Phasansheer Shearylla
Había pasado ya un tiempo desde que el sello del Triskellion fue destruido y la paz había sido devuelta al mundo, además de que la magia ahora era un poco más aceptada, no podría ser mejor.
En la academia Luna Nova, las cosas también iban mejorando, a la directora le habían llegado varias solicitudes de inscripción para el próximo año académico, al parecer ya no habrían más problemas financieros. Todo iba de maravilla, hasta que se escuchó un sonoro golpe que venía de uno de los salones, demasiado bueno para ser cierto.
–Ayayay.... -se lamentaba la heroína del mundo mágico, Atsuko Kagari, Akko para los amigos.
–¿Estas bien Akko? -Lotte corría en su ayuda quitando todos los adornos navideños que habían encima de ella.
–Si, gracias Lotte -respondía Akko mientras se levantaba y mostraba una de sus características sonrisas.
–¿Llegará el día en donde no destruyas algo? -aparecía detrás de ellas Sucy cargando una caja con más decoraciones navideñas.
–Ey! No siempre destruyo cosas! -se quejaba mirándola ofendida.
En ese momento abre la puerta el equipo verde que ya había terminado de decorar su área.
–¿Aún no terminan? -preguntaba Amanda entrando al salón seguida por Constanze y Jasminka.
–Si Akko sigue estropeando todo no podemos terminar -decía Sucy con su común tono neutral
Akko voltea a verla y le saca la lengua, causando la risa de todas las presentes. El equipo verde decidió ayudarlas y así pudieron terminar más rápido, justo cuando estaban saliendo se encontraron en el pasillo a Diana, quién se encargaba como siempre de supervisar a las alumnas, caminando junto a sus inseparables amigas Hannah y Barbara.
–Hola! -saludaba Akko acercándose al equipo azul.
–Buenas tardes -las chicas del equipo azul se dirigían a todas las presentes con la elegancia de siempre.
Antes de que alguien pudiera decir otra palabra Amanda interrumpió.
–Ya que estamos todas quería decirles esta genial idea que se me ocurrió -sonreía de forma presumida.
–No vamos a encender pirotécnicos dentro de la escuela O'Neill -Hannah la miraba con reproche
–Eso no! Aunque....no estaría mal -se reía imaginando una innumerable cantidad de bromas con ese objeto.
–Ve al grano -la observaba Barbara un poco ansiosa por oír la idea.
–Ya ya, ¿qué les parecería un intercambio de regalos el último día de clases?, como saben, ese día la academia va a hacer una cena navideña, podríamos tener el intercambio luego de esa cena -terminaba de contar su idea como si hubiera sido la mejor que se le pudo haber ocurrido en su vida.
–Me parece una buena idea -contestaba Jasminka quien en ningún momento había parado de comer su bolsa de galletas.
–Mmh -Constanze levantaba su pulgar en signo de aprobación.
Las demás cruzaron miradas y luego volvieron a ver a Amanda de forma aprobatoria, a todas les había encantado la idea.
Decidieron hacer el sorteo en la habitación del equipo rojo, así que después de cenar todas en grupo se dirigieron allí. Lotte tenía en sus manos una especie de pequeña urna en donde estaban los nombres de todas anotados en un papel, cada una sacó un papelito y lo leyeron en secreto, y sorprendentemente Akko no hizo ninguna expresión que la delatara, y fue de mucha ayuda para esconder su grito interno, ¿por qué?, pues le había tocado Diana.
–Bueno, ahora que se ha realizado el sorteo nos retiramos, ya es tarde y debemos volver a nuestras habitaciones -habló la voz de la razón, Diana –Ustedes también deberían hacer lo mismo -miró al equipo verde.
–Si si, ya nos vamos -le resto importancia y se despidió de las propietarias de la habitación.
–Buenas noches -las despidió Lotte con una sonrisa.
Cuando volteó para poder subir a la parte alta del camarote, no pudo evitar sorprenderse al ver a Akko en la misma posición que tenía al momento del sorteo.
–Sucy! ¿Qué le haz hecho a Akko? -su mirada fulminante se dirigía a la pelimorada.
–Aún nada -respondía restándole importancia al estado de su amiga.
Lotte suspiró y volvió a ver a Akko, le dio unos leves toques hasta que volvió a reaccionar.
–Aa! ¿Qué... qué pasó? -decía Akko confundida.
–Ya todas se fueron y te quedaste ahí parada como idiota -Se recostaba en su cama la amante de los hongos.
