Capítulo especial 2 (Despedida de Alfa-Nueve)
*acción*
{susurros}
(Pensamientos)
^Que hablan en señas^
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"En honor al caído"
Ubicación: ¿¿??
Fecha: ¿¿??
POV ¿¿??
Entrada personal #124, 2 de enero de 2555 ha pasado casi 1 año desde aquel día, pero aun lo recuerdo como si fuera ayer, el día en que el SCDO Edward Malcom Beck, se fue, ni siquiera pude despedirme, siempre pensé que era alguien con una suerte increíble desde Reach, pero cuando se fue me di cuenta que esa suerte se le puede acabar a cualquiera, pero no es justo que la vida de alguien tan puro tuviera que terminar así, era un muchacho increíble, valiente, compasivo, leal y no me arrepiento de haberlo llamado...mi hijo.
¿¿??: Sargento de Artillería de la SCDO Edward Buck cerrando sesión *apagando el dispositivo*
Ia: sargento nos acercamos al destino.
Buck: gracias *suspira* 1 año desde que partiste, 1 año desde que tu especie se extinguió y 1 año desde que las cosas cambiaron para mi *mirando una foto* te extraño...más de lo que te puedas imaginar.
El pelican no tardo en tocar tierra, baje de ella y camine hacia un punto en específico, solo y un grupo selecto conocemos la ubicación de este planeta, los registros, los datos que se sabían sobre este lugar fueron eliminados, cortesía mía y de algunos contactos, la UNSC lo conocía como "Canis Terra" pero los lobos y yo sabemos que su verdadero nombre...es Arda
Buck: *mirando alrededor* es bueno ver que al menos su vegetación renace, pero sus habitantes...{carajo}
Solo puedo imaginar que aquí alguna vez fue una hermosa ciudad medieval, con sus altas torres y murallas imponentes que rodeaban calles empedradas y casas de encanto antiguo, sus edificios de piedra, adornados con intrincados detalles arquitectónicos, contaban historias de un pasado glorioso, el bullicio de los mercados llenaba el aire con aromas tentadores y la alegría de los comerciantes y ciudadanos que transitaban por sus calles.
Sin embargo, ahora esa belleza ha quedado en el olvido, las torres que antes se alzaban majestuosas, ahora se yerguen en ruinas, sus piedras erosionadas y cubiertas de musgo, las murallas, alguna vez impenetrables, se desmoronan lentamente, recordando las batallas y asedios que soportaron.
Las calles empedradas, antes llenas de vida y movimiento, están desiertas y cubiertas de maleza, los edificios, una vez prósperos y habitados, yacen abandonados y en ruinas, sus ventanas rotas y sus muros desmoronándose.
Caminando por este escenario desolado, uno puede sentir el peso del pasado y la melancolía que envuelve cada rincón, el silencio que reina es sepulcral, solo interrumpido por el viento que susurra entre los escombros.
En este triste y silencioso lugar, se puede percibir la fragilidad de la existencia y la efímera grandeza de una ciudad que ahora yace en el olvido, pero a pesar de todo, la historia y el legado de esta antigua civilización perduran, recordándonos que incluso en la decadencia yace una belleza misteriosa y una enseñanza sobre el paso del tiempo.
No sé cuánto tiempo camine, pero al final me detuve frente a una estructura, el castillo, cuando ingrese me encontré con salones abandonados y oscuros pasadizos que alguna vez fueron testigos de la vida y la actividad frenética de la nobleza y sus sirvientes, los ecos de risas y conversaciones desaparecidas se desvanecieron en el aire, dejando solo un silencio casi escalofriante.
Atravesé el umbral de la puerta principal, cuyas bisagras crujieron con el paso del tiempo, adentrándome en un laberinto de pasillos oscuros y fríos, las paredes de piedra estaban adornadas con vestigios de pinturas desvanecidas, recordatorios de una época en la que la riqueza y el esplendor llenaban cada rincón, para entonces había comenzado a llover dándole un ambiente más triste del que ya era.
