Capítulo 8
Bueno aquí la parte 8 de esta chingadera, digan cual quieren que actualice.
Yamoshy-san me la pelas
Día 1: La Llegada de Goku
Londres estaba envuelto en su habitual neblina matutina cuando Goku aterrizó frente a la embajada de Themyscira, un imponente edificio de estilo clásico ubicado en el corazón de la ciudad. Diana lo esperaba en la entrada, vestida con un traje elegante pero funcional, listo para sus deberes como embajadora.
-Bueno, aquí estoy -dijo Goku, mirando alrededor con curiosidad-. Nunca pensé que terminaría en un lugar tan... formal.
Diana sonrió, aunque su expresión era más de resignación que de alegría.
-Bienvenido, Goku. Espero que esta semana sea productiva para ambos.
Goku se encogió de hombros.
-Ya te dije, Diana. No soy un héroe. Solo soy un tipo que pelea y come. No necesito complicarme la vida con eso.
Diana suspiró, pero mantuvo la compostura.
-Veremos. Por ahora, relájate. Mañana empezaremos.
Goku la siguió al interior del edificio, donde fue recibido por el personal de la embajada. Aunque intentó ser educado, su actitud despreocupada y su apetito voraz no pasaron desapercibidos. En cuestión de minutos, ya había devorado todo el buffet de bienvenida.
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### Día 2: La Lección de Humildad
Al día siguiente, Diana llevó a Goku a un barrio humilde de Londres donde varias organizaciones benéficas estaban ayudando a familias necesitadas. El contraste entre la opulencia de la embajada y la pobreza del barrio no pasó desapercibido para Goku.
-¿Y qué hacemos aquí? -preguntó Goku, confundido.
-Observa -respondió Diana-. Estas personas no tienen superpoderes, pero se ayudan unos a otros. Eso es lo que significa ser un héroe.
Goku miró a su alrededor, pero no parecía impresionado.
-Está bien, pero yo no soy como ellos. Yo puedo hacer cosas que ellos no pueden. ¿Por qué debería preocuparme por esto?
Diana lo miró con seriedad.
-Porque el poder no lo es todo, Goku. La verdadera fuerza viene de ayudar a los demás, incluso cuando no tienes nada que ganar.
Goku no respondió, pero su expresión mostró que no estaba convencido. Sin embargo, decidió seguir a Diana mientras ella ayudaba a distribuir alimentos y ropa a las familias necesitadas. Aunque no participó activamente, observó con curiosidad cómo las personas se ayudaban mutuamente.
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### Día 3: El Encuentro con un Niño
Esa tarde, mientras caminaban por el barrio, un niño se acercó a Goku con ojos brillantes.
-¡Eres increíble! -dijo el niño-. ¿Puedes enseñarme a ser fuerte como tú?
Goku se rió, pero Diana intervino.
-Claro que puede. ¿Verdad, Goku?
Goku miró a Diana, incómodo.
-Eh, no sé. No soy bueno enseñando.
-Inténtalo -insistió Diana.
Goku se agachó frente al niño.
-Bueno, si quieres ser fuerte, tienes que entrenar mucho. Y comer bien. ¿Te gusta el entrenamiento?
El niño asintió emocionado.
-¡Sí! ¿Puedes mostrarme algo?
Goku sonrió y realizó un movimiento rápido, casi imperceptible. El niño quedó boquiabierto.
-¡Eso fue genial! -gritó.
Diana sonrió, satisfecha. Tal vez había una chispa de héroe en Goku después de todo.
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### Día 4: La Discusión
Esa noche, Goku y Diana cenaron juntos en un restaurante cercano. Goku devoró su comida como siempre, pero Diana lo miró con curiosidad.
-¿Qué piensas de todo esto? -preguntó.
Goku se encogió de hombros.
-No sé. Es... diferente. No estoy acostumbrado a preocuparme por los demás de esta manera.
-Eso es lo que te hace humano -dijo Diana.
-Pero yo no soy humano -respondió Goku-. Soy un Saiyajin. Nuestro instinto es pelear y volvernos más fuertes.
