Sustos que NO dan gusto
Alexander
— ¿Majestad, de verdad no quiere ningun tipo de compañía para pasar la noche? —
Alexander frunció el ceño cuando aquel sirviente del hotel africano le hace esa pregunta todas las malditas noches, al parecer todo el mundo cree que él rey tiene todo el derecho a engañar a su esposa, pero no, quizá no sea así para todos los hombres, pero él de verdad cambió, no volverá a cometer un error que acabé con toda su vida, porque sabe que sí se vuelve a equivocar todo lo que él conoce como una familia se irá a la mierda y se quedará completamente sólo y el palacio de Buckingham es espantoso cuando no se escuchan las risas de sus hijos.
— No gracias, no quiero nada — contesto amablemente Alexander
— Tenemos hombres si gusta, muchos ingleses vienen a África a conocer la belleza masculina —
Alexander no pudo contener la risa, no es qué se esté burlando de aquel sirviente de pie junto a la puerta de su habitación, pero es que es la tontería más grande que le han dicho en toda su jodida vida.
¿Gay?
Alexander no está en contra de nada, pero definitivamente a él le encantan las mujeres, sobretodo porque ya tiene seis hijos y en especial porque una doctora no ha dejado de enviarle fotos desnuda desde su consultorio. Alexander soltó una carcajada y dejó de ver su celular para ver a ese sirviente.
— No quiero nada, ya vete —
Pero Alexander está tan feliz que no le importa llegar tarde a la cena de caballeros ingleses y menos le importa que a fuerzas quieran meterle a otra mujer entre los ojos, porque sólo hay una que lo hace sentir jodidamente bien.
Su querida chica pervertida
Tomó el celular con manos temblorosas mientras camina fuera de la habitación para tomar el elevador con sus guardias pisándole los zapatos, pero no puede evitar mirar esa grandiosa foto que le acaba de enviar Vanessa, le envía fotos tan subidas de nivel que cuando regresé a Londres tendrá que guardar muy bien las fotos para que los niños no vean a su mamá desnuda o en posiciones sexuales.
"Hasta el roce de mis bragas me recuerda a ti, Alexander"
Alexander se mordió el labio y tuvo que cubrir la pantalla de su celular en el elevador para que sus chismosos guardaespaldas no vean la candente foto que le acaba de enviar su esposa, porque vaya que Vanessa a estado muy caliente esto días, puede mandarle cientos de fotos de los niños haciendo travesuras en Buckingham, tan inocentes fotos de los niños sonriendo, de las gemelas gateando en pañal y de Bella durmiendo, pero también puede asustarlo y hacerlo sonrojar con las fotos atrevidas de esa mamá traviesa.
Alexander sonrio de lado y se sintió el jodido hombre más afortunado del maldito planeta al ver una foto de Vanessa mostrándole su entrepierna apenas cubierta por una pequeña braga roja, se siente dichoso al tener una mujer totalmente pervertida, incluso más que él.
Alexander guardó su celular, se acomodó el saco y dejó que sus sirvientes abrieran las puertas para salir a la gran fiesta. Estar de gira no es tan malo, quizá sean aburridas las charlas con políticos y presidentes, quizá tenga el rostro adolorido de sonreír, pero las fiestas nocturnas son lo mejor, sí, lo mejor si las pasa sin beber ni una sola gota de alcohol y sin que ninguna mujer se le acerque.
— Vamos hombre, tú cada vez te vuelves más aburrido — le dijo uno de sus amigos cuando tomó asiento a su lado con una chica morena sentada en sus piernas — Una linda chica morena, sexo rápido, sin niños, sin esposas aburridas, sexo descontrolado — Su amigo lo miró detalladamente — Debe ser aburrido tener sexo con la reina, ya sabes, quizá solo te casaste con tu esposa para tener herederos —
Alexander negó con la cabeza y casi se ahoga con su propia risa mientras mira a su alrededor y se da cuenta que es él único hombre que no tiene a ninguna mujer a su lado, pero prometió no volver a equivocarse y eso hará, no hará que Vanessa vuelva a sufrir por sus tonterías.
— Si, digamos que es bastante aburrido — Alexander sonrio de lado y se recargó en su asiento — Tan aburrido que ya tenemos seis hijos porqué somos unos aburridos —
¿Vanessa aburrida?
Para nada, pero no tiene que darle detalles a otros hombres de lo que hace Vanessa, un caballero no tiene memoria, pero su querida Vane no es nada aburrida, hasta resulta ser sorprendente que después de pasar su día corriendo en los pasillos para ser la reina, y con su rostro preocupado mientras piensa en sus cirugías, mientras atiende todos los lloriqueos de los niños, es sorprendente que aún tenga tiempo para él, porque Vanessa podrá parecer la reina perfecta con una sonrisa gentil y hasta tímida, pero eso es afuera, dentro de su habitación es como un demonio sexual.
En algún momento Alexander pensó que después del matrimonio el sexo se volvía aburrido, pero no fue así, menos cuando Vanessa lo levanta a media noche para tener sexo, cuando lo besa en el cuello y baja poco a poco con una sonrisa divertida para complacer al pequeño Alex y lo hace muy bien porque tiene una boca espectacular.