Finalmente llegue a donde quería, el lugar de descanso final de una familia de la realeza, la última que reino antes de la catástrofe, yo me asegure de darles un entierro digno y ahora las tumbas de los monarcas yacen frente a mí, sus nombres, grabados en mármol gastado por el tiempo, susurraban historias de poder y legado, flores marchitas y velas derretidas yacían en honor a aquellos que habían sido adorados en vida, Mickey, Dutch, Romeo incluso el novato se encargaron de los detalles.
Pero frente a las tumbas de la familia de la realeza, había una cuarta, no estaba hecha de mármol, sino con piedras apiladas una encima de otra y donde debería haber una cruz o algo, había un rifle, un rifle de asalto y sobre él, el casco de un SCDO, esta era la tumba de mi hijo y por qué fue enterrado ahí bueno...había hecho una promesa.
Buck: *arrodillándose mientras se quita el casco* hola de nuevo mi cachorro
Mire que en la tumba había diferentes objetos, incluyendo juguetes para morder, una figura de un lobo junto a un libro con el nombre de Jonathan D., había muchas flores e incluso una foto del antiguo escuadrón Alfa-Nueve, pero lo que más resaltaba era el dibujo de un lobo hecho por un niño en un cuadro.
Buck: *mirando los objetos a un lado de la tumba* je, veo que ellos tampoco te olvidaron *tomando el dibujo* y por lo visto Dutch les conto a sus hijos sobre ti *dejando el dibujo*.
*silencio*
Buck: sabes, nunca pensé que fuera yo el que te estaría visitando de esta manera, tú aun tenías una vida por delante, una vida que te fue arrancada, sé que fue tu decisión el proteger a ese niño, eres un cabeza dura ¿lo sabias? Je, sé que no compartimos lazos de sangre, nuestro vínculo trasciende cualquier barrera biológica, tú fuiste mi regalo más preciado, el niño que elegí amar y cuidar como si fuera de mi propia carne y sangre...
*Viento*
Buck: Recuerdo el día en que llegaste a mi vida, fue en este mismo lugar en el que te encontré, un pequeño y vulnerable lobito, querían sacrificarte, querían que no sufrieras por la pérdida de toda tu gente, más sin embargo los SCDO se interpusieron, merecías una oportunidad, y tras mucho papeleo y peleas obtuve tu custodia, fue en ese instante cuando te abrace por primera vez, supe que mi propósito en la vida era ser tu padre y ofrecerte un hogar lleno de amor, seguridad y felicidad.
*silencio*
Buck: Juntos enfrentamos los desafíos y celebramos los triunfos, cada sonrisa tuya no solo era hermosa, sino que también iluminaba mi mundo, y cada lágrima derramada me partía el alma, juntos con el pasar del tiempo formamos un lazo indestructible basado en el amor incondicional y la confianza mutua, pero hoy, aquí, me arrodillo frente a tu descanso eterno, recordando los momentos compartidos, los sueños que tejimos juntos y los planes que teníamos para el futuro, aunque tu partida ha dejado un vacío en mi corazón, sé que estás en paz y que tu espíritu sigue viviendo en mí y en todos aquellos a quienes pudiste llamar amigos.
*silencio*
Buck: A veces me pregunto cómo hubiera sido verte crecer, verte convertirte en el lobo fuerte y valiente que siempre soñé que serías, incluso...guarde esperanza de que tu especie renaciera más fuerte que nunca, ahora eso jamás será posible, pero sé que sin lugar a dudas has dejado una huella imborrable en mi vida y en la de quienes te rodearon, cada día, honro tu memoria viviendo la vida de la mejor manera posible, siendo el padre que siempre deseaste tener y el que siempre deseaste que fuera.
