Prólogo
Las vacaciones habían llegado de nuevo a Nevermore, Miércoles se marchó con su familia a la mansión de los Addams, Bianca, Xavier y compañía más de lo mismo. Enid había decidido quedarse en lugar de irse con la manada para poder pasar tiempo con Ajax a pesar de que se acercaba un tiempo horrible durante esas fechas. La academia estaba en funcionamiento, aprovechaban ese tiempo para hacer reformas o permitir que los excluidos sin familias pudieran estar allí haciendo que el trabajo fuese el mínimo.
Yoko también se quedó porque no le apetecía estar con su familia y le gustaba aquel tiempo, en eso eran muy distintas ella y Enid.
Pero lo que no esperaba la loba era que Ajax se olvidó por completo del asunto y se marchó con sus amigos en un viaje lejos de allí. Discutieron por teléfono y la chica acabó llorando porque no era la primera vez que este olvidaba alguna fecha o citas o algo relacionado con su relación. Era lo que tenía estar todo el día fumado.
―Ten cuidado―dijo Yoko cuando la vio salir para ir a Jerichó a pasar la tarde y desconectar.
A partir de su llegada al pueblo todo fue a peor pues ese día muchos negocios habían cerrado y tan solo quedaron unas pocas tiendas que ya estaban cerrando. Por si fuera poco empezó a llover muy fuerte y la zona se volvió imposible para caminar. Un fuerte viento se había levantado también. El frío calaba los huesos de la joven quien estaba empapada por el agua. El maquillaje de su cara se había ido y estaba helada. Al sacar su teléfono, vio que estaba sin batería y lo tuvo que guardar porque no quería que se mojase.
La parada de autobús estaba abierta y faltaba un cristal por lo que no servía de refugio. Intentó refugiarse en uno de los comercios pero todos lo mandaban a paseo por ser excluida. Enid lloraba y más todavía al verse sola pues vio que el autobús que siempre funcionaba estaba aparcado y ponía que estaba fuera de servicio por lluvia.
―No tengo como volver o avisar...tengo...tengo miedo―no encontraba ningún sitio donde ponerse a salvo y la tormenta empezó a rugir con fuertes truenos.
Se sentía aterrada.
―Que alguien me ayude...por favor...―allí ella sola en mitad de la calle lloraba y pedía auxilio.
El hotel donde se quedaba la gente también la echaron pues tenían la persiana bajada. En un momento de debilidad cayó al suelo y se hizo sangre en la rodilla. Y le dolía tanto que no podía andar.
Las luces de las calles no eran demasiado buenas y con esa tormenta apenas alumbraban.
―Ayuda...por favor...―nunca había sentido tanto miedo.
Escuchó un ruido cercano y temió que fuera una bestia o algo. Pero no, era un chico que estaba mojado acercándose corriendo.
―¿Qué haces aquí sola?―al aproximarse la miró con cara rara―un momento, ¿eres Enid Sinclair no?, la reina de Nevermore, soy tu fan y...espera no, no es momento, ¡rápido, ven conmigo!―extendió su mano.
Ella no podía andar así que este pidió perdón y la cargó en brazos cual princesa. Enseguida y con dificultad por el viento, pudo llegar hasta su casa donde al entrar, fueron recibidos por los padres de este que estaban terminando de asegurar la casa por la tormenta.
―¿Qué ha pasado?―preguntó.
Ella con lágrimas en los ojos les explicó todo y recibió una toalla. Mientras Tn la curaba, su madre, una mujer muy amable, llamó por teléfono a Nevermore para informar que se hacian cargo. Ella creía por un momento que había muerto en la calle o algo, aquella amabilidad no podía ser real, así estaba ella...destruida.
―No...no quiero ser una molestia―susurraba ella cabizbaja.
Estaba destrozada a nivel mental y emocional, se sentía una molestia para todos.
―Eh, calma...ven, ahora que te he curado, ve a darte una ducha y entrar en calor―subieron al piso de arriba y la madre le dejó un montón de ropa sobre una silla.
La ducha le sentó genial a Enid quien fue animándose poco a poco. Aunque estaba agotada por todo lo sucedido aquel día. Salió ya vestida y dio las gracias a todos.
―Soy Enid Sinclair―dijo presentándose.
―Tn, y ellos mis padres
―¿No me odian?
―No, claro que no―contestó el padre―tenemos una tienda de ropa cerca de aquí.
Enid ahora que se fijaba se dio cuenta, los conocía, siempre eran muy amables con ella. Aunque sabía que tenían un hijo no lo había podido conocer hasta ahora.
Cenaron algo para entrar en calor y de paso descansar un poco. Enid escuchaba la tormenta y suspiraba aliviada. Estaba muy agradecida con ellos.
―¿Por qué no vais al cuarto a tomar chocolate?―les dio las tazas y ellos subieron.
Enid miró la habitación del chico, ordenada y con las ventanas tapadas.
―¿Me las dejas?―preguntó viendo unas gafas.
―Claro―respondió.
―¿Cómo me veo?.
―Hermosa...―se le escapó a este provocando un sonrojo y volteando―quiero decir, te quedan bien...te hacen más intelectual.
―Gracias―ella había escuchado el halago.
Tomaron el chocolate y Tn ya en privado le dijo que le encantaba su página de cotilleos y que siempre aguardaba a leer una nueva entrada en ella. Ambos charlaron sobre ello, Enid sentía que hablaba con una versión masculina de ella misma. Además, este le fue contando todo lo que había escuchado en Jerichó.
―¡Una libreta!―le pidió.
―¡Enseguida!.
Como si de toda la vida se conocieran, empezaron a anotar todos los rumores. Tn le cedió una pizarra donde como en las películas empezaron a hilar todos los rumores y anotaciones para dar con la clave. Ambos tenían una especie de conexión especial. Enid ahora había olvidado el mal trago de ese día, estaba tan feliz y emocionada que se olvidó de todo lo malo.
―¡Venga, estamos muy cerca de enlazar todo el chisme!―alentó Tn.
―¿Sabes?, mi roomie es experta en investigar casos...quizás pueda ayudarnos en esto. Cuando venga de las vacaciones te la presentaré―estaba muy emocionada.
Lejos de allí, Miércoles miraba la lluvia cuando sintió algo por toda su espalda.
―Eh sentido algo...y no me gusta esa sensación...―le dijo a la mano.
Las cosas en Nevermore, pero sobretodo la vida de Enid...empezaba a cambiar para siempre...
Continuará...
Espero que les haya gustado este inicio de historia. A la de Miércoles y el de No es de la manada le quedan 2 capítulos así que he empezado está.
Un saludo :D
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