Quien diría que detrás de esa reina de Inglaterra hay una mujer a la que le gusta que le den nalgadas durante el sexo y la aten a la cama.
No le importa que por culpa de su rubia chica todos crean que es un pervertido, hasta su suegra cree que es un loco que pervierte a su inocente hija, pero es difícil explicarle a su suegra que tiene una condenada hija tan caliente y que él tiene un pequeño Alex dispuesto a cooperar, que los dos son unos pervertidos.
Alexander sonrió llenó de felicidad y sos ojos azules brillaron sólo de pensar en volver a ver a su doctora pervertida, a la cual le dará el mejor regalo del día de las madre, claro que sí, será épico.
— Ya te perdimos por completo Alexander, está noche presenciamos el final del hombre más mujeriego de Londres, querido amigo, ya eres otro soldado caído — Su amigo lo palmeo en el hombro — Te enamoraste de esa mujer, querido rey —
Alexander estuvo a punto de contestar pero el sonido de la televisión los interrumpió a todos por completo, la música se detuvo, y los meseros dejaron de servir copas de vino porque todos están mirando las noticias. Alexander miró el rostro preocupado de todos, pero no se dio cuenta de lo que sucedía hasta que su amigo le tocó el hombro.
— ¿Ése no es el hospital donde trabaja tú esposa? —
Alexander miró de inmediato el televisor y por un momento perdió la noción del tiempo, dejó de escuchar a todos y sólo fijó la vista en las imágenes.
— ¡Si, en ese hospital trabaja mi esposa! — Alexander se pasó las manos por el cabello al ver imágenes del hospital en Londres, policías acordonado y gente llorando — ¡¿Que demonios pasó en Londres?! —
Su amigo se quitó a aquella chica morena de las piernas y lo miró con los ojos completamente preocupados, todo el maldito mundo en esta fiesta tiene la mirada así.
— Están todos muertos —
— ¿Que? — preguntó Alexander casi en burla — Eso debe ser broma —
Pero su amigo negó con la cabeza.
— Todos en el hospital están muertos, los pacientes, las enfermeras y los...los médicos —
Alexander se pasó las manos por el cabello y soltó una risa nerviosa, no necesita preocuparse porque él dejó órdenes explícitas de que no dejarán entrar a Vanessa en el hospital, no con la cuarentena y no cuando Bella está pequeña y delicada. No quiere preocuparse, no quiere pensar en cosas malas, de inmediato tomó su celular y llamó a Vanessa, pero nadie contestó, pero eso no lo hizo sentir peor, porque en cuanto vio las imágenes en la televisión, su corazón se detuvo por completo.
La gente deja flores y velas afuera del palacio de Buckingham como si alguien hubiera muerto, pero eso no puede ser posible menos cuando Vanessa no podía entrar a ese condenado hospital, pero sus esperanzas se acabaron por completo cuando sus asesores lo esperan de pie junto a la puerta de salida con sus rostro totalmente serios e inexpresivos.
— ¡¿Que demonios está pasando en Londres?! — les dijo Alexander en cuanto se acercó a sus asesores — ¡¿Porque hay un auto esperándome?!
Alexander caminó de un lado a otro mientras guardan sus cosas en el maletero del auto para llevarlo de nuevo al aeropuerto, por su mente pasaron miles de cosas, pero sus hijos le preocupan demasiado, más al saber que el pequeño Andre siempre acompaña a Vanessa al hospital, porque tiene el sueño patético de ser doctor.
¿Y si los dos están muertos?
Alexander cerró los ojos lleno de desesperación, está condenadamente preocupado porque Vanessa no contesta ninguna de sus llamadas, pero cuando la fría voz del asesor lo sacó de su sueño perfecto, Alexander se derrumbó por completo.
— Su gira se canceló Alteza, tiene que regresar de inmediato a Londres — Los asesores se miraron entre ellos con ojos nervioso, quizá ninguno se anima a darle la mala noticia — Lo siento mucho majestad, pero creemos que la reina murió en el atentado al hospital
Alexander abrió los ojos llenos de asombro y de inmediato se subió al auto contanto los minutos para estar de nuevo en Londres, mientras intenta llamar y llamar al celular de Vanessa, porque ella tiene que contestarle, tiene que decirle que esta bien. No puede dejarlo solo con seis niños y no puede dejarlo ahora que la adora con desesperación, esto tiene que ser un malentendido, pero eso lo descubrirá cuando a llegue a Londres.
Porque sin duda hay sustos que No han gustó...
Nota de la autora.
Vaya, vaya, capitulo inesperado...
😜☺️😜☺️😜☺️😜
Espero que les guste esté capitulo y más porque el pobre Alexander tiene un ataque de nervios solo de pensar que su amada chica podría estar muerta y sin duda mil veces peor porque el pequeño Andre siempre está con su mamá en el hospital.
Quizá los dos están muertos.
O quizá solo es un malentendido 😜😜😜 ya saben, aquí en México hay una frase que dice:
"No estaba muerto, andaba de parranda"
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