*viento fuerte*
Buck: mi cachorro, tu ausencia física no disminuye el amor que siento por ti, siempre serás mi hijo, mi luz y mi inspiración, aunque mi corazón aún llora tu partida, encuentro consuelo al saber que fuiste amado y que pudimos compartir momentos preciosos juntos...en familia...Beck tienes un hermano pequeño, se lo mucho que te gustaba estar con los niños porque eran los únicos que no se asustaban con tu apariencia o por lo que eras, te habría encantado conocerlo, a él también lo adopte... luego de leer tu carta *sacando una carta* y... aún recuerdo cuando la leí por primera vez, luego de tu funeral aquí en Arda en el que solo asistieron un grupo preseleccionado de Marines, varios escuadrones de SCDO y un Spartan, me había cerrado completamente, no quería hablar con nadie y solo me quedaba viendo tu tumba hasta que note que detrás del rifle estaba esta carta.
>>Flashback<<
Buck: *limpiando sus lágrimas* ¿Qué es esto?
Había tomado la carta, quería guardarlo y leerlo más tarde, pero cuando vi el sello supe inmediatamente que era de Beck, por lo que rompí ese sello y leí la carta.
Carta de Beck
Papa:
No llores por mí, tengo tanto que agradecerte, me diste un hogar, una familia aunque haya sido muy pequeña después de perder a mi familia biológica, pero sobre todo me diste tu amor incondicionalmente, lo último que quiero es verte sufrir por mí, ahora que no estoy contigo ,lo que más quiero es verte sonreír, porque así sabre que mi recuerdo te hace feliz, si alguna vez te defraude, me porte mal o incluso te mordí, perdóname y por favor no te deshagas de mis cosas, sé que te duele que yo ya no este contigo, pero por favor, no tires nada, porque en esta galaxia, en otros mundos también hay muchos niños que viven en la soledad, tristes y sin cariño que pasan noches frías, noches oscuras, todos ellos darían su vida por compartirla con la tuya, me rompería completamente el corazón el saber que siquiera digas o pienses que no quieres tener a alguien a quien cuidar, eso me hace pensar que el tiempo que estuve contigo, no te hice feliz y yo sé que no fue así, por favor que mi muerte no sea en vano, que sirva para que otro tenga la suerte de poder vivir y de conocer lo maravilloso que fue tu amor paternal, que conozca lo que es tener una familia, vamos papa, levanta ese ánimo, tú y yo pasamos días tan geniales, recuerdo antes de enlistarme en la UNSC lo ansioso que estaba frente a la puerta esperando tu regreso, siempre estuviste ahí para mí como yo también lo estuve para ti, no estes triste, yo a tu lado viví una hermosa vida, una vida que no cambiaría por nada, sé que guardaras un rinconcito especial para mí en tu corazón aunque lo niegues, si...aun así sientes que no puedes seguir adelante, quiero que recuerdes esto, "la muerte se lleva consigo un dolor que tal vez nadie podrá sanar, pero el amor deja siempre un recuerdo que jamás nadie podrá robar", gracias...por todo.
Te quierooooo.
Me reí en esa última parte antes de centrar mi vista en un símbolo al final de la carta, la huella de un lobo, era su huella.
Buck: *abrazando la carta* lo juro mi cachorro.
Desde ese momento supe con certeza de que la valentía, la lealtad y el legado de Beck vivirán para siempre en la historia de los Helljumpers hasta el fin de los tiempos, el primer y único lobo que sirvió en la UNSC y en el cuerpo de los SCDO
>>Fin de flashback<<
Buck: a él le hubiera encantado conocerte, y a ti te habría encantado tener un hermano del que cuidar y proteger, pero la vida es injusta y nos separó demasiado pronto, aunque ya no puedo verte ni sentir tu cálido abrazo, sé que tu espíritu está conmigo en cada paso que doy, descansa en paz, querido hijo, siempre serás mi niño, mi mayor orgullo y la razón de mi sonrisa, te extraño más de lo que las palabras pueden expresar, pero sé que nuestro amor trasciende la muerte y nos mantendrá unidos para siempre *colocando una mano sobre las piedras* gracias por permitirme ser tu padre, por dejarme ser testigo de tu crecimiento y por confiar en mí para brindarte amor y protección *colocándose el casco* nos vemos del otro lado *activando el visor* {me habías dicho que nadie iba a enamorarse de un lobo, bueno, ella te amaba y le habría gustado estar a tu lado, es una linda Spartan a mi opinión} *dejando un collar encima del rifle* feliz cumpleaños Beck.
