No lastima
No lastima.
Peter.
12 de noviembre, 2014.
— ¡Papi! — Esa es toda la advertencia que tengo antes de que Doug se lance sobre mi espalda— ¡Caballito, papi!
—Joder, tomaré una foto de esto y la publicaré— escucho a Dexter reír.
Como si mi sorpresa no fuera la suficiente, frente a mí aparece el otro chico McQueen, Jeremy me sonríe con inocencia antes de darme un abrazo fuerte. Podría caer, pero por fortuna mantengo el equilibrio.
—Oh, joder. Buenísimo. Sonrían.
Frente a mi aparece Dexter tomando una serie de fotos mientras ríe tanto que creo que podría llorar. Doug podría ahorcarme con su fuerte abrazo alrededor de mi cuello. Stone nos observa con sorpresa, pero el muy idiota ni se inmuta para quitarme a los hermanos McQueen de encima.
—Voy a caer.
—Papi nunca nos dejaría caer—garantiza Doug recostando su mejilla de mi cabeza, podría reír, pero estoy más preocupado por no caer y soportar el asfixiante abrazo de Jeremy.
— ¿Nos compras un helado, papi? —pregunta Jeremy—Y luego puedes llevarnos al parque. Nos portaremos bien.
—Oh, mierda. Me haré malditamente pis, lo juro. Esto es demasiado bueno— Dexter se deja caer en el suelo para reír más a gusto lo cual ocasiona que una chica que viene entrando con prisa tropiece con él.
—Mierda—se queja, pero Dexter toma su tobillo.
—Lo siento, cariño ¿No te hiciste daño, verdad?
—Eh...Eh...— está demasiado deslumbrada—.No, no. Busco al señor Max.
—Final del pasillo a la derecha—respondo.
Ella observa toda la escena luciendo como un pequeño ciervo deslumbrado. Doug abraza más fuerte mi cuello.
—Él es mi papi Pet.
— ¡Oh, Jesús! Baja de mi espada, Doug.
Ella comienza a alejarse de nuevo hasta que Andrew nos sorprende con un silbido trotando hacia ella.
—Caminas muy rápido, dejaste caer esto— le entrega un papel y vuelve su atención a nosotros— ¿Qué es esto? ¿Todos contra Pet?
Dexter se vuelve a reír en el suelo, y esquivando nuestra escena, la pobre criatura huye. Jeremy y Doug se apiadan de mí, me liberan pero me dan grandes sonrisas.
—Pet es nuestro nuevo papá— anuncia Jeremy. Andrew sonríe.
— ¿Ah, sí? ¿Eso es cierto, Pet?
—Oh, jodidamente se está sonrojando, esa es la confirmación Andrew.
—Levántate del suelo que estorbas, Dexter— Andrew finge patearlo y Dexter toma su tobillo haciéndolo caer— ¡Imbécil de mierda! Eso me dolió.
— ¿Quieres que te sobemos el culo? — pregunta Dexter sonriendo.
—Un masaje de culo— se ríe Doug. Observo a Andrew ponerse de pie.
Dexter y Andrew comienzan una discusión que termina con ellos intentando derribarse, Stone intentando separarlos y ellos riendo cuando comienza a trepar sobre Stone para llegar al otro. Literalmente, es su momento para ser niños.
Vuelvo mi atención a los hermanos McQueen, quienes me observan.
—De verdad gracias por estar haciendo feliz a mamá— dice Jeremy—. Eso es todo lo que siempre quisimos, que ella consiguiera alguien que le ayudara a construir esa pequeña felicidad que le faltaba.
»Eres un buen hombre, y creo que me he enamorado mucho de tu loca familia, así que, espero nos aceptes en los Ferguson así como nosotros por supuesto te aceptaremos en los McQueen.
—En palabras comunes y simples, bendecimos tu relación...papi.
— ¿Están bromeando sobre decirme papi, verdad?
