Se le llama «la enfermedad del viajero» —la anfitriona me saca de mis pensamientos y volteo a verla, confundido —. La sensación por la que estás pasando, como si fueras a vomitar o todo te da vueltas.
—¿Cómo lo sabes?
—Los portales no son el transporte seguro para viajar, lo había hecho un par de veces y siempre tenía que reprimir las ganas de vomitar frente a mis compañeros. El cuerpo no está adaptado para ese tipo de viajes que no sea un autobús o coche.
—Gracias por la información —suspiro —. Para la próxima seré más cuidadoso.
—Si es que la hay —responde y da un paso hacia al frente. La chica transmite aires de superioridad con esos orbes purpuras —. No es por querer inmiscuirme en sus problemas, pero me gustaría saber sobre la persona que les dio la esfera del tiempo. Es raro, ¿sabes? Porque destruí todas hace años y enterarme que tú y tu y del futuro lograron obtener una me desconcierta. Eso quiere decir... —le veo fruncir el ceño con extrañeza —, que yo tengo posibilidades de obtener nuevamente mi magia, mmmhm.
—¿Es lo que quieres? —inquiero, curioso.
—No lo sé —baja la vista hacia su mano donde resplandece un anillo —. Últimamente están pasando cosas que creí haber dejado atrás, es como si la magia no hubiera desaparecido del todo y, ¿sabes qué? Es posible que Ramsés y yo podamos ayudarlos, solo tengo que convencerlo de llamar a un amigo especial. Si lo logramos, ustedes podrían regresar a Génesis y acabar con lo que sea que esté pasando ahí. La magia es peligrosa.
—Mis habilidades también lo son.
—Tengo la mera sospecha que sus habilidades y la magia estén meramente entrelazadas ante el proyecto, si lograron abrir un portal en el futuro entonces... en esta actualidad tenemos que intentarlo.
—Lo que sea con tal de detener a Monarca y rescatar al general.
—Es su padre, ¿verdad? —curiosea señalando la puerta del baño donde sigue Mako y asiento —. Me parece muy valiente de su parte arriesgarse por la persona que quiere.
—No lo llamaría así, tampoco soy quien debe contar esos detalles entre la relación de mi novia y su padre.
Gala asiente un par de veces con la cabeza.
—Deberían descansar, hablaré con Ramsés y ayudarlos por más que suene arriesgado.
—No deberían estar haciendo esto.
—¿Y perderse toda la adrenalina que necesito recuperar? —me regala una sonrisa segura —. Azulito, no sabes ni con quién estás hablando.
—Me llamo Hanssen.
—Te queda bien azulito.
—Como sea, hace unos instantes mencionaste que es imposible, ¿qué te hace pensar que te creeré que hayas cambiado de decisión?
—Wow, tu actitud me gusta, azulito —aplano los labios para no liberar un insulto —. He cambiado de parecer por muy imposible que parezca, lo será. Cuando tenga algo, les avisaré. Mientras, puedes ocupar la habitación, iré por colchonetas para tus amigos, será una larga noche para sentarse a planear.
La veo girar sobre sus talones para desaparecer bajo el umbral de la cocina. Echo un vistazo hacia ambas direcciones percatándome que no hay nadie más cerca. Toco la puerta del baño un par de veces esperando que Mako me conteste.
—¿Hay espacio para uno más?
—Siempre hay para ti —responde abriendo.
—Me hace falta una ducha, ya te estabas tardando, mariposa.
—Ven aquí.
Tira de mi mano obligándome a entrar, cierro la puerta tras mi espalda pasándole el seguro. Dentro del baño hace tanto calor que el espejo se ha empañado. Regreso la mirada hacia a Mako envuelta en una toalla reglándome una sonrisa.
—Te extrañé muchísimo —comienza a decir —, es como si hubiera pasado una eternidad. Creí que no volvería a verte, ni a ti, Ringo o los chicos.
Me muerdo los labios con fuerza, todavía no he tocado el tema con seriedad sobre Reid. Termino asintiendo con la cabeza dándole la razón.
—No he tenido la posibilidad de comentar sobre tu nuevo estilo de cabello.
—¿Verdad que parezco intimidante? El color negro hace que mis expresiones se vean serias.
—Te ves guapísima.
—¿No extrañas mi otro color de cabello?
—Cualquiera que tengas me gustaría, mariposa.
Me gusta que dejemos a un lado la situación complicada en la que estamos enredados para despejar nuestra mente centrándonos en nosotros dos y la relación que todavía existe. Echaba de menos que mi corazón se acelere en su presencia y abrazarla.
La envuelvo entre mis brazos apretándola con suavidad contra mi pecho, me rodea la cintura con los suyos pegándose un poco más hasta que toda distancia se acaba entre nosotros. El aroma de su cabello me embriaga cuando le doy un beso en la frente.
