Sexting Romantico
Vanessa
— Dios cariño, no se como tienes tantos hijos, todos mis nietos son preciosos, pero tu eres rara hija — Vanessa escuchó la voz de su madre mientras amamanta a su bebé — Tienes tan mal carácter que creí que te quedarías sola y con mucho gatos —
Vanessa soltó un risa graciosa al sentir la boquita de Bella haciendo cosquillas en su pezon y a las gemelas peleando por bajar su blusa para adueñarse del otro seno, sus dos bebés preciosas se pelean entre ellas para ver quien puede tener el seno de mamá, pero lo que la hizo reír tan fuerte, así hasta que sus ojos se llenaron de lagrimas de la risa, no fue que las gemelas o Bella refunfuñan molestan por sus senos, sino que su madre dejó de batir los ingredientes del pastel para verla.
— ¡Mamá por dios! — Vanessa miró con diversión a su madre — Sabes que odio los gatos y no tengo mal humor —
Christian dejó de echarle ingredientes al batido de su abuela y levantó sus pequeños ojos para verla. Tiene la cara llena de chocolate y parece un niño de la calle, antes que un heredero al trono, pero se ve jodidamente lindo, el y sus demás hijos se ven preciosos actuando como niños normales, llenos de chocolate, Vanessa les ha tomado tantas fotos que jamás se cansará de tener su celular llenó de cosas divertidas de sus bebés.
— Mami si tienes mal humor — Vanessa soltó una carcajada al ver el bigote de chocolate de su hijo — Siempre te enojas y nos dejas el trasero rojo con tus zapatillas o nos persigues por el palacio para pegarnos con tu zapato —
— Mi nieto tiene razón, tu carácter ed tan feo que antes dejabas a los hombres llorando por ti — Su madre volvió a batir el contenido para el pastel mientras los trillizos la ayudan — Eras tan mala que tú karma fue encontrarte a un hombre que te hizo llorar a mares
Vanessa puso a Bella sobre su pecho para pegarle suavemente en su espalda y sacarle el aire, pero las gemelas hicieron pucheros y sus grandes ojos se llenaron de lagrimas, trato de calmar a sus hijas mientras frunce el ceño y mira a su madre.
— Alex no me hizo llorar — contraatacó
— Claro que si — Su madre sonrio con burla y hablo en voz baja para que los niños no escucharán nada — Supongo que estas enamorada de lo que el rey tiene entre las piernas, porque vaya que lloraste demasido por él —
Vanessa se sonrojo por completo solo de recordar las noches que se pasaba llorando por su querido rey, ese hombre que al recordarlo parece extraño para ella, la hizo sufrir tanto que es mucho mejor esté Alex nuevo y romantico. A Vanessa le hubiera gustado estar en Buckingham, pero su madre a veces tiene días melancólicos donde quiere a todos sus hijos de nuevo en casa, sin importar que sea la reina. Así que Vanessa y sus hijos tendrán una agradable cena en casa de su madre, quizá eso les ayude a olvidar que al llegar de nuevo al palacio la soledad de su habitación la hará sentirse mal, porque cierto rey atractivo está muy lejos de ella.
— Mi mami siempre le dice a mi papi lo mucho que le gusta su pequeño Alex — Vanessa abrió mucho los ojos, esperando que su hija de nuevo la ponga en vergüenza, esa niña llegando al palacio tendrá el trasero rojo de nuevo — Siempre le dice, Alexander le puedo dar un beso al pequeño Alex —
Vanessa se puso tan roja como un tomate que está segura que todos sus hijos, hasta las gemelas se burlaron de ella.
— Yo no digo eso Helena — Pero la infantil risa de las gemelas le confirmo que sus hijos no le creen nada.
— Si lo dices, mis hermanos y yo siempre los espiamos — Helena sonrió mostrando sus dientes de leche — Pero no importa mami, nosotros te queremos muchísimo aún cuando tú quieras más al pequeño Alex —
Vanessa caminó por la cocina y tomó el pequeño cuerpo de su hija, aquella rubia heredera al trono y le hizo un par de cosquillas hasta escucharla soltar unas carcajadas infantiles. Puede ser una pequeño demonio que la hace enojar a cada rato y que al ser tan pequeña dice cosas sin saber y que su inocencia no la deja ver más allá, pero es su pequeña bebé, suya, tiene su misma sangre, su piel y ella la hizo, Vanessa sabe que muy en el fondo Helena es angelical, pero al crecer junto con dos hermanos tuvo que hacerse de un carácter fuerte, porque si sus hermanos juegan a luchar, ella los noquea que los dos
— Tú eres una pequeña princesita muy traviesa — Vanessa llenó a su hija de besos en la mejilla — Ya sabes que no puedes espiar a tus papás detrás de la puerta —
Helena se abrazó a su pecho sin importar que las gemelas refunfuñan molestas y Bella de seguro de esta asfixiando por el abrazo de su hermana. Helena pegó sus mejillas a su pecho y soltó un infantil suspiró.