Ellos se ven y ríen. No sé cómo tomarme esa risa. Sin embargo les sonrío, siempre serán bienvenidos a mi familia.
***
8 de diciembre, 2014.
Sonrío cuando Emma deja un beso en mi hombro, volteo a verla. Tienes las mejillas sonrojadas y una amplia sonrisa.
— ¿De verdad quieres que vaya? — pregunta una vez más. Termino con los botones de mi camisa y procedo a atarme los cordones de los zapatos.
—No, solo que te invité esperando que dijeras que no.
— ¡Oye! — empuja mi brazo y río incorporándome, le doy un rápido beso.
—Claro que quiero que vayas Emma. Dijiste que querías conocer a mi familia y creo que es un buen momento para hacerlo.
—Jeremy hará un berrinche queriendo ir, pero tiene asuntos que resolver aquí. Aún estoy enfadada con él.
—No enfadada realmente.
—No tienes que decírselo— se ríe.
Le paso su camisa y la observo ponérsela. Me encanta cada parte del cuerpo de Emma, y me encanta cada pequeño detalle que la hace la mujer que es.
— ¿Qué tanto miras?
—Me gusta mirar a la mujer que amo.
—Buenas palabras, Peter— se pone de pie calzándose sus sandalias—. Mañana pasaré el día con Leah, ella quiere que la acompañe a hacer unas compras.
—Está bien. Mantenla lejos de los condones y cualquier cosa relacionada al sexo— bromeo, aunque en parte espero y se lo tome como verdad. Para los padres nuestros hijos siempre serán bebés y hay ciertas cosas que simplemente esperamos nunca sucedan aunque resulte imposible impedirlo.
—Uhm...—es toda su respuesta.
Tomo su mano besándola y luego tiro de su cuerpo besando sus dulces labios.
—No sé si mañana podremos vernos, pero te llamaré. Espero y se diviertan.
—Lo haremos, espero y te diviertas. He escuchado que cuidando de los niños BG.5 de alguna manera siempre hay diversión.
—Sí, si lo ves desde ese punto de vista.
—Entonces velo desde ese punto de vista.
—El mejor consejo que he recibido en mi vida— veo mi reloj—. Ahora debo irme, el equipo de seguridad tiene reunión.
—No te retengo más, entonces.
—Oh, pero me encanta que me retengas.
Rueda sus ojos y me empuja fuera de la habitación. Me dejo de llevar y tomo mi chaqueta, mientras Emma habla viendo hacia la ventana, discretamente tanteo debajo del sofá por mi arma, el resto está en el auto. Por mucho que sé que a Emma le aterrorizan no puedo ir sin una, es mi trabajo siempre estar atento a cualquier eventualidad, aunque siempre espero que dispararla sea la última opción.
Aliso mi chaqueta y paso mis manos por mi cabello intentando peinarlo, noto la mirada de Emma.
— ¿Qué?
— ¿No te parece que eres demasiado atractivo?
— ¿Qué clase de pregunta es esa? —río.
—Una pregunta que necesita respuesta— se encoge de hombros—. Te acompaño hasta el auto.
Despedirnos es un dulce proceso, porque no queremos alejarnos y pasar tiempo juntos no es tan fácil cuando mi trabajo requiere tantas horas que no es sencillo organizar mi tiempo de forma productiva entre Emma y Leah. Y tampoco es que tengo muchos días libres, de lo cual no me quejo, amo mi trabajo.
—Fue lindo verte hoy.
—Yo diría que más que lindo, muy buen almuerzo.
— ¿Solo almuerzo? —pregunta cruzándose de brazos. Río y la abrazo—Te amo.
—También te amo, ten linda tarde.
Nos despedimos otro poco más y subo al auto de muy buen humor. Han pasado solo quizás 3 minutos cuando me detengo en el primer semáforo y decido llamar a Leah, ha estado muy silenciosa y su silencio siempre significa desastre.
—Mierda. El teléfono.