-Pero también tienes un corazón, Goku. Y eso es lo que importa.
Goku no respondió, pero su expresión mostró que estaba reflexionando.
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### Día 5: El Rescate
Al día siguiente, mientras exploraban las afueras de la ciudad, escucharon gritos de ayuda. Un grupo de personas estaba atrapado en un edificio en llamas. Sin pensarlo, Goku voló hacia el lugar y, en cuestión de segundos, sacó a todos a salvo.
Diana lo miró con orgullo.
-Eso es lo que significa ser un héroe, Goku. Usar tu poder para salvar a otros.
Goku se encogió de hombros.
-Fue fácil. No tuve que pensarlo mucho.
-Pero lo hiciste -dijo Diana-. Y eso es lo que importa.
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### Día 6: La Confrontación
Esa noche, Goku y Diana tuvieron una discusión más seria.
-No entiendo por qué insistes en que sea un héroe -dijo Goku-. Yo no quiero ser como Superman o como tú. Solo quiero ser yo.
-Ser un héroe no significa dejar de ser tú -respondió Diana-. Significa usar lo que eres para hacer el bien.
-Pero yo ya hago el bien. Peleo contra los malos y protejo a la gente. ¿No es suficiente?
-No se trata de ser suficiente, Goku. Se trata de dar un paso más. De entender que tu poder puede cambiar vidas.
Goku no respondió, pero su mirada mostró que estaba luchando internamente.
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### Día 7: La Decisión
El último día, Goku y Diana caminaron en silencio por las calles de Londres. Finalmente, Goku habló.
-Creo que entiendo lo que intentas decirme, Diana. Pero no sé si puedo ser el tipo de héroe que tú quieres que sea.
Diana sonrió.
-No tienes que ser como yo, Goku. Solo tienes que ser tú. Pero recuerda que tu poder viene con responsabilidad. Y esa responsabilidad no es una carga, es una oportunidad.
Goku asintió lentamente.
-Tal vez tengas razón. No prometo nada, pero... lo pensaré.
Diana lo abrazó brevemente.
-Eso es todo lo que pido.
El patio trasero de la embajada de Themyscira en Londres se había convertido en el lugar de entrenamiento temporal de Goku. A pesar de su actitud despreocupada, el Saiyajin no podía evitar sentir una cierta comodidad en el lugar. Diana había sido clara: quería que Goku reflexionara sobre su papel como héroe, pero él seguía más interesado en entrenar y comer.
-¡Vamos, Goku! -se dijo a sí mismo mientras lanzaba una ráfaga de golpes al aire-. Tienes que mantenerte en forma. No sabes cuándo aparecerá un nuevo rival.
Mientras entrenaba, escuchó un estruendo proveniente del centro de la ciudad. Goku detuvo su rutina y miró hacia el horizonte, donde una columna de humo comenzaba a elevarse.
-¿Otro problema en la ciudad? -pensó-. Bueno, no es mi asunto. Diana puede encargarse.
Sin embargo, algo en su interior lo hizo dudar. Recordó las palabras de Diana sobre la responsabilidad y el poder. Con un suspiro, decidió investigar.
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Mientras tanto, en el centro de Londres, Diana se encontraba en una lucha desesperada contra dos de sus enemigas más formidables: **Cheetah** y **Giganta**. Cheetah, con su agilidad felina y garras afiladas, atacaba sin descanso, mientras que Giganta, con su tamaño y fuerza descomunales, destrozaba todo a su paso.
-¡No podrás con nosotras, Wonder Woman! -rugió Giganta, lanzando un puñetazo que Diana apenas logró esquivar.
-¡Estás sola, Diana! -aulló Cheetah, deslizándose a su alrededor con movimientos felinos-. ¡Nadie vendrá a salvarte!
Diana, aunque herida y agotada, mantenía su determinación. Con su lazo de la verdad en una mano y su escudo en la otra, intentaba defenderse de los ataques coordinados de sus enemigas. Sin embargo, la lucha era desigual. Cheetah logró arañar su brazo, mientras que Giganta la golpeó con tanta fuerza que la lanzó contra un edificio cercano.
