Capítulo 13
(Narra Law...)
Cuando abrí la puerta de la casa de (TN), Onigiri se lanzó a nuestras piernas. Lo aparté cuidadosamente para llegar hasta la habitación. Senté a (TN) en la cama. Suspiré. Tendría que ponerle el pijama. Le quité con cuidado los pantalones y me acerqué al armario para buscar el pijama. Cuando me giré ella estaba de pie, con los ojos medio cerrados. Me agaché y levanté uno de sus pies para ponerle el pantalón. Luego el otro pie. Antes de que llegara a subírselos del todo, puso sus manos en mi cabeza y me empujó contra su vientre. Solo llevaba el top así que su piel estaba descubierta.
—Law... —murmuró. Su voz sonaba excitada. Debía ser efecto de la droga.
Mierda. Tenía ganas de besarle. Puse mis manos en su cintura y di un suave beso debajo del obligo, seguido de un pequeño mordisco. Le escuché gemir. Me aparté rápidamente. ¿Estaba loco o qué? Me estaba comportando como un maldito pervertido. Acabé de subirle los pantalones y le quite el top para ponerle la camiseta del pijama. Mierda... No llevaba sujetador. Sentí que mi miembro empezaba a despertarse poco a poco. Cuando me estiré para coger la camiseta (TN) me rodeó con sus brazos, apretándome contra ella. ¡Joder! Cogí sus brazos e intente apartarle de mí con cuidado. También intente no mirarle más mientras le ponía la camiseta.
—Túmbate y duerme —le ordené, mientras abría las sábanas.
—¿Duermes conmigo? —preguntó, mientras ponía su mano encima de la mía. Me aparté rápidamente.
—No es buena idea. Me quedaré en el sofá, por si pasa algo —contesté, aunque no parecía prestarme atención.
Se tumbó de golpe en la cama y cerró los ojos. Le tapé con la manta y me dirigí al salón. Onigiri estaba esperando fuera. Cuando me senté en el sofá, subió y se acurrucó a mi lado. Saqué mi móvil del bolsillo. Había un mensaje de Robin preguntando por (TN). Le avisé que me quedaría con ella por si pasaba algo. Aparté al cachorro para poder tumbarme y lo dejé a mi lado. Enseguida volvió a acomodarse. Me llevé una mano a la cabeza. Debía controlarme. No podía hacer lo que me diera la gana con ella.
(Narrador externo...)
Cuando te despertaste sentías que te iba a estallar la cabeza. ¿Cómo habías llegado a tu habitación? No recordabas nada de la noche anterior. Fuisteis a tomar unas cervezas, pediste una copa en la discoteca y... Luego todo estaba borroso. Te levantaste de la cama y abriste la puerta para salir al salón. Te quedaste boquiabierta al ver allí sentado al profesor Law, viendo la tele mientras acariciaba a Onigiri.
—¿Cómo te encuentras? —preguntó, clavando sus ojos grises en los tuyos. Te costó un poco reaccionar.
—Me duele la cabeza... —contestaste.
—Ven, siéntate aquí y bebe agua —dijo, mientras señalaba el otro lado del sofá. Le hiciste caso y cogiste el vaso que te ofreció.
—¿Qué paso anoche? ¿Por qué estás aquí? —preguntaste, confundida.
—Alguien puso droga en tu copa, así que te traje a casa y me he quedado toda la noche vigilándote —te explicó, mientras miraba fijamente el televisor. Estabas asimilando la información. De repente notaste que tus mejillas ardían.
—Tú... ¿Me pusiste el pijama? —preguntaste, algo nerviosa. Law se giró para mirarte y asintió con la cabeza—. ¡Qué vergüenza!
—Tranquila, no me fijé. Fui rápido —dijo él, serio, intentando tranquilizarte—. ¿Quieres que haga algo para desayunar? Bueno, o comer.
—Sí, vale... —murmuraste.
Se levantó y se acercó a la cocina. Te quedaste pensando en sus últimas palabras. Claro que no se fijó en ti... Law podría tener a cualquier chica que quisiera. ¿Por qué se iba a fijar en ti? Bueno, ¿y a ti que más te daba? No es que te gustara tu profesor... ¿O sí? Era guapo, estabas a gusto con él, a veces te ponías nerviosa, puede que hubieras pensado alguna vez en cómo sería besarte con él... Vale, sí. Todo apuntaba a que te gustaba, pero estabas segura de que no iba a interesarse por alguien cómo tú. Solo eras de sus alumnas favoritas, eso es todo. Además, lo importante era aprovechar y mantener la beca. No podías distraerte con cosas así.
Unos minutos después, Law se volvió a sentar a tu lado, después de dejar dos platos de huevos revueltos con beicon. Tenían muy buena pinta. Enseguida te lanzaste a devorar el plato. Estabas hambrienta.
—Vaya, tenías hambre —comentó él, sonriendo de lado.
—Siento que hayas tenido que perder tu tiempo cuidando de mí —comentaste, algo decaída, mirando tu plato fijamente.
