Capítulo 18
Theo consigue hacer que ambos subamos a la torre Eiffel sin comprar los boletos que suelen vender para poder subir, gracias a que uno de los encargados, lo ha reconocido como príncipe y le ha dejado entrar conmigo sin ningún problema. Al principio, voy subiendo los escalones que hay con gran entusiasmo, pero a medida que voy a la mitad, mis piernas comienzan a arderme por falta de ejercicio que no planeo hacer cuando este de vuelta en Alemania.
—Detente —le digo a Theo con voz fatigada, es evidente que él se ejercita y debe pasar horas corriendo porque a diferencia mía, no le he escuchado quejarse en ningún momento, ni fatigarse para nada—. Creo que voy a morir en cualquier segundo.
Ríe.
—Vamos, no falta mucho —insiste, lo fulmino con la mirada.
—Eso me dijiste hace más de media hora.
En vez de continuar discutiendo conmigo, Theo decide esperarme el tiempo que es necesario para que recupere la compostura y pueda seguir avanzando. Mi respiración es menos agitada cuando por fin logro llegar a nuestro destino, una parte de mí se siente avergonzada por ver a personas mucho más jóvenes que yo, llegar junto conmigo sin ninguna dificultad.
—¿Estás bien? —pregunta Theo en mi dirección, pongo una sonrisa en mis labios antes de asentir. Ya había recuperado un poco la compostura.
—Mejor que antes —aseguro.
Caminamos entre la multitud y nos abrimos espacio para poder llegar hasta donde se puede apreciar con mejor exactitud la vista de la ciudad, es una vista preciosa, los edificios de París están iluminados por las luces que poseen cada uno.
—Wow —murmuro, siento el cuerpo de Theo a un par de centímetros detrás de mí, gracias a los empujones de algunas personas, su cuerpo se acerca más al mío, inclina su cabeza y murmura en mi oído.
—Sorprendente, ¿no lo crees? —Sus cálidos labios rozan mi oreja, no puedo evitar sonreír.
—Sí —mi voz es apenas audible, puedo sentir la sonrisa de Theo y la mía se niega a desaparecer. Nos quedamos por unos segundos de aquella manera, su cuerpo cerca del mío, contemplando la vista.
—Leigh.
Vuelve a su susurrar, intento girarme en mi lugar para poder verle de frente, en el intento, una persona parece empujarme hacia delante, siento que voy a caerme, la mano de Theo sostiene mi cintura con firmeza y nuevamente está esa extraña sensación en mí que el príncipe suele provocar, una sensación que no sé descifrar con exactitud, pero de cierta manera me agrada.
Sus ojos se encuentran con los míos, parecen estar diciéndome algo que no logro descifrar, aun así, me pierdo entre ellos. Con la otra mano que tiene libre, se atreve a levantarla y acariciar mi cabello, mi mente viaja al día en que fuimos a montar y ambos estábamos en los establos, el beso se recapitula en mi cabeza. Todo gracias a su toque, desvío mi mirada de la suya para intentar sacar el recuerdo de mi cabeza antes de que mis mejillas se tornen rosas todo gracias a lo vulnerable que me siento frente a él.
—Leigh, mírame —susurra en un tono firme, frunzo los labios porque no quiero hacerlo, no quiero ver sus ojos porque me recuerdan a aquel beso entre nosotros y el hecho de que ambos hayamos fingido que no pasó nada, es lo que de alguna forma me hace sentir incómoda, porque desde aquel beso las cosas entre Theo y yo no han vuelto a hacer como antes, por más que lo neguemos, ambos sabemos que significó algo—. Por favor, mírame —insiste, su mano se mueve hacia mi barbilla y la levanta con delicadeza para obligarme a mirarle, sus ojos observan los míos intensamente, mi corazón comienza a palpitar con fuerza sobre mi pecho y de pronto, estoy nerviosa, algo que no es habitual a mí. Lo siguiente que sucede me toma por sorpresa, Theo me besa, mi boca tarda en responderle debido al asombro y cuando lo hace, paso mis manos por su firme pecho hasta entrelazarlas en su nuca, dispuesta a profundizar el beso, es un beso lento y suave, cargado de emociones encontradas que lo único que hacen es que desee más, lo aprisiono más hacia mí, su mano abandona mi rostro y se posa en mi cintura, para abrazarme con más fuerza, de pronto, nuestro beso se vuelve hambriento.
