Un día especial

Alexander

— ¡¿Alexander que le viste el trasero a una mujer desnuda?! —

Alexander abrió los ojos en cuánto escuchó aquella voz femenina llena de coraje, ni siquiera tuvo tiempo de ocultar su desnudez porqué Vanessa abrió de inmediato la ducha, con las mejillas sonrojadas al verlo completamente desnudo.  Alexander sonrió de lado y se paso pasamos por el cabello soltando un par de gotas de agua sobre la blusa de esa doctora, haciéndola sonrojar más aún, se puso las manos en la cintura y le sonrió con perversión.

— ¿Quieres bañarte conmigo, bonita? —

Vanessa entrecerro los ojos enojada al mismo tiempo que niega con la cabeza.

— ¿Creés que no estoy acostumbrada a ver gente desnuda? Aparte de ti, también tengo que ver a mis pacientes — Vanessa se recargó en la puerta de vidrio sin pudor al verlo desnudo cómo toda una doctora acostumbrada a ver cuerpos desnudos, más él del rey — Escuché como tus asesores hablaban de esa mujer de una mujer que te enseñó el trasero y tú como un caballero hiciste que la llevarán hasta su casa ¡¿Porqué?! —

Alexander soltó una carcajada y sin previo aviso la tomó de la cintura haciéndola entrar junto con él en la ducha arruinando su look del día. Puso sus manos sobre su cintura mientras la acerca debajo del agua riéndose al escucharla molesta.

— ¡Alex! — Dijo temblando de frío — ¿Porqué fuiste tan amable con una desconocida? ¿Acaso fue porqué la viste desnuda? —

La tomó de las mejillas y la besó a la fuerza acercándose lo suficiente para que esa mujer pueda sentir lo mucho que la desea, personal final, la alejó un poco para que pueda respirar.

— No le vi el trasero a esa dama, solo le pedí que se cambiará de ropa e hice que la sacarán de ahí para poder hablar con mi primo

— Esa mujer caminó hasta hi desnuda y me estas diciendo que no la viste — Comentó dudosa mordiéndose el labio llena de frío. 

— Te aseguro que no la vi, cuando un mujeriego cambia, lo hace para siempre — Volvió a tomar a Vanessa de la barbilla para besar su cuello y hacerla temblar, no alejó sus labios de ahí hasta que la escuchó soltar un  suspiro — ¿Quieres que volvamos a usar el lugar prohibido? Por lo menos otra vez más, solo para que la cuarentena no sea tan larga —

Vanessa se puso de puntillas y le cubrió la boca para hacerlo callar.

— Shsh, los niños están en la habitación y ya sabes que ellos tienen buenos oídos — Vanessa retrocedió unos pasos y levantó sus manos para quitarse la blusa, arrojando lejos de ella su sosten con esa sonrisa coqueta que enloquece a todos los médicos — Pero tomando en cuenta que esta vez si cumpliste y fuiste bastante tierno, vamos a repetirlo, diablos si me gusto muchísimo —

Alexander sonrió ampliamente y dejó que Vanessa se arrojará a sus brazos llena de perversión. Además, nunca había disfrutado tanto de un baño, ahora si lo hace, más porqué Vanessa suelta suaves suspiros  por él movimiento de sus caderas, pero se detuvo de repente y Vanessa abrió los ojos asustada cuándo escuchó las voces de los asesores y los guardias junto a la puerta amenazado con abrirla porqué todos creen que al rey le pasó algo en el baño.

¡No, no esta muerto, solo está teniendo sexo!

Alexander detuvo sus movimientos en el interior de su esposa al escuchar como giran la perilla de la puerta tratando de entrar y lo último que quieran es que los encuentren en tal situación incómoda.

— ¡Ay no, no nos puede pasar esto, no otra vez! — Vanessa giró lentamente su rostro ya que no  puede moverse al estar pegada a la pared del baño — ¿Le pusiste seguro a la puerta? —

— Claro que si, además el ruido de la ducha cubre lo que estamos haciendo, claro mientras no lo hagamos fuerte o gritaras  —Vanessa lo golpeo en el hombro refunfulando molesta, pero lo único que hizo fue besarla en el cuello haciéndola reír — Ahora tenemos que terminar antes de que habrán la puerta o de la forma más caballeriza te digo que terminara con un dolor terrible sino termino —

Los dos entraron en ese mundo del placer con el movimiento de caderas, con besos apasionados y agarres desesperados tratando de descubrir la piel de sus cuerpos, pero dentro de esa desbordante  excitación fue inevitable no darse cuenta de la voz asustada de Helena junto a la puerta incitando a los guardias para abrir la puerta de inmediato.