–¿Paso algo Akko? -ahora Lotte se dirigía a ella.
–¿Eh? No! No es nada..jeje- reía nerviosa desviando la mirada –Ya me voy a dormir! -se dirigió rápido a su cama y se cubrió totalmente con las sábanas.
–Esta bien.. -respondió confundida Lotte y subió a su cama, apagó la luz con su varita y se durmió.
Al día siguiente al terminar las clases de la mañana, para sorpresa de muchas, Akko fue corriendo a la biblioteca.
–Las veo después! -se despidió de sus amigas mientras salía del salón.
Sucy y Lotte se miraron extrañadas, ya que, iba a ser hora del almuerzo y a Akko parecía no importarle.
–Algo extraño le sucede -Lotte voltea a ver a Sucy, ella también pensaba lo mismo, pero decidieron restarle importancia.
Ya en la biblioteca, Akko comenzó a buscar por todos los estantes algún libro sobre objetos mágicos antiguos, pensaba regalarle a Diana uno de esos, ya que sabía que seguro le encantaría.
–Veamos...objetos mágicos..objetos mágicos... aquí! -sacaba un libro que tenía la tapa de color vino y detalles color dorado.
Abrió el libro y comenzó a leer página por página hasta llegar a un objeto que le llamó la atención, específicamente una piedra, según la descripción se podía hallar en el bosque Arcturus cerca de Wagandea, era muy pequeña, casi del tamaño de su uña y de un color azul brillante.
–Al igual que sus bellos ojos -dijo para si misma y luego se sonrojó, ¿por qué pensó en eso?
Cerró el libro y corrió a su habitación para preparar todo lo que tendría que llevar en su búsqueda y no morir en el intento. No habían alumnas en el pasillo porque las clases habían comenzado, a Akko eso no le importaba ahora, ¿cuando le había importado?
–¿Akko? ¿Que haces aquí? -reconoció esa voz y se tensó, había sido descubierta.
–¿M-maestra Ursula? -Akko volteaba lentamente y la vio, parada frente a ella cargando unos cuantos libros que llevaba a su clase.
–Tienes clases con la maestra Finnelan, y ya ha comenzado -Akko podía sentir la mirada de reproche por parte de su maestra.
–P-puedo explicarlo maestra...-respondió con una sonrisa que mostraba nerviosismo y comenzó a explicarle todo.
Ursula solo suspiró y le sonrió, Akko nunca cambiaría, ella decidió darle permiso solo por esta vez, ya inventaría una excusa para cubrirla.
Luego de ver cómo Akko se alejaba por los pasillos de la escuela decidió ir directo a su clase, pero al voltear se dio cuenta que no estaba sola.
–¿No crees que eres muy permisiva con ella Chariot? -habló la profesora de magia moderna.
–Croix, me asustaste...-suspiraba de alivio al no haber sido descubierta por una profesora de algún rango superior.
–Admiro su determinación -Croix miraba en la dirección por donde se había ido la castaña.
–Akko es una gran bruja, solo tiene que esforzarse y sacar todo su potencial -se sentía muy orgullosa de su pequeña alumna.
–¿Quieres que te ayude con eso? -señalaba los libros que tenía la pelirroja.
–E-esta bien, gracias Croix- se podía notar un pequeño sonrojo en Chariot.
Volviendo con nuestra brujita revoltosa favorita, esta ya se encontraba en la linea ley, hace apenas dos días que había podido flotar con la escoba, le costaba mucho manejarla, pero eso no la detendría, descendió con cuidado hasta cruzar esas paredes luminosas y llegar al bosque Arcturus. Digamos que el aterrizaje no fue el esperado, al menos no se rompió ningún hueso.
–Eso dolió... -sobaba su cabeza y bajaba del árbol dónde había aterrizado.
El bosque Arcturus se veía más vivo que antes de destruir el sello, pero aún criaturas peligrosas habitaban por ahí, Akko decidió poner en marcha su plan, encontrar la cueva cerca del árbol de Wagandea, esquivar a todo enemigo que este cerca, coger la piedra e irse, un plan muy sencillo que no podría fallar, pero como es Akko, no todo resulta como lo esperado, ya que 10 minutos después de haber llegado al árbol de Wagandea, una de esas gallinas gigantes había notado su presencia y ahora estaba corriendo por su vida.
–¡¿Dónde demonios está la cueva?! -miraba a todos lados buscándola mientras era perseguida.
