Capítulo 33
(Narra Law...)
Estaba en el coche camino a la universidad. Había dormido unas pocas horas. No podía evitar pensar en (TN). Como había estado sonriendo todo el tiempo que estuvimos en el parque. Me gustaría poderle hacer siempre tan feliz.
Ella no era consciente de lo mucho que había cambiado mi vida gracias a ella. Puede que a todo el mundo siguiera pareciéndole y un borde y un antipático, pero yo ya no me sentía tan solo como antes. No es que me molestara estar solo. Varias personas habían intentado animarme pero solo habían conseguido molestarme. Con (TN) todo era distinto.
Tenía la primera hora libre, así que aproveché para repasar un poco lo que iba a explicar. En más o menos un mes empezaban los exámenes finales y quería acabar de dar el temario cuanto antes para poder repasar apropiadamente.
Unos minutos antes de que empezara mi clase me dirigí hacia el aula. Por el camino, varios grupos de chicas me miraban y cuchicheaban. Se giraban para sonreírme o intentaban provocarme. Lo único que me provocaba todo eso era estar todavía de más mal humor. La puerta de la clase estaba abierta.
—Buenos días —saludé, mientras entraba. Todos se sentaron en sus respectivos asientos.
—Buenos días, profesor Law —saludaron todos.
Samanta alzó la voz para llamar la atención. Me chirriaban los oídos cuando la escuchaba. (TN) me miraba sonriendo levemente. Me resultaba algo difícil no mirarla demasiado. Me puse a explicar el último tema de la asignatura. Con un poco de suerte en dos semanas habríamos acabado.
—(TN)-ya, ¿podrías continuar leyendo? —le pedí, después de que Chopper hubiera leído el primero. Estaba distraída mirándome.
—Eh, sí. Claro... —murmuró, mientras dirigía su mirada hacia los apuntes. Estaba nerviosa.
—Segundo párrafo —le indiqué. Me costó mantenerme serio, pero lo conseguí—. Hay que estar atentos.
—Sí, disculpe, profesor Law... —se disculpó, antes de empezar a leer.
Una vez acabó la clase le pregunté si podía ayudarme a llevar unas cosas a mi despacho. Cada vez me costaba más estar cerca de ella sin mirarle más de la cuenta. Me siguió en silencio por el pasillo. Cerré la puerta una vez estuvimos dentro.
—(TN)-ya, si sigues mirándome así durante las clases todo el mundo se va a dar cuenta —comenté, mientras dejaba las cosas encima de la mesa. Vi que sus mejillas se sonrojaban levemente.
—Bueno, todas te miran. Nadie tiene por qué sospechar nada raro —dijo ella, encogiéndose de hombros.
—Es verdad. Una alumna más que ha caído antes mis encantos —bromeé, haciéndome el interesante. Ella empezó a reírse.
—Creo que no existe una chica que no pueda fijarse en ti —comentó, mirándome fijamente.
—Y yo solo me puedo fijar en una... —susurré, mientras levantaba la mano para acariciarle la mejilla.
—Y no entiendo muy bien por qué... —murmuró.
—Cállate —le corté, mientras le apretaba los mofletes con la mano y me acercaba para darle un corto beso—. Vuelve a clase.
—Sí, profesor Law —dijo, sacándome la lengua, mientras se dirigía hacia la puerta.
(Narrador externo...)
El resto del día pasó bastante rápido. Ya estabais empezando el último tema de todas las asignaturas. Se acercaban los exámenes finales. Ibas bastante bien, pero tenías que ponerte todavía más en serio. El primer semestre había ido muy bien y tenías que mantenerte.
Ya estaba anocheciendo. Después de cenar algo ligero te preparaste para ir al trabajo. Fue una noche bastante tranquila. Os habíais había tocado disfrazaros de enfermeras y no había habido muchos clientes. Los lunes era cuando menos gente había.
—Buenas noches, Perona. Nos vemos mañana. ¡Adiós Shakky! —te despediste, antes de salir por la puerta. Ellas te dijeron adiós con la mano.
Entre semana la calle estaba algo desierta. Ibas caminando mientras mirabas el móvil tranquilamente. Estabas leyendo la discusión que Sanji y Zoro estaban teniendo por el grupo. Estos dos siempre estaban igual. De pronto notaste que alguien te empujaba con fuerza. Te chocaste contra la pared de un edificio, dándote un gran golpe en la frente. Empezaste a ver todo borroso y poco a poco fuiste perdiendo la conciencia, hasta verlo todo negro.
[•••]
Sentiste un gran dolor de cabeza. Abriste poco a poco los ojos mientras arrugabas la nariz. Estabas en la habitación de un hospital. Te incorporaste un poco en la cama. Te dolía todo el cuerpo. Tus brazos estaban llenos de moretones. Te llevaste la mano a las costillas. Notaste que llevabas una venda bajo de la bata. Apretaste el botón que tenías al lado de la cama.
A los pocos minutos pareció una enfermera. Viste la cara de Nami, que se acercó corriendo a la puerta detrás de la mujer.