Estoy muy seguro que lo dejé en la mesa de Emma, no puedo estar sin el teléfono, es parte de mi trabajo y solo tendría que dar la vuelta, lo que también significa retrasarme para la reunión...
»Decisiones, decisiones— golpeo el volante levemente, si vuelvo entonces serán otros largos minutos de querer quedarme con Emma. El semáforo cambia y giro. Dios me dé voluntad para solo tardar unos minutos en tomar el teléfono y no en entretenerme con Emma.
Me estaciono, bajo del auto y miro mi reloj. Muy tarde, no voy elegantemente tarde, voy muy tarde. Prácticamente troto hacia la puerta y cuando voy a tocar, la puerta se abre un poco.
Si hay algo que mi trabajo ha fortalecido son mis instintos.
Puerta abierta.
Silencio.
Escalofríos.
No son la mezcla para algo bueno. Tomo profundos respiros, para hacer las cosas bien tengo que estar centrado. Saco mi arma de la cinturilla de mi pantalón y hago el mínimo de ruido al entrar.
La quietud de la casa es inquietante y no puedo sacudirme la mala sensación. Solo quiero encontrar a Emma y confirmar que está bien.
Reviso el baño y estoy por seguir de largo cuando veo su cabello rubio en un rápido vistazo en la cocina. Respiro con alivio caminando hacia ella.
—Emma, te juro que estaba a instantes de enloquecer...
—Ve a casa— es todo lo que dice sin verme. Veo sus manos cortando un pimentón, su mano tiembla.
Sí. No voy a caer en esa mierda.
Guardo mi arma y espero alerta a que quién sea que se encuentre aquí me crea indefenso y decida atacarme por la espalda. Parecer inofensivo es mi salida segura.
— ¿Qué sucede Emma?
—Nada ¡Solo ve a casa! — acaba por gritar alzando su rostro y siento un brote de ira notando un color rojizo en su mejilla izquierda que hace tan solo minutos no estuvo ahí junto a una inflamación en la esquina de sus labios.
Gesticula un «vete» y quizás otra persona no notaría la diferencia cuando sabes que serás atacado, pero me han preparado para esto durante años y de alguna manera cuando un brazo va alrededor mi cuello estoy preparado para echar mi cabeza hacia atrás y escuchar el crujir de una nariz.
No hay tiempo para desorientarme. Mientras se lamenta me doy la vuelta y golpeo con mi mano su garganta haciendo que se atragante y busque su respiración.
Tomo su mano y la doblo, cuando noto a la escoria que sostengo, aprieto con fuerza sus dedos bastante satisfecho con el crujir de los huesos de sus manos.
—Basura de mierda— aprieto más—. Vas a obtener tanto dolor.
—Es mi jodida...perra— alcanza a decir cuando encuentra su respiración.
—Palabras equivocadas—suelto su mano y con mis manos abiertas golpeo los laterales de su cabeza dejando desorientado.
— ¡Peter!
Me enfoqué tanto en la basura que no presté atención a mi entorno y ahora hay un arma cargada apuntando mi cabeza desde atrás.
—Déjalo.
Es una voz femenina. Lentamente me alejo de Paul y me giro encontrando el arma contra mi frente. Trato de memorizar todo lo que puedo de su aspecto. Lleva una peluca roja, tiene que estar en sus principios de los cuarenta.
»Dame el arma.
Asiento lentamente con mi cabeza y saco el arma, la dejo en el suelo.
—Paul, toma el arma y deja de quejarte.
— ¡Fracturó mis dedos y nariz! Y me ha dejado dolores de cabeza ¡Maldita sea! Mi garganta arde.
—Bueno, sí, vive con eso.
La escoria toma el arma, soy consciente del llanto de Emma.
»Manos detrás de tu cabeza. Ahora.
No está en mí ceder tan fácilmente, pero entonces le hace una señal a Paul y él apunta a Emma. De inmediato llevo las manos detrás de mi cabeza.
—Ahora arrodíllate.
