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—¿Crees que hablar con alguien y tratarlo como si nunca le hubieras hecho daño es solucionarlo? Estás muy mal Hyunsok. —lloró con resignación, tal vez ella podría haber hecho algo más para ayudar a Seokjin y liberarlo de esa horrorosa bruja, pero solo era una niña. Hizo lo que pudo pero no fue suficiente y ya lo había aceptado.
—Los guardias van a llegar en el momento en el que se den cuenta de que algo raro está pasando. Dime... ¿dónde esta Minseok? —Hyunsok trató de desviar la conversación pero Haneul ya lo conocía.
—Ya te lo dije, Minseok está cuidando está planta para mí. ¿Y los guardias? Ellos no van a ser ningún problema para Seokjin, sabes lo bueno que es él en estás cosas.
La mención de su hermano solo hizo que el hombre apretara los puños con fuerza.—¿Por qué él? ¿Por qué Seokjin? ¡¿Cómo puedes preferir a ese bastardo sobre mi?!
La ira recorrió su cuerpo al escucharlo referirse a Seokjin de esa forma. El no tenía ningún derecho. Seokjin era la persona más dulce que había conocido después de su hermano, no podía permitir que ese sujeto hablara así de su amante cuando había lastimado a las personas que más quería.
—Eres tan retorcido.—su pecho se apretó dolorosamente y un sollozo salió de sus labios recordando que la persona frente a ella era un monstruo. —¡Entiende que el único bastardo eres tú maldito asesino!
La forma en la que Hyunsok empezó a temblar y a sudar cuando escucho esa palabra salir de sus labios solo lo hizo todo más real.
—¿Qué has dicho? —El ambiente hostil empeoró, los ojos de Hyunsok la miraron con una emoción que nunca había visto en ellos. El hombre palideció y se removió en la cama con incomodidad, sus puños se aflojaron. —¿P-Por qué has dicho eso?
—¡¿Por qué?! ¿Es enserio? ¿Pensaste que no lo descubriría? —Haneul tomó aire al mismo tiempo que sentía sus ojos arder, no había podido dormir solo por pensar en ese momento, en la confrontación. Varias noches de insomnio se debían a Hyunsok, la noche era el momento donde todas sus emociones la atormentaban. El dolor, la ira, la culpa y la impotencia habían sido protagonistas de sus largas veladas. Su cuerpo se sentía rígido, la forma en la que Hyunsok se había encogido solo lo hacía ver más culpable y ella solo quería acabar con eso. —¡Maldito! No sólo te haces el tonto, sino que hasta ahora pareces tener remordimiento. ¿O es por qué lo sé?¿Sabes cuántas familias has destruido, Hyunsok? ¿Sabes, sabes cuánto dolor has causado?
—No tengo idea de lo que estas hablando. —el hombre enfermo evadió su mirada, sus ojos en su regazo se negaban a darle la razón. Pero el horror que vio en su semblante la hizo consciente de que esté hombre sabía de qué estaba hablando. Su respiración fuerte le dificultaba hablar y su lenguaje corporal mostraba lo nervioso que estaba.
—Todavía lo niegas. ¿Cómo pudiste mirarme a la cara todo este tiempo? Dime, ¿tu sangre es tan fría que no sentiste nada al ver mi sufrimiento? ¿No sentiste nada al quitarle la vida?—Los ojos de Hyunsok de negaron a mirarla, su cabeza baja y su cuerpo tembloroso.—Mataste a Hoseok, Hyunsok. Mataste a mi hermano, me quitaste a la persona que más quería en este mundo y también mataste parte de mi alma. ¿Estas contento? ¿¡Estás contento asesino!?
La forma en la que había retenido la ira, el dolor, el odio por Hyunsok la estaban consumiendo. El hombre enfermo la miró en cuanto la afirmación salió de sus labios y negando la cabeza con el cuerpo tembloroso se inclinó hacia ella. —No, no, no, no, no. Yo no, no. ¡no!
Haneul podía sentir la desesperación en su voz, pero no pudo sentir nada. Ese hombre había destruido muchos sueños. —¿¡No qué!?
— ¡No es cierto! No lo hice porque quisiera. ¡F-Fue un accidente! Yo-yo no quería, pero el se puso violento y yo.... ¡No fue a propósito! El vino a mi tan enfadado y yo- T-tienes que creerme Han-
Fue interrumpido por otro ataque de tos. Y Haneul trató de limpiarse las lágrimas, el dolor en su pecho se lo estaba haciendo mucho más difícil. Se suponía que debía ser fuerte, Seokjin la apoyaba. Su hermano desde donde estuviera también lo hacía. Ver al asesino de su hermano sufrir por culpa del veneno que ella misma le había proporcionado no la hacía sentirse feliz, pero sabía que era lo correcto.
—¿Un accidente? ¿Mataste a Hoseok por accidente? No me creas tan tonta maldito cobarde, un accidente fue como lo hiciste ver y la gente se resigno porque ellos no perdieron un hermano. ¡Yo sí!
Hyunsok negaba con la cabeza murmurando que él no lo habia hecho a propósito. Sus ojos por fin la miraron, encontrándose con una mirada llena de rencor. El sudor rodaba por su frente y cuello.—No es cierto, todo fue un accidente Haneul.
—No puedo creer que algún momento pensé realmente en casarme contigo, durante toda mi adolescencia trate de resignarme a este matrimonio e incluso llegué a sentirme culpable por tratar de huir con Seokjin y dejarte plantado. —Haneul se acercó al balcón de la habitación tratando de observar algo que le dijera que su amante había llegado, sintió las lágrimas rodar por su mejilla.—Entonces Seokjin me lo contó todo hace un par de semanas. Sabía que había vuelto a investigar, él quería llegar al fondo de la muerte de mi hermano antes de que huyéramos juntos. —respiró con profundidad y se acercó a el—Cuando me reveló la verdad no supe que pensar, él estaba tan dolido y quería hacerlo todo por su cuenta. En cambio yo no podía que sentir más que rencor hacia ti.
—Seokjin me odia, no puedes creerle tan fácilmente. —Hyunsok limpió la sangre de la comisura de sus labios, y esforzándose por hablar se hundió más en la almohada. —Si el te hubiera dicho la verdad, sabrías que fue un accidente.
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