Él primer beso de Helena
Vanessa
— ¿Te parece atractivo ese doctor? Porque te he visto mirándolo y no sólo es él, sino también ese estúpido Sheppard que siempre está detrás de tus pantalones —
Vanessa abrió los ojos y negó divertida con la cabeza, al parecer las palabras de su madre afectaron muchísimo a Alexander qué la tiene pegada a uno de los muros del palacio como si quisiera hacerla suya con una sola mirada, se ve tremendamente guapo, con ese elegante traje azul oscuro que hace ver su cabello más dorado, los pobres asesores la miran con cara de coraje porque ella es la razón por la cual él rey llegará tarde a su reunión, pero eso no parece importarle a Alexander, el esta perdidamente contento de tenerla así y de hacer molestar a esos asesores.
— Claro que no, aunque...— Vanessa soltó una risilla — No puedo negar que es bastante atractivo, ya sabes lo árabes tienen algo enigmático y Sheppard es el mejor médico que he conocido, además siempre me da flores —
— ¿Así? ¿Crees que ellos son más románticos que yo?— Alexander la tomó de la barbilla y metió la mano debajo de su blusa haciéndola temblar por el contacto de piel vs piel — ¿Entonces si sigo besandote también vas a recordar a ese árabe? —
Aferró su barbilla y la besó apasionadamente, de esos besos que la hacen aferrarse a él al sentir sus piernas como gelatina y de esos que las parejas no deben darse enfrente de las personas, sobretodo por esos asesores que no están acostumbrados a las demostraciones de amor, aún así lo alejó por los hombros al escuchar un carraspeo de los asesores
— Ya vete Alexander o tus asesores me van a seguir matando con la mirada —
Alexander negó con la cabeza y volvió a besarla como si nada le importa, de todos modos es él rey.
— ¿Te he dicho que te vez hermosa? Yo creo que él embarazó te hace ver especial — Le acomodó los botones de la camisa — Y por esa razón no quiero que vayas a esa fiesta que estará llena de doctores, en lugar de eso podríamos hacer algo más divertido para adultos. ¿Que te parece una cita en el big Ben? — Alexander palmeo su trasero con fuerza— ¡Dios, eres muy atractiva! —
— ¡Ya Alexander! Todo el mundo vio que me agarraste el trasero, ya vete —
Vanessa se acercó rápidamente hasta la escalera y desde ahí pudo ver como ese guapo rey subio a ese lujoso auto y se perdió de su vista, claro que extraña a Alexander, pero ya le prometio algo a sus hijos y no les piensa fallar, así que corrió hasta su cuarto esquivando a los sirvintes porqué jamás hace lo que le dicen y porqué le encanta llevar la contraría. En un par de minutos sus hijos y ellas están vueltos locos por la habitación, ella siguiendo a la gemelas y sus hijos encontrando su disfraz por el vestidor, cuando los sirvientes entren pensarán que hubo un terremoto.
— ¿Mami las doctoras saben todo, verdad? Y todos dicen que tu eres la mejor doctora — Helena abrió sus ojos, esas joyas azules que roban suspiros — ¿Por dónde salen los bebés? —
Levantó las cejas sorprendida y miró a su hija, ciertamenete es doctora, pero está acostumbrada a hablar con pacientes adultos, no con niños y sin embargo, su hija tiene su atención puesta en ella, todos en la habitación dejaron de hacer sus cosas para voltear a ver a la pequeña princesa, los niños la miran como si se hubiera vuelto loca, sólo las gemelas que caminan de un lado a otro de la habitación con un andar tambaleante, se acercaron a su hermana para darle consuelo, se ven preciosas con sus disfraces de calaveras al igual que la pobre de Bella, qué parece no entender porque su mamá la vistió así, Helena se mira tremendamente chistosa, parece un fantasma aterrador y sobretodo curioso, más de lo que debería de ser una princesa.
Se nota que es hija de una doctora
— Mami ya vámonos a la fiesta antes de que Helena empiece con sus preguntas raras y terminé llorando —
Andre y Christian jalaron su blusa buscando consuelo, los pobres tiene su rostro al punto del llanto, aún no saben que tendrán más hermanos, pero quizá lo presienten porque llevan días llorando por todo, literalmente por todo, si su papá no los abraza es un llanto interminable, puede que Vanessa sienta los mareos y antojos, pero Alexander se lleva la peor parte con los celos de los niños.
— Los bebés llegan a las casas Helena, con las cigüeñas mágicas y si los bebés son príncipes como ustedes, llegan en un amplio palacio donde tú papa fue por ustedes y los trajo conmigo —
Helena negó con la cabeza, y movió su cabello rubio, luce hermosa, y puede que esta noche enamoré a muchos niños o ya de plano los asuste, porque lo que su hija busca es sacar varios gritos de terror.
