Capitulo Especial. Sheppard, su nuevo mejor amigo.

Vanessa

Vanessa alguna vez pensó que lo ideal sería vender esa vieja casa de Londres ¿Como para que iba a querer esa casa? Se supone que tenía el palacio para vivir, porque bueno, es la reina la mitad del palacio es de ella, pero no puede negar que tiene un poco de nervios de volver a Buckingham y ver a Alexander hecho una furia y odiando con todas sus fuerzas porque piesa que lo engaño, quizá lo mejor sea pasar una noche aquí.  Vanessa se detuvo fuera de su casa y miró ese duende donde siempre guarda sus llaves.

— ¡A la mierda los jodidos libros de medicina! —

Dijo en cuanto entró a su casa y arrojó los malditos libros al suelo. Diablos, va a matar a Sheppard en cuanto lo vea. Tomó su celular y trató de llamar a Alexander, pero no contesta. Lo conoce tan bien que seguramente Alex piensa que tuvo sexo con ese doctor. ¿Enserio? Pero si nunca caería tan bajo, solo fue por sus libros de medicina, jamás creyó que ese hombre se desnudaria. Vaya, que ese tipo está loco.

Soltó un suspiro y dejó su celular a un lado. Miró a todos lados, su casa está vacía y oscura, hizo una terrible mueca de dolor y soltó un quejido molesto. Tiene tanta mala suerte que su blusa huele a leche de bebé, quizá sus gemelas no han comido y están llorando de hambre. Vanessa se limpió las lagrimas y corrió hasta su habitación para arrojarse sobre la cama y seguir llorando sobre las almohadas. No es tanto un llanto quejoso, sino furioso, dios Alex es tan difícil que le gustaría meterse en su cabeza y hacerlo entender que no lo engaño, pero ahora debe odiarla y solo de pensarlo hace que las lagrimas se derramen por sus mejillas.

Los golpes en la puerta no la dejan dormir, está segura que es plena madrugada y esos malditos no dejan de tocar su puerta con insistencia. Se levantó con pesadez de la cama, se pasó las manos por el cabello y bajo las escaleras como un zombie, de seguro su cara está llena de maquillaje arruinado y sus ojos deben estar hinchados por el llanto, si totalmente es el zombie más horrible de Londres. Tomó un libro de medicina dispuesta a arrojarselo a quien la depserto, pero en cuanto abrió la puerta no vio a nadie.

— Mamá, mami — escondido rapidamente el libro de medicina y bajó la vista hacia su pequeño Christian — Mami, solo llevas puesto un sostén —

— Oh dios — se cubrió los pechos con el mismo libro de medicina y miró a sus tres hijos, con sus pequeños impermeables amarillos completamente llenos de agua. Le encanta verlos aquí, pero tenían que estar seguro y sobretodo dormidos en Buckingham — ¿Que hacen aquí? Deberían estar en el palacio. Su papá se volverá loco si no los ve aquí —

Cerró la puerta después de que sus hijos entraron mojando todo el perfecto piso de madera, los tres ahí de pie, con sus rostros pálidos y temblando de frío. Razón número mil para que Alex la odie aún más, todo porque le enseño a sus hijos a escaparse del palacio, ya saben por si habia alguna emergencia. Alexander se pondrá como un loco cuando vea que los niños no están en Buckingham.

— No podíamos dormir sin ti, te extrañabamos — Andre se quitó el impermeable y puso su pequeña mochila sobre el suelo con mucho cuidado, apenas y puede hablar por el frío. — Así que salimos de Buckingham así como nos enseñaste, esperamos a que todos los sirvientes se fueran y que papá se encerrara en su habitación y salimos y si nos fijamos al cruzar la calle —

— Mira, hasta trajimos a las gemelas. No íbamos a dejarlas ahí solas  —

Vanessa casi se muere cuando vio que las pequeñas cabecitas mojadas de sus bebés salen asustadas de la mochila. Debería regañarlos, por meter a dos bebés dentro de una bolsa, pudieron matarlas, pero no dijo nada, solo las tomó en brazos antes de que empezaran a llorar. Son tan pequeñas y están llenas de agua, apenas tienen mes y medio y sus hermanos casi las matan. La maldición de los hermanos menores.

— Papá se enojara demasiado cuando se enteré que nos escapamos del palacio — Christian soltó una risa graciosa con su pijama y en medio de las sabanas, después de haber tomado una ducha caliente — Pero es divertido hacerlo enojar —

Vanessa cubrió con sus hijos con cientos de mantas para hacerlos entrar en calor y se pegó a las gemelas al pecho, las cubrió con una manta, pero no puede ocultar ese sonido de sus boquitas succionando. Vaya, que si tenían hambre.