Con su aliento la gallina dejaba parte del bosque petrificado y eso le dio a Akko la oportunidad para esconderse. Al levantar la mirada, divisó la cueva a lo lejos, estaba llena de las piedras azules.
–Listo, debo llegar sigilosamente sin que esa cosa gigante me vea, tomar la piedra y correr, no puedo fallar -decía Akko para si misma, pero otra vez ella y su gran boca.
Al momento de salir de su escondite pisó una rama, la gallina volteó y lanzó uno de sus rugidos petrificando todo a su alrededor, Akko salió ilesa de milagro, pero toda la cueva quedó cubierta de piedra.
-No!! -gritó lamentando su mala suerte, lo único que quedaba era volver a Luna Nova.
Ya en su cuarto, la castaña se impacientaba pensando en otro regalo que podría darle a la Cavendish. Mientras observaba la carta de Shiny Chariot que le regaló Diana se le vino a la mente el día que fue a su casa. Recordó que en la habitación de esta había un lindo oso de peluche y se le ocurrió una idea.
–Tal vez en el pueblo haya un peluche parecido, podría regalárselo! -saltó de su cama emocionada y fue por su escoba y sus ahorros, tenía un regalo que comprar.
Al llegar al pueblo pudo observar las calles repletas, aunque faltara unos cuantos días para navidad, los habitantes no perdían el tiempo comprando adornos para el hogar o uno que otro regalo.
Akko fue directo a la tienda de juguetes y se dirigió a la sección de los peluches, en dónde fue abrumada por una amplia variedad de estos, de diferentes animales, tamaños y colores. Llegó a un pasillo donde solo se encontraban los osos, estuvo mirando por unos minutos pero ninguno le convencía, hasta que revisó en el último estante y lo vio. Un oso de peluche de unos ochenta centímetros, color café, y se veía muy abrazable.
–Es perfecto! Seguro a Diana le gustará -a Akko le brillaban los ojos por haber encontrado el indicado, entonces corrió para cogerlo.
Cuando se acercó para tomarlo, sintió otro par de manos, una pequeña niña que se veía de unos seis años también había tomado el peluche.
–Ey pequeña, ¿podrías soltarlo?, yo lo cogí primero -Akko trató de sonar lo más amable posible.
La niña la miró y le sacó la lengua.
–Este peluche es mío -gritó la niña con una actitud muy altanera.
Akko perdió la paciencia, como siempre, y comenzó a jalar el peluche.
–Devuélveme el peluche, niña malcriada -trataba de quitárselo.
La niña se asustó y comenzó a llorar. En ese momento Akko sintió el verdadero terror. La madre de la niña llegó junto a unos guardias de seguridad que le pidieron "amablemente" a la brujita que se retirara del local, Akko luchó con todas sus fuerzas para soltarse del agarre de los guardias pero no funcionó.
Ya era de noche y Akko estaba sentada en uno de los bancos del parque, mañana sería la cena navideña y no tenía regalo, sacó la misma carta de Shiny Chariot que estuvo observando está tarde, y luego de observarla un rato llegó a su mente una idea milagrosa, cogió su escoba y voló devuelta a la academia.
Llegó la noche esperada, la cena navideña de Luna Nova, una tradición que comenzó hace muchos años, más como una cena de fin de año que como una de festividad, ya que el nacimiento del salvador cristiano no estaba ligado a sus costumbres.
Habían deliciosos platillos preparados por los trolls del comedor. Todas las alumnas y las profesoras disfrutaron de la buena comida, hubo un discurso de despedida por parte de la directora y todas fueron a sus habitaciones, excepto nuestro pequeño grupo de heroínas que se reunieron en la habitación del equipo rojo para el intercambio.
–¿Dónde está Akko? -preguntó Amanda al notar la tranquilidad en la habitación.
–Dijo que se iba a demorar y que podíamos comenzar sin ella -respondía Lotte sin dar más detalles, pues tampoco sabía el porque la brujita se estaba demorando.
–Bien, entonces yo comienzo -La pelirroja cargaba una caja perfectamente decorada con un listón rojo. –Mi amiga secreta es Hannah, toma.
–Gracias -respondío y procedió a abrir su regalo, era un fino juego de té de porcelana, no pudo evitar sorprenderse por el tan maravilloso obsequio que la pelirroja rebelde le había entregado, volvió a agradecer otra vez pero con un sonrojo en sus mejillas.
