Probemos el lugar prohibido

Alexander

— ¡Ay no! Otra vez mi papi tiene sus ideas raras — Helena se escondió detrás de su mamá con su pequeño rostro asustado, habló en voz baja, tan bajó que todo el maldito mundo pudo escucharla — ¿Mami, podemos irnos de aquí? La casa de papi me está dando miedo, se parece mucho a los cuentos de terror que nos dice antes de dormir  ¿Y si sale un lobo y nos come? —

Alexander rodó los ojos de forma sarcastica, claro que sus cuentos no son malos, son divertidos, lo hacen reír al ver las caras llenas de terror de sus hijos y siempre tiene una mala historia para contar, viven en él palacio de Buckingham, en él día es una lugar hermoso llenó de luces y oro, pero por las noches es un lugar perfecto para contar cuentos como él de la princesa sin cabeza que se comerá a los niños que molestan a sus papás, claro que Alexander se burla de sus hijos cada noche que los mira con sus grandes ojos azules llenos de miedo y sus labios temblorosos, pero suelta más carcajadas cuendo a medianoche los escucha corriendo por el pasillo del palacio para llegar a refugiarse con su mamá. Alexander no puede evitar contar sus fabulosas historias.

¿Eso hacen los buenos papas, no? 

Alexander sacó de la cochecito de bebés a sus adorables gemelas, se ven preciosas en sus vestidos florales y con sus mejillas rojas por el sol abrasador de Monaco, ellas y sus fuertes y apuestos hijos parecen felices de estar en Monaco, con esa casa entre las colinas que a simple vista parece aterradora por estar escondida entre los árboles pero qué al entrar se descubre un paraíso por completo, lo bueno es que sus cuatro hijos estan felices de las ideas locas de su papá, bueno y Bella tambien, pero ella es demasiado pequeña y esta dormida en su cochecito, ajena a las locuras de su papá, pero ese par de mujeres con el rostro horrorizado mientras miran la casa definitivamente no son seguidoras de sus ideas romanticas de pasar una semana divertida en Monaco disfrutando de la playa.

A veces Alexander se pregunta si de verdad es un buen padre ¿Acaso no hace todo lo posible para que esten felices? Claro que le gustaría ser más romantico, pero tuvo una infancia algo difícil y jamás tuvo el amor de sus padres, no como Vanessa porque ella tuvo una infancia soñada, quiza sin dinero y viviendo en una pequeña casa, pero Alexander tenía un palacio para él sólo, todo él dinero del mundo, todos los juguetes que un niño podría pedir y estaba completamente sólo, abandonado en un frío y solitario palacio.

Cuando era un niño se sentaba en el alfeizar de la ventana de su habitacion y se imaginaba otra vida, una donde no fuera el heredero a la Corona y donde pudiera tener una familia, ahora que tiene a su propia familia no quiere que sus hijos se sientan así, quiza no es el mejor papá y casi todos los días es muy frío con esos niños y con esa doctora que lo hacen feliz, pero ser papá no es facil y no hay un manual que le enseñé como criar a sus hijos, de lo que esta seguro es que sus cuentos de terror son incluso mas divertidos que los ridículos cuentos de princesas 

— Nos gusto mucho la casa Alexander — Vanessa sonrió ampliamente y comenzó a caminar hasta la entrada principal de la casa, él aire mueve su cabello rubio y Alexander tiene que estar detras de ella para que los guardias no vean como el aire levanta el vestido de su esposa — Estoy segura de qué pasaremos unos buenos dias en la playa —  

Pero Helena tomó la mano a su mamá para no dejarla entrar, esa niña rubia qué es su adorable demonio 

— Eso no es cierto mami, dile a papi que su casa es horrible, dile que nos regresemos a casa —

Vanessa le cubrio la boca a Helena y negó con la cabeza divertida, Alexander lo unido que quiere es ser más romántico y amoroso, no aterrorizar más a Vanessa y a su hija, pero es un efecto colateral de ser él rey y tener pésimas ideas, así que caminó y tomó en brazos a Helena para calmar su miedo. 

