El Adios a la Reina...

Alexander

Alexander dio un portazo a su auto en cuanto bajó, esta molesto furioso y esta casi muerto de la desesperación, sobre todo cuando mira sobre su espalda y ve a toda esa gente a las afueras del palacio, las flores, las velas por los doctores caídos y la gente llorando por la reina.

Pero una pequeña luz de esperanza dentro de su pecho le dice que Vanessa no está muerta, ella no puede estarlo, la vida ya no puede ser una perra con él y quitarle al amor de su vida. Bastante karma sufrió con estar separado de ella tres años, no se quiere ni imaginar lo que significa jamás volverla a ver.

Entro al palacio hecho una furia, hasta las malditas lágrimas de las sirvientas le molestan o hasta el sonido de la televisión anunciando el ataque al hospital, ese mismo hospital donde Vanessa y él tuvieron sexo tantas veces, no quiere y no puede aceptar que Vanessa simplemente ya no esta.

— ¡Por dios, paren de llorar! ¡¿Que demonios está pasando en Buckingham?! — dijo Alexander en cuanto las puertas del palacio se cerraron detrás de él, las sirvientas corrieron asustadas y los asesores lo miran como si se hubiera vuelto loco — ¡¿Que paso en ese condenado hospital? ¡Necesito que alguien me explique porque rodo el maldito mundo piensa que mi esposa está muerta! —

Alexander miró el rostro de todos sus asesores delante de él, apenas puso un ojo pie en su palacio y se dio cuenta de la locura, desde las malditas flores de muerto, las cortinas abajo, las ventanas cerradas y el silencio aterrador, todo eso le hizo saber que esto está peor de lo que se imaginaba, porque Alexander tenía la vaga ideal de que en cuanto llegara a Londres y entrara a Buckingham, Vanessa saldría corriendo para besarlo y al final se darían cuenta que todo es un jodido mal entendido, pero esto parece más serio de lo que pensaba, porque la mayoría de doctores que trabajan con su esposa, están muertos.

— ¡¿Que paso?! — Gritó llenó de furia  mientras camina a su despacho con sus asesores pisandole los talones, están tan desesperado que se quitó el saco  llenó de coraje — No me importa el maldito hospital, solo quiero saber donde esta mi esposa y mi hijo —

— ¿Su hijo? — Su asesor negó con la cabeza — Su esposa solo llevó a las gemelas, ella y las niñas salieron hoy por la tarde, pero no sabemos nada más —

Alexander dejó de respirar durante un segundo, se si tío tan mal como si lo hubiera golpeado en el estómago.

¿Sus gemelas? Esas adorables bebes regordetas, tan bonitas que roban el aliento, ellos no pueden estar muertas, no, ellas no.

Alexander perdió la noción del tiempo y del lugar, hasta que volvió a escuchar la voz fria de aquellos viejos asesores.

— Su esposa salió por la tarde directo al hospital con sus hijas, tenemos vídeos donde ella está dentro de hospital y dejó a las niñas con una enfermera, la cual también está muerta, es lo último que sabemos se su esposa  — El asesor respiro profundo — Según nuestras fuentes cercanas, el cueepo de su cuerpo fue encontrado en un de los quirófanos juntos con otros médicos y enfermeras, todos muertos alteza y aún no sabemos la razón del tiroteo —

Alexander tomó asiento en el alféizar de le ventana, que cabeza duele como un demonio a punto de estallar, pero aún así, volvió a hablar con voz entrecortada.

— ¿Y...y mis hijas? —

— No sabemos nada de ellas, Majestad

Alexander se sirvió un vaso de vino y se pasó ese amargado contenido, todo para que sus asesores no se den cuenta  que esta muerto de miedo, si terror de solo pensar que sus bebes están perdidas, cerró los ojos tratando de no imaginar el cuerpo lleno de sangre de Vanessa, pero de repente recordó que Vanessa solo se lleva a los niños al hospital sino tiene nada importante que hacer, Vanessa tuvo que haber salido de ese condenado hospital, así que se giró de nuevo hacia los asesores, con un nudo en la garganta que supo ocultar muy bien.

