Capítulo 46
Alemania está de luto, todo el país se ha vuelto loco ante la noticia de la muerte del rey, ha impactado a todos por lo inesperado que fue, de lo único que se habla es de su muerte y lo devastadora que resultó para el príncipe, quien estaba inconsolable el día de su funeral. Stefan, Cassidy, su familia y yo, estuvimos al lado de Theo en todo momento, no le abandonamos para nada. Su mano se aferraba a la mía con fuerza mientras veíamos como el cuerpo el ataúd de su padre era enterrado en la tumba de su madre, habían pasado solo unas horas desde que nos enteramos de su muerte, pero el palacio se movía con rapidez para organizar el funeral.
Theo luchaba con sus emociones, intentaba dar una buena imagen ante el público y aceptada las condolencias de cada ciudadano con serenidad cada vez que se le acercaban a darle el pésame, no sé si así es en la mayoría de las monarquías, si a todos los reyes se les ama con tanta devoción como se le hacía al rey Johan, parecía que toda Alemania, estaba presente en el funeral, era un sinfín de personas con rotunda tristeza despidiendo al rey, para en cuestión de unas horas más tarde, presenciar la coronación del único heredero al trono. Sí, Theo tuvo que ser coronado el mismo día del funeral de su padre, pues Alemania no podía durar un día sin un rey o la monarquía se encontraría en serios problemas.
—Es horrible —murmura Cassidy a mi lado, ella también tiene los ojos hinchados por estar llorando tanto, ni hablar de Heinrich quien también está inconsolable como Theo, la noticia le ha dolido bastante—. ¿Estabas con él cuando se enteró?
Ella y yo no hemos tenido oportunidad de hablar. Nos encontramos en una de las salas del palacio, Theo en la esquina de la habitación con un hombre del parlamento real, conversando y firmando papeles.
—Estábamos dormidos —contesto—. Escuchamos ruidos y Stefan vino a buscarle de inmediato, sucedió tan rápido.
—Me imagino —suspira—. Perdió a su madre y ahora a su padre...
—Y encima, no hay manera en que lidie con el dolor mientras tiene que ver lo de la coronación —agrego.
Después de estar ambos por alrededor de una hora en la cocina, hombres del parlamento vinieron a buscar a Theo para darle la noticia que tenía que ser coronado de inmediato, la noticia lo tomó por sorpresa, pero supo manejar sus emociones con discreción, los hombres se disculparon por no dejarle lidiar con el dolor de la muerte de su padre, pero le aclararon que al no existir otro heredero legítimo al trono por parte de su padre, él debía convertirse en rey de inmediato porque habría consecuencias si alguien no tomaba el control del país, por suerte, los hombres eran considerados que terminaron llegando al acuerdo en que solo le harían firmar papeles y coronarlo de manera discreta en vez de como se debía oficialmente, no habría una ceremonia en su honor ni nada por el estilo, solo tomaría el control del país de inmediato como era correcto, aunque se dijo que cuando estuviese listo, se haría una coronación oficial como es debido para que toda Alemania conozca al nuevo rey.
—Sí, eso es triste —concluye—. Por lo menos el rey no sufrió, papá habló con los médicos y le dijeron que el infarto sucedió muy rápido que no debió sentir nada. Aun así, la noticia es devastadora, Johan era una persona amada por su nación.
En definitiva, lo era.
Observo a Theo por unos segundos, sin duda es valiente, pues ha llevado muy bien la situación de su padre durante todo este tiempo. Por otro lado, es increíble toda la responsabilidad que ahora yace sobre sus hombros.
—¿Crees que le irá bien? —le pregunto, Cassidy me regala una diminuta sonrisa.
—Sabrá manejarlo —contesta, ambas estamos observándole—. Es inteligente y hay algo en él que demuestra que está hecho para dirigir un país, estará bien —afirma. Intento aferrarme a sus palabras, no tengo duda de que será un buen gobernante, más bien son los ciudadanos los que me preocupan, ellos no ven más allá de un hombre con corona al que reprocharle cuando algo sale mal en el país.
Dos horas más tarde, casi todos abandonan la sala, dejándonos a Heinrich, Cassidy, Stefan, Theo y a mí, solos. Theo deja caer un suspiro pesado y se sienta a mi lado.