— Papi veníamos a la playa no a que nos coman los lobos o las princesa sin cabeza nos persiga —

Alexander soltó una carcajada y entró en esa casa que hace años no visitaba, desde que dejó atrás su pasado como él mujeriego de Londres jamas había regresado a ésta casa, había escondido sus perversiones sexuales para olvidarlas para siempre, pero esta gran casa tiene la mejor vista a la playa, es un lugar excepcional que sus hijos tambien tienen derecho a disfrutar, pero sus pequeños y adorables retoños no tiene que darse cuenta de las orgías que su papá celebraba en este lugar, por eso la casa esta esondida en la colina, porque de esa menera los periodistas no podian interrumpir sus grandes fiestas de derroche de dinero y vino.

Alexander sonrió al caminar hasta la sala  de estar y dejar a su hija en el piso para que Helena saliera corriendo a ver el mar desde los grandes ventanales, antes llegaba con dos mujeres semidesnudas a su lado, ahora llegó con las dos gemelas aferradas a su camisa para acercarlas a ver el mar a los lejos, cuando era un joven loco esta casa estaría llena de amigo listos para celebrar una lujosa fiesta, ahora los niños corren por todo el lugar con el rostro emocionado al ver el mar, sabe que sus ideas pueden ser terribles pero siempre tiene algo bueno

— ¿Nos trajiste a tu casa de ex mujeriego? — Alexander se volteó de inmediato al escuchar la voz de Vanessa, su querida doctora a tenido tantos cambios de humor estos dias que de la tristeza pasa al coraje y de nuevo a la felicidad en menos de un minuto, pero ahora esta furiosa mientras sostiene un par de bragas que arrojó sobre su pecho — ¡¿Porqué demonios hay unas bragras en está casa?! —

Alexander se maldijo por lo bajo, hasta el rey tiene mala suerte, le dijo a los de limpieza que tenian que dejar resplandeciente la casa, perfecta, sin nada que revelara su antigua vida y ahora un mayordomo llegó corriendo para tirar esas bragas a la basura 

— Vamos Vane, esas bragas son muy viejas, tengo años sin venir a esta casa — Alexander sonrió mientras acaricia la mejillas de Vanessa, él no necesita ver unas pruebas o estudios de embrazado para saber que su querida chica tendra mal humor por nueve meses, aun no es seguro y puede que solo esté estresada por lo del hospital, pero esta seguro que esa menopausia que llegará en nueve meses, tambien lo volvera loco —  Pensé en vender esta casa para que tú jamas te enterarás de esto, pero es un buen lugar y Monaco tiene una playa genial, aquí podría llevarlos de paseo en yate y todo lo que quieras hacer, sólo no me preguntes que hacía aquí porque estoy seguro que te pondras furiosa —

Vanessa lo fulminó con la mirada y se arrojó sobre su pecho para esconder su cara dentro de su camisa, casi igual a las gemelas, con razon sus niñas son tan celosas, porqué son identicas a Vanessa.

— ¿No me vas a engañar nunca, verdad? —

— Jamas — Alexander la tomó de la barbilla, tiene las mejillas tan rosadas que no sabe si es por él sol o porqué está a punto de llorar, en fin, las menopáusicas y sus hormonas locas — No creo que pueda conseguir a otra Vanessa que tenga perversiones cada noche, que le de besos al pequeño Alex y que se suba el vestido pata tener sexo en cada lugar — Vanessa lo miró con los ojos llenos de diversion — Casi lo olvidó, jamás podría encontrar a otra chica que se embarace casi con sólo verla o sólo con él siemple roce de la cabeza del pequeño Ale...—

Vanessa se puso tan roja de la cara que que se puso de puntillas y le cubrió la boca para no dejar que siga hablando 

— Callate Alexander, no cuentes nuetras intimidades en la cama —

En cuanto los niños se arrojaron a la piscina para mojarse antes de bajar a la playa y cuando se vieron solos en la sala y con las gemelas divertidas jugando en el piso junto a Bella, tomó de la cintura a Vanessa y la acercó demasiado a él, para que sienta que el pequeño Alex la necesita todo el tiempo, que sepa que sino fuera por los niños todas sus noches serían como un motel, que pasaría los días tratando de dejarla con las piernas temblorosas y las mejillas rojas de plecer, pero Vanessa se alejó divertida con los ojos llenos de verguenza y se alejo mientras se acomoda el vestido. 