Cuando levanta la cabeza, sus ojos coloridos se encuentran con los míos, enseguida noto una punzada en el pecho comenzando a experimentar todo tipo de emociones.
Mako Hammada fue quién me ayudó a volver a sentirme humano otra vez.
—Te quiero —me susurra —. Te quiero, conejito.
—Yo también te quiero —me atrevo a declarar —. Y mataría a cualquiera que intentara hacerte daño.
—Todo un chico malo, así como me gustan.
Ronronea comenzando a cercar sus labios hacia los míos con lentitud, sonrío inclinando la cabeza para capturarlos entre mis dientes, algo dentro de mí se dispara en menos de un parpadeo que ya la tengo devorándola contra mi boca con una necesidad insaciable, me separo de la puerta sosteniendo a Mako de la cintura para llevarla hacia otra parte de la pequeña habitación, jadea contra mi boca tras alzarla para sentarla sobre el lavabo.
Era cuestión de tiempo acabar así.
Sus manos se enredan en mi cabellera, le da un tirón dándome a entender que no me detenga, una de mis manos se cuela bajo la toalla acariciando su piel húmeda, mi toque la eriza el cuerpo por completo.
—Por favor —jadea contra mis labios —, te pido que no te detengas.
—No es lo que planeo hacer.
—Diablos.
Sonrío contra sus labios antes de volver a besarla hasta bajar hacia su cuello donde logro hacerla reír, no obstante, mi mano bajo la toalla toma la iniciativa de subir un poco más apretando su muslo. Pega un respingo lanzando un suspiro de satisfacción.
Mueve la pelvis hacia adelante pidiendo con desesperación ser complacida, una sonrisa se me escapa disfrutando de su cara sonrojada.
Sus piernas se enredan alrededor de mi cintura evitando que me escape, pero esa no es mi intención, sino darle lo que me está pidiendo.
—Voy a tener que quitarte esto, estorba.
—Yo me encargo de ello —me dice apartándose la toalla de encima con toda la seguridad que me fascina de ella. La lanza lejos de su cuerpo —. ¿Ves? Puedo solita, como toda una mujer independiente.
Me relamo los labios disfrutando de su desnudez. A penas me da tiempo de comentar algo al respecto.
—Tiene que ser justo, conejito.
—¿Quieres que me quite la ropa?
—Para follarte con ganas.
—Estoy a tus órdenes.
—Así me gusta —sonríe ayudándome a quitarme la camiseta de encima —. No sé cuánto tiempo podré resistir, Hanssen.
Me desahogo de mi ropa por completo. Mako vuelve a enredar sus piernas alrededor de mi cintura, aprovecho a llevarla conmigo bajo la ducha sin dejar de tocarla y besarla.
Reprime un grito contra mis labios cuando dos de mis dedos se desliza hacia su punto más sensible entre sus piernas, se sostiene con fuerza aferrándose a mis hombros sin dejar de moverse. Cada movimiento va aumentando hasta sentirla hinchada y demasiado húmeda permitiendo que mis dedos tengan más acceso.
—¿Así te gusta? —me atrevo a preguntar.
—Lo estás... haciendo estupendo.
—Y puedo hacerlo mejor.
—Claro que sí —echa la cabeza hacia atrás —, pero justo ahora... Justo ahora te quiero dentro de mí. Basta de juegos.
—Quiero hacerlo, Mako, pero...
—Cajón derecho —me corta al señalar con una mano tras mi espalda —. Hay condones ahí, lo he descubierto.
Ella lanza una risita llena de nerviosismo. Niego con la cabeza sin creer que Mako se haya tomado la molestia de revisar cada cajón del baño como si estuviera en su casa. Me separo de ella para ir rápidamente por uno y en efecto, ahí están las cajas.
Mako
El corazón me late con fuerza al verle abrir el paquete con las manos, me muerdo el labio cuando me devuelve una mirada cómplice al percatarse que ni de broma voy a desviar los ojos hacia otro lado. Me gusta ver a Hanssen desnudo, me vuelve loca y estoy orgullosa de ser la única mujer de tener tal privilegio.
Se cubre el miembro por completo, en ese lapso de tiempo hasta se me olvida como volver a respirar. Estoy un poquito nerviosa, sé que no es la primera vez, pero ha pasado mucho tiempo desde que estuvimos así de juntos.
Cuando termina, voy en busca de sus labios atrayéndolo contra mi pecho, sus manos vagan en círculos por mi espalda hasta bajar a mis nalgas dándoles un fuerte apretón ocasionando que jadee más alto. Estoy más que lista, mi humedad ha aumentado con cada roce de sus dedos causando que mis piernas flanqueen.