— ¡Mi papi se está ahogando en el baño! Ya tiene mucho rato y hacía ruidos extraños, quizá se esta muriendo por el pastel de lodo que me hice — Dijo llena de llanto — ¡Ayuda! —

Vanessa se mordió el labio apenas dejando salir un suave suspiro al terminar y él, tuvo que pegarse a su cuello para ocultar su rostro y poder soltar ese gruñido que amenazaba con levantar las sospechas de los guardias.

— Esto nos pasa porqué asustas muchísimo a Helena, si le hicieras dicho que no te comiste ese pastel, ella no estaría asustada — Vanessa salio de la ducha y se acomodó la ropa de inmediato tratando de peinar su cabello como si con eso pudiera fingir que acaban de tener sexo — Escúchala, pobre muñeca, está llorando por ti y tú solo te diviertes asustandola, tú eres él primer hombre que le rompe él corazón con tus malas bromas —

¿Será verdad?

Eso lo motivó demasiado para de inmediato ponerse la ropa, lo último que quiere es romperle el corazón a Helena con sus bromas. Alexander besó la mejilla de eda doctora y tomó una gran respiración antes de abrir la puerta.

— ¡Papá! —

— Majestad creíamos que le habia sucedido algo, perdon por molestarlos — dijo uno de sus guardias.

Pero Alexander no dijo nada, solo tomó en brazos a Helena y fingió con una sonrisa el momento incómodos, porque todos se acaban de dar cuenta que no  estaba enfermo, sino que estaba en un momento íntimo con su esposa.

Despues de calmar los interminables llantos y reclamos de Helena, la dejó junto a sus hermanos y Alexander se alejó hasta el vestidor tratando de arreciar su camisa, pero no fue él quien cerró los botones, sino Vanessa poniéndose de puntillas para besar su piel antes de cerrar los botones.

— Pasare toda la tarde con los niños, los llevaré a ver los tesoros de la Corona — Dijo de repente, pero Vanessa negó rotundamente con la cabeza y aferró sus manos a su camisa.

— No,  está tarde los niños y yo iremos al cine, dejaré a los más pequeños y a Bella con mi madre y los demás nos iremos a ver unas magníficas películas — Vanessa sonrió de lado — ¿Adivina a qué niño no le gustan mucho estas películas? —

— A Andre — Contestó cómo si fuera obvio

— Así es y como él no quiere ir al cine y tampoco quiero dejarlo solo, llévalo contigo Alex, ten una tarde con Andre, creo que será divertido — Vanessa trató de hacerse más alta para darle un sonoro beso en la mejilla—  Está tarde pásala con él y ya mañana llevas a todos los niños, date cuenta de los especial que es Andre, y por favor no le rompas el corazón al decirle que no será médico —

Después de una nueva sesión de besos antes de que el chófer se los llevará hasta el cine, Alexander se deleitó con el. sabor de sus labios, podría haber sido mad divertido, sino porque los niños ya estaban enojados al pesar que perderían el estreno de la película, así que terminó alejándose del auto y no dejó de verlos hasta que se fueron del palacio, al regresar de nuevo ya sabía dónde estaba su hijo, por lo que no fue difícil encontrarlo en la biblioteca jugando con un par de libros.

— ¿Hey Andre quieres hacer algo divertido? — Le preguntó tomando asiento a su lado. Su hijo soltó un suspiro y dejó de ver ese libro de dibujos animados.

— ¿Me vas a llevar al cine? —

— No — Dijo feliz de saber que hay otro pequeño hombre en la familia que al igual que él, odia el cine.

— Entonces si quiero ir contigo papi — Contestó Andre lleno de alegría.

Alexander lo tomó en brazos para tomar rapidamente él auto que los espera fuera del palacio, lo sento a su lado mientras el chófer  espera que las personas se alejen del cancel principal del palacio para poder avanzar el auto, pero esos turistas se toman fotos afuera del palacio de Buckingham.