Me senté enfrente de la tumba, no quería dejarlo solo, este era su día después de todo.
Buck: *suspira* ningún padre debe enterrar a su hijo.
POV 3ra persona.
El SCDO seguía sentado junto a la tumba del último lobo y su hijo, pero la tristeza pesaba sobre sus hombros y el dolor parecía abrumador, el sonido de la lluvia reino durante un buen rato hasta que fue interrumpido por una luz plateada frente a Buck quien se alarmo y preparo el rifle que tenía consigo, pero cuando vio lo que tenía enfrente, no supo que decir o hacer, sus manos involuntariamente comenzaron a temblar mientras dejaban caer el rifle, se arrodillo ante la presencia de una figura majestuosa y etérea que irradiaba sabiduría y compasión cuyos ojos brillaban con una serenidad reconfortante mientras se acercaba a Buck.
Buck sabía quién era, Beck le había platicado sobre ella, se trataba de Gea la diosa de la vida, una loba con un hermoso pelaje dorado y ojos turquesa como el océano, sus patas traseras parecían tocar el suelo con una gracia sobrenatural.
La loba se acercó con delicadeza y se sentó junto a Buck mientras extendía una pata hacia él, invitándolo a acercarse, Buck dudo un poco, pero colocó su mano temblorosa sobre la pata de la loba, quien con una voz suave y serena hablo.
Gea: supongo que no hace falta presentaciones, no es así...sargento Buck.
Buck: *quitándose el casco* ni siquiera de rodillas soy digno de estar ante tu presencia.
Gea: cualquiera que tenga un buen corazón es más que digno de verme.
Buck: lo lamento tanto, se ha ido, cuide de él con todo mi ser, pero siento que he fallado en protegerlo, la última esperanza de ustedes.
Gea: No debes cargar con la culpa, tú brindaste amor y cuidado incondicional al último de mis hijos, y eso es un regalo invaluable. Aunque su partida sea dolorosa, recuerda que diste lo mejor de ti y le diste una vida llena de amor y comprensión.
Buck: pe...pero.
Gea: Eres un ser humano con un corazón noble y generoso, cuidaste del último lobo con amor y dedicación, y su espíritu siempre estará a tu lado, guiándote en tu camino
En ese momento, una brisa suave acarició el rostro de Buck, llevando consigo el eco lejano de un aullido de lobo, era como si su hijo lobo estuviera presente de alguna manera, recordándole al humano que siempre sería parte de él.
Buck: ¿tu fuiste quien me dejo la carta? ¿verdad?
Gea: *asintiendo* el me la dio personalmente, sabía que podría pasar algo así, su intención jamás fue causarte un dolor como este,
Buck: lo sé, siempre pensó en el bien de los demás antes que, en su seguridad, solo...esperaba despedirme al menos
Gea: siempre lo podrás escuchar estes donde estes, pues, aunque ya no esté aquí, su espíritu vivirá en cada aullido del viento y en cada destello de la luna, nunca estarás solo en tu tristeza, yo estaré cerca y si alguna vez quieres hablar conmigo *sonriendo* no dudes en llamarme.
Buck; y yo nunca olvidare este momento...diosa Gea.
Gea: *levantándose* no puedo decirte mucho, pero Beck está ahora en un lugar donde se siente en paz y si bien te extraña mucho, el siempre mantendrá en su corazón a aquellos que no dudaron en ayudarlo cuando lo necesitaba, tu estas al principio de esa lista.
Buck: ¿lo volveré a ver?
Gea: quizá algún día...te llevare a donde esta.
Buck: ¿y a ti?
Gea: solo llámame si me necesitas, no importa donde estes.
Buck: sabes, a pesar de que Beck estudio a todas las religiones humanas del pasado...solo creía en ti y en nadie más.
