No te atrases, sígueme
No te atrases, sígueme.
Emma.
12 de febrero, 2014.
—Toma, no te avergüences más.
Volteo a ver a Jeremy con incredulidad mientras me extiende un pañuelo, él ríe y pasa un brazo alrededor de mis hombros abrazándome.
»Estaba bromeando, mamá. Llora todo lo que quieras, uno de tus pajaritos está oficialmente en su propio nido.
Río recostando mi cabeza de su hombro mientras observo a Doug sostener a Jeff a la vez que Hilary parece estar haciéndolo reír. Legalmente están casados y legalmente eso me pone sentimental.
Casado, mi Doug es un hombre casado. Ha formado su propia familia.
Limpio la nueva oleada de lágrimas con el pañuelo que Jeremy me ha dado. Siento el cuerpo de Jeremy estremecerse porque se está riendo.
—Eres tan linda, mamá. Toda una mami llorona.
—Calla. Cuando te cases también lloraré mucho.
—Muchas lágrimas de felicidad.
—La más pura de la felicidad.
Suspira llamando totalmente mi atención, me incorporo y noto que está observando a la dulce morena, muy amiga de Hilary, y a la cual ayuda a divorciarse.
— ¿le dijiste que te gusta?
— ¿Te dije a ti que ella me gustara? — me sonríe.
—Buen intento cariño, pero a ustedes los conozco muy bien. Y esos ojitos verdes tuyos brillan por esa señorita.
—Solo soy su abogado, y pronto no seré ni siquiera eso— se encoge de hombros—. No se incomoda ante mis coqueteos inofensivos, creo que es porque piensa que siempre bromeo, pero de igual forma siempre ha dejado en claro su falta de interés en cualquier relación. No cree más en el amor.
Puedo entender perfectamente a Naomi, es como verme a mí misma de joven, entiendo el miedo, decepción y recelo que puede estar sintiendo en este momento. Por suerte yo tenía a dos hijos que me demostraban que el amor sí existe porque lo experimentaba por ellos y me motivaban a buscar más de la vida, pero esa oportunidad incluso le fue arrebatada a ella.
Espero y pronto abra sus ojos para que vea el excelente rubio que la mira como si fuera la estrella más brillante. Jeremy siempre ha sido un caballero, dulce y con un lado romántico a la antigua que consiguió observando muchas parejas mayores. Siempre me dijo que quería envejecer enamorado. Es un hombre centrado.
Sé que hay más que atracción, no lo acepta porque tiene el pensamiento de que todo está dado por perdido, espero que más adelante Naomi consiga superar sus baches y Jeremy dar pasos hacia el futuro.
—Iré por una bebida ¿quieres algo? ¿O debo preocuparme de que te quedes aquí sola llorando?
—Un poco de gaseosa estaría bien, ignoraré el resto de tus palabras.
Se pone de pie riendo, sonrío y aliso la falda de mi vestido. Me pongo más cómoda en mi asiento. Observo todo a mi alrededor, las bodas siempre parecen dejar alegría en los invitados y eso que aún no es la eclesiástica.
—Bonita sonrisa.
De inmediato volteo para notar a Peter sentándose a mi lado, él me sonríe.
—El vuelo de Leah se retrasó, no podía dejarla sola esperando.
—Claro— es todo lo que puedo decir porque estoy demasiado sorprendida de que esté aquí, pensé que simplemente no vendría. Es decir, sabía que iba a llevar a Leah al aeropuerto debido a que pasará una semana con su madre, pero pensé que luego había decidido no venir.
—Has estado llorando.
—Una madre sentimental.
—Me imagino, las lágrimas de felicidad no son malas.
—Purifican el alma.
—Ahora, yo no iría tan lejos— se ríe.
Creo que somos dos personas de pasos muy lentos, sin embargo he notado el cambio. Ahora hablamos más, nos llamamos por teléfono y hemos compartido almuerzos y un par de cenas. He pasado en un par de ocasiones mi día con Leah.
De cierta manera sabemos que hay algo fuerte sucediendo entre nosotros, pero no estamos corriendo, sabemos que esto dará para más, pero no lo forzamos.
Simplemente: está sucediendo.
— ¿Extrañarás a Leah?
—Totalmente, estos pocos meses me he acostumbrado a tenerla a mí alrededor y secretamente temo un poco que se dé cuenta de que extraña Australia y se quede allá.
—Ella me dijo que tú dirías algo como eso.
— ¿Hablas mucho con Leah?
—Algo.
Me da otra sonrisa y casi en cámara lenta lo observo deslizar su mano hasta atrapar la mía y sostenerla en la suya. Veo sus dedos entrelazados con los míos.
— ¿Te incomoda?
—No, admito que me gusta.
—A mí también.
—Aquí tienes mamá— dice Jeremy llamando nuestra atención, sonríe de forma ladeada—Hola, pa...
—Jeremy— advierto.
—Pacifico hombre llamado Peter, no me dejabas terminar mamá.
Tomo mi gaseosa mientras él observa la mano de Peter tomando la mía, se balancea sobre sus pies con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón.
—Son bien suaves y elegantes las manos de mi mamá ¿Verdad? ¿Estabas verificando eso? ¿Tu mano cayó por accidente sobre la suya? ¿O quisiste tomarla?
