-Bueno, pero no te quedes ahí parado, ven a sentarte!
Tobe despertó de su aturdimiento y comenzó a caminar hacia una mesa.
Se sentía muy incomodo en este momento, los chefs se supone que son, bueno, que son los "chefs". Tendrían que estar en la cocina preparando sus delicias y dejarle el servicio al cliente a sus dos meseros.
Pero en vez de eso, lo están siguiendo como perritos amaestrados detrás de él.
Podía entender que su trato hacia el fuera diferente, después de haber oído de sus buenas acciones.
Pero esto estaba más allá de ser amigables, era más un tipo de adoración, que de amistad.
Incluso después de haberse sentado, ellos seguían ahí parados, como si estuvieran esperando la orden de levantar la patita y dar una vueltitas en el piso .
Tobe pensó, que también querían recibir su pedido, así que algo perturbado comenzó a decirles.
-Qui..quiero el especial de la cas...!
-Unos fideos ya-yang a sus ordenes!!
Los chefs rápidamente corrieron a la cocina sin dejarle a Tobe terminar su frase.
Esto lo dejo muy desconcertado, de verdad que no entendía lo que estaba sucediendo.
Y mientras intentaba deducir la causa de su extraño comportamiento, desde la cocina se escucharon varios sonidos de lucha y pasados unos segundos, los chefs ya habían vuelto con su orden lista.
-Una orden de fideos ya-yang lista! Que lo disfrute!!
-O..okey!!...Gracias?!!
Tobe no pudo evitar extrañarse, ya les había agradecido por sus servicios, pero los chefs todavía seguían ahí parados.
Esto comenzaba a ser molesto, lo estaban incomodando demasiado.
Al final no tuvo de otra que empezar a comer, mientras sus ojos como telescopios, observaban cada pequeño movimiento que hacía.
-Hmm?...esto!!
-Ocurre algo señor?!
Tobe dé repente frunció el seño, y al instante los tres preguntaron al unísono.
Parecía haber algo mal con la comida, y como si los chefs lo supieran desde antes, comenzaron a interrogar.
-No!...no es nada!..olvidenlo!
Decía cortésmente mientras volvía a comer.
Hace poco que se había vuelto bueno y no quería crear problemas, menos con los tíos de la chica que estaba enamorado.
Sin embargo, antes de poder tomar otra porción, el señor Linguini detuvo su mano y le dijo orgullosamente.
-Señor cliente! Como grandes maestros culinarios, estamos orgullosos de nuestra especialidad!
Y si tiene alguna inconformidad, no se preocupe que no nos ofendera en lo más mínimo. De hecho, estaríamos agradecidos que nos diga.
Solo así podremos solucionarlo y darle a nuestros queridos clientes el mejor servicio y alimentación!
Los chefs se veían orgullosos y honorables mientras decían estas palabras.
Tobe dé verdad que no quería perjudicar el prestigio de su platillo estrella.
Sin embargo, no es estúpido. Después de  escuchar lo que dijo, y recordando su extraño comportamiento, no creía que se molestarían, de hecho, es como si desde el principio quisieran que insulte y rechace con odio la gran creación, que desde hace muchos años, es y sigue siendo la gloria y el orgullo de su restaurante.
Es por eso, que dándose por vencido, suspiro perezosamente y comenzó a criticar, sin apartar ningún detalle, lo terrible que era su gran platillo.
......
-Ohhh!!!
Los chefs quedaron boquiabiertos y en extremo asombrados por lo que estaban escuchando.
Tobe primero comenzó a describir, con extrema presicion, el platillo que siempre comia.
La cantidad exacta de los ingredientes y las especias que se utilizaban para realzar su sabor. La frescura que tenían y la temperatura a la que siempre eran hervidas. Absolutamente se los dijo todo, y como en comparación, con la basura que le habían dado, ni siquiera podía estar a la altura de la comida para perro.
No quería ser tan grosero, pero que su famoso platillo hubiera decaído tanto, le provocó mucho disgusto.
Después de cada derrota contra Garu y su grupo, lo único que levantaba sus ánimos, era comer unos ricos fideos ya-yang.
Lo que tenia en frente no era más que una ofensiva y un insulto hacia sus papilas gustativas. Algo realmente decepcionante.
¿Pero los chefs se veían molestos al oír esto? Claro que no. Parecían masoquistas por sonreír tanto mientras eran insultados.
......
Fueron diez minutos hasta que Tobe dejo de criticar la comida más popular de la aldea y se dio cuenta muy tarde de la estupidez que había cometido.
-Diablos!..Creo que me pase!!!
Ni todas las buenas acciones, serían suficientes para olvidar el haber rebajado a pura basura la creación de su vida.
Yo!...yo no...yo no quise decir...!
