Capítulo 45
Los gritos de voces proviniendo del pasillo, hacen que me levante exaltada, volteo a ver a Theo, quien tiene su brazo envuelto alrededor de mi cuerpo y posee el ceño fruncido.
—¿Sucede algo? —pregunto y él suelta su agarre para sentarse en la cama y prender las luces de las lámparas de noche que posee. No trae camisa y puedo ver que sus músculos se tensan.
—No tengo idea —dice saliendo de la cama, me siento sobre ella, sin comprender que puede estar pasando del otro lado de la habitación, porque las voces continúan escuchándose. Comparto una segunda mirada con Theo antes de que los golpes a la puerta de su habitación se escuchen, se apresura a abrirla y el rostro de Stefan aparece frente a ella con una expresión que demuestra angustia.
—Tienes que venir de inmediato —exige con toda la angustia que hay dentro de él.
—¿Qué sucede? ¿Mi padre está bien?
No hace falta que Stefan le dé una respuesta, Theo sale disparado junto con él dejándome sola en la habitación, me apresuro a salir de la cama y buscar mi ropa, —más bien mis jeans— una vez que consigo vestirme, salgo de la habitación hacia el pasillo, las luces están encendidas y me encandilan por unos segundos, veo al personal del palacio corriendo hacia el otro pasillo que hay a mi derecha, todos tienen una expresión de angustia y lucen ajetreados, no pienso más y sigo a dos hombres por el pasillo, hay otro personal acercándose a su vez y susurran palabras que me son imposibles de escuchar, mientras nos acercábamos a la habitación del rey.
Es impresionante como las cosas pasan de estar estables por un momento para transformarse en un desastre en segundos. Los gritos de Theo alteraron a todos, no tarda mucho en salir de la habitación vuelto loco y su semblante luce completamente rojo y empapado de lágrimas, Stefan llega a su lado e intenta calmarlo tratando de poner una mano sobre sus hombros, Theo lo empuja en un arrebato de furia, le pide que lo suelte y se derrumba en el suelo, abrazándose a sí mismo, gritaba con fuerza y su cuerpo tiembla, es un mar de emociones que no puedo describir.
Me quedo estática en mi lugar contemplando la escena, Stefan se arrodilla a su lado y susurra algo que solo es audible para ellos, Theo levanta su mirada y le abraza rápidamente, ocultando su rostro en el hombro de su mejor amigo, de pronto todo se siente aturdido y fuera de lugar, las personas que salen de la habitación del rey, salen con expresiones serias y miles de lágrimas en su cara, comparto una mirada con Stefan, quien tiene un semblante demacrado y puedo ver el dolor en sus ojos verdes, no hace falta que alguien diga algo para comprender lo que sucede, el rey ha muerto.
Un grito ahogado y lleno de dolor sale del pecho de Theo con todas sus fuerzas, empuja a su mejor amigo, quien decide darle un poco de espacio, sintiendo la vibra abrumadora y el dolor que ronda por la habitación, mis ojos se llenan de lágrimas como los de la mayoría, insegura, me acerco hacia la escena, otro grito agudo se escapa de la garganta de Theo.
—Papá...
Susurra para nadie en particular, se abraza más a sí mismo intentando lidiar con la situación. Llego a su lado y me arrodillo para quedar a su altura.
—Theo...
Su nombre en mi boca suena entrecortado, le toma unos segundos mirarme. Una mueca se dibuja en su rostro colorado y sin pensarlo, tira de mi mano para abrazarme y ocultar su rostro en mi cuello.
—Leigh, mi papá... —susurra entre el llanto—. Mi papá ya no está Leigh... mi papá...
Su voz suena rota y hay un dolor profundo entre sus palabras, me abraza con fuerza y le sostengo entre mis brazos, una de mis manos le acaricia el cabello, no me importa que empape mi cuello con sus lágrimas.