Gea: lo sé, nunca lo abandone, ni siquiera cuando falleció.
Buck: ¿y quien más conoce tu existencia?
Gea: solo a aquellos quienes necesitaban mi guía, aunque, me gustaría conocer a tu nuevo hijo, algún día.
Buck: y así será, este planeta seguirá a salvo, se lo juro.
Gea: gracias.
La loba le sonrió a Buck antes de levantarse lentamente y desaparecer entre las sombras, pero su presencia dejó una sensación de calma y fortaleza en Buck, quien se levantó del suelo, llevando consigo la memoria del último lobo y el consuelo de la diosa loba.
A partir de ese momento, Buck prometió a sí mismo honrar el legado del último lobo y continuar protegiendo y preservando la esencia de los lobos, sabía que la diosa loba siempre estaría a su lado, guiándolo y recordándole la importancia de su misión.
Con el corazón renovado y lleno de determinación, Buck salió del castillo, abordo su nave y se despidió por el momento del planeta, sabiendo que su vínculo con los lobos trascendía y quien sabe, tal vez llevaría a su nuevo hijo adoptivo a visitar la tumba de su hermano lobo algún día.
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Jonathan Dohehrty (Novato)
El Novato, miembro del escuadrón Alfa-Nueve, se encontraba de pie frente a la tumba de su mejor amigo lobo que había servido a su lado, Jonathan mudo debido a un trauma del pasado, había encontrado en el lobo su único confidente, su amigo que le hablaba en lenguaje de señas y entendía su silencio.
Poco a poco Jonathan se arrodillo frente a la tumba, su mano temblorosa acaricio las frías piedras, alzo su mirada para ver el casco del SCDO.
Jonathan recordaba claramente aquel fatídico día en Draco 3, junto a Beck, habían enfrentado a un enemigo despiadado, luchando codo a codo, el lobo siempre había sido su protector, su guía silencioso en el campo de batalla, pero, desafortunadamente, esa misión se había cobrado la vida de su valiente amigo.
El Novato llevaba consigo un pequeño libro de señas, lleno de dibujos y mensajes que había intercambiado con Beck, con manos temblorosas, abrió el libro y comenzó a repasar cada página, reviviendo los momentos compartidos cada dibujo y mensaje transmitía emociones profundas, risas compartidas y apoyo incondicional.
Un nudo en su garganta lo hizo sentir la ausencia del lobo más intensamente, a pesar de no poder hablar, su amistad con el lobo había sido profunda y especial ya que, a través de sus gestos y miradas, habían construido un vínculo basado en la confianza y la camaradería.
Jonathan: *señas* ^Amigo...siento tu falta, fuiste mi voz cuando no podía hablar, muchos me habrían dado por muerto en Nueva Mombasa, pero tú no, me buscaste sin cesar hasta encontrarme y salir de ese infierno... siempre estuviste a mi lado, protegiéndome y comprendiéndome en silencio, siempre te agradeceré eso^
Jonathan saco de su mochila algo que había hecho especialmente para él y deseaba poder entregárselo en vida, era una estatuilla de un lobo tallada a mano.
Jonathan: *señas* ^Lamento no haberte podido dar esto cuando estabas vivo...yo...la hice para ti *mirando el collar que Beck le había regalado* dejaste una huella imborrable en cada uno de nosotros, jamás te olvidaremos...jamás te olvidare *dejando la estatuilla* mi amigo lobo^.
Jonathan comenzaba a levantarse, sabía que la vida debe continuar, pero antes de retirarse le dedico un saludo militar a su amigo.
Jonathan: *saludo* (con honor hasta el final)
Con una sonrisa serena en su rostro, el Novato bajo su mano y se alejó de la tumba, sabía que Beck siempre viviría en su corazón y que, a pesar de su silencio, tenía una voz poderosa capaz de transmitir amor y gratitud y desde ese momento, Jonathan se comprometió a honrar la memoria del lobo, llevando su legado de compasión y amistad a cada batalla que enfrentara.