— ¡Alexander! —

— Amor, tú ya saber que me gustaría ponerte en cuatro todos los dias pero no quieres esa posiscion — Vanessa se puso tan roja porque esas palabras tambien las escucharon los sirvientes,  Alexander caminó hasta ella y la beso para calmar esos nervios que invanden a Vanessa — Ve a la habitacion, ponte tu mejor bikini y luce ese sexy tatuaje que te hiciste con mi nombre en el trasero, quiero que todo el maldito mundo se enteré que él unico que puede ponerte en cuatro, claro cuando aceptes, soy yo —

Alexander se carcajeo de Vanessa hasta que su estomago dolio y hasta que sus risas despertaron a su pequeña Bella y tuvo que ir en refugio de su adorada bebé, pero Alexander no pudo borrar esa sonrisa de su rostro menos cuando los sirvientes lo miran como si todos los días avergonzara así a Vanessa. 

¿Acaso no puede ser un pervertido con su esposa? 

Alexander podra ser todo lo que quieran, pero tres cosas son fundamentales para él, la primera ser él mejor rey que Inglaterra ha tenido, la segunda siempre ser un buen amante en la cama y la prueba es que Vanessa no podía caminar y la tecera es ser un exelente papá, no todo el tiempo tiene que ser él rey, tambien puede ser un simple hombre que necesita momento con su familia, jamás se había sentido tan contento hasta hoy al ver como sus trillizos se tiran a la piscina y al ver los rostros de horror de las gemelas cuando intenta meterlas al agua, sabe que este viaje sirvió demasiado, no solo para alejarlos del palacio y para que los niños y sobretodo Vanessa se olviden de la tristeza que invade Londres, sino porque el agua y el sol le estan sirviendo a su pequeña Bella, su hija es demasiado enfermiza, es tan pequeñita que parece una muñeca en el pecho de su mamá, pero ahora mientras escucha los gritos de sus hermanos, sus ojos estan abiertos completamente y Alexander pudo admirar que esa bebé que siempre esta dormida es bellísima, igual a su mamá. 

— Vamos Alex deja de verme así  — Vanessa tomó asiento junto a él en la piscina mientras disfrutan del sol y de la gran vista a la playa — Ahora todo el mundo se dará cuenta que quieres tener sexo —

Alexander soltó una carcajada, jamás podría pensar en tener sexo cuando esta abrazando a sus tres pequeñas bebés, pero eso no lo sabe Vanessa y verla llena de vergüenza es tremendamente divertido. Pasó la mirada lentamento por toda su piel desnuda, desde esas piernas que le encanta sentir aferradas a su cintura, esa cadera dibujada con un par de tatuajes de la cual le gusta aferrarse para hacer que Vanessa se vuelva loca de placer, esos firmes pechos y sobre todos esos labios rojos que no puede parar de probar, Alexander no quería arruinar el momento divertido de los niños mientras ven a sus papás besandose otras vez, pero es imposible detenerse, es él momento perfecto para tener un beso romantico bajó él sol de la playa, con el aire de la playa tocando sus rostros, apenas los separan unos escasos centimetros y lo unico que quiere es juntar sus labios con los de Vanessa... pero un par de flashes de camaras los interrumpió por completo y esos malditos camarógrafos le recordaron que él rey y la reina estaban a punto de tener un momento íntimo delante de las camaras. 

La furia lo inundo por dentro y quizo matar a esos miserables camarografos que no lo dejan estar con su familia en paz, sabe que Vanessa se dio cuenta de su enojo repentino porque las venas de sus brazos se saltaron y sus ojos azules se llenaron de coraje, esa misma ira que lo impulso a tomar a Vanessa de las mejillas y besarla apasionadamente delante de todas esas camaras muy conciente de qué ese beso entre los reyes sera la portada de cientos de revistas. 

