Más rápido que la velocidad de una tortuga con esteroides!
Disfruten el pack 😸

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—Hmm..! ¿Me pregunto donde estoy? —Unos segundos después de quedar inconciente, Tobe quedo sumergido en un profundo sueño.

Todo lo que veía era absolutamente blanco. Lo único que podía ver era su traje ninja y nada más. No comprendía donde estaba o porque no había nada reconocible a su vista, así que simplemente se quedó parado en el mismo lugar mientras masajeaba su barbilla y con la seja levantada sintiendo mucha confusión.

Pero entonces. —Hmm?! —Tobe expresó su sorpresa al sentir que alguien o algo se estaba frotando contra su pierna. Y al fijar su mirada hacia abajo, mostró una grata sonrisa al ver que se trataba de uno de sus animales preferidos. "Un lobo".

—Hola amiguito! ¿Que estas haciendo en un lugar tan desolado? —Tobe pregunto amigablemente al canino de pelaje negro. No se preocupó si le entendía o no, tampoco se pregunto de donde venia, simplemente se posó en su rodilla y felizmente comenzó a acariciarlo.

Por suerte el lobo que apareció ante el era muy amistoso, de hecho parecía que disfrutaba mucho el ser acariciado. Por supuesto que Tobe también se sentía a gusto mientras acariciaba su hermoso pelaje.

Era tan sedoso que no podía parar de tocarlo, además que por alguna inexplicable razón, al ver sus amigables y sinceros ojos color avellana, extrañamente le pareció muy familiar, pero incluso con su memoria eidética no recordaba haberlo visto. Siendo una incongruencia que lo dejó bastante desconcertado.

—Oh?! Pero que torpe de mi! —Tobe se encontraba extrañado por esta anomalía en su memoria, pero después algo más llamo su atención. —Ahaha! Perdona amiguito. No, más bien amiguita! Haha! No sabía que eras hembra. Fallo mio! —Tobe soltó varias risillas y se disculpo con la loba por confundirla de sexo.

En cuanto a la loba no sintío ninguna molestia. Es mas, para demostrar que no estaba enojada se acercó a su cara y le dio una cariñosa lamida en la mejilla.

—Hahaha! Buena chica! —Tobe ante la muestra de aprecio, volvió a soltar varias risillas y acarició con entusiasmo la cabeza de la loba pelinegra.

No había animal que le encantará más que los caninos. Sean perros o lobos, los quería por igual. Pero no solamente por lo adorables que eran, sino también porque los consideraba compañeros fieles he inseparables y la fidelidad como la confianza mutua, era un asunto muy importante para el.

Lamentablemente no tenía el tiempo de adoptar uno, pero se contentaba con alimentar a los perros y gatos callejeros de la aldea y ya de paso jugaba un rato con ellos, así que no se sentía tan deprimido por este asunto.

—Wow! Hey, a donde vas? —Tobe estaba tranquilo sobando a la loba, pensando en lo bueno que sería llevarla a su casa y hacerla parte de la familia, cuando repentinamente la loba miro hacia una dirección y salio corriendo.

Las acciones de la que podría ser su futura mascota y gran compañera lo dejaron muy desconcertado. No comprendía a donde iba cuando no había más que blancura a su vista.

Tobe se sintío confuso al respecto, pero después su expresión paso a convertirse en una de tristeza. No sabía porque, pero le ponía muy triste el ver como se apartaba de su lado.

Rápidamente se levantó y extendió su mano queriendo detenerla. Pero esas ideas desaparecieron cuando pensó en la posibilidad de que tenía sus propios planes en este vasto y extraño mundo y esos planes no lo incluían a él. Por ende, solo pudo suspirar depresivo mientras la veia alejarse, sabiendo que probablemente sería la última vez que se encontrarían.

Sin embargo, justo cuando creía en este vago presentimiento algo muy extraño sucedió. —Qu..?!..¡¿Pero que rayos?! —Dijo Tobe aturdido tras ser segado por una luz incandescente, que involuntariamente lo obligó a cerrar los ojos y cubrirse con los brazos.

La causa por supuesto venia del canino que observaba atentamente. Durante el transcurso de su elegante movimiento dé cuatro patas, Tobe se percató extrañado que la nariz de la loba comenzó ha emitir un tenue brillo dorado. Sin embargo su sorpresa ante esto solo duro la mitad de un segundo debido a que, en la corta duración de un pestañeo, ese brillo paso a cubrir todo el hermoso pelaje negro de su cuerpo y transformándola en una bola de luz cuya forma, por culpa del intenso resplandor, le resultaba muy difícil de distinguir.

—Kugh! En serio! ¿Que demonios sucede en este lugar? —Con el seño fruncido Tobe reprochó para sus adentros, ya que no podía soportar que a cada segundo sucediera una nueva he inexplicable extrañeza que lo terminaba dejando desconcertado y muy aturdido.

