Capítulo 2

Llegaba y salía gente del galpón, y yo más que feliz y contenta, quería expresar toda mi alegría por estar viviendo aquel día especial, rodeada de Barbies, de gente que le apasionaba lo mismo que a mí y de mi amado y tierno esposo, por ese día, fotógrafo profesional, Layne.

Sacando cuentas de lo que ya había vendido, acomodé unas Barbies en caja y no me contuve más y volví a colocarme los patines y empecé a patinar con estilo por todo el galpón.

Layne grabando un par de tiendas, me vio patinar entre la gente y sonrió perdidamente.

Me sentí libre, plena, y patinando, la gente me miraba y yo sonreía sin parar; llegué a la tienda de mi amiga, Paz. Ella me sonrió y me acerqué a saludarla y a conversar un rato (Si alguien querría consultar por alguna Barbie mía en venta, mi compañera de junto me avisaría.)

Las dos riéndonos de cosas graciosas, de pronto llegaron otros amigos nuestros, los que nos sonrieron al instante y ambas con Paz, los saludamos y entre todos nos dimos un fuerte abrazo, para después tomarnos una bonita foto grupal. Layne me vio sonreír más que feliz junto a mis amigos en aquella foto y sonrió perdidamente enamorado.

Después de despedirnos de nuestros amigos, Paz y yo nos pusimos de acuerdo para juntarnos la próxima semana, cuando de repente, Layne anhelante se nos acercó con su cámara en mano.

Ambas dándonos datos de Barbies y precios, él nos miró y nos fotografió; yo lo vi y me estalló el corazón de alegría. Mi amiga Paz se incomodó un poco, puesto que no le gustaban muchos las fotos y Layne volvió a enfocarnos a las dos con su cámara; yo le sonreí con destellos y él sonriéndome, nos fotografió. Tenía al mejor fotógrafo de todos.

Layne quería tomar un par de fotos más a la tienda de Paz y fotografió a sus Barbies en ventas. Yo no dejaba de mirarlo con anhelos y alegría, y mi amiga sonriéndome, le agradeció.

—Muchas gracias ¿Tú eres el esposo de mi amiga, Margarita? —Layne me sonrió.

—Así es.

—Un gusto y muchas gracias. Se te agradece mucho el trabajo que estás haciendo.

—De nada. Lo hago con gusto y mucho cariño — le dijo por último viéndome a mí, lo que me derritió por completo y Paz nos sonrió a ambos.

—¿Te parece si ahora poso para mi tienda?

—Por supuesto — le dijo Layne sonriéndole, la enfocó con su cámara y Paz hizo una simple pose y él la fotografió.

Layne volvió a sonreírme y me guiñó el ojo, lo que otra vez me derritió por completo.

Quería ver las demás tiendas, para comprarme una nueva Barbie para mi colección, y Layne conmigo, íbamos tomados de la mano; él me sonrió y sostuvo mi mano con cariño.

Rodrigo, otro de mis amigos, me vio paseando por la tienda de al frente y me llamó, yo lo vi y me acerqué rápidamente a saludarlo. Layne sonrío todo tierno y me siguió.

Con Rodrigo nos dimos un fuerte abrazo y después él saludó a Layne. Layne le extendió la mano con simpatía y los tres nos sonreímos.

—¿Cómo has estado, amiga? Tanto tiempo.

—Mucho tiempo, jejeje.

—¿Cómo te ha ido? ¿Todo bien?

—Muy bien. En mi trabajo como siempre, mucho trabajo, pero ya tú sabes, jejeje.

—Me alegro que estés bien, que ambos lo estén — Layne le sonrió.

—Me encanta el brillo rosa de tus ojos — le sonreí.

—Oh, gracias.

—Si, es muy bonito.

—Jejeje — Layne me miraba con cariño y destellos. Se sentía muy pleno y afortunado de tenerme a su lado.

—Quería pedirte un favor — mencionó Rodrigo.

—Si, claro ¿Qué necesitas?

—Quiero que me respondas un par de preguntas para una entrevista en vivo que te voy a hacer para la página de mi tienda ¿Te parece la idea? — sonreí con nervios y después miré a Layne. Él me sonrió.

—Ok. Tendré mi minuto de fama — Rodrigo me sonrió.

—Genial amiga, quédate ahí detrás de la mesa, para que seas como la compradora. Yo ahora te empezaré a grabar con mi celular.

—Ok — volví a sonreír con nervios y ansiosa, Layne me miró todo tierno y Rodrigo empezó a grabarme.

—Hola amigos y amigas de nuestra querida Expo Barbies. Ella no podía faltar, aquí tenemos a nuestra querida amiga Margarita. Hola, Margarita — le sonreí a su celular.

—Hola, Rodrigo.

—Cuéntanos, amiga ¿Hace cuanto llegaste aquí a la Expo?

—Desde que inicio, mi esposo y yo abrimos el galpón.

—Genial ¿Algo que te gustaría encontrar en esta nueva versión de nuestra Expo Barbie?

—La verdad, sí. Espero poder encontrar la Barbie Camp, porque es una de mis barbies preferidas y muy hermosas por lo demás.

—Tú lo has dicho, amiga ¿Quieres dejarles algún mensaje a todos los que nos están viendo ahora por nuestras redes sociales?

—Si, que vengan a visitarnos a nuestra nueva versión de Expo Barbies. Hay mucha variedad y se van a divertir mucho. No se van a arrepentir.

—Perfecto, Margarita, gracias por este video — Layne me miró con ternura y sonrió perdidamente enamorado.

—Gracias a ti, Rodrigo.