—¡Chicos, (TN) ha despertado! —exclamó. Enseguida aparecieron el resto de mugiwaras y se asomaron a la puerta.
—Un momento, por favor —les pidió la enfermera, mientras cerraba la puerta. Se acercó hasta la cama—. ¿Cómo te encuentras?
—Me duele todo el cuerpo... —contestaste—. ¿Qué me ha pasado?
—Al parecer dos individuos te dieron una paliza al salir del trabajo. Tu jefa y una de tus compañeras llamaron a la ambulancia cuando te encontraron —te explicó, la mujer, mientras examinaba tu cuerpo—. La policía vendrá más tarde por si quieres poner una denuncia.
—Está bien... —murmuraste.
—Dejaré que pasen tus amigos un rato, pero tienes que descansar —dijo la mujer, sonriendo amablemente, mientras se acercaba a la puerta.
—¡(TN)! —exclamaron Luffy, Chopper y Ussop, mientras se acercaban corriendo a la cama.
—¡No seáis tan brutos! —se quejó Nami.
—Cuando descubramos quién ha sido le daremos una lección —dijo Luffy, enfadado—. Nadie se mete con uno de los nuestros.
—Me apetece una buena pelea —comentó Zoro.
—El que se haya atrevido a pegar a una mujer se las verá conmigo —dijo Sanji, también cabreado.
—Muchas gracias chicos. Gracias por venir a verme —contestaste, sonriendo levemente. ¿Dónde estaría Law? ¿Sabría lo que había pasado?
Después de estar un rato charlando con tus amigos, la enfermera volvió a entrar para pedirles que se fueran. Te dio unas pastillas para el dolor y te dejó sola para que descansaras. Poco a poco tus ojos se fueron cerrando.
Cuando abriste los ojos estaba anocheciendo. Antes de traer la cena, dejaron entrar a alguien que querían visitarte. Eran tus profesores. Marco, Hiluluk y Kureha. Entraron y se acercaron hasta la cama.
—(TN), ¿estás mejor? —preguntó Kureha.
—Creo que sí, ya no me duele tanto el cuerpo... —contestaste, mientras mirabas hacia la puerta- ¿No ha venido el profesor Law?
—No podía venir. Tenía algo importante qué hacer —contestó Marco. Asentiste, algo desanimada.
—Al parecer deberás quedarte el resto de la semana en observación. No te preocupes por los apuntes. Chopper me ha dicho que se pasará a darte clases particulares por las tardes —comentó Hiluluk, sonriente.
—¡Genial! —contaste, intentando sonreír. No entendías por qué Law no iba a visitarte... Habían ido todos menos él.
Se quedaron un rato hablando contigo hasta que la enfermera entró con tu cena. Era un cuenco de sopa, un trozo de pescado y un yogurt. La verdad es que no tenías mucha hambre en ese momento, pero debías comer algo.
—Mientras estabas dormida hay un hombre joven que ha estado todo el rato aquí contigo —comentó la enfermera, mientras rebuscaba en su bolsillo. ¿Sería él? Eso esperabas—. Me ha pedido que te diera esta carta personalmente.
—Ah, muchas gracias —dijiste, mientras cogías el sobre. La mujer sonrió antes de dejarte sola de nuevo. Abriste el sobre, nerviosa. Efectivamente, era una carta de Law.
"(TN)-ya... Te escribo esta carta porque no sería capaz de decirte esto a la cara. Los hombres que te dieron la paliza por la calle fueron contratados por Doflamingo. Como comprenderás lo mejor es que dejemos los nuestro y volvamos a ser simplemente profesor y alumna. No te imaginas lo que he sentido al verte así en el hospital. No puedo permitir que vuelva a pasarte algo como eso. Lo siento... Te quiero muchísimo, y por eso tenemos que alejarnos el uno del otro. Te seguiré ayudando a cumplir tu sueño de ser una gran médico, pero no podemos estar juntos. Espero que lo entiendas...No puedo permitir que esto vuelva a pasar"
Mientras leías, las lágrimas iban cayendo por tus mejillas. No podías creerte que realmente estuviera pasando todo eso. Tenías la esperanza de que todo fuera una pesadilla. Por desgracia, todo era real.
La semana se te pasó muy lenta. Solo podías distraerte dentro del horario de visitas. Chopper era muy buen profesor, así que no tuviste problema en aprender toda la teoría que te habías perdido.
El viernes te dieron el alta. Pasaste el fin de semana encerrada en casa. Haciendo deberes, llorando y atiborrándote a helado y chocolate mientras veías películas tristes.
No querías volver a la universidad. No sabias como ibas a reaccionar cuando vieras a Law cara a cara. Todavía no habías asimilado que todo había acabado. Tenías la esperanza de escuchar el timbre y que fuera él, buscándote para pasear a Onigiri. O que sonara el móvil y fuera un mensaje suyo dándote las buenas noches.
Enseguida llegó el lunes y estabas bajando del autobús. Ibas con muletas, ya que tenías roto el tobillo izquierdo. Debías seguir así unos días más. Entraste en el campus. Se acercaba el momento de la verdad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top