Solo deseaba un minuto para aclarar su mente y así comprender con mayor profundidad el estado en que se encontraba. Sin embargo era muy difícil para el lograr esto, cuando las sorpresas venían una tras otra.

Para colmo, como si lo acontecido hasta ahora no fuera lo suficientemente impactante y descabellado, nada podría compararse al inesperado suceso que vería a continuación.

—Fufu! Tobe~?(🎶) Atrapame~(🎶)

—Huh?!!! —Inmediatamente tras finalizar sus amargos pensamientos, Tobe se percató con shock al escuchar una dulce y melodiosa voz femenina que lo llamo de repente. Pero después, invadido por la incredulidad, no pudo evitar tartamudear al saber de quien se trataba. —I-Imposible!.. Esa..! Esa voz no es de...?! "¡¿Pucca?!" —Su tono aunque tembloroso no tenía dudas al respecto.

Tobe podría no saber muchas cosas sobre este mundo, es mas no sabía absolutamente nada. Tampoco sabía los orígenes del canino pelinegro que le parecía tan familiar, siendo que jamás lo había visto en su vida. Pero incluso estando con la visión obstruida, Tobe jamás podría olvidar la hermosa voz de su amada, que en aquellos días y con tanto anhelo y cariño, lo llamaba buscando apaciguar la tristeza de su herido corazón con el cálido confort de su compañía.

De tantas veces de escuchar su jubilosa risa del día, como también su apesadumbrado sollozo nocturno, la voz de Pucca se había quedado grabada eternamente en su mente y en su corazón. De modo que su voz era practicamente inconfundible para el.

Si no pudiera recordar como se oye, después de tantos momentos íntimos de felicidad y tristeza que pasaron juntos cuando era su querida mascota, Tobe jamás podría considerarse digno de su amor, ahora que deseaba conquistarla y estar junto a ella en su forma original.

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Cinco segundos después de que reconociera la voz de su amada, el brillo gradualmente empezó a reducir su intensidad. Tobe al notar esto, de a poco comenzó abrir los ojos ajustando su vista hacia lo que tenia en frente, y para cuando él brillo se apagó por completo, Tobe finalmente logró aclarar su respuesta. —Ah! P-Pucca! Real.. Realmente eres tu! —Dijo  con una expresión sobresaltada y un leve tartamudear en sus palabras.

Sabía que no se había equivocado cuando escucho el sonido de su voz, pero aún así no podía creer que realmente fuera ella. Sin embargo su figura era inconfundible.

Además del obvio reconocimiento de su bello rostro, Pucca en vez de su ropa casual, llevaba un hermoso y sensual bikini rojo con falda con algunos diseños florales, además de tener una linda decoración de una flor a un costado de su cabello suelto, exactamente lo mismo que usaba estando en la playa.

Tobe la estuvo observando durante todo el transcurso de su compañía y por supuesto que jamás se equivocaria sobre cual atuendo llevaba puesto. Sin embargo algo muy significante que había llamado su atención, a parte de su sorpresiva aparición, fue ver que en su espalda baja cerca de su cintura tenía una cola pelinegra que movía de un lado a otro, además que a los lados de su cabeza tenía dos orejitas puntiagudas igual de adorables y peludas.

Era como si llevara una especie de accesorio disfraz, pero viendo como se movían con tal naturalidad, era más que obvio para Tobe comprender que eran reales. Y fue ahí cuando comenzó a unir los puntos.

—Hmm..La loba repentinamente se va, desprende una luz segadora y apenas se termina me encuentro con Pucca vistiendo su sexy bikini, teniendo orejitas y cola de animal iguales a las de la loba con la que estaba jugando! Hmm.. —Tobe tenia una mirada pensativa mientras unía todas las piezas del rompecabezas. Hasta que al fin. —Ohh!! Ya entiendo! Pucca y la loba son la misma persona! Hehe!..Con razón sus ojos me parecían tan familiares! —Con una expresión placentera, Tobe se sintío satisfecho por haber aclarado el misterio tan predecible del canino pelinegro.

En cuanto a la causa de su innecesaria satisfacción.

—Oh!..Tobe~?! (🎶) —Con un tono melodioso y encantador, la azabache lo nombró de golpe llamando su atención.

—Huh?! —Al instante de escuchar la voz de Pucca, Tobe levanto la cabeza y la observó fijamente, quitando todos los pensamientos inútiles de su cabeza, solo para terminar pasmado y fascinado.

—Tobe~?! (🎶) ¿Amor, que estas esperando~? Atrapame~ (🎶) —Al girarse, Pucca le mostró una sonrisa resplandeciente y con un claro indicio de afecto amoroso, lo llamo cariñosamente pidiendo que la atrapará.