— Ya se que no puedo espiarlos mami, pero si los molestó, al final que me dejarán dormir con ustedes —
— Pero siempre duermes con nosotros Helena, solobtocas la puerta y entras a la habitación arrastrado tu osito para refugiarte en la cama y separarme de tu papá, haces eso todos los días, no necesitas despiertos pequeña diablilla — Vanessa beso de nuevo a su hija, te costo a Bella en su portabebé y dejo a las gemelas junto a su abuela para que se hagan más gorditas comiendo chocolate. Vanessa tomó su celular y sonrió de lado antes de alejarse de la cocina — Helena cuida a tus hermanos y niños, no vuelvan más loca a su abuela —
Vanessa salió de la cocina mirando a todos lados, volver a la casa de su madre no es tan agradable, se siente como una adolescente buscando un lugar perfecto para tener un encuentro íntimo con su chico, si estuviera en el palacio tendría miles se lugares paga esconderse, pero en la casa de su madre tiene que buscar un lugar perfecto porque su cita con él doctor Alex esta por comenzar.
Se escondió en su antiguo cuarto, aquel donde su madre guarda cosas infantiles de sus nietos, Vanessa tomó asiento en el escritorio y abrio su laptop llena de emoción mietras espera a que ese guapo doctor le comience a recetar una buena medicina, sí, pastillas con sabor a sexo.
Porque vaya que estos días se ha sentido mal, quizá sean las hormonas o el estrés de ser mamá, pero en las noches siempre se despierta con dolores en la entrepierna y aunque no le gusta usarlo, siempre tiene que usar esas bragas con vibrador que la hacen sentir jodidamente bien, aunque pensándolo bien, quizá Vanessa sea una completa pervertida.
Su querido Alexander le hace muchísima falta.
Definitivamente se esta volviendo loca por la abstinencia.
— No serás puntual para otras cosas pero para tus citas estas completamente a tiempo para ver a tu doctor — Alexader se burló se ella mientras firma un par de papeles a sus asesores y deja que algunos sugieres lo ayuden a vestirlo — Hola cariño —
Vanessa definitivamenete se siente como una lolita viendo a su guapo sugar daddy, no es que quiera ser una pervertida pero esta segura que hasta se le cayo la baba al ver a Alexander, parace que lo tuviera delante de ella, pero solo puede verlo a través de una computadora, Alexander luce resplandeciente, lleva puesta su camisa blanca que resalta los músculos de sus brazos, su cabello rubio bara por su frente y Vanessa no puede despegar la mirada de sus manos mientras lo mira abonarse la camisa para cubrir ese magnífico pecho. Definitivamente ya está loca, no es que quiera hacerlo pero el dolor en esa zona es demasido intenso, Vanessa abrió sus piernas y levantó su vestido poco a poco, imaginando que Alexander es quien masajea su entrepierna.
Soltó un suspiro emocionada, necesita que la consulte rápidamente o sus bragas no servirán para la cena, necesita que ese guapo doctor la cure de sus males.
— Alex...— dijo Vanessa con todo el amor que pudo, mientras se recarga en la silla y lo mira con los ojos llenos de deseo porque su mano la está haciendo muy feliz — ¿Vas a salir? No sé, pero yo creo que cada día te ves jodidamente más bueno —
Alexander sonrió mientras trata de disimular que sus asesores no escucharon la voz deseosa de su esposa
— Si Vane, voy a salir a una cena de empresarios, ya sabes lujos, dinero y cosas aburridas — Alexander la miró de reojo, quizá a Vanessa se le nota demasiado lo deseosa que esta, se seguro se muerde el labio para no soltar un gemido y sus mejillas están sonrojadas — Pero tu y yo tenemos una cita que terminar, me enviaste fotos sexis duranete toda la tarde, es obvio que tendrás una consulta —
— Pero te vas a ir Alexander, tus asesores están ahí y estos en casa de mi madre, claro que quiero hacer sexting romantico, pero no podemos — Vanessa Vanessa abrio los ojos y se acerco a la pantalla tratando de no saborearse, pero sin querer su vista viajo hasta ese bulto en el pantalón el cual se lleva imaginando todo estos días— Alex... eso que se te nota en el pantalón ¿Es tú...? Definitivamente esta más grande —
Alexander soltó una carcajada y la miro lleno de confusión y cierta vergüenza porque sus mejillas se pusieron rojas. Ah, el pobre mujeriego se sonrojo.
— ¿Estas bien Vanessa? ¿Estas drogada? — Alexander se pasó las manos por el cabello y la observo detalladamente — Tienes una mirada, no se ¿Rara? No has dejado de verme con perversión, como si fuera un muñeco sexual —
Vanessa sonrio con perversión, claro que esta rara, sus bragas están demasiado mojadas, los tirantes de su vestido bajan por sus hombros, sus ojos son felinos mientras observa a ese hombre que la está haciendo suspirar y por el cual sus manos se pueden con rapidez en su entrepierna, pero Alexander luce como un inocente mujeriego en medio de sus asesores, como si no fuera un pervertido y como si ella fuera la única loca sexual.