Y esto es todo. Sí lo hago muy bien podría solo tomar la pistola y dispararme yo mismo. Con toda la rapidez que puedo estiro mi brazo tirando mi arma, la cual está en manos de Paul. No es prioridad el arma que apunta hacia mí, mi prioridad era la que amenazaba a Emma.
Cierro mi mano en puño golpeando fuertemente el costado de la cabeza de Paul, su rostro se gira y la esquina de su ojo comienza a sangrar. Pateo su tobillo y escucho el disparo.
Joder.
Duele.
He sido objetivo de disparos antes y aun así eso no me preparó para la quemadura en mi costado. Veo a la mujer y su frustración me hace saber que no esperaba darme en el costado, quizás ni siquiera ha disparado un arma en su vida.
Por un breve momento estoy desorientado tambaleándome. Escucho a Emma llamarme y luego no me doy cuenta de que caigo. Hay pasos y maldiciones. Todo se vuelve oscuro.
Parpadeo y encuentro los ojos llorosos de Emma. Es un ardor, pero sé que tiene solución. Si me enfoco en mantenerme consciente todo estará bien.
—No llores Emma, es solo un rasguño.
—Oh, Dios. Alguien está pidiendo ayuda.
— ¿Dónde es...?
—Se fueron. Huyeron. Lo siento, lo siento mucho.
—Está bien.
Llevo una mano a mi costado sintiendo la sangre filtrarse. Tomo una profunda respiración, duele, pero es salvable. Estoy seguro de ello.
—De acuerdo, creo que la bala pasó y no impactó con ningún órgano, parece como una rozadura...
—Hay mucha sangre.
—Es como un perro ladrando pero que no va a morder—intento calmarla—. Estaré bien, solo debes mantenerme despierto ¿De acuerdo? No es grave, he estado en peores situaciones.
—Lo siento mucho— se arrodilla poniendo mi cabeza en su regazo, el movimiento me marea un poco.
—No hay nada que sentir, Emma. Excepto que se hayan ido.
Agradezco haber dejado mi celular, no quiero pensar que habría sucedido si no llegaba. Siento una bofetada y parpadeo rápidamente.
—Lo siento, dijiste que no te dejara dormir.
—Bien, no me dejes dormir.
—Eres como una especie de héroe— intenta distraerme, trato de sonreírle. Me preocupa un poco la cantidad de sangre que estoy perdiendo, pero si la ayuda se da prisa entonces todo estará bien.
—Me dedico a salvar a las reinas.
—Cumples cada punto.
— ¿Ah? —siento un poco de sueño, pero sé que debo mantenerme despierto.
Se inclina y besa mi frente antes de peinar mi cabello.
—Tú no lastimas, no me lastimas. Me salvas.
—Nunca te lastimaría, Emma.
Milagrosamente la ayuda llega y trato de sonreírle a Emma mientras comienzan a hacerse cargo de mí. Sé que viviré para contar esto, no es tan grave, el mayor peligro era que tardarán y me desangrara.
— ¿Lo ves? Estoy bien Emma— garantizo cuando estoy siendo subido a la ambulancia.
Los paramédicos dicen lo que básicamente ya sé, no es una herida profunda, no hico un daño interno y deben detener el sangrado. No corro peligro inmediato y estaré bien.
Aunque ya sabía ese pronóstico agradezco que lo digan porque tranquiliza a Emma, ella aprieta mi mano.
Me alegra haber vuelto. Nunca dejaré que nada la lastime.
Ah, pues no se me asusten que el 31 de diciembre en LMDE Pet estaba vivo haha ¡Ay! igual si sintió feo ¿Verdad?
De este suceso no se habló en LMDE porque en el capítulo final mucho de diciembre no se tocó en el capítulo final y bueno, estábamos enfocados en Grethan ¿Quién sería la peluqueada de rojo? Quién sea, no la quiero, desgraciada.
Solo resta una parte y se acaba.
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top