— ¡Mira a toda ese gente! — Dijo Andre con el rostro pegado a la ventana del auto — ¿Ellos vienen a verte a ti papá? —

— De hecho Andre, me gusta pensar que vienen a tomarse fotos con el palacio y no conmigo, esos turistas creen que es una buena postal para decir que estuvieron en Londres y es genial

Andre empañó el vidrio con su aliento y dibujó un par de caras chistosas, dibujos infantiles sobre sobre el carro del rey.

— Con mamá siempre hay mucha gente, pero no se toman fotos, están enfermos y cuando este grande yo voy a cuidarlos, así como mi mami —

Andre bajó la ventanilla del auto y Alexander se acercó a él para poder cuidarlo, están justo en el embotellamiento de Piccadilly Circus, el lugar con más vida de Londres y al ya casi ser navidad,  cae pequeñas bolitas blancas de nueve que llenan el rubio cabello de Andre, quien está alucinado por todo lo que ve a su alrededor.

Así fue hasta llegar al parlamento. Ese viejo edificio llenó de las personas más importantes de Londres. Al bajar del auto tomó de la mano a su hijo manteniéndolo cerca mientras caminan en medio de esos políticos ingleses.

Dejaron atrás el bullicio de las negociaciones y entraron a la paz de la oficina del rey, ese despacho con el suave olor a perfume y tazas de café de los asesores, Andre tomó asiento en sus piernas mientras hojea un par de documentos y cuándo una atrevida secretaria se inclinó hacía él para dejarle una copa de vino, sus senos casi se salieron de su blusa, fue un momento incómodo a lo que Alexander ya está acostumbrado, pero Andre no y cuándo por fin los dejaron solos, su hijo volteó a verlo.

— ¿Es verdad que mamá perdió un bebé por tú culpa? — Andre siguió hablando con sus mechones bajando por su frente y sus grandes ojos azules llenos de curiosidad— ¿No la querías?

Alexander frunció el ceño buscando cualquier excusa para no contestar a su pregunta pero el despacho está mortalmente callado y no están más que ellos dos y los ojos de Andre son muy curiosos logrando hacerlo sentir muy mal por su turbulento pasado.

— Yo siempre he querido mucho a tu mamá, pero la pérdida del bebé fue un terrible accidente del que aún me arrepiento —

Pero Andre siguió con sus preguntas curiosas poniéndolo en muchos aprietos.

— ¿Entonces porque dejaste que ese bebé se muriera? — Andre se recostó sobre su hombro cansado — Es que mami a veces llora cuándo ve a los bebés en el hospital y le dice a su amiga que tiene dudas de cómo habría sido su primer bebé ¿Tu dejaste a mi mami por otra mujer? —

Alexander paso saliva nervioso, nunca se había semblanteado el contarle a sus hijos el horrible pasado que tiene con su mamá, pero al final encontró las palabras perfectas.

— Bueno, si dejé a tu mamá, pero no porque no la quisiera, creo que en ese momento las circunstancias eran distintas, tú mamá aún seguía estudiando y yo era un príncipe rebelde y cuándo se es joven se cometen muchos errores, esa noche yo me equivoqué al dejar que tu mamá se fuera, pero eso no volverá a pasar jamás —

— ¿Entonces los reyes si se equivocan? — Preguntó con su dulce voz.

— Todo el tiempo Andre, no somos perfectos y no hay un manual que te enseñé a ser rey, es un trabajo muy difícil, aunque las recompensas sean magníficas
— Al levantarse tomó en brazos a ese niño rubio y salió con pasos decididos de su despacho — Vamos, te llevaré a ver un secreto, es el lugar más maravilloso de la Corona de Inglaterra —

Andre lo abrazó por el cuello y recargó su barbilla en su hombro, la seguridad en el parlamento es interminable, más en las zonas privadas, donde nadie aparte del rey puede entrar, pero al final, detrás de esas grandes puertas de metal está todo el tesoro de la Corona,  ese que se junto con guerras, conquistas y sobre todo traiciones entre familias.

Andre abrió los ojos maravillado por el resplandor del oro en cuanto entraron a la sala y al momento se bajó de sus brazos para correr y poder tocar con sus pequeñas manos esas cosas brillantes.