Envuelvo su cintura con una pierna comenzándome a mover sobre su entrepierna, Hanssen libera un jadeo ronco con cada roce. Mis pezones de han endurecido por el calor del momento y la temperatura aumenta a pesar de que estemos bajo la ducha.
Le reparto varios besos en la mandíbula y gran parte del cuello tal como sé que le gusta. Disfruto cada beso, cada roce y caricia deseando que no se acabe nunca.
—Van a escucharnos...
—Pues espero que se tapen los oídos —su respuesta me hace reír.
Lo recibo con ansias cuando guía la punta de su miembro entre mis piernas, me muerdo el labio al sentir ese roce contra mis puntos sensibles, lo hace un par de veces hasta que al fin comienzo a descender lentamente sintiéndolo llenarme en mi interior. Clavo las uñas sin piedad en sus hombros, la respiración se me dispara y me tomo unos segundos antes de comenzar a mover las caderas en círculos.
Captura mis labios contra los suyos al seguir el ritmo, gruño y gimo sin poder evitarlo hasta que siento la necesidad de aumentar un poquito más el movimiento de caderas.
—Cielos.
—Oh, por... mariposa —sisea sin terminar la oración —. Te sientes tan apretada, tan... Deliciosa.
—No pares.
Cuando estoy lo suficientemente húmeda, Hanssen se mueve en mi interior de manera frenética que me tiene gimiendo sin control contra sus labios, nuestros cuerpos sudorosos ya comienzan a hacer ruido ante las embestidas. Él no pierde la oportunidad de capturar uno de mis pezones contra sus labios y succionar, echo la cabeza hacia atrás cerrando los ojos maravillada del momento. El dolor mezclado con el placer me obliga a pedir más ante la posición que le permite ir más al fondo, también me desconozco por un corto lapso de tiempo al decir obscenidades que nunca imaginé durante el sexo, pero al parecer a mi chico le termina excitando.
Sus dedos entran en acción acariciando mi clítoris, su toque aumenta mi sensibilidad sin piedad hasta que al final comienzo a sentir una descarga eléctrica bajando por mi columna vertebral y luego de unos segundos me desplomo contra su pecho con la respiración entrecortada y la respiración agitada.
—Esto se ha sentido tan... perfecto —comento contra su oído —. Eres perfecto, Hanssen Reznar.
—Tú lo eres, Mako cada parte —me besa la frente —. ¿Sabes? Es una lástima que no estuviéramos completamente solos.
—¿Por qué?
—Porque así podría hacértelo de diferentes maneras mientras de escucho gemir sin control —que él me cuente algo así es un avance, me encanta escuchar lo que piensa —, podría decir que eres como mi perdición, pero no es cierto, mariposa. Eres mi paraíso, mi complemento ideal.
Mis ojos se cristalizan sin poder evitarlo, es lo más bonito que me han dicho nunca a pesar de lo que estamos pasando. No ha sido nada fácil y aun así he logrado tener una conexión con aquel chico que se hizo pasar por un deseo de cumpleaños.
Hanssen es todo lo que quiero y cuento con él en esta guerra.
—¿Qué haríamos si olvidamos a Monarca? —susurro cuando ya estamos saliendo de la ducha una vez limpios —. No podría vivir con la culpa, conejito.
—Lo primordial es saber si volveremos o nos quedaremos varados en esta época.
—No se ve nada mal, ¿verdad?
—Es diferente, eso me da desconfianza.
—Al menos aquí no existe Monarca —me paso la blusa por los brazos preparándome para salir —, podríamos vivir juntos como habíamos platicado, viajar y esas cosas que hacen las parejas... aunque eso signifique no ver a mi padre.
Lo último lo pronuncio con cierta culpa. ¿Lo abandonaría? ¿Sería así de cruel?
Vale, él me alejó de su vida por un largo tiempo.
—También tengo una familia —me recuerda y bajo la cabeza asintiendo —. No puedo dejarlos sin que sepan de mi existencia, al menos me gustaría reunirme con ellos y luego... luego tú y yo haremos muchos planes, me gusta como suena eso. Quiero que te conozcan mis padres, Mako.
Parpadeo un tanto sorprendida ante tal declaración, ¿conoceré a mis posibles suegros? ¡Qué nervios!
—Ten por seguro que les caeré de maravilla.
—Claro que sí.
Un par de golpes sobre la puerta nos hace reaccionar.
—¡¿Se puede saber que tanto hacen ahí dentro?!.. Esperen, no quiero saberlo, solo necesito ir al bañooo como todos.
—¡Ya vamos! —me apresuro a ponerme los pantalones pegando saltitos.