-¡Ugh! -gritó Diana, intentando levantarse-. No... no puedo rendirme.
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En ese momento, Goku apareció en escena, flotando en el aire con su clásica sonrisa despreocupada.
-¡Vaya, vaya! -dijo, observando la situación-. Parece que te has metido en un lío, Diana.
Diana, con dificultad, levantó la vista hacia él.
-Goku... necesito tu ayuda -dijo, con voz débil pero firme.
Cheetah y Giganta se giraron hacia Goku, evaluando al nuevo contrincante.
-¿Y quién es este? -preguntó Cheetah, mostrando sus garras-. ¿Otro héroe que quiere jugar?
Giganta se rió.
-¡No importa! ¡Lo aplastaré como a una hormiga!
Goku bajó al suelo y se acercó a Diana, ayudándola a levantarse.
-¿Estás bien? -preguntó, con un tono más serio de lo habitual.
Diana asintió, aunque su respiración era agitada.
-Sí, pero necesitamos detenerlas. No podemos permitir que sigan destruyendo la ciudad.
Goku la miró por un momento, luego se giró hacia Cheetah y Giganta.
-Bueno, parece que tengo que lidiar con ustedes dos -dijo, con una sonrisa-. No me importa si son mujeres. Si quieren pelear, les daré una buena pelea.
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Cheetah fue la primera en atacar, lanzándose hacia Goku con velocidad felina. Sin embargo, Goku la esquivó con facilidad, moviéndose tan rápido que pareció desaparecer.
-¡Demasiado lenta! -dijo Goku, apareciendo detrás de ella.
Cheetah gruñó y atacó de nuevo, pero Goku bloqueó sus garras con un solo brazo.
-¿Eso es todo lo que tienes? -preguntó, con una sonrisa burlona.
Mientras tanto, Giganta intentó aplastar a Goku con su puño gigante. Goku simplemente saltó hacia atrás, evitando el golpe con facilidad.
-¡Te voy a aplastar! -gritó Giganta, lanzando otro puñetazo.
Goku esquivó una vez más, pero esta vez decidió contraatacar. Con un movimiento rápido, golpeó a Giganta en la pierna, haciéndola perder el equilibrio y caer al suelo.
-¡Ugh! -gritó Giganta, sorprendida por la fuerza del golpe.
Cheetah aprovechó la distracción para atacar por la espalda, pero Goku la detectó de inmediato. Con un giro rápido, la agarró del brazo y la lanzó hacia Giganta, haciendo que ambas chocaran.
-¡Vaya, vaya! -dijo Goku, cruzando los brazos-. ¿Eso es todo lo que tienen?
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Diana, recuperándose de sus heridas, se unió a la pelea. Con su lazo de la verdad, logró atrapar a Cheetah, inmovilizándola.
-¡Goku, ahora! -gritó Diana.
Goku asintió y se acercó a Giganta, quien intentaba levantarse. Con un golpe rápido y preciso, la dejó inconsciente.
-Bueno, eso fue fácil -dijo Goku, con una sonrisa.
Diana lo miró, con una mezcla de gratitud y frustración.
-Gracias por la ayuda, pero ¿por qué tardaste tanto en llegar?
Goku se encogió de hombros.
-Estaba entrenando. Además, pensé que podías manejar esto sola.
Diana suspiró, pero no dijo nada más. Sabía que Goku era difícil de entender, pero al menos había ayudado cuando más lo necesitaba.
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Con Cheetah y Giganta derrotadas, Diana y Goku se aseguraron de que fueran llevadas a un lugar seguro. La ciudad estaba a salvo, pero Diana sabía que esta experiencia no había cambiado mucho a Goku.
-¿Qué harás ahora? -preguntó Diana, mientras observaban cómo las autoridades se llevaban a las villanas.
Goku se encogió de hombros.