—Esto no está bien —suelto, rompiendo el beso. Nuestros pechos suben y bajan agitados y nuestros ojos se encuentran, está buscando una respuesta en mí por romper nuestro beso de manera abrupta—. Tú... nosotros... Esto es...
—¿Qué hay de malo? —pregunta con confusión en su mirada. Puedo ver que no esperaba esta reacción de mi parte, y, a decir verdad, yo tampoco esperaba reaccionar de esta manera, pero mis emociones se han entrometido, me tomo mi tiempo antes de volver a hablar, sus ojos están desesperados queriendo una respuesta.
—¿Qué sucede con Erika? —la pregunta sale brusca de mis labios, Theo frunce el ceño.
—¿Erika? —pregunta, mis mejillas se tornan rojas, aquella era una pregunta que he deseado hacer desde el primer instante en que tuve oportunidad de conocerla. Asiento.
—Tú y ella... —hago una pausa porque realmente no quiero terminar mis palabras—. Ella podría molestarse...
Theo se apresura a negar.
—Entre Erika y yo no hay nada Leigh —responde con seguridad—. Y no me importa lo que ella piense, ¿por qué dices que esto está mal?
Desvío mi mirada de la suya, me muerdo el labio inferior con fuerza.
—Yo... —Estoy comenzando a sentirme nerviosa, cosa que detesto, detesto ser vulnerable y eso mismo estoy siendo en estos momentos.
—Leigh —pronuncia tan suave que me hace volver a verle—. Lo siento, pero creo que no puedo seguir con esto, estoy sumamente atraído a ti, Leigh Taylor. —Sus palabras son firmes y seguras, ni siquiera presta atención a mi reacción porque vuelve a fundir nuestros labios en un beso mucho mejor que el anterior.
—Lo lamento, pero no soy bueno ocultando mis sentimientos y sin duda hay algo en ti que hace que no pueda evitar sentirme atraído desde el primer día en que nos conocimos —confiesa cuando nos separamos, incredulidad es lo que hay en mi rostro mientras proceso y asimilo cada una de sus palabras. No sé qué decir, estoy sorprendida.
—Theo —susurro—. Yo... —Su mano acaricia mi mejilla.
—No tienes que decirme nada ahora, comprenderé si tú no me correspondes, pero tenía que confesarlo, de lo contrario, me temo que no iba a soportar pasar más tiempo a tu lado y fingir que nada pasa.
Sus palabras me causan ternura y siento que me derrito ante lo dulce que es, y como no tengo palabras para explicarle lo que siento, me pongo de puntitas y vuelvo a besarlo.
—Espero que comprendas que con esto —digo refiriéndome al beso—. Estamos en la misma página.
Una sonrisa se forma en sus labios que me deja ver sus dientes, vuelve a depositar un corto beso.
—Uff, por un momento creí que ibas a rechazarme —dice y una risita se escapa de mi boca, le acaricio el cabello en la parte de la nuca.
—Bueno, cruzó por mi cabeza unos segundos —bromeo—. Pero quise ser buena y mentir.
—En ese caso, me has dicho la mentira más interesante que me han dicho antes.
Me da un último beso.
Bajamos de la Torre Eiffel y regresamos al hotel media hora más tarde, ya que nos fue complicado conseguir un taxi, dentro del auto, Theo mantuvo entrelazadas nuestras manos y con su pulgar acariciaba la mía, ambos contemplamos la vista de París por la ventana y cuando nuestras miradas se encontraron, me regaló una dulce y tierna sonrisa.
Una vez dentro del hotel, subimos a nuestro piso por el elevador, donde por suerte no hay nadie dentro y Theo aprovecha que estamos solos para aprisionarme en una esquina del elevador y volver a besarme.