—No digas eso. Sabes que me gusta tener pacientes —dijo él—. Todos tus amigos estaban preocupados por ti. Deberías mandarles un mensaje después.
Asentiste con la cabeza. Era cierto. No habían tenido noticias sobre ti. Os acabasteis la comida mientras mirabais la televisión en silencio, pero no estabas prestando atención al programa. Te sentías rara teniendo a Law a tu lado, comiendo contigo y viendo la tele. Había ido a visitar varias veces a Onigiri, pero ahora que habías estado pensando sobre qué sentías por él... Y pensar que te había puesto el pijama.... Te imaginabas sus manos tocando tu piel. Tal vez era mejor no acordarse de nada.
—¿Estás bien? —preguntó Law, mientras se acercaba a ti y te ponía la mano en la frente.
—¡Sí! —contestaste, nerviosa. Su cara estaba demasiado cerca de la tuya.
—Quería comprobar si tenías fiebre. Me había parecido que estabas un poco roja —comentó, separándose de ti. Se levantó del sofá y se agachó para recoger los platos—. Me tengo que ir ya. Voy a recoger esto.
—¡No! Ya lo haré yo, tranquilo. Tú has cocinado —dijiste, mientras te levantabas y ponías tu mano sobre la suya para frenarle. Te miró fijamente y apartaste tú mano—. Vamos, te acompaño a la puerta.
Empezaste a andar y él te siguió. Estabas quedando cómo una estúpida. ¿Podías dejar de estar tan nerviosa? No querías convertirte en una de esas chicas que iban como idiotas detrás de él. Tampoco estabas segura de lo que sentías por él Que te atraía físicamente estaba claro. Pero... ¿Qué ibas a hacer? ¿Tener sexo con tú profesor y después seguir como si nada? ¡Pero si ni siquiera te habías besado con un chico! Bueno, y tampoco es que a él le gustaras. Necesitabas estar sola y aclarar todo esto.
—Bueno, (TN)-ya, nos vemos mañana en clase —se despidió, mientras salía por la puerta.
—Sí. Gracias por todo. Hasta mañana —te despediste, sonriendo, antes de cerrar la puerta.
Te apoyaste contra la pared y te llevaste las manos a la cara. ¿Por qué tenía que pasarte esto? Era culpa tuya por haberte relacionado tanto con el profesor Law, pero... Es que estabas muy a gusto con él. Todos pensaban que era un borde y un antipático, pero a ti te caía bien. No querías que todo esto se estropeara.
Después de recoger y lavar los platos te preparaste un baño relajante. Aun así, no podías quitar esos pensamientos de tu cabeza. ¿Debías decirle que te gustaba? Eso le haría verte como otra de esas chicas que van detrás de él. Podría incomodarle. Aunque no sería la primera vez que un profesor de la universidad se lía con una estudiante. Ya había varios rumores confirmados, según te había contado Nami. Sin embargo, no imaginabas a Law enrollándose con una alumna, y menos contigo. Lo mejor era seguir como si nada. En algún momento se te pasaría todo esto. Seguro.
(Narra Law...)
Me acosté pronto. No tenía ganas de cenar pero me hice un poco de arroz. Era un maldito mentiroso. Le había dicho a (TN) que no me fijé en ella cuando le puse el pijama. ¿Cómo no me iba a fijar? Le mentí porque no quería que se sintiera avergonzada, pero me gustaba tanto que se sonrojara por mí...
Esto era una auténtica locura. Para una vez que me sentía voluntariamente atraído por una chica tenía que ser una de mis alumnas. Si cualquier otra chica me hubiera gustado hubiera sido directo, pero... Sí incomodaba a (TN) y no quería volver a estar cerca de mí... No podía imaginármelo. Ella era la persona con la que más hablaba. Hacía años que no me relacionaba tanto con alguien. Ahora estaba más distraído y, no sé, incluso me sentía contento cuando pasaba tiempo con ella. Estaba a gusto así y no quería que se acabara. Cogí el móvil de la mesita. Quería... Tenía ganas de hablarle.
Law: ¿Qué tal? ¿Te encuentras bien?
(TN): Hola. Sí. Estoy muy bien, todo gracias a ti.
Law: Bien. Sí te pasa algo no dudes en avisarme. Tengo el móvil con sonido.
(TN): Tranquilo. Voy a dormir ya. Buenas noches, profesor Law.
Law: Buenas noches. Descansa.
Dejé otra vez el móvil y apagué la luz. Era gracioso. Solo tenía tres conversaciones en el chat. Una era el grupo de todos los profesores, otra la de los profesores de medicina y, la última, la de (TN). Estiré la mano y la moví para buscar el móvil. Entré en el chat de (TN) y miré las fotos. Son casi todas de Onigiri, menos aquella que me mandó suya. La abrí y me quedé mirándola unos segundos. Sonreí de lado y volví a dejar el móvil. Parecía un adolescente de instituto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top