-No lo sé. Tal vez vuelva a entrenar. O a comer. ¿Tienes algo de comida en la embajada?
Diana sonrió, aunque con un toque de exasperación.
-Sí, hay comida. Pero, Goku, ¿no crees que deberías pensar más en lo que significa ser un héroe?
Goku la miró, con una expresión más seria de lo habitual.
-Tal vez tengas razón, Diana. Pero no soy como tú. No quiero ser un héroe. Solo quiero ser yo.
Diana asintió, comprendiendo que no podía forzar a Goku a cambiar.
-Está bien, Goku. Solo recuerda que tu poder puede hacer una gran diferencia en el mundo.
Goku sonrió.
-Lo tendré en cuenta. Ahora, ¿vamos por esa comida?
Diana rió, y juntos regresaron a la embajada, dejando atrás la batalla y las preguntas sin respuesta.
Después de la batalla contra Cheetah y Giganta, Goku y Diana regresaron a la embajada. El ambiente era tranquilo, pero la tensión entre ellos era palpable. Diana estaba claramente frustrada por la actitud de Goku, mientras que él parecía más interesado en la comida que en cualquier conversación profunda.
-Goku -dijo Diana, mientras servía un plato de comida para él-, ¿realmente no ves el impacto que podrías tener si usaras tu poder para ayudar a los demás de manera constante?
Goku, con la boca llena, la miró con curiosidad.
-Ya te dije, Diana. No soy un héroe. Yo solo hago lo que me parece correcto en el momento. No necesito complicarme la vida con responsabilidades.
Diana suspiró, pero decidió no presionarlo más. Sabía que Goku era testarudo y que cualquier intento de convencerlo de cambiar tendría que ser gradual.
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Días más tarde, mientras Goku entrenaba en el patio de la embajada, Diana recibió una llamada de emergencia. El villano **Lex Luthor** había aparecido en Londres, y esta vez no estaba solo. Había reclutado a **Bizarro**, una versión imperfecta y caótica de Superman, para causar estragos en la ciudad.
-Goku, necesitamos ir -dijo Diana, apareciendo en el patio con su traje de Wonder Woman-. Lex Luthor y Bizarro están atacando la ciudad.
Goku dejó de entrenar y la miró con interés.
-¿Bizarro? ¿Ese es el tipo que parece Superman pero no lo es?
-Sí -respondió Diana-. Y es extremadamente peligroso. Necesitamos detenerlo antes de que cause más daño.
Goku sonrió.
-Suena divertido. Vamos.
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Cuando llegaron al centro de la ciudad, el caos era evidente. Bizarro estaba destruyendo edificios con su fuerza bruta, mientras Lex Luthor observaba desde una plataforma flotante, disfrutando del caos que había creado.
-¡Wonder Woman! -gritó Lex, con una sonrisa sarcástica-. ¡Qué sorpresa verte aquí! Y traes a un amigo, ¿no es así?
Goku flotó junto a Diana, mirando a Bizarro con curiosidad.
-¿Ese es Bizarro? -preguntó-. Parece fuerte.
-Lo es -dijo Diana-. Ten cuidado.
Goku, flotando en el aire con su clásica sonrisa despreocupada, observaba la escena desde arriba. Su cabello negro ondeaba con el viento, y su aura de energía comenzaba a brillar levemente. Aunque no era su estilo involucrarse en los problemas de otros, algo en la actitud destructiva de Bizarro lo había llamado la atención.
-¡Eh, tú! -gritó Goku, descendiendo hasta colocarse frente a Bizarro-. ¿Qué te parece si dejas de romper cosas y peleas conmigo?
Bizarro giró su cabeza torpemente hacia Goku, con una expresión confusa pero furiosa.
-¡Bizarro no pelear contigo! ¡Bizarro pelear con Superman! -gritó, con una voz áspera y distorsionada.
Goku se rió, cruzando los brazos.
-Bueno, Superman no está aquí, pero yo puedo darte una buena pelea. ¿Qué dices?
