Capitulo 29

Hola a todas. Jaja no se preocupen por la historia, me gusta hacerlas sufrir, pero tendrá un muy buen final, pero me encanta el drama, así que tenía que hacer mis capítulos más interesantes. Por cierto, busque demasiado a ciertos actores que se parecieran a su querido príncipe Inglés y por fin lo encontré.
Tengo todo el fin de semana sin tareas de la universidad, así que les preparé el último capítulo de esta pequeño maraton de sufrimiento...

Espero que les guste 😀🥰

— ¿Estas listo? —

Alexander volteó a ver a su padre de pie junto a la puerta. Su traje azul es elegante y su sonrisa es amplia. Claro que su padre está feliz porque por fin podrá quitarse el peso de la corona de sus hombros, de alguna u otra manera lo está obligando a seguir un reinado que no quiere. Pero en fin, no todos los reyes nacen queriendo ser uno. Se miró delante del espejo, su traje negro es perfecto para la ocasión y sus asesores terminan de dar los últimos detalles.

— Si, solo... — dio in vistazo a su celular esperando una llamada de parte de Vanessa, pero nada. No tiene