— Bájate el pantalón Alexander —
— ¡¿Que?! — pregunto Alexander llenó de risa y burla — No voy a bajarme el pantalón, tengo que irme en este momento, soy el rey, no puedo ir con un bulto en el pantalón —
— Bájate el pantalón Alexander — Vanessa se medio los labios llena de deseo — Quiero ver si el pequeño Alex sigue igual de bonito —
Alexander la miró una ultima vez con seriedad y sonrió de lado lleno de diversión antes de indicarle a todos sus asesores que salieran de la habitación. Vanessa casi suelta un gemido de placer solo con verlo desabrochar su pantalón.
— ¡Joder Vanessa! Por tu culpa todo el mundo cree que yo soy el pervertido, pero siempre eres tu la que me sonsaca para hacer locura. Alex tenemos sexo en la cocina, Alex probamos esta posición, tu eres la pervertida en esta relación y yo como un buen caballero no puedo negarme a tus locuras — Alexander soltó una carcajada lleno de burla, es demasiado notable sus mejillas sonrojadas de vergüenza mientras dejo que Vanessa vea al pequeño Alex — ¿Que piensa doctora?
Vanessa se acercó a la pantalla para ver a ese rosado y precioso Alex pequeño
— Creo que esta más grande Alexander y sin duda más ancho — Vanessa saco su lado más pervertido, esta segura que se ve como una diosa del sexo diciendo cosas sucias a un avergonzado Alexander — Se ve jodidamente delicioso Alex ¿Seguro que no quieres que vaya a visitarte unos días? A mi me encantaría —
Alexander soltó una carcajada lleno de asombro.
— ¡Joder, claro que quiero que vengas! Digamos que la abstinencia no es buena y menos cuando tengo que ducharme con agua fría a mitad de la noche — Alexander esta rojisimo de las mejillas, se ve lindísimo al lado de su pervertida esposa. Pero ese chico que ahora luce avergonzado porque tiene su miembro afuera, es un pervertido — Te extraño muchísimo, amor —
¿Amor?
Vanessa casi llora al escuchar como la llamó. ¡Amor! Está completamente enamorada mientras mira a su pequeño Alex y a ese rey que la vuelve loca de amor. Esta tan absorta entre el deseo y el romanticismo que se bajo el sostén de encaje para dejar libres aness par de senos que no pueden estar ocultos más tiempo, pero casi de inmediato tuvo que cubrirlo con un peluche rosado porque la puerta de su habitación se abrió al momento.
— ¡Tus hijos destruyeron mi cocina! Son mis nietos, los quiero, peor son unos demonios, llenaron a las gemelas de chocolate — Su madre entró echado humo de los oídos, totalmente enojada — ¡Y le llenaron de chocolate el rostro de Bella! ¡A tú bebé de meses! —
Vanessa no pensó más que en cubrirse los senos, esperado que él pobre de Alexander se esté arreglando el pantalon y no tenga el pequeño Alex a la vista.
— ¿Que estás haciendo Vanessa? ¿Estás haciendo tus cochinadas otra vez? —
— No mamá, me estaba sacando leche del pecho — Dijo Vanessa en un hilillo de voz — Estaba preparando un biberón para la gemelas —
Su madre se puso las manos en la cintura y en cuanto vio el sostén en el piso, se lo arrojó al rostro con furia.
— Si, pues si no fuera porque tú esposo se esta arrglendo el pantalón te creería — Su madre se acercó al escritorio y tomó la computadora para fulminar a un muy avergonzado Alexander — Usted rey deje de pervertir a mi hija, por su culpa es una cochina, así que guarde sus perversiones para cuando estén solos o la próxima vez que esté de nuevo en Inglaterra lo voy a castrar, ¿Me entiende? Mi hija podrá ser su esposas, pero no voy a dejar que le deje la mente cochina y pervertida —
Vanessa apenas tuvo tiempo de despedirse de Alexander, por que su madre cerró la laptop con furia
— Y tú Vanessa ponte el sostén y baja para limpiar mi cocina que tus hijos llenaron de chocolate, después tendremos una jodida cena normal como una linda familia —
Nota de la autora.
Dios, jajaja hoy es un capítulo inesperado y muy especial para mi, quiero decirles que gracias a la editorial EditorialGaleAlfaro y kenyaG24 porque gracias a ellos tengo un precioso Booktrailer de Un Príncipe Americano, el cual mostraré en el siguiente capitulo.
☺️☺️☺️🙈☺️
¿Que les pareció el capítulo del día de hoy?
Yo creo que Vanessa extraña demasiado a Alexander, jajaja ya hace falta que regrese a Londres.
¿Alguna vez su mamá los encontró en situaciones vergonzosas?
A mi si y aún es algo que recuerdo y me muero de vergüenza.
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