— Vanessa no puede estar muerta, lo sé, la conozco demasiado bien, ella jamás se lleva a las niñas si tiene una cirugía...— Alexander no pudo termina la frase porque el nudo en su garganta se hizo inmenso y los asesores negaron con la cabeza — ¿Entonces ella....ella esta muerta? —

— Si majestad, creemos que su esposa está muerta —

Todo el mundo se cerró para Alexander, en menos de un segundo vio pasar su vida delante de sus ojos, adiós a sus momentos divertidos, adiós a su doctora divertida y sobre todos adiós a la madre de sus hijos, por un momento quizo derrumbarse y ser ese hombre frío que no tiene sentimientos, pero casi como una coincidencia levantó la mirada a ese perfecto instante en que sus ojos se encontraron con los de Andre, y verlo ahí junto a la puerta, con rostro asustado, tan pequeño para escuchar eso, verlo desprotegido, lo hizo sentir peor que nada.

— ¿Mami está muerta? — El pequeño rostro de Andre se llenó de lágrimas.

— No Andre, no pasa nada malo, tu mamá está en una cirugía — mintió Alexander con todo el dolor de su alma, porque Vanessa no está en una cirugía y jamás va a volver. Dejó a sus asesores a un lado y tomó a su hijo en brazos, porque Andre llora desconsoladamente con su rostro escondido en su cuello — ¡¿Porque demonios tenían que decir eso frente a mi hijo?! —

Alexander se alejó de los asesores pero ellos caminando detrás de el por el palacio, como almas en pena siguiendo al próximo viudo de Inglaterra, pero Alexander no quiere saber nada, mucho menos pone atención cuando le hablan del procolo a seguir para el funeral. Solo llego hasta la habitación donde sus hijos lloran y los alejo de las nanas para llevárselos de ahí, todos lloran desconsoladamente y esto es una locura.

— Majetad — volvio a interrumpirlo el asesor, Alexander lo miro de reojo sin dejar de consolar a Helena — Sabemos que este no es el momento para hablar, pero debemos planear una nueva búsqueda —

Alexander frunció el ceño, apenas puede controlar el llanto de sus hijos, mucho menos tiene ganas de hablar de cosas absurdas, tiene 4 niños que consolar y sobre todo a su pequeña Bella que llora desesperadamente.

¿Que va hacer él sólo con niños?

— ¿De qué maldita búsqueda hablan? 

El asesor carraspeo nervioso al ver los ojos llenos de furia de Alexander.

— La nueva búsqueda de una reina, usted no puede quedarse sin esposa y sus hijos sin mamá e Inglaterra sin una reina —

Alexander los fulminó con la mirada a los dos y cerro los ojos esperando los llantos de sus hijos.

— ¿Tendremos otra mamá? — lloró Christian

Alexander se molestó tanto que casi podría golpear a sus asesores por ser tan idiotas.

— Vayanse ahora mismo con sus malditos protocolos de mierda, no voy a conseguir a ninguna otra mujer — Alexander abrazó a Helena y a Bella mientras solos niños caminan detrás de él, lo mejor es alejarlos de ahí, que no vean la histeria y que crean que nada malo pasó — Es hora de dormir —

— Pero no queremos dormir, papi — Dijo Helena, su rostro está tan rojo por el llanto que lo mejor es que se vayan a dormir.

— Si, se dormirán todos, ahora — replico Alexander.

Alexander abrió la puerta de si habitación y recostó a sus hijos sobre su cama, no deberían de dormir en el habitación del rey, pero esta vez, necesita cuidarlos y tenerlos a todos juntos en un solo lugar, así que se aseguro de que todos cuiden a la pequeña Bella y los arropó con cuidado, se añejo unos pasos de la cama porque Alexander tiene que seguir buscando, sino ve el cuerpo de Vanessa, para el no hay nadie muerto.

— Cuentanos un cuento, como mamá lo hace — Dijo Christian con sus pequeños ojos azules llenos de tristeza — ¡Por favor! —

Alexander se pasó las manos por el cabello y soltó un suspiro resignado,  realmenete sus hijos no tiene la culpa de la locura que esta pasando afuera de la habitación, en este momento no es el rey, es papá de cuatro niños que lo esperan con sus rostros asustados, así que tomo asiento junto a la cama y contó un cuento maravilloso.