Algunas personas tienen hijos tranquilos, bien, yo no soy una de esas personas.
—Quise tomarla.
Me sorprendo ante la respuesta directa de Peter, Jeremy agranda aún más su sonrisa.
—Excelente respuesta, Pet. Ahora los dejo ser lindos mientras le cuento a Ethan los avances sobre la propuesta de casarse con uno mismo. Pórtense bien.
Jeremy se va dejándome negando con mi cabeza. Peter le da un apretón a mi mano.
—Me gusta tomar tu mano, Emma.
—Sí, me parece que también me gusta que la tomes.
***
27 de marzo, 2014.
—Peter ¿Estás escuchándome?
Parpadea continuamente como si volviera de sus pensamientos. Se pone de pie y camina hacia las ventanas. Lo sigo en silencio observando a Jeremy conversar con Doug, quien niega con su cabeza. Creo que están teniendo una conversación un poco intensa por los gestos que ambos tienen.
—Estoy atrasado.
— ¿En qué?
No me responde, sacude su cabeza sin retirar la mirada de los movimientos de Doug, podría arriesgarme a apostar que Peter cuidaría con su vida la de Doug ante cualquier peligro.
Contengo un suspiro, creo que esto se está volviendo eterno. No entiendo muy bien cómo nos movemos, a qué medida deben darse nuestros pasos y si estamos avanzando o solo estancándonos en una muy temida área que solo se define como amistad.
Siento más que amistad por Peter Ferguson, pero es lo que hasta el momento él ha estado dándome. Nada más, nada menos.
Esta vez no contengo el suspiro, lo que ocasiona que voltee a verme. Luce frustrado y no muy feliz. Incluso podría decir que está un poco malhumorado lo cual me sorprende, siempre que lo veo está de buen humor.
Bien dicen que para todo siempre habrá una primera vez.
— ¿Te sucede algo? — me atrevo a preguntar.
—Sí, puede decirse que sí.
—Pareces muy molesto.
Aprieta sus labios y cierra sus ojos, luego los abre y toma un profundo respiro.
—Estoy muy atrasado.
—Bueno, estoy segura de que todo tiene solución ¿No?
—Me gustaría...
— ¿Qué?
—Nada.
—Peter, contenerlo no va a ayudarte, siempre he sido muy buena oyente.
—No necesito que me escuches.
—Bueno, eso ha sido definitivamente rudo para decir.
—No. No quise decirlo así, es decir ¡Aggg! — pasa ambas manos por su cabello.
—Si sigues así, tu cabello se irá o te volverás un hombre muy canoso.
—Yo...
Me observa mientras frunce el ceño, luego creo que su mirada va a mi boca posterior a ello a la pared y luego regresa a mis ojos.
—Es mi último intento, Peter Ferguson. Espero no tener que volver a darte empujones.
— ¿Qué...?
Me alzo sobre mis pies y dejo mis manos en su mejilla sintiendo su vello facial contra las palmas de mis manos, de inmediato se queda en silencio. Lo observo fijamente.
— ¿Puedes bajar un poco? Eres muy alto o yo soy muy baja.
—O ambas opciones.
Sonrío.
—Esa también podría ser la razón.
Me da una pequeña sonrisa y mi corazón late muy rápido cuando baja lo suficiente su rostro. Lo suficiente para lo que quiero hacer. Cierro mis ojos y guío mis labios hacia adelante dejando un beso en una de las esquinas de su boca.
Lo siento tomar un profundo respiro.
Sonrío antes de sentir la tibieza de sus labios cuando presiono los míos sobre los suyos. Es como lanzarse al vacío.
Hace tanto tiempo no besaba a un hombre, y hace muchísimo tiempo que no lo hacía de manera voluntaria.
Acaricio sus mejillas y presiono varios besos sobre sus labios antes de bajar mis pies con totalidad al suelo y abrir mis ojos observándolo. Aun sostengo su rostro entre mis manos.
Abre lentamente sus ojos y hay una tranquilidad en su mirada que antes no estuvo. Me sonríe.
—Ya no estoy atrasado.
—Me gusta que seas un caballero, pero para serlo no necesitas atrasarte, al menos que quieras que seamos solo amigos.
—No. Es decir, eres buena amiga, pero no solo eso y...Creo que me entiendes.
—Te entiendo. Te entiendo perfectamente.
Acaricio una de sus mejillas antes de alejar mis manos. Doy un pequeño grito de sorpresa cuando un brazo pasa alrededor de mi cintura y luego sus labios cubren los míos. Su beso es dulce, pero no son pequeñas y tiernas presiones como las mías.
Él acaricia mis labios, me hace jadear y me da el mejor beso de mi vida. Éste no es Peter el tímido y de pasos lentos, éste es Peter haciendo lo que quiere. Y ¡Oh! Eso me gusta.
—No más atrasado—murmura contra mis labios.
—Voto por eso— es todo lo que puedo decir cuando me libera y tomo profundas respiraciones.
Nos mantenemos en silencio y sonriéndonos como pequeños tontos. Creo que nunca viví una experiencia así de emocionante, llena de ilusión y esperanzas.
— ¿Galletas? — digo para matar los nervios y calmar mi corazón.
—Nunca le diría «no» a dulces horneados por ti.
—Entonces, sígueme.
—Siempre que quieras.
Se respira el amor Petmma *-*
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