8
Presenció como varias damas que ella conocía hacían fila para despedirse del novio, pobres, aun había una pequeña llama de esperanza en sus corazones. Sus padres no volvieron a acercarse después de aquel extenso discurso. Mia y Kura empezaron a especular sobre lo candente que seria esa noche, algo que la molesto. Después de que varias personas le dieran sus buenos deseos su cara cambio cuando vio a Yura acercándose a ella.
—¿Qué quieres? —Haneul se impaciento, después de escuchar a su suegra y a su madre no esperaba una conversación con Yura.
—No cantes victoria.—Yura se acercó demasiado provocando que Haneul sintiera ganas de empujarla por invadir su espacio personal, pero no estaban solas. ¿Realmente creía la estaba intimidando? —¡Puede que ahora portes ese anillo, pero pronto Hyunsok vera tu verdadera cara y entonces él terminará con esta farsa!
Yura se cruzó de brazos tratando de verse intimidante pero Haneul estaba cansada y no quería volver a tener esa conversación.
—Yura parece que te entra por un oído y se te escapa por el otro.—Haneul suspiró con irritación rogando al cielo que la libraran de esa mujer. Hyunsok no se había dado cuenta aun mientras era despedido por las damas, los demás solo veían la interacción esperando algún escandalo.— ¿Cuando entenderás que yo nunca estuve de acuerdo con este compromiso? Al parecer tu dignidad y honor son tan escasos que tienes que venir a amenazarme por un tipo que ni siquiera parece corresponderte.
La cara de Yura se puso roja tratando de evitar el ceño fruncido, pero fue inevitable.
—¡No te estoy amenazando!
—Yura—Haneul dejó escapar una carcajada airosa antes de que su mandíbula se apretara.—¿Realmente piensas que soy tan tonta? ¡Deja de ser tan insolente! No estas hablando con algunas de tus criadas, estás hablando conmigo. Conoces muy bien el peso de mi apellido.—Esta vez fue ella quien se acerco a Yura, quién retrocedió intimidada por su pequeña diferencia de altura.— Así que deja de incluirme en tus tontos juegos.
—¿Cómo te atreves?
Yura levantó una de sus manos, pero Haneul ya había anticipado el movimiento y ahora sostenía su mano a pocos centímetros de su rostro. Sus respiraciones se mezclaban, una más agitada que la otra.
—Estás equivocada si piensas que puedes poner una mano sobre mi. Entiende que no puedes ir por ahí haciendo lo que tu quieras.—Haneul apretó su mano de una forma que hizo que Yura intentara alejarse.— El mundo es muy injusto, mírate y mírame. Tu amas a Hyunsok y yo no, pero... ¿quién es la que se acaba de casar?
—No confío en ti, no estas a su altura.—Yura empezó a temblar, la hostilidad que irradiaba con sus palabras era mas que suficiente para que Haneul sintiera todo su odio.—Vi como mirabas a Seokjin, y también como miras a Hyunsok, es diferente.
—¡Callate! Que confíes en mi es lo que menos me importa. Pero tienes razón, los veo de formas diferentes. Seokjin es como un hermano y Hyunsok es mi esposo. Pero conociéndote es inútil siquiera explicártelo. —Haneul soltó a la rubia, de reojo pudo ver a Hyunsok y Seokjin acercarse a ellas.—Ya no quiero lidiar contigo.
—Mi flor es hora de irnos—hizo una mueca al escuchar el apodo salir de los labios de Hyunsok quien ahora la abrazaba y le daba un asentimiento a la mujer rubia.—Yura, aprecio mucho que hayas venido.
Seokjin también abrazó a Yura y se inclinó levemente hacia la pareja.
—Deseo que este matrimonio sea prospero Hermano.
Hyunsok asintió con una sonrisa orgullosa y Seokjin le dio un apretón de manos, la tensión entre Yura y ella era demasiado fuerte, sabía que si seguían parados ahí la incomodidad seria asfixiante.
—Bueno nosotros tenemos que partir. Muchas gracias por tus buenos deseos Seokjin—Haneul miró esta vez a Yura que miraba a Hyunsok con esperanza de que todo eso fuera una pesadilla.—Tambien por los tuyos Yura, al parecer fueron los más sinceros.
Hyunsok sostuvo su brazo y ambos se subieron al carruaje donde Joongki los esperaba, Haneul le echó una última mirada a la pareja antes que la carroza comenzará a moverse. Él intentó entablar una conversación con ella pero era incomodo hacerlo en presencia de su guardia, así que hizo que se sentara junto al cochero.
Durante todo el camino hacia la casa de verano, Hyunsok hizo varias preguntas sobre temas que normalmente le parecían interesante, pero ella respondió con desanimó. Hyunsok se estaba esforzando pero ella no se sentía en condiciones para seguirle la corriente. Lo único que hizo fue mirar por la ventana del carruaje. Arboles, pequeñas casas, campo, todo eso fue lo que vio en el transcurso de casi dos horas. La casa estaba cerca del puerto, así que no era rara la tardanza.
Aún quedaban un par de horas para que anocheciera y lo único que quería hacer al llegar era echarse en una cama, pero sabia que eso no iba a ser posible. Era su noche de bodas.
¿Por qué? Tenia que ser fuerte, lo peor estaba por venir y no podía dar marcha atrás. Pero eso no hacia que estuviera menos nerviosa.
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