El lenguaje de señas se convirtió en su forma de comunicación con los demás, permitiéndole transmitir su historia y conectarse con aquellos que necesitaban ser escuchados, a través de sus acciones y gestos, el Novato se convirtió en la voz de aquellos que no podían hablar, en honor a la amistad que compartió con el lobo y a su valiente sacrificio en Draco 3.
Jonathan: *sonriendo mientras mira a las estrellas* (nos veremos pronto...mi amigo)
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Michael Crespo (Mickey)
El ahora Spartan IV Michael Crespo estaba en el planeta del lobo que lucho a su lado en múltiples batallas, pero desde que el lobo murió en Draco 3 se culpaba constantemente por pensar que su vacilación le costó la vida a uno de sus más grandes amigos.
Frente a Mickey se hallaba la tumba del SCDO que alguna vez pudo llamar su más leal compañero y amigo, sus piernas comenzaron a perder fuerzas mientras se arrodillaba frente a la tumba, sintiendo el peso de su culpa en cada fibra de su ser
Mickey: lo siento Beck, fui yo quien dudo y pagaste el precio por ello, si no hubiera dudado en matar a Ingridson...todavía seguirías aquí, no puedo dejar de culparme a mí mismo por lo que sucedió
El SCDO cerró los ojos, recordando el día fatídico en Draco 3, la imagen de Beck luchando valientemente, su pelaje blanco cubierto de sangre, se grabó en la mente de Mickey, el sonido de las balas resonaba en sus oídos mientras recordaba cada detalle de aquel momento trágico.
Mickey abrió nuevamente los ojos, y miro la tumba de Beck,
Mickey: Beck, siempre fuiste un verdadero héroe, jamás podre enmendar este error, pero lo que sí puedo hacer es prometerte que honrare tu memoria y hacer todo lo que esté a mi alcance para proteger a los que aún quedan y asegurarme de que ningún otro compañero tenga que pagar el precio de *lagrimeando*... mis dudas
Mickey por más que aguanto, no pudo contener sus lágrimas y las dejo salir al mismo tiempo que un grito de puro dolor, sentía que no merecía el perdón ni la paz, pues pensaba que por esa vacilación extinguió a una especie, le quito una vida y un futuro a un buen amigo, pero...a Edward Buck...esa vacilación le había costado la vida de su hijo,
Mickey paso un buen rato llorando, hasta que llego un momento en que sus lágrimas habían disminuido, pero estaba hipando suavemente mientras tenía la frente puesta en el casco del lobo
Mickey: lo lamento tanto...de verdad.
En ese momento, un suave aullido resonó en el aire, Mickey levantó la cabeza sorprendido y vio una figura que se materializaba a su lado, Mickey no se asustó ni mostro reacción alguna, pensaba que hoy pagaría por ese error.
Mickey: ¿Quién eres?
¿¿??: mi nombre es Gea la diosa de la vida aquí en Arda, protectora de los espíritus de los lobos de aquellos que han caído en batalla y he venido para ayudarte
Mickey: ¿Por qué? No merezco perdón por lo que paso, mi vacilación costó la vida de Beck, un valiente compañero que merecía mejor suerte. ¿Cómo puedo perdonarme a mí mismo por eso?
Gea acaricio suavemente el rostro de Mickey mientras sonreía antes de hablarle
Gea: Es cierto que tus acciones pueden haber tenido un papel en su destino, pero no olvides que todos somos parte de un entramado más grande, las vidas de todos nosotros están entrelazadas en el tejido del destino, tu hiciste lo que creías correcto en aquel momento, la culpa no te pertenece a ti.
Las palabras de Gea resonaron en lo más profundo de Mickey, comenzó a comprender que la responsabilidad de la muerte del lobo no recaía únicamente sobre sus hombros, sino que era el resultado de una serie de circunstancias complejas.
Gea; Beck te admiraba y confiaba en ti, no debes olvidar los momentos de coraje y camaradería que compartieron juntos, en lugar de cargar con la culpa, honra su memoria llevando su espíritu en tu corazón y continuando tu servicio con valentía y sabiduría.