— Alex... — le dijo Vanessa entre el beso — Tus asesores se pondran furiosos —

— Qué lo hagan — Alexander se alejó poco a poco de esos labios suaves— No me importa lo que piensen los demas, no puedo seguir ocultando que tengo una vida sólo para ser un rey perfecto y seguir unas tontas leyes de la monarquia —

Vanessa fruncio el ceño y se cubrió los tatuajes con él pequeño cuerpo de Bella 

— Besarnos no esta mal, pero nadie en Londres conoce de mis tatuajes — Las mejillas de Vanessa se pusieron rojas otra vez por el llanto, esa menopausia chiquita la va a matar antes de los nueve meses — Me odiaran porqué no soy perfecta —

— Ninguna reina es perfecta, yo no soy perfecto, no tiene nada de que preocuparte — Alexander dejo que sus gemelas muevan sus piecitos en el agua y se acerco a su esposa como si fuera a besar a Bella que esta recostada en el pecho de su mamá  — Ademas yo creo que eres muy sexy con esos tatuajes, ya sabes, como una salvaje del desierto —

Vanessa soltó una carcajada y su rostro recobro de nuevo ese brillo de felicidad, ese brillo que perdió desde que el hopital fue atacado, sus sonrisa fue amplia y sus ojos brillaron de emoción, todo hubiera sido perfecto sino fuera porque los dos alcanzaron a escuchar el sonido de la television anunciando otro ataque a otro hospital donde Vanessa tambien atendía a sus pacientes, Alexander no supo que hacer entre el sonido de las camaras tomando fotografias, las risas de sus hijos y el televisor sin dejar de mencionar todos los muertos, apenas pudo tomar de la mano a Vanessa, pero está salió corriendo hecha un mar de llantos. 

Alexander se pasó las manos por el cabello lleno de desesperacion y coraje, porque esos malditos no pararan de atacar hospitales hasta que una de esas muertas sea Vanessa.

Así que Alexander dejo sus nervios a un lado, saco a sus hijos de la piscina, porque lo que menos quiere es que uno de ellos muera ahogado y los llevó hasta su habitacion, todos como pequeños duedes bronceados por el sol, dejó a los trillizos en su habitación y caminó con las gemelas buscando a Vanessa por la casa hasta que la encontró sentada en el alfeizar de la ventana de la habitación, él viento mueve su cabello y los ultimos rayos de sol tocan su piel, llora en silencio y se limpia las lagrimas con la palma de la mano sin dejar de darle pecho de Bella

— ¿Alex que hubiera pasado si jamás nos hubiéramos conocido? — le dijo Vanessa en voz baja

Alexander dejó que las gemelas gatearan hasta Vanessa para hacerla sentir mejor, la miro sin entender pero aun así le contesto despues de soltar un largó suspiró  

— Seguramente me habría casado con Camile —Alexander sonrio de lado y limpió un par de lagrimas de las mejillas de Vanessa — ¿Y tú? —

— Quizá yo me habría ido de vuelta a mi país y esos medicos no estarían muertos... — La voz de Vanessa se rompió completamente si poder controlar el llanto — ¿Qué no lo entiendes Alexander? Ellos quieren matarme, más aun porque es muy seguro que mi jodida menopausia sea otro bebé, ellos no quieren otro heredero que no es completamenete ingles —

Alexander negó con la cabeza ¿Alguien quiere matar a sus hijos? Imposible, lo unico latino que tiene sus hijos es él amor por las piñatas y sus raras palabras en español, porque son niños completamente ingleses 

— Vane realmente no creo que sea eso —

— Es que no necesitas pensarlo demasiado Alexander, tú y yo le hicimos mucho daño a una mujer, yo porque le quite al hombre que ella quería, le arrebate toda su vida sin saberlo y me quede con la corona que era para ella por derecho de nacieminto y tú le rompiste el corazón de la peor forma, hiciste que perdiera su bebé en ese accidente de auto —

— ¿Estas hablando de Camile? — Alexander solto una carcajada  — Conozco a Camile desde que era una niña, ella no podría matar ni a una mosca, mucho menos planear cosas tan crueles —

Vanessa lo tomó por los hombros y lo sarandeo fuertemente 

— ¡Abre los malditos ojos Alexander! Tú la conocias cuando era una mujer que lo tenía todo en la vida, tu no conoces a la Camile de ahora, es una mujer que perdió su bebé por tu culpa, es obvio que ella no quiere que tengas hijos, no cuando hiciste que perdiera a su hijo de la peor manera—

Alexander se quedo un segundo en silencio, lo que dice Vanessa tiene toda la logica del mundo, pero la puerta se abrió de repente y Helena entró tallandose los ojos llena de sueño 

— Mami, me das un vasito de leche — Su hija entrecerro los ojos — ¿Qué están haciendo?¿ Están haciendo un bebé? —

Ya hicimos a tu hermanito, Helena 

Vanessa soltó una pequeña risa y Alexander aligero el estres en sus hombros, ni la maldita Camile va a arruinar sus planes de una semana de ensueño en la playa 

— ¿Tú como sabes eso? — preguntó Alexander 

— Tía Bárbara dice que los bebés se hacen cuando los papás se encierran en las habitaciones —

— ¿Quieres un vaso de leche? — Le pregunto tratando de distraerla antes de que digas más cosas que lo asusten, la tomó en brazos y se alejo por el pasillo con ella 

— Vamos papi, dime como se hacen los bebés  — Helena se abrazo a su cuello — Es que le di un beso a mi osito, ¿Ya estoy embarazada?—

— ¡No! tú sólo concéntrate en darle puñetazos a todos los niños que te molestan, pegales en la nariz hasta que lloren, menos a tus hermanos a ellos no les pegues —

Alexander salió de la habitación de sus hijos con una amplia sonrisa, después de un par de cuentos de terror y una promesa de llevarlos de paseo en yate, se quedaron dormidos, en cuanto entró en su habitación y vio a Vanessa llena de tristeza, con las bebés dormidas a su lado, supo que es su momento de disfrutar de su esposa antes de que los gemelos lleguen corriendo. 

— ¿Qué te gusta más de cucharita o en cuatro? — le dijo Alexander en cuanto se recostó a su lado para acaricir sus mejillas al verlas llena de pudor  — Vamos Vane, es broma solo intentó que te sientar mejor, vamos es mejor que te duermas —

Alexander la tomó de la cinura y la pego contra sí, pero él no sabía que su pequeño Alex quería tocar esa entrada prohibida, que hizo que Vanessa se alejará de él con el rostro lleno de diversión, se paso las manos por el cabello y se volvio a recostar, subió su vestido y se pegó lo más que pudo a él. 

— A ver ponlo ahí otra vez — Vanessa se rio por lo bajo para no despertar a las niñas, pero no se alejó, en lugar de eso se aferro a sus brazos cuando el pequeño Alex se acercó a la entrada de ese lugar prohinido, ese lugar que la hizo temblar — ¿Alex y sí probamos en el lugar prohibido? —

Alexander lo confirmo al besarla apasionadamente y él pequeño Alex no dijo que no ¿Como iba a negarse? Si fue la mejor noche de sexo de toda su vida. 

Nota de la autora.

Al fin le dieron estreno al lugar prohibido. Jajajajaja esa Vanessa es una loquilla. 

En fin, creo que ahora ya sabes que Camile tiene buenas razones para odiar a Vanessa y Alexander y nuestra pobre doctora esta llena de destreza al ver como sufren sus hospitales.

Pero no se apuren, Alexander no dejará que nada arruine sus maravillosos días en la playa, menos ahora que están más enamorados que nunca

🥰😍🥰😍🥰

Hey chicas, el doctor Alex también ya es especialista en el lugar prohibido, por si quieren una cita.

😚😚😚😛😚😛

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top