—Que..! Que..! Que~~?!!!! —En cuanto a Tobe, al escuchar lo que dijo su amada se quedó boquiabierto, no pudiendo creer que le este hablando con tanto cariño y afecto.

Se podría preguntar varias cosas, como por ejemplo de donde vino, porque era una loba, y que era exactamente este mundo? Pero después de ver aquella sonrisa nada más le importó.

—Hahaha!! Esperame Pucca! Voy por ti~ (🎶) —Con el mismo tono melodioso, Tobe soltó una risa bociferante y con una sonrisa tonta y alegre salio corriendo a pillarla.

Los misterios de este mundo podrían ser muy cautivantes para Tobe. Sin embargo nada podría compararse con la satisfacción de perseguir a su amada con orejitas y cola de animal, llevando un traje de baño sexy. De modo, que como todo hombre racional que piensa con su corazón y su entre pierna, siguió la opción más sensata y qué más iba a disfrutar.

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Al pasar el rato, Tobe continuaba gozando la agradable persecución.

—Ahahaha! Pucca, cariño! Te voy a atrapar~!! (🎶) —Comentaba Tobe con un brillo jovial en su alegre expresión, mientras intentaba acortar la distancia con su amada.

—Hahaha! No, Tobe~...No me atrapas~ (🎶) —Ante su comentario, Pucca respondió con un tono juguetón, sin dárle ninguna chance de lograr su objetivo.

Si hubiera un tercero viendo la escena, creería que estaba viendo una serie cliché de una pareja de tortolos enamorados pasándola bien, mientras corrían en cámara lenta por la orilla de la playa.

Hablando de esto, Tobe no se dio cuenta cuando, pero la escena a su vista que era completamente de blanco, desapareció en un instante y como un libro que cambio de página, el panorama se transformó en una playa paradisíaca, con el brillo del sol reflejándose bellamente en el mar azul, y para estar sincronizados con el ambiente, su traje ninja también había desaparecido y fue sustituido por el traje de baño que llevaba durante la competencia.

Pero a Tobe simplemente no le importaba. Incluso si de repente apareciera un dinosaurio verde gigante, sería igual de llamativo que una hormiga en la arena. Osea simplemente insignificante en comparación con tener a Pucca en sus brazos.

Tobe se moría por atraparla, sin embargo, a pesar que quería utilizar sus artes marciales para correr mas rápido, por alguna razón no podía hacerlo. Como si estuviera obligado a seguir el guión basura de una escena muy gastada de series y cómics, además de repitir constantemente las mismas frases tediosas.

No obstante, siempre y cuando pudiera ver la cara de su amada mirándolo con tanta alegría, no se preocupaba por continuar él estúpido papel de personaje genérico y felizmente siguió disfrutando el momento.

Por lo menos eso pensaba al principio. —Maldita sea! ¡¿Que demonios pasa?! Porque no ocurre nada diferente! Aaargh! Quiero abrazar a Pucca! —Tobe mentalmente suspiraba disgustado. Era la veinteava vez que decía la misma frase y todavía no podía alcanzar a Pucca.

Se sentía fastidiado por esto, pero su expresión tan complaciente no dejaba ver ningún indicio de disconformidad. Era una pesadilla, había terminado en una escena que se repetía una y otra vez. Una tortura tremenda para Tobe teniendo a Pucca tan cerca y no poder tocarla.

Pero entonces, como a la treinteava vez algo milagroso sucedió —Ahahaha! Pucca, cariño! Te voy a atrapar~!! (🎶) [¡Dios mio, matame!] —Tobe, siguiendo el guión repetitivo había comentado la misma frase.

Mentalmente ya se quería morir, no podía soportar un segundo más repitiendo lo mismo. Lo único que lo mantenía cuerdo era la sonrisa de su bella amada, pero si lograba salir de esta, se aseguraria de quemar todas las películas de su colección que tuvieran la escena que tanto sufría.

—Hahaha! No, Tobe~(🎶)... —Entre tanto, la azabache dulcemente comenzaba su respuesta preprogramada. Pero justo cuando Tobe pensó que Pucca le diría exactamente lo mismo, la continuación de su respuesta lo dejó desconcertado. —Hahaha! No, Tobe~ (🎶)..."¡Soy yo la que te atrapa!"

—Huh?! Uaagh!! —Ante él nuevo comentario de su amada, Tobe primeramente expresó su gran sorpresa, pero inmediatamente después grito de dolor. Debido a que de repente y sin previo aviso la azabache se giro de golpe y como una bestia salvaje, hambrienta por su exquisita carne, se abalanzó sobre el y lo tiro al suelo, causándole un ligero dolor.

Contrario a las acciones de esta azabache. Es en este momento en la vida real, que Pucca accidentalmente había caído arriba de Tobe.

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