Al termino de grabarme, Rodrigo me sonrió y después nos despedimos con otro gran abrazo.

Solo quería ver como había salido en su video.

Volvimos a mi puesto y Layne se sentó y yo me puse a patinar feliz y radiante por todo el galpón.

Él fascinado de verme, tomó su cámara y empezó a grabarme, mientras yo patinaba toda contenta por todas las tiendas. Quería conservar esa sonrisa, que yo tenía en aquellos instantes andando en mis patines y disfrazada de Barbie.

Yo lo vi grabarme y le sonreí coqueta y radiante, toda radiante y sexy solo para él y Layne embobado, grabó toda mi esencia y me tomó también un par de fotos.

Él vendiéndome otro par de Barbies más, yo quise cambiar el repertorio de música y subí al balcón para cambiarlo.

Layne pendiente de mí, me vio subir las escaleras y me amó con locura y se le escapó un suspiro.

Me agaché junto al parlante y puse otro repertorio musical con lo mejor de los ochentas y noventas, el que empezó a sonar al instante. Me sostuve del barandal del balcón y vi toda la gente que había en esos momentos en nuestra querida expo y sonreí.

Busqué a Layne con la mirada en nuestra tienda, pero no estaba y quise ir a buscarlo...

Bajando los peldaños de aquella larga escalera, perdí de pronto el equilibrio, resbalé y se me escapó un grito y caí justo en los brazos de mi amado Layne.

Atónita, él me vio fijo a los ojos, y sin soltarme, yo me perdí en ellos y sentí que el corazón se me aceleró fuera de control y más me enamoré de él.

Sin darnos cuenta, todos estaban pendientes de nosotros por mi inesperada caída, la que él alcanzó a impedir.

—¿Estás bien, amor mío?

—...Si...

—¿No te lastimaste nada?

—No, no alcancé... — él seguía viéndome de esa intensa y acechante manera. Sus ojos me tenían hipnotizada.

—Tranquila, ven — me cargó en sus brazos, viéndome fijo, frente a todos — Te llevaré a nuestro puesto para que descanses.

—...

Todos pendientes de ambos, él me acomodó en el asiento y uno de mis amigos corrió a buscarme un vaso de agua. Layne me miró y acarició mi mejilla.

—¿Segura que estás bien, mi amor?

—Si... es que no sé qué me pasó. Estaba bajando, cuando de repente me mareé.

—¿Te mareaste?

—Si, es que no he comido nada. Debe ser eso — sostuvo mi rostro con cariño.

—Tranquila, yo ahora iré a comprarte algo. Vengo en seguida...

Layne con ternura me trajo un te caliente y un sándwich de jamón con quesillo fresco; yo le sonreí y se lo recibí con cariño. Él se sentó junto a mí y yo comencé a comer y a tomarme el té y Layne me vio atento y con ternura. Solo quería que yo estuviese bien.

Nos llegaron más compradores y los dos contentos, les mostramos nuestras Barbies a la venta, y Layne sin dejar de verme con amor, yo le sonreí y vendimos juntos una preciosa Barbie del año 1992, sellada en su caja.

Así nuestro grato y afortunado día acabó, lleno de alegrías, encuentros con amigos coleccionistas, hermosas Barbies del pasado, muchas ventas y nuestro gran y fuerte amor.

Desmantelando todo, Layne me vio perdidamente enamorado y tomó mi mano. Yo le sonreí con cariño y rodeé su cuello con mis brazos. Nos miramos con afecto y nuestra dulce e intensa, a la vez, complicidad.

—Te dije que nos iría bien.

—Tuviste razón. Siempre la tienes, mi Layne.

—Todo por ti, mi hermosa. Tú eres la que me da la fe y fuerza para creer en lo que sea. Solo tú mi vida — acaricié su rostro y después tiré de su chivato con cariño.

—Mi Layne.

—Te amo — me derretí por completo.

—Y yo te amo a ti, siempre — me miró locamente enamorado.

—Lo sé.

Me susurró y comenzó a besarme como tanto lo deseaba y yo feliz y entregada, correspondí a su beso y besándonos, Layne me cargó con cariño en sus brazos y yo me puse a reír. Él volvió a mirarme de la misma manera.

—Amo que seas mi esposa.

—Y yo amo que tú seas mi esposo, solo mío.

—Soy solo tuyo, amor mío. Solo tuyo — lo vi toda derretida y llena de suspiros.

—Te amo, mi amor. Mi Layne.

—Y yo te amo a ti, mi hermosa.

Sin contenernos, volvimos a besarnos y él me sostuvo con más cariño y fuerza en sus brazos. Aprovechamos de que no había nadie en el galpón y seguirnos besándonos.

Ya todo desmantelado, cerramos los dos con fuerza el gran portón negro y al cabo, nos sonreímos.

Nos dimos vuelta y vimos unos árboles florecidos, frente a ambos, y los dos con ilusión, nos tomamos de la mano con cariño y los miramos con afán y detenimiento, así dando por finalizado aquel gran día, nuestro día, en nuestra tan querida expo Barbies.


FIN.

✿ೃ 𓈈 𓂃 ⿻ 〥 ✎⋯ ㊈ ・❥・⌇⌲ ❐ ㅎ J 𓂅 ୨୧ ⋆¸*ೃ☼ ๑ˊૢᵕˋૢ๑ 。な 현진 𓈀 🌱 𓏲 𝗯ꭎnᵰִyﹾ 𓈈 🎀 🜸 : ⿻⋆ʚ♡⃛ɞ ୭̥⋆*。 ᜊ 您 🌷 ∿✧ ▸ ִֶָ 𖥔 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top