Bizarro lo miró por un momento, como si estuviera procesando la idea. Luego, con un rugido, se lanzó hacia Goku a toda velocidad, sus puños listos para golpear.
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Goku esquivó el primer golpe con facilidad, moviéndose tan rápido que pareció desaparecer. Apareció detrás de Bizarro y le dio un golpe rápido en la espalda, lo que hizo que el gigante tropezara hacia adelante.
-¡Vamos, Bizarro! -dijo Goku, con una sonrisa-. ¡Puedes hacerlo mejor que eso!
Bizarro se levantó, visiblemente enfurecido. Con un movimiento torpe pero poderoso, lanzó una ráfaga de energía helada desde sus ojos, congelando todo a su paso. Goku saltó hacia arriba, evitando el ataque, pero el suelo a su alrededor quedó cubierto de hielo.
-¡Vaya, eso estuvo cerca! -dijo Goku, flotando en el aire-. Pero no es suficiente.
Bizarro gruñó y saltó hacia Goku, intentando atraparlo en el aire. Goku lo esquivó una vez más, pero esta vez decidió contraatacar. Con un movimiento rápido, golpeó a Bizarro en el estómago, enviándolo de vuelta al suelo.
-¡Bizarro no gustar de ti! -gritó Bizarro, levantándose con dificultad.
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Goku, sintiendo que la pelea no era lo suficientemente desafiante, decidió aumentar su poder. Con un grito, su cabello se volvió dorado y su aura de energía iluminó el cielo. Había alcanzado su forma de **Super Saiyajin**.
-¡Ahora sí estamos hablando! -dijo Goku, con una sonrisa-. Vamos, Bizarro, ¡muéstrame de qué estás hecho!
Bizarro, aunque confundido por la transformación de Goku, no se detuvo. Con un rugido, se lanzó hacia él, lanzando una serie de golpes rápidos y descoordinados. Goku los bloqueó con facilidad, mostrando una superioridad abrumadora.
-¡Bizarro fuerte! -gritó Bizarro, intentando golpear a Goku con un puñetazo masivo.
Goku lo esquivó y contraatacó con un golpe rápido en la mandíbula, enviando a Bizarro volando hacia un edificio cercano. El impacto fue tan fuerte que el edificio se derrumbó por completo.
-¡Vamos, Bizarro! -gritó Goku, flotando sobre los escombros-. ¡No me digas que ya te cansaste!
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El Contraataque de Bizarro
Bizarro emergió de los escombros, visiblemente dañado pero aún lleno de furia. Con un grito distorsionado, lanzó una ráfaga de energía caótica hacia Goku, que explotó en el aire con una fuerza tremenda.
Goku bloqueó el ataque con un escudo de energía, pero la explosión lo hizo retroceder unos metros.
-¡No está mal! -dijo Goku, sonriendo-. Pero todavía no es suficiente.
Bizarro, aprovechando el momento, se lanzó hacia Goku con una velocidad sorprendente. Esta vez, logró golpear a Goku en el pecho, enviándolo hacia el suelo con un impacto que sacudió la ciudad.
-¡Goku! -gritó Diana, que observaba la pelea desde la distancia.
Goku se levantó rápidamente, frotándose el pecho.
-¡Eso sí que dolió! -dijo, con una sonrisa-. Pero todavía no me has vencido.
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El Golpe Final
Goku decidió terminar la pelea. Con un movimiento rápido, se colocó frente a Bizarro y comenzó a cargar su ataque más famoso: el **Kamehameha**.
-¡Kame... hame... HA! -gritó Goku, lanzando una poderosa onda de energía hacia Bizarro.
Bizarro intentó bloquear el ataque con sus brazos, pero la fuerza del Kamehameha era demasiado para él. La onda de energía lo empujó hacia atrás, impactando contra un edificio y dejándolo inconsciente.
Goku descendió al suelo, volviendo a su forma base. Observó a Bizarro, que yacía entre los escombros, y sonrió.
-Bueno, eso fue divertido -dijo, frotándose las manos-. Espero que no se despierte demasiado pronto.
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