— ¿Mamá porque tienes el maquillaje arruinado? — Helena la miro con el ceño fruncido.

— ¿Te gusta mi nuevo maquillaje? —

— No

— Pues es un maquillaje para Halloween — causando por tu padre. Pensó

— Pero aún falta un año para vestirme de vaquera  — Helena tomó asiento junto a ella en la cama, la conoce, quiere que la abrace, pero con las gemelas no puede hacer eso 

— Me estoy preparando. — Vanessa dejó sobre la cama a las gemelas dormidas y tomó en brazos a Helena, la abrazo así como cuando era pequeña, aunque esa niña algún día sea la reina, siempre será su bebé.

— Mamá ya no te maquilles así, me diste miedo cuando abriste la puerta — su hija es muy sincera, demasiado a veces. Su hija se ferro a su pecho mientras juega con su collar  — Papá estaba molesto. ¿Crees que se contente pronto? —

— Claro, tu papá siempre se contenta muy pronto —

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Vanessa

— ¿Enserio creíste esa mentira? — Barbara la miro con una mueca rara en el rostro. Esta segura que se burla de ella en el fondo  — Ustedes son el matrimonio más tóxico que conozco. —

Vanessa entrecerro los ojos y miró molesta a su amiga. Tomó asiento junto a ella en la sala de espera y se quitó el gorro para soltar su cabello.

— ¡Pues claro que creo eso! No creí que Alexander de verdad creyera que tuve sexo con alguien más. Jamás lo traicionaría — cruzo los brazos sobre su pecho — Ya pasaron dos semanas y ni siquiera me mira. Los dos vivimos en Buckingham y no lo veo, si tiene que hablar conmigo manda a sus asesores, ni siquiera compartimos habitación, es como si viviera sola —

Barbara soltó una carcajada y Vanessa soltó un suspiro molesta. Le gustaría hablar con Alexander y decirle la verdad, pero no la quiere ver absolutamente para nada, porque ya no son nada y solo los une el maldito papel del matrimonio, oh si, porque los reyes no se divorcian.

— Eso es una ventaja ¿no? Por lo menos Buckingham es muy grande, así no tienes que ver como te odia —

— Pues yo quiero verlo, quiero que me hable, que me vea — suspiro resignada — Que me despierte para tener sexo —

— Sigue soñando amiga, ese rey no se va a cercar a ti, por lo menos, no otra vez —

Vanessa se pasó horas sentada en la sala de espera. Le gusta dar su mejor esfuerzo, pero ahora es imposible, así que prefiere llegar ya cuando el palacio está vacío para no tener ese incómodo momento con Alex y ver como la fulmina con la mirada. Dios, quizá la odia con toda su alma, quizá hasta rompió su corazón o miles de cosas y no puede deshacerse de ella porque en la realeza no hay divorcio.

— Lo siento mucho — el doctor Sheppard tomo asiento junto a ella — Creo que no nos conocimos de la mejor manera, no todos los días puedo ver como dejan a una reina —

— No todos los días se desnudan los hombres — esta furiosa — No quiero verlo jamás. Tampoco quiero que me hables durante las cirugías. ¡Nada! —

Vanessa giró su rostro para verlo y rodó los ojos al verlo con esa sonrisa de lado y su perfecto cabello negro. No puede negar su atractivo, pero él arruino su matrimonio.

— Eres un cínico, descarado y arrogante —

— Lo se, pero soy demasiado bueno en el quirófano o me habrías despedido y no lo hiciste — se levanto dispuesta a irse. No tiene porque seguir arruinando su vida, solo necesita regresar al palacio— ¿Qué te parece ir por un par de cervezas? Quizá es mi manera de pedirte una disculpa, de todos modos eres mi jefa  —

¿Sus hijos estan bien? Si, claro que si, tienen a sus nanas o están divirtiéndose en la cena

¿Alex quiere verla? No. Definitivamente no la quiere ver.

Tiene todo el tiempo del mundo y como ya no son nada puede hacer lo que quiera. Aceptó ir a ese PUB sin muchas ganas y no puede negar que se divirtió. Por lo menos dentro de la plática se dio cuenta que Sheppard no es tan mala persona, es ese tiempo de hombre mujeriego que es agradable en todos los sentidos . Se tomaron tantas cervezas que de verdad se divirtió y aún así con el alcohol en su sangre, sabe que Sheppard es muy buen amigo y Alexander es el amor de su vida. Se aferra al hombro de Sheppard para no terminar cayendo al suelo y aplastó con sus zapatos las flores favoritas de la reina abuela.