Mickey; pero... ¿cómo puedo encontrar redención? ¿Cómo puedo perdonarme a mí mismo por lo que le sucedió a Beck?
Gea: La redención no está en el pasado, sino en el futuro, honra la memoria del último de mis hijos siendo un líder, aprende de tu experiencia y toma decisiones con determinación y confianza, Beck no desearía que te atormentaras, sino que siguieras adelante con fuerza y coraje.
Mickey: solo...quiero saber si el está bien.
Gea: los extraña a todos, nunca le tuvo miedo a la muerte, tenía miedo de perderlos a ustedes, un secreto que ahora te confió a ti.
Mickey: *asintiendo* lo llevaré a la tumba de ser necesario.
Gea: es tiempo de dejar ir esa culpa y sanar, Beck nunca te culpo por su muerte, pero querría que siguieras en la UNSC para seguir luchando por la justicia y la paz en estos tiempos oscuros, pero esa decisión es solamente tuya.
La determinación renació en los ojos de Mickey mientras asimilaba las palabras de Gea, sabía que era hora de regresar, de enfrentar su pasado y de continuar con su deber.
Mickey: así será *agachando su cabeza* diosa Gea.
Gea solo sonrió, un gesto lleno de amor y orgullo
Gea: si me necesitas...solo llámame, estaré contigo en esta travesía y ser tu guía y apoyo en los momentos difíciles, aun puedes forjar un futuro luminoso a pesar de las heridas del pasado
Mickey: gracias.
Gea le dio a Mickey un último apretón reconfortante en el hombro antes de desaparecer en el viento, Mickey miro por última vez la tumba de su amigo antes de levantarse y despedirse.
Mickey: donde quiera que estés...*sonriendo* espero y hayas encontrado lo que tanto tiempo buscabas.
Mickey sabía que no estaría solo en su camino hacia la sanación y que, con el tiempo, encontraría la paz y la redención que tanto anhelaba, su destino lo llevaría de vuelta a la UNSC, donde cumpliría su deber con honor y llevaría consigo la memoria de Beck en cada batalla que enfrentara.
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Dutch
El sol brillaba en el cielo del planeta, iluminando el camino de Dutch mientras conducía la nave espacial que llevaba a su familia hacia un lugar muy especial, estaban en camino a visitar la tumba su amigo Beck, cuya especie había sido cruelmente exterminada por el Covenant.
Dutch había conocido al lobo cuando aún era un cachorro, apenas un niño de cuatro años y ya había sido testigo del exterminio de su especie y el asesinato de sus padres a manos de los elites, para él, Beck fue mas que un compañero, fue casi como un hijo e incluso juro que si Buck no lo adoptaba, el lo hubiera hecho, o eso es lo único que le traía confort a su vida, porque en lo que pensaba eso, ni siquiera se dio cuenta de que ya había aterrizado la nave en el planeta del lobo.
Dutch: (porque es tan difícil seguir adelante, nos haces mucha falta amiguito) *dejando los controles* Aquí estamos, familia
Los niños fueron los primeros en bajar, Dutch se aseguro de dejar la nave lo mas cerca posible de la tumba de su amigo, mas que nada por respeto y por el hecho de que no podría contar el trágico destino de los habitantes, la especie de Beck sin desmoronarse en el proceso, la familia no tardo mucho en llegar a donde estaba la tumba de aquel lobo blanco, un muy querido amigo, un buen compañero, pero ante todo un gran hijo.
Dutch se detuvo frente a la tumba, y sus dos hijos, curiosos, observaban con asombro el lugar, la esposa de Dutch sostenía una corona de flores mientras él le daba las gracias con la mirada. Era un gesto simbólico, un tributo que no podía faltar.
Los dos hijos de Dutch, emocionados pero conscientes de la solemnidad del momento, observaron la tumba con respeto, en sus manos sostenían un marco que contenía un dibujo meticulosamente coloreado de Beck, creado con la imaginación de dos niños que ansiaban conocer al héroe del que tanto habían oído hablar.