Una vez listos, abandonamos el baño como si nada hubiera pasado. Me gano una mirada de molestia de parte de Ringo y sonrio con inocencia tras entrelazar mis dedos con los de Hanssen para reunirnos en la sala. Intercambio una mirada con Magnum que nos echa un vistazo amenazador.
—Sería grandioso dejarte aquí —comienzo a decir —, así nadie te extrañaría.
—Me necesitan, no pueden deshacerse de mí.
—Error, tú padre es quien está tras todo este lío, ¿crees que él esté preocupado por ti ahora mismo?
—Eso no te incumbe, Hammada. Mi padre es un hombre ocupado, Monarca seguirá conmigo o sin mí.
Su respuesta me deja helada, ha sido inesperado. ¿En serio su padre no se preocuparía lo más mínimo por su paradero? ¿Lo dejaría morir?
—Te sugiero que no hables con él —me dice Hanssen —, solo lograrás cabrearte de a gratis, mariposa.
—Sí bueno, me he vuelto masoquista desde que acepté ser una rata de laboratorio.
Él no comenta sobre el tema, se lo agradezco con una rápida mirada antes de proseguir nuestro camino. Sina ha decidido tumbarse en él envuelta con un abrigo que es dos veces más grande que ella.
—Podría dejarlo calvo si me lo piden, es una buenísima forma de desquitarse.
Magnum blanquea los ojos restándole importancia.
—Me parece una buena opción.
—Joder, recuérdenme nunca hacerlas enojar —murmura Hanssen echando un vistazo a cada rincón del apartamento —. Quiero seguir con cabello.
—Puedo retocarte el tinte de tu cabello —ofrece la morena maravillada —. Hago trabajos increíbles y el estilo de Mako es la evidencia que puedo lograr lo que sea.
—Gracias, pero estoy bien así.
—Bueeeno, lo que tú mandes, azulito.
Pasado una hora, llega la decisión de tratar de conciliar el sueño. Los chicos y yo hemos llegado a un acuerdo sobre vigilar a Magnum, sin embargo, Galatea y Ramsés prefirieron intervenir sugiriendo que es mejor aislarlo, al menos, por esta noche a lo que todos aceptamos, menos él, claro.
—¿Están seguros que no se escapará?
Miro la habitación pequeña sin ventanas u otro tipo de salida.
—Confía en nosotros, ni, aunque intentara derribar la puerta saldría de aquí, ni siquiera rasgando las paredes —comenta el chico de cabellos platinados —. El ático es una buena opción y dudo que a mi novia se le escape de vista, ella tiene unos reflejos sorprendentes, se los juro.
—Será mejor que vayan a dormir —dice Galatea —. No les vendría mal descansar, ya mañana nos pondremos al tanto de la situación. Contactaremos a un amigo de confianza. En la habitación he dejado varias sábanas para ustedes. Siéntanse como en casa.
—No te refieres a Knox, ¿o sí?
La pareja intercambia una rápida mirada, Ramsés entrecierra los ojos en modo serio mientras que Gala encoge los hombros restándole importancia a su reacción. Él no se ve convencido con la idea.
Sin nada más que agregar, todos nos dirigimos a la habitación a excepción de Magnum, que veo como es llevado a otro lado sin protestar. Una vez dentro, analizo cada rincón del lugar como si desconfiara, bueno, todavía no me convence que una pareja nos haya recibido así nada mas en su apartamento, sobre todo que sean personas bastante peculiares.
—Bueno, me encantaría ser un caballero, pero igual me gustaría dormir en la cama —Ringo es el primero en hablar.
—Yo puedo dormir en el sofacama sin problema —respondo.
—Tú y Sina dormirán en la cama, yo y Ringo en el sofacama.
—Pero...
—Sin protestar —interviene de nuevo Hanssen —. Muévete que tengo sueño.
—Vaya, ahí está de nuevo el Hanssen gruñón.
—Es comprensible, nadie de nosotros ha podido dormir bien últimamente —agrega Sina —. Deberíamos aprovechar, ¿no lo creen? Después de todo, estamos atrapados en otra época, estamos jodidos y no hay nada que podamos hacer.
—Es verdad —admito, aunque me duela —. Tenemos que aceptarlo, pero si estas personas que dicen saber sobre las esferas pueden ayudarnos, debemos arriesgarnos, chicos.
—¿Y cómo harán para que regresemos? —inquiere Hanssen sentándose sobre el sofá —. La chica lo dijo, destruyó las esferas del tiempo cuando estuvieron bajo su cuidado, ¿qué nos hace creer que de la nada habrá una solución?
—Pues sí ellos tienen esperanzas, ¿por qué nosotros no?
Hanssen clava sus ojos grises sobre mí por un momento, niega con la cabeza desaprobando lo que acabo de decir.
Sin duda será una larga noche para todos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top