— Lo siento creo que pensé mal de ti, creo que no eres esa doctora zorra y prepotente —

Vanessa se recargó en la puerta principal de Buckingham, es plena madrugada y a penas puede pensar con claridad.

— Si, si, lo que sea, creo que no eres un descarado, cínico y todo eso — movio su mano para quitarle importancia — Supongo que ya no voy a despedirte —

— ¿Nos vemos mañana? —

— Si, si, pero ya vete.

Entró al palacio con miedo de hacer ruido, pero apenas y puede ponerse en pie. Todo a su alrededor está borroso, la sala principal está vacía y nada es claro, quizá esta a punto de caer al suelo por el alcohol, pero aún así puede ver esa figura que la mira desde el segundo piso.

— ¿Te divertiste con tu nuevo amigo? Debiste invitarlo a tu habitación, al final ya son amantes. Aunque en realidad no me debe importar  —

Miró a Alexander con los ojos entrecerrados y frunció el ceño molesta. Tiene dos jodidas semanas que no quiere verla y ahora aparece así de la nada, reclamandole que tiene un amante.

— Shsh, solo no me hables, me duele la cabeza  — caminó hasta su habitación, señalando la linea intermedia entre ellos — Solo no cruces la línea y vete a tu parte del palacio —

— ¿Que no cruce mi palacio?

— Si tu palacio. ¿Para qué cruzas si no quieres verme? Es algo estupido — puede escuchar el sonido de la fiesta, seguramente se estuvo divirtiendo mucho  — Ve allá, buscate una nueva esposa y a mi pídeme el divorcio, pero déjame dormir. Déjame en paz —

Alexander la fulminó con la mirada y caminó hasta ella sin importarle la línea imaginaría, la tomó por el brazo y abrió la puerta de la habitación y la recostó en la cama con cuidado.

— Si estoy pensando en el divorcio, no me importa ser el primer rey. No voy a seguir contigo después de lo que hiciste. Espero que ese doctor te haya hecho sentir muy bien  — Alexander le quitó la chaqueta como si fuera una muñeca — Además conseguir otra reina no será difícil. Todas quieren ocupar tu lugar —

Vanessa no sabe si lo que dice es verdad o no, pero le dio tanta risa que Alexander la miro bruscamente mientras le quita la blusa.

— ¿Sabes quién sería buena reina? La hermana del primer ministro, además le gustas mucho, siempre te mira con ojos de enamorada — Alexander paso su cabello detrás de oído — Oh creo que Annie seria buena reina, aún sigue enamorada de ti, eso es muy tierno —

— Yo no creo que Annie sea buena reina, pero puede ser otra — Alexander comenzó a desabrochar sus medias negras. Esta tan desorientada que no podría hacer nada sola y solo esta ahí medio inconsciente en medio de la cama — ¿Tu buscarias alguien más después del divorcio? —

— No lo quería aceptar, pero me gusta el doctor Sheppard. Es bastante atractivo  — Alexander se detuvo al escucharla, es como si lo hubieran golpeado en el estómago — Él me recuerda todo lo que yo era antes. Es divertido, y muy inteligente, pensé en  correrlo del hospital, pero es el mejor cirujano que conozco. Creo que quiero que sea mi amigo —

Alexander bajó sus medias y le puso la pijama, pensó que se iría de nuevo a la fiesta cuando se acercó a la puerta, pero solo la cerró y se recostó a su lado en la cama. Posiblemente, cuante de despierte no recuerde nada de esto, pero se acerco a Alexander y acomodó los botones de su camisa. Aún sigue igual de atractivo que antes, bueno, que esas dos semanas donde se pasaba las noches en vela pensando que entraría a su habitación y todo seguiría igual, pero solo se quedaba hasta medianoche pensando en él y ahora que lo tiene junto a ella, le gustaría darle un beso o por lo menos abrazarlo.

— Te escuché hablando con tus asesores acerca de cómo querías divorciarte de mi — Vanessa sonrió de lado y le entrego el anillo de la reina — Sólo tenías que hablar conmigo Alex, si me odias y no quieres estar conmigo porque crees que te engañe, esta bien. No tenemos que estar juntos por obligación —

— Es una opción... — Vanessa lo interrumpió.

— Shshs, fue bueno mientras duro, pero todo tiene un final, ve y llévale ese anillo a otra chica si eso es lo que quieres. Ve a esa fiesta y busca otra reina  — Vanessa se giro sobre la cama y le dio la espalda como si no pasará nada. Pero por dentro siente que se está muriendo, de celos, de tristeza de todo, no quiere que la vea llorar, solo quiere que se vaya, que se largue de su habitación — Solo déjame dormir y te prometo que mañana me iré del palacio con los niños —

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