¿¿??: ¿Crees que está escuchándonos, papá?
Dutch: *sonrisa melancólica* Sí, hijo. Estoy seguro de que Beck está en algún lugar mejor, y nos escucha.
La esposa de Dutch colocó una mano en el hombro de su esposo, compartiendo el momento de pesar, la familia permaneció en silencio por un momento antes de que Dutch, con determinación, decidiera rendir su último tributo.
Dutch: Beck, camarada, aunque no fueras humano, fuiste uno de los mejores, nunca dejaste de luchar por lo que creías correcto, incluso cuando el mundo fue injusto contigo, dejaste un legado que nunca olvidaremos.
Dutch se puso de pie, haciendo un gesto militar de saludo. Sus hijos imitaron el gesto, mostrando respeto por el héroe caído.
Dutch: *con un nudo en la garganta* Buena suerte, Beck, que encuentres paz donde quiera que estés
Los niños por su parte dejaron flores y el dibujo que hicieron del lobo blanco en la tumba, cerca del rifle y se retiraron en silencio, Dutch dio la vuelta por ultima vez antes de mirar hacia arriba notando las dos tumbas de mármol, deseando paz a aquellos quienes están en su eterno descanso ahora en compañía de su hijo
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Kojo Agu (Romeo)
Kojo Agu o mejor conocido simplemente como Romeo, había venido varias veces, aunque como siempre, ni siquiera sabía que decir o por donde empezar y esta vez no parecía ser diferente pues ahora Romeo se quedó en silencio, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. Se remontó en el tiempo, recordando cómo conoció a Beck cuando apenas era un cachorro de 4 años, Beck siempre había sido un amigo leal y valiente, incluso desde su juventud.
Romeo: hola Beck...
Las palabras parecían insuficientes para expresar todo lo que sentía, por lo que se pasó una mano por el cabello, frustrado por su incapacidad para articular lo que estaba en su corazón.
Romeo se sentó junto a la tumba, su mirada perdida en el horizonte, recordando los días en que Beck era apenas un cachorro de cuatro años, un recuerdo que le arrancó una sonrisa melancólica. Aquel cachorro se había convertido en un héroe que dejó una marca imborrable en la vida de todos los que lo conocieron.
Romeo: Eras un héroe, Beck. Lo eres y siempre lo serás *suspira* Ojalá hubiéramos compartido más misiones, más risas, más momentos juntos, pero la vida tiene sus propios planes, ¿verdad, amigo?
Entonces, una sonrisa se formó en su rostro al recordar una anécdota en la que él y Beck se encontraron en un bar y, siendo mucho menor, Beck lo defendió.
Romeo: *riendo levemente* je, en mi defensa, el fue quien comenzó, y después vino la clásica pelea de 6 contra 6, tu, yo, Buck, Dutch, Mickey y Jonathan, ese día nos reímos más de lo que peleamos, ¿recuerdas?
El viento susurraba entre las lápidas mientras Romeo compartía la historia, como si quisiera llenar el silencio que se cernía sobre ellos. Sin embargo, el peso de la realidad volvió a caer sobre sus hombros.
Romeo: te extraño...mas de lo que puedo expresar cachorro.
Romeo se quedó en silencio durante un momento más antes de ponerse de pie, miró una última vez la tumba de Beck, con los ojos llenos de tristeza y respeto.
Romeo: Descansa en paz, amiguito, nos vemos en la otra vida.
Susurró Romeo antes de alejarse, dejando que la quietud del cementerio absorbiera sus pensamientos y la tristeza que le embargaba al despedir a un amigo que se fue demasiado pronto
Fin del capítulo
Se lo se, algo cursi e innecesario quizás, pero como saben a veces las cosas cambian con el tiempo agregando detalles de ultima hora y este se supone que iba a ser como el epilogo de la primera temporada, pero al final decidí publicarlo antes.
No olviden seguirme, darle estrellita y compartir para mas contenido
Sin mas por el momento, me despido y les deseo a todos felices fiestas Helljumpers
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