— Había una vez un monstruo debajo de la cama que mata a los niños si no se duermen, Fin — Alexander volvió a ponerse de pie y se aseguró de que estén cubierto con las mantas mientras el dale a buscar a una doctora y a unas gemelas que no puede y no quiere perder —  A dormir niños —

Alexander tiene que irse ahora, tiene que ir a buscar a Vanessa, tiene que ir por sus gemelas antes de que pierda a sus dos hijas preciosas, tiene que aclarar las cosas y acabar con las ideas locas de la monarquía, se alejó de la cama y apagó la luz de su habitación, pero la dulce voz de Helena lo hizo detenerse

— Papá, no nos dejes solos, tenemos mucho miedo  —

Y Alexander no puedo dejarlos, no pudo hacerles lo mismo que le hicieron a él cuando era sólo niño, pero cuando miró a sus hijos ellos bolita en la cama, completamente asustados, aferrados a la manta con miedo a que el monstruo aparezca debajo de la cama, así que  simplemente no pudo irse, cerró de nuevo la puerta y se recostó junto a sus hijos para que ya no tengan miedo, de todos modos ya perdió todo, su vida se fue al carajo y todo porque esa doctora sue alegraba sus noches esta muerta.

Alexander abrazó a la pequeña Bella  para que los niños puedan recostarse a su lado, prefiere estar así, rodeado de sus hijos mientras se lamenta de su dolor, a tener que estar recibiendo abrazos hipócritas.

Alexander cerró los ojos tratando de dormir cuando escuchó la suave respiración de sus hijos, pero ciertos ruidos en el pasillo no lo dejan en paz, esta furioso, quizá es otro maldito asesor viene a molestarlo.

La habitación está oscura y aquella sobre que se inclinó sobre la cama para tomar a su pequeña Bella, no pudo reconocerla por la oscuridad, por un momento creyó que era una maldita nana que quiere alejar a sus hijos y Alexander luego pensó aún peor, que sería un asesor tratando de llevarse lejos a sus hijos, así que tomó la primera cosa a la mano, el retrato de un viaje a África y golpeó a la sombra con fuerza.

— ¡Auch Alexander! ¿Que te pasa? ¡Me golpeaste con un jodido biberón! — Alexander tomó asiento rápidamente en la cama y abrio los ojos llenos de terror al escuchar esa suave voz, encendió la lámpara junto a la cama para ver a Vanessa en el piso mientras pone su mano en su frente — Me descalabraste, ¡¿Estas loco?!  Esto me dolió tanto como si me hubiera caído una piñata en la cabeza —

Alexander de inmediato se puso en pie y trató de ayudar a Vanessa a ponerse en pie, pero esta más alcoholizada que nada y cuando vio a sus gemelas en su cochecito junto a la puerta, casi soltó una carbjada de alegría.

— ¡Estas viva! — dijo lleno de alegría.

Vanessa lo fulminó con la mirada y cuando alejó su mano de su frente su rostro se llenó de terror al ver un pequeño rastro de sangre.

— Alex, de verdad no me estoy sintiendo muy bien. — dijo Vanessa con voz temblorosa y de un momento a otro cerro los ojos.

Pero Alexander alcanzó a sostenerla antes de que cayera por completo al suelo, es como una damisela en peligro que acaba de desmayarse, pero esta tan jodidamente feliz que esta listo para salvarla, porque él es el doctor Alex y no dejará morir a su paciente.

Nota de la autora

JAJAJAJAJAJAJA

No apuren, nuestra Vanessa molesta muerta, casi, porque Alexander la confundió, pero ella morirá de viejita.

😂😂😂

Enserio ame todos y cada uno de sus comentarios.

Y para el próximo capitulo resolveremos muchas dudas, porque al parecer Vanessa tampoco sabe que sus compañeros de trabajo están muertos. 🤷‍♀️

Lo bueno es que las gemelas y Vanessa están bien.

Bueno, Vanessa casi bien porque la descalabraron y ahora el doctor Alex tiene que atenderla.

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