—De todo corazón, les agradezco que hayan venido, saben que eran importantes para mi padre.
Halaga.
—Tu padre era un hombre maravilloso hijo, y uno de mis mejores amigos —confiesa Heinrich con un tono triste, tiene los ojos hinchados debido a las lágrimas que ha derramado—. Tal como tu padre, quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea, tienes mi apoyo incondicional.
Se levanta de su lugar y hace una reverencia.
—Larga vida al rey Theodore —dice, hay dolor y orgullo en sus palabras—. No engañamos a nadie diciendo que tu reinado será fácil, ningún rey la ha tenido fácil, pero cuentas conmigo para todo.
Theo se levanta de inmediato de su asiento y abraza a Heinrich.
—Gracias.
No conversamos mucho, luego de una hora, Heinrich y Cassidy deciden irse y Stefan se excusa diciendo que tiene que llevar un par de documentos a uno de los ministros, para darnos un poco de privacidad.
Por primera vez en muchas horas, tenemos tiempo de poder hablar. Un pequeño suspiro proveniente de él rompe el silencio.
—Aún me cuesta asimilarlo —susurra para ambos—. Estoy en esa etapa en la que creo que en cualquier momento cruzará la puerta y me dará un sermón o me hablará sobre el palacio o me dirá un mal chiste de esos que solía contarme solo para molestar y hacerme reír un rato.
—Sé que es difícil asimilarlo —digo en un tono bajo—. Ha caído de golpe para todos. Es normal sentirte de la manera en que te sientes.
Sus ojos se encuentran con los míos.
—No tienes una idea de cuán arrepentido me siento por no decirle lo mucho que le admiraba —confiesa con dolor en su voz—. Discutíamos la mayor parte del tiempo, pero al final comprendía que nuestras peleas no eran porque él quería regañarme solo por ser malo conmigo o darme un buen sermón porque consideraba que era estúpido, lo hacía porque me amaba, porque quería que llegase a ser tan grande como él lo fue, incluso que le superase. Yo por mi parte antes de comprender eso le daba guerra, y me callaba mis buenas opiniones sobre él. Me creas o no, le admiraba en secreto todo el tiempo, era mi mayor ejemplo.
—A veces nos cuesta expresarnos, es parte de ser humanos, no siempre somos perfectos, en algo debemos tener un defecto —intento animarlo.
—En definitiva, ese era mi mayor defecto, callarme lo todo —responde apenado—. Me encerré en mí mismo desde que nos enteramos de la enfermedad de mamá, reserve todas mis emociones, no quería verme débil y tome las peores decisiones como adolescente, él siempre estuvo a mi lado, intentando comprenderme y apoyarme al mismo tiempo que lidiaba con su dolor, fui egoísta.
Toma una gran bocanada de aire y juega con sus manos, nervioso.
—Muchos decían que él era quien se encerró en sí mismo y me descuido cuando fue completamente falso y al revés, sin embargo, detestaba el hecho de que alguien me ofendiera o hiciera un mal comentario de mí al respecto, que prefirió culparse de ello. Daría lo que fuera para tenerlo tan solo un segundo más a mi lado, mirarle a los ojos y decirle cuánto lo amo, porque lo hago, lo amo más que a nadie en este mundo, él y mamá siempre serán los mejores padres que alguien como yo pudo merecer.
Es triste verle sentirse culpable, hay profundo dolor y arrepentimiento en su mirada. Recuerdo la visita del rey a mi departamento, él amaba a Theo tanto como él lo hacía. Una diminuta sonrisa se forma en mis labios.
—Mírame —susurro, sus ojos azules miran directo los míos—, no dudes por un segundo que tu padre te amo, porque él lo hacía.
Aquello me quedó más que claro cuando se presentó en mi departamento con la carta, amaba y adoraba a su hijo.
***
Pasa una semana para que las cosas vuelvan a tomar su camino, he vuelto a mi habitual trabajo, las pocas veces que he visto a Heinrich merodear por el hotel, luce cabizbajo y triste, aún por la muerte del rey. Me quedé todo el tiempo que pude junto a Theo, quien hacia su esfuerzo por mostrarse más fuerte cada día. Ahora, el trabajo como rey lo mantiene distraído.