Rápidamente se levanto he intento,  sin tener alguna esperanza, de disculparse por lo que había dicho.
Pero justo antes de soltar alguna palabra, los chefs levantaron las manos de alegría y gritaron con emoción.
-APROBASTE!!!
.....
.....
-Que..que?!.. A..aprobé?!
Tobe estaba más perdido que nunca.
Se supone que deberían estar furiosos y listos para cocinarlo en aceite hirviendo. Pero en lugar de eso lo estaban..¿felicitando?
Gaah!! ¿Porque una visita al restaurante se volvió tan sofocante?
No lo pudo soportar más, estaba muy molesto, así que severamente les ordenó a los tres, que les dieran una respuesta concreta de lo que estaba sucediendo.
....
-Ohh!..Así que esto fue para probar mis habilidades culinarias!
-En efecto!..Disculpa nuestro molesto comportamiento!..Pero de verdad queríamos saber en que nivel estabas!
Por fin entendío del porque actuaban como malditos acosadores.
Supongo que era normal que estuvieran tan emocionados.
Tobe solo tenia 22 años y ya era un experto gastronomíco. Ni siquiera ellos eran tan buenos a su edad.
Y lo más impresionante fue su excelente evaluación.
Sabían que pasaría la prueba, porque después de probar sus delicias, tenían una ligera noción de su habilidad, y a lo mucho, esperaban que indetificara dos o tres errores del platillo, que por supuesto, intencionalmente habían mal preparado.
Pero no sólo identificó cada pequeño detalle, sino que también reveló los ingredientes que se utilizaban y en especial el ingrediente secreto que ni siquiera le habían revelado a su querida sobrina.
Este imprevisto suceso estaba más allá de su imaginación. Y se sintieron muy tontos por nunca darse cuenta, que un genio vendecido por el dios de la cocina, vivía en su misma aldea.
Si embargo, a Tobe no le provocaba ninguna emoción lograr esto.
Desde que adquirió su ilimitada memoria. En el transcurso que probaba un nuevo ingrediente, lo podía recordar al instante.
Al principio se sintío facinado, porque al momento de comer cualquier platillo, podía indetificar a la perfección los ingredientes que se habían utilizado.
Pero después de un tiempo, le pareció bastante molesto.
No sólo podía recordar la cantidad de los ingredientes, también la frescura y la temperatura a la que eran preparádos.
Y si la calidad de la comida no superaba el estándar que el especificaba, lo trataría como basura, lo seguiría comiendo, pero lo trataría como basura incomible y no regresaría nunca más a ese restaurante.
En cuanto a la comida, se había vuelto muy quisquilloso y desde los 17 solo aceptaba los platillos que el mismo preparaba.
Con excepción..."De los fideos ya-yang"
Bueno, no sólo el platillo estrella, todo el menú estaban hechos con los mejores y más frescos ingredientes y no había ni una sola onsa error en su preparación.
Cada vez que recibía una paliza, no tenía ni ganas de cocinar, por eso le encantaba tanto venir al Goh-ryong. El único lugar donde podía venir a comer más de una vez, sin sentir desagrado.
Esta era la principal razón de su enojo y en especial de sus exagerados insultos.
Para una persona normal, el platillo que había comido, les pareceria delicioso, como cualquier otro.
Pero para Tobe fue un gran golpe hacia su paladar y se sintío muy depresivo y extremadamente iracundo, por este imprevisto y decepcionante cambio en la buena calidad que siempre tenían.
.........
.........
De hecho, los chefs de verdad estaban muy curiosos sobre la verdadera habilidad de Tobe, pero esta prueba no fue solamente para evaluar su nivel. Tenían planeado algo aun más grande para el.
-Escucha Tobe! Después de probar tus platillos, supimos que tenias el talento necesario para habrir tu propio restaurante!
Jaja! Sabemos que no podríamos detenerte y estoy seguro que estaríamos en números rojos si decidieras habrirlo en esta aldea!
Decía Linguini sonriendo, pero con una gota de sudor en su frente al pensar con mucho temor en esta idea.
Pero!...En vez de eso, nos preguntariamos si quieres, no, si podrías convertirte en nuestro discípulo candidato a sucesor?!!
Linguini, Dumpling y Ho.
Tres grandes maestros con el nivel para mirar hacia abajo y con arrogancia a cualquier cocinero del mundo.
Sus platillos son tan populares y deseados por las masas, que hasta el mismisimo emperador, tendría que ponerse en la final para recibir una de sus delicias.
Nadie les podía decir que hacer y a donde quiera que fueran, recibirían respeto y adoración incuestionable.
Pero ahora, estos supremos maestros de la cocina, no estaban pidiendo.
Bajando sus cabezas en súplica, rogaban al joven genio frente a ellos, que humildemente se convirtiera en su sucesor.
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