— ¿Papi puedo usar esto? — Le pregunto Andre con una dorada Corona entre las manos — Solo quiero tenerla un ratito, ¿Puedo comprartela? Tengo dos libras en mi osito —

Alexander soltó una carcajada, y miró con inocencia a su hijo, se acercó hasta él y movió su suave cabello rubio. Con dos libras jamás podría comprar una Corona cubierta de oro y joyas.

— Claro, pero no tienes que comprarme nada, hasta esas libras en dulces, está Corona te la regaló yo a ti — Alexander le puso la Corona sobre la cabeza a ese pequeño niño y se inclinó sobre él, tomándolo de la barbilla para verlo a los ojos — ¿Estás seguro de que te gustaría ser Rey? —

— ¡Si papi! Rey y doctor —

Alexander negó con la cabeza con una media sonrisa, es imposible quitarle esa idea a su hijo, al parecer lleva el alma de doctor en su sangre.

— Bueno, tus hermanos tienen más fuerza por la línea de sucesión y desde que nacieron han recibido clases sobre la monarquía con los mejores maestros de Inglaterra, ciertamente son los mejores y ambos serán buenos partidos para la Corona — Dijo con esa seguridad que nunca antes había tenido su voz— Pero yo te enseñaré a ti a ser un Rey —

Andre soltó una risa infantil con sus mejillas sonrojadas adornado su rostro cuándo la Corona bajó por su frente porqué aún le queda muy grande.

— ¿Y los reyes comen hamburguesas? — Dijo mostrando sus dientes de leche — Porqué ya tengo hambre y en eso podemos usar mi dinero, he trabajado con la abuela, yo tengo esté dinero para comprarte una hamburguesa papi —

— Ay Andre — Alexander estuvo a punto de darle un sermón para decirle que no son pobres, pero no quiere arruinar el momento — Los reyes comen lo que quieran

De nuevo el chófer los llevó a otro lugar, a esa restaurante de comida rápida, Alexander se recargó en el marco de la puerta con una sonrisa de lado mientras mira como Andre pide las hamburguesas, así como su mamá lo enseñó, lo vio abrir su osito y sacar un par de monedas y dos billetes y al momento ese niño regresó con el rostro horrorizado y los ojos llenos de lagrimas.

— ¿Papi si tienes un poco más de diner? La señora dice que no me alcanza con mis billetes y no puedo dejarle mi osito, perdón papá —

Alexander soltó una carcajada, Andre es muy inocente y quizá algo vergonzoso, por eso al llegar pidió que sacarán a toda la gente del local para que los atendieran a ellos dos, además, es claro que el dinero es lo que sobra, pero es bueno que Andre aún siga con llenó de horror porqué es muy gracioso.

— No, no tenemos mas dinero, tendré que dejarte para que trabajes aquí hasta que pagues las hamburguesas — Andre se horrorizó al momento Y Alexander lo tomó en brazos antes de que llore — Es broma Andre, claro que tenemos dinero, pide todo lo que quieras, está vez yo lo pagó —

Al salir del restaurante de comida rápido mientras Andre sube de nuevo al auto feliz con sus hamburguesas, Alexander tomó su celular y soltó un suspiró esperando que esa persona contente la llamada. Está más seguro que nunca, es ahora o nunca, le sonrió a Andre y se esperó unos segundos antes de entrar al auto hasta que esa persona contestó. 

— Hola William, tengo un trabajo para ti y no será fácil, de hecho creo que es un locura — Alexander tomó una respiración y acarició el cabello rubio de Andre — Quiero cambiar la línea de sucesión —

Nota de la autora

😬😬😬😬😬😬

¿Creen que Alexander logre cambiar la línea de sucesión?

Yo lo veo muy difícil, espero que si lo logre, pero sino, lo bueno ed que Andre tomará clases con el mejor maestro que es su papá.

¡Que comiencen los juegos del hambre!

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

¿A ver, díganme a qué niño de los trillizos les gustaría más para el trono?

🤣🥰😍🥰😍🥰😍🥰😍🥰

Y hablando de otras cosas, espero que se encuentren a un rey así como Alexander que también sea adorable con sus traseros. JAJAJAJAJAJAJAJA pobre Vane, mejor ya me voy antes de pervetiel@s

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