La segunda semana que transcurre, es lenta y no tengo oportunidad de ver a Theo, se ha mantenido arreglando papeles que su padre había dejado inconclusos sobre tratados, comercios y alianzas con otros reinos, aunque le han dado el nombramiento de rey, tras la muerte de su padre, la corte real parece ser la principal cabecilla de todo, pues ellos conocían más las ideas del rey que su hijo.
El miércoles por la tarde, Theo ha venido a buscarme, espera como de costumbre a que mi turno termine. Cuando firmo mi salida, me apresuro a llegar a él para abrazarlo, inmediatamente acepta mi abrazo y una sonrisa se forma en mis labios.
—Moría de ganas de verte —susurra, acunando sus manos en mi cara para luego besarme, es un beso corto pero suficiente para demostrarme que me ha extrañado.
—También yo. No hemos tenido oportunidad de vernos desde hace días, ¿cómo sigues?
Mi pregunta le hace desviar la mirada de la mía y posarla en otro lugar, toma una bocanada de aire y lo suelta.
—El trabajo me mantiene distraído durante el día, pero es imposible que no le espere para comer, o pase por su habitación y sienta el impulso de tocar a la puerta, le extraño —contesta, estiro una mano, la coloco en su mejilla y le acaricio.
—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, incluso si es para llorar tu duelo —digo, su mirada vuelve a la mía y me besa.
—Te lo agradezco, cariño —contesta—. ¿Te importa sí nos dirigimos a tu departamento? Me gustaría tener un poco de privacidad.
Asiento en acuerdo y al cabo de quince minutos, nos encontramos dentro de mi departamento con tazas de té instantáneo, junto al sofá.
—Se siente bien tener un poco de privacidad —confiesa—. No he tenido un tiempo a solas desde que mi padre se fue, entran a mi habitación alrededor de las siete, me dan un nuevo itinerario a diario y hay un centenar de tareas que tratar, visitas que atender y miles de otras cosas más.
—Supongo que ese es el precio de convertirse en rey —digo, una mueca se forma en su boca.
—Lo es, aún sigo sin entender cómo lo hacía —dice negando—. Lo hacía parecer sencillo y déjame decirte que es todo lo contrario.
—Bueno, es cuestión de acostumbrarse.
—Claro. Tomará un tiempo para que sea tan bueno como él, pero...
—Lo serás.
—Solo espero estar preparado el día de la coronación, sé que ha habido un debate sobre mi coronación en la corte real y aquello me preocupa.
—¿Qué clase de conflicto? —pregunto con interés. Sus ojos se encuentran con los míos, aún no lucen contentos, sin embargo, hay algo más en ellos, angustia.
—De si realmente merezco convertirme en rey o no —responde.
Frunzo el ceño.
—Pero no pueden destituirte —me veo diciendo, Theo es el único heredero al trono, al menos que yo conozco. La mueca en sus labios me confirma que no estoy en lo cierto.
—Por derecho me pertenece y creo que no deberían hacerlo, pero he notado un tanto raros a algunos de la corte, sé que podrían estar tramando algo y sea lo que sea no presiento que sea bueno —afirma—. Quizás no pierda mi derecho de gobernar, pero escuché a un canciller hablar hace días sobre mi padre y unos papeles importantes en la corte que tienen que ver conmigo y con él, no tengo idea de que se podría tratar con exactitud, pero presiento que no será nada favorable cuando salga a la luz.
*****
¡Hola a todos! ¿Cómo se encuentran? Les cuento que ya estoy en Las Vegas y es impresionante, las calles, las personas, todo, sin duda tendré más inspiración para escribir, ayer que llegué, se me han ocurrido nuevas ideas jejeje
Aquí les traigo el capítulo nuevo qué espero disfruten, ¿Qué creen que es lo que trama la corte real? ¿Qué será el secreto que oculta el rey?
Nos vemos luego, no me pregunten cuando actualizo porque aún no llegaré a casa dentro de unas semanas así que tenganme paciencia al actualizar, mientras les haré spoilers como lo he hecho en instagram mientras escribo. Pueden seguirme si quieren, me encuentran como "andreabonnelll"
Nos vemos luego, abrazos ❤️❤️
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