—¿No tienes miedo en que nos atrapen besándonos? —pregunto, refiriéndome al resto de los chicos, rio.
—¿Por qué debería tenerlo? —dice—. No estamos haciendo algo malo.
Las puertas del elevador se abren indicando que ya estamos en nuestro piso, Theo toma mi mano y tira de mí para salir del elevador, frente a mi puerta, antes de que abra, vuelve a darme un beso, tengo que decir que cada vez que me basa, hace que mi cuerpo se derrita y mi corazón palpite con fuerza, es un buen besador sin duda y mi cuerpo reacciona ante ello con entusiasmo.
—Debería de entrar a la habitación —digo entre el beso, pero a Theo no parece importarle para nada mi comentario, sus labios comienzan a besar mi cuello, donde hunde su rostro, y me da un último beso, los vellos de mi piel se erizan ante la suavidad de sus labios contra mi piel y me es inevitable no sonreír.
—Mmm... —gruñe—. Me gustaría que la noche no acabara. No quisiera alejarme de ti.
Su voz que apenas es audible hace cosquillas en mi cuello, vuelve a besarlo y río.
—Compartimos el mismo pensamiento —digo y me muevo para separarlo de mí y tomar su rostro entre mis manos para darle un largo beso en los labios, ¿desde qué momento besarlo se volvió una necesidad? —. Pero creo que lo mejor es que descansemos.
Theo suspira.
—Supongo que es lo mejor —dice no muy convencido de sus palabras. A pesar de que la idea de entrar a mi habitación y no verle no me agrada del todo, el cansancio del viaje comienza a hacerse presente, sus ojos encuentran los míos—. ¿Tienes planes para mañana?
Intento recordar si Cassidy o el resto de los chicos han mencionado algún lugar al que deseen ir, nada viene a mi cabeza y niego.
—Los chicos aún no han hecho planes.
—Bien, si lo hacen, recházalos —me besa—. Quiero recorrer París solo contigo —dice y no puedo evitar sonreír.
—¿No crees que es egoísta de tu parte?
—Cariño, no me importa ser egoísta con tal de pasar un momento a solas contigo. —De nuevo me besa, es un beso corto y suave—. De acuerdo, creo que será mejor que me vaya a dormir antes de que no pueda alejar mis manos de ti, buenas noches. —Me río y le doy un último y casto beso.
—Buenas noches, Theo.
Sin más, se aleja de mí y camina por el pasillo hasta su habitación, que parece estar alejada de la mía, me da una última mirada y le despido agitando mi mano en el aire, él ríe y murmura lo que me supone que es nuevamente 'buenas noches' y entra a su habitación. Me quedo parada allí frente a la puerta de mi habitación con una sonrisa boba en el rostro y suelto una risa absurda a nadie en particular, ¿Qué acaba de suceder? No tengo palabras para describir la noche, en lo único que puedo pensar, es en lo bien que besa Theo y lo bien que se siente besarlo y el hecho que de que ha declarado estar atraído por mí.
****
Theodore Altenberg, yo te adoro...
¿Que les pareció el capítulo? Ya era hora de que se besaran ¿no creen? No había tenido oportunidad de escribirlo, así que perdonen la demora pero creo que les doy lo necesario con este capítulo, les juro que la personalidad de estos dos personajes me encanta, es todo un reto para mi escribirla porque intento que todo lo que pasa en mi cabeza sea bien plasmado, no es una excusa pero por eso también tardo a veces en publicar.
Por otro lado ¿Que tal les va? ¿Ya salieron de vacaciones? Yo salgo el viernes de vacaciones por semana santa, espero que ustedes tambien tengan vacaciones y las disfruten!
Pregunta importante: ¿Tienen algun actor al que consideren que se parece a Theo? Quizás yo les comparte a uno más adelante pero quiero saber si ustedes tienen a uno en mente🤔
Ya saben que pueden seguirme en instagram si quieren, me encuentran como "andreabonnelll" ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top