Ahora era el turno de Hannah.
–Mi amiga secreta es Barbara -se acercó a su mejor amiga y le entregó un hermoso collar de piedras preciosas el cual le gustó demasiado.
Y así continuó la noche, Barbara le regaló a Lotte un tomo de colección de Night Fall, Lotte le regaló a Jasminka un recetario de postres que emocionó mucho a la pelirosada y a Jasminka le tocó regalarle a Akko, pero esta aún no se hacía presente.
–Continuaré yo, no podemos esperarla toda la noche -habló Diana fastidiada por la irresponsabilidad de su amiga. –Toma Sucy.
Sucy recibió el presente con su misma cara de siempre y al abrirlo quedó maravillada, Diana le había regalado un hongo muy difícil de encontrar, ser de alta sociedad tenía sus ventajas, pensó Sucy.
Sucy le entregó su regalo a Constanze, unas herramientas nuevas y ella le entregó una escoba mejorada a Amanda.
–Esta increíble! Gracias Cons -cargó a la pequeña dándole un abrazo he hizo que se sonrojara y sonriera.
Luego de unas cuantas bromas por parte de Amanda sobre aquello, se dieron cuenta que Diana aún no recibía su regalo, todas pensaron al mismo tiempo en la castaña y en que se estaba demorando bastante.
–Iré a buscarla -dijo Lotte y salió de la habitación, luego de unos minutos volvió y dijo –Akko quiere que todas vayamos al jardín, el que está más alejado de la academia.
Las presentes se miraron extrañadas pero al final accedieron y se dirigieron al jardín.
La noche era hermosa, el cielo estrellado era digno de admiración y la gran y brillante luna no se quedaba atrás.
Las brujitas llegaron y se asombraron al ver a Akko, tenía puesto un traje muy parecido al de Santa Claus y para Diana el ambiente se sentía muy parecido al del show de su ídola de la infancia, Shiny Chariot.
(Ignoren la vara brillante)
–Bienvenidas a este show especial! Soy Akko y les mostraré el maravilloso mundo de la magia -con su varita Akko recitó una serie de hechizos haciendo aparecer luces de colores y animales danzantes.
Las chicas quedaron maravilladas, Akko había mejorado mucho su magia gracias al apoyo de todas ella y ahora lo demostraba con este increíble show.
Disfrutaron ver el como Akko creaba figuras brillantes de criaturas navideñas, como los renos o duendes, y para el gran final apuntó su varita al cielo creando fuegos artificiales.
–Esto ha sido todo por esta noche, gracias por asistir -dijo Akko haciendo una reverencia.
Sus amigas aplaudieron y la felicitaron por su mejora en el manejo de la magia. Akko volteó y observó a Diana un poco más alejada y entonces se acercó a ella.
–Diana, ¿te gustó tu regalo? -preguntó con un poco de nerviosismo, no sabía cómo reaccionaría la rubia.
–Akko, no voy a negar que estuvo muy bueno, me hizo recordar mi infancia y el tiempo que compartí con mi madre, gracias -la rubia sonrió de una forma que muy difícilmente mostraba.
Ambas se miraron muy felices y volvieron junto a su grupo de amigas.
Al llegar a la habitación, vieron como Jasminka le entregaba su regalo a Akko, dulces preparados por ella, a la brujita le brillaron los ojos y procedió a probarlos, igualmente la pelirosada había traído más para compartir con sus otras amigas que aceptaron gustosas, la noche pasó entre risas y anécdotas de lo que pasó en todo este año.
Akko observó a todas sus amigas y en los lazos que había construido, se le vino a la mente la última palabra de Arcturus "Phasansheer Shearylla"
–Conéctate con otras personas, y tus sueños crecerán -susurró y no pudo evitar sonreír.
Aún su aventura en Luna Nova no terminaba y estaba segura que junto a ellas lograría completar cualquier objetivo que se trazara, en especial junto a ella, esa rubia que a pesar de sus diferencias, había logrado robar su corazón.
Fin
(24 de diciembre del 2018)
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Gracias a todos ustedes por leer esta humilde historia que escribí con todo mi corazón, espero que les haya gustado leerla tanto como a mí escribirla, lamento si hay alguna falta de ortografía.
Por favor denle a la estrellita, síganme, y si desean que escriba alguna otra historia Diakko háganmelo saber en los comentarios, y sin más que decir.
¡Feliz Navidad y próspero año nuevo! ❤
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