—Ya no está... se fue... —Continúa—. Mi papá se fue...
Lo abrazo con más fuerza, no tengo palabras para consolarle. Me quedo a su lado por más de una hora, todos, incluyendo a Stefan y yo, estamos afligidos, hay sollozos por todo el lugar, nadie puede creer la noticia, al rey le ha dado un infarto justo cuando llegó a su habitación.
Theo se encuentra inconsolable, la escena es dolorosa de contemplar.
—¿Alteza? —pregunta la voz de un hombre, Theo se aparta de mi para mirarle, nos toma unos segundos reincorporarnos a ambos. Una vez que estamos a su altura, sus labios se fruncen, intentando contener sus palabras—. Lo siento mucho, alteza, pero sabe que es parte de protocolo, no podemos dejar al cuerpo de su padre sobre la cama, necesitamos llamar a un forense con su permiso.
Theo se lleva una mano a la cara y bruscamente aparta las lágrimas de sus ojos, también sorbe.
—¿Tiene que ser ahora? —pregunta en un tono más serio. El hombre apenado asiente—. De acuerdo, llámelo. Mientras tanto, quiero que todos me dejen solo con su cuerpo por un momento.
El hombre vuelve a asentir y hace una pequeña reverencia.
—Ey... —habla Stefan acercándose a Theo nuevamente. Él se voltea a verle—. Lo siento mucho, sabes que lo hago.
Dicho esto, los dos se vuelven a abrazar, el príncipe vuelve a romper en llanto, pero se recupera de inmediato, apartándose de él.
—Por favor, encárgate de esto y que la noticia aún no salga a la luz, necesito que me den un poco de espacio —lo dice para todos, Stefan asiente.
Pasan alrededor de cinco minutos, todos han abandonado el pasillo, dispuestos a darle privacidad al príncipe, por mi parte, me quedo junto a Stefan, ambos sentados en el suelo con nuestras espaldas en la pared esperando a que salga.
—Ha sucedido tan rápido —dice con la mirada distraída, puedo escuchar en su voz que la situación también está afectándole—. Ninguno imaginamos que algo así podría suceder, ha sido drástico —concluye. Con el pulgar, se quita las lágrimas que hay en sus ojos.
—¿Cómo fue que se enteraron? —le pregunto, se toma todo su tiempo antes de responderme. Un suspiro pesado cae de él.
—Le pidió a una doncella que le trajera un vaso de agua a su habitación, cuando ella llegó, el rey no atendió como de costumbre, la puerta no estaba cerrada del todo y cuando entró, vio su cuerpo recostado sobre el suelo, le habló e intentó moverlo, pero no sucedió nada, salió corriendo en busca de apoyo a la cocina, cuando el personal vino en su ayuda, ya era demasiado tarde.
Siento una punzada en mi pecho, una risa hueca y seca sale de él mientras niega en desaprobación.
—Es impresionante, ¿no? Alemania se vino abajo en cuestión de segundos. —Suelta con dolor en sus palabras, Stefan quería al rey tanto como Theo, al final de cuentas, se ha criado toda su vida en el palacio—. Johan era un buen hombre, fuerte, nunca se le vio afligido o con dolor. Era bueno ocultando su dolor y lidiando con todo. No era una novedad que estaba enfermo, sabíamos que tenía problemas, pero estos últimos meses había escuchado que se había recuperado, no imaginé que su vida iba a acabar tan pronto.
—Supongo que nadie —contesto—. La muerte es inesperada, llega en el momento que jamás imaginamos.
—Si nosotros estamos pasándola mal, no me quiero imaginar lo que él debe de estar sintiendo —dice refiriéndose a Theo—. Sé que era duro con él, pero no me cabe la duda en que lo amaba. Era una persona humilde y sencilla como él, siempre preocupándose por el bien de los demás, incluso en sus últimos días.
Haber tenido la oportunidad de convivir con el rey este día, me quedo claro que era un buen hombre, en su mirada había ternura y paz, cuando se había sentado en la cocina con nosotros, noté que no trataba a nadie del personal con superioridad, se dirigía a ellos como si se tratara de un amigo querido o un familiar, más nunca una persona que debía servirle y tratarle con mucho respeto, se dirigía a los demás como si no existiese un título a su alrededor. Me di cuenta de que todos sentían un profundo cariño por él, y a pesar de que no lo conocía realmente y había tenido muy poca oportunidad de convivir con él, la noticia también me dolió como a todo.
*****
El forense junto con un par de médicos se presenta en la habitación tiempo más tarde, el mismo hombre que había hablado con Theo aparece nuevamente y se lo lleva del lugar, Stefan y yo nos dirigimos a la cocina en busca de un poco de agua, a pesar de que he visto a muchos llorar en cuanto se enteraron de su muerte, los empleados que se hallan en la cocina están devastados, tienen el rostro demacrado y siguen llorando, no es hasta después de una hora, que Theo hace por primera vez su aparición conmigo y Stefan, su mirada se encuentra con la mía, sus ojos lucen hinchados por el llanto.
—¿Cómo sigues? —pregunta Stefan extendiéndole una taza de té que hay a nuestro lado, la acepta al mismo tiempo que toma asiento a mi lado. Agacha su mirada y no responde hasta más tarde.
—Incrédulo —es su respuesta—. No... no tengo cabeza para pensar en nada, sin embargo, tengo papeles que firmar, entablar conversación con los médicos.
Agacha la mirada hacia su taza.
—La corte real ya se ha enterado de su muerte, están todos en camino.
Stefan y él comparten una íntima mirada.
—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea —habla su amigo—. Si quieres que me haga cargo por un momento en lo que lidias con tu dolor, estoy dispuesto a hacerlo.
Aquello pone una diminuta sonrisa en la boca de Theo que posee más una mueca, no tiene capacidad de sonreír.
—Gracias —responde—. Creo que puedo hacerlo solo, pero me gustaría que me dieran un poco de privacidad nuevamente para asimilar las cosas.
Esto es más general, lo dice para su amigo y también para los pocos empleados que están en la habitación poniendo atención a la conversación. Stefan se levanta de inmediato de su lugar y voltea a ver a todos.
—De acuerdo. Te daremos un poco de privacidad aquí.
El personal comienza a salir de la habitación, me levanto de mi asiento, dispuesta a darle también la privacidad que necesita, su mano toma por sorpresa la mía, deteniéndome. Ni hace falta que diga un comentario, vuelvo a tomar asiento a su lado, ambos nos quedamos de aquella manera por un tiempo, él sosteniendo mi mano entre la suya hasta que se anima a hablar.
—Me cuesta demasiado creer que es real —dice con la mirada fija al frente—. Creí que cuando este momento sucedería, los dos seriamos viejos, yo estaría comprometido y con hijos, él me habría visto gobernar y crecer a sus nietos —su voz se quiebra con esto último—. Me lo prometió, prometió que él no se iría como mamá. Prometió que nunca me dejaría solo, dijo que pasara lo que pasara él y yo estaríamos siempre juntos, no importaba todas esas discusiones y peleas, él dijo que yo no le perdería como perdí a mamá, ahora estoy solo, me dejo solo...
Se rompe en llanto, pasa una mano sobre sus hombros, lo acerco a mí y dejo que su cabeza se repose sobre mi hombro. Theo llora todo lo que puede, mi corazón se quiebra en miles de pedazos al verlo tan vulnerable y sensible. Le consuelo todo el tiempo necesario e intento asegurarle que no está solo, que su papá sigue amándole incondicionalmente y que tiene a personas que realmente lo apoyan y no lo abandonarán, pero estando en el estado en que se encuentra nada de esto funciona, y no lo juzgo, está deshecho después de perder a la única familia que le quedaba.
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