— La tía de Paris dice que los bebés nacen por el hoyito que tenemos aquí, en la colita mamá — Helena tocó su entrepierna llena de inocencia porqué tampoco sabe distinguir su anatomía — ¿Los bebés nacen en la popo? —
— ¡Wuakala Helena! — dijeron los niños al unísono, Vanessa soltó un par de carcajadas nerviosas porqué lo último que quería era que su hija sufriera desde pequeña, ella es doctora, lo último que quiere es que sus hijos sepan la verdad de como nacen los bebés.
— ¡No! Eso es mentira — mintió con descaro y terminó de maquillar a Helena como calavera antes de darle un sonoro beso en la mejilla — La tía de tu amiga esta loca, tú sólo cree lo que mami te dice, los bebés salen de los palacios elegantes y hermosos cómo esos que tiene tu papá o cómo los que vemos en las películas ¿Lo recuerdas? Si quieres le puedo pedir a tu papá que nos lleve a un castillo para que sepas dónde naciste —
Helena soltó un largo suspiró como si hubiera estado aterrorizada todo este tiempo, pobre, quizá todo esté tiempo creyó que al hacer del baño le saldría un bebé, por eso siempre le pedía a su papá que la acompañará al baño. Helena se pasó las manos por el cabello y sonrió.
— Qué susto mami, yo pensé que me saldría un bebé por la popo — Su hija de bajo del tocador dejando caer la Corona de joyas al piso por accidente, si Alexander sabe que los deja jugar con las joyas, se molestará muchísimo — Ahora si, ya podemos irnos. Vamos, quiero dulces y pastel, ya se mami que si alguien molesta a mis hermanos, le debo de pegar con el palo de la piñata, papi dice que hasta que le salga sangre
— ¡No! — Vanessa casi se muere de risa — Dios, no le hagas caso a tu papá, tu diviértete, yo me encargo de cuidar a tus hermanos —
Vanessa tomó su cargamento de bebés y pañaleras, su vida sería más fácil si aceptará los consejos de Alexander y contratará a una nana para cada bendición, pero no me gusta tener a extrañas cerca de sus hijos, así que prefiere torturarse la vida sola, parece un árbol de navidad abrazando a las bebés y siguiendo rápidamente a los trillizos por las escaleras, los biberones, las sábanas, los abrigos, los pañales y papillas pesan más que todos sus libros de medicina, no es que quiera correr con las niñas en brazos, es peligroso para su embarazó y podría matarse en las escaleras, pero sino hace eso, está segura que algún idiota asesor se pondrá junto a la puerta y no los dejará irse, porque las fiestas infantiles no es algo digno para los príncipes.
¡A la mierda! Ella llevará a sus hijos donde quiera.
Empezando por esa fiesta infantil de la hija de Barbara, una fiesta que todos los miembros de la realeza odiarian, el primero que pondrá el grito en el cielo será Alexander, él odia las fiestas donde sus hijos se relacionen con médicos, en especial Andre, pero resulta que son las fiestas más divertidas, no como las aburridas fiestas elitistas de la monarquía.
— ¿Papá no irá con nosotros? —
Le preguntaron los niños en cuanto subieron al auto, no es que Alexander sea malo, pero al crecer como un príncipe tiene ideas raras. Después de asegurarse de todo, encendió su auto y salió del palacio antes de que esos guardias pudieran detenerla.
— Ya saben que no, pero cuando regresemos pueden molestarlo todo lo que quieran — Vanessa soltó una carcajada — Es más, le haremos un pastel muy especial a su papá, será nuestra venganza por no venir con nosotros —
Vanessa miró por el rabiño del ojo a sus hijos, están sentados en fila, del más grande al más pequeño, todos disfrazados de la misma forma, de esa manera todos sabrán que son hermanos y ninguno se perderá en la fiesta, son pequeñas calaveras aterradoras y está segura que ganarán el concurso del terror.
— De seguro papá hubiera asustado a todos en la fiesta — dijo Christian — Él dice que una bruja vive en los jardines del palacio, por eso él y tú van al jardín y se pierden horas buscándola, pero que nunca la encuentran, quiza por eso se mueven tanto los arbustos —
Vanessa sonrió ampliamente, lo bueno es que los niños son unos inocentes y lo mejor es que Alexander tiene mucha imaginación para crear monstruos donde no los hay, porque ellos nunca van a buscar a una bruja, van a los jardines a tener sexo y el movimiento de los arbustos es porque él pervertido papá de sus hijas la tiene en cua...pero eso no deben saber sus hijos.
Al llegar a la fiesta, cuando los niños corrieron a los dulces y las gemelas caminan tambaleante, Bella abrazada a su pecho y Helena se aferró detrás de sus piernas como si estuviera aterrada, algo que es muy raro en ella, luce asustada y avergonzada.
— Mamá, ahí esta él niño —
Vanessa pasó la vista por toda la fiesta, todos los niños están disfrazados de diferentes maneras, sería imposible adivinar de que niño habla, pero lo supo al momento, ese niño que también esta detrás de las piernas de su mamá asustado de ver a la princesa.
— ¿De qué niño hablas? —
— ¿Mamá ya lo olvidaste? De ese niño que me dio un beso — Helena se sonrojo por completo — Mi papá dijo que lo iba amenazar con una escopeta ¿Pero que es eso? —
— Nada, tu papá estaba enojado, pero puedes ir a la fiesta con tus hermanos, yo te cuidaré —
— ¿Creés que mi papi se enojé si quiero darle un beso a ese niño? —
Se burló con fuerza, claro que Alexander se enojara y querrá matar al pobre niño
— No, a tú papá le encantará saber que le diste un beso a ese niño —
Vanessa casi se muere de felicidad cuando Helena le dio el beso a ese niño en la mejilla, el pobre casi se muere de vergüenza, pero su hija fue la más feliz esa noche.
Helena
Helena entró al despacho de su papá sin pedir permiso, en realidad nunca lo hace, menos ahora que pudo escabullirse entre los sirvientes, es tan pequeña que nadie la vio entrar hasta que tuvo que ponerse de puntillas para ver por ese gran escritorio.
— ¿Papá que es follar? ¿Mami y tú hacen eso? —
Su papá dejó de revisar sus documentos y la miró, como cuando hace alguna travesura o cuando entra a la sala del rey y juega con su corona.
— ¿Qué dijo la princesa? — preguntaron esos asesores de su papá que nunca la dejan estar con el, pero Helena sonrió mostrando sus dientes de leche.
Ups, se acaba de meter en un problema
— Nada, es una palabra clave que usamos, ya terminamos, váyanse de aquí — Los asesores salieron del despacho y su papá le habló — ¿Qué pasó Helena? —
Helena soltó un fuerte suspiró, aún lleva su disfraz puesto porqué acaban de llegar de la fiesta, todos se fueron a dormir, pero ella necesitaba ver a su papá y molestarlo un poco antes de dormir. Aferró sus manitas la escritorio para inclinarse y ver mejor a su papá.
— ¿Papi, es verdad que tendrás un bebé con mamá? Paris me lo dijo —
— Si — Su papá se puso en pie y la tomó en brazos mientras caminan por los pasillos del palacio y las luces se apagan detrás de ellos, en el día se imagina miles de juegos, ahora esconde su carita en el cuello de su papá para no ver monstruos — Bueno, aunque no será un bebé Helena, sino cuatro —
Helena no pudo soportar el llanto y lloró dramáticamente mojando la camisa de su papá.
— ¡Ay no! No quiero más hermanos — Helena siguió soltando llantos de dolor mientras se acercan a la habitación de su mamá — Ya no ve vas a querer, solo quieres a las gemelas aunque siempre te hagan enojar y a Bella porque se perece a mamá, a los niños porque ellos pasan todo el tiempo contigo y a los nuevos bebes porque siemorebdormuras con ellos y yo, me quedaré sola y abandonada como un conejito de la calle —
Su papá soltó una fuerte risa que la hizo llorar más fuerte y entraron en la habitación esperando el regalo de su mamá por hacerla llorar, pero no, solo encontraron a todos dormidos y a las gemelas balbuceando cosas divertidas como chocolate. Su papá la sento frente al tocador de su mamá, ahí donde siempre se arregla antes de las fiestas y miró a todos lados como ai no supiera que usar, pero ella siempre juega con los maquillajes de su mamá.
— ¿Como iba a dejar de querer a la pequeña reina del drama? — Su papá parece un príncipe de un cuanto pasando delicadamente un pañuelo por su cara para quitarle el maquillaje — Te quiero Helena, aunque tú creas que eres un conejo abandonado —
— ¿Papi puedo decirte algo y no te enojas? —
Su papá la ayudó a quitarse el disfraz y le puso su pijama favorita.
— ¿Me dirás sobre la fiesta de disfraces? Porque déjame decirte que si los vi irse y que tú disfraz sí asustaba —
Helena se bajó de sus silla y corrió por la habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a sus hermanos o ya no podrá estar con su papá, tomó ese pastel y regresó con su papá.
— ¡Mira lo que mamá y yo te hicimos para que no te enojes! —
Su papá miró el pastel y fingió una sonrisa.
— Es un pastel muy peculiar, dios, creó que acabó de ver una lombriz en medio del lodo —
— Pero lo hice con mucho amor — Helena lo beso en la mejilla y mostró su mejor sonrisa, pero la voz molesta de su papá despertó a todos y a esas gemelas que siempre se lo quitan — ¡Papi le di un besó a ese niño, ya es mi novio! —
— ¡¿Qué?! —
Nota de la autora
😅😅😅😅
Ya se que me tarde en actualizar, pero aún ayer Wattpad me estuvo presentando muchos problemas, así que decidí esperarme.
Jajajaja no se ustedes, pero me encanto escribir la parte de Helena.
Espero que Alexander no se coma ese pastel o se nos intoxican, ya saben que siempre leo sus comentarios y quiero decirles que ya tengo planeado un capítulo loco con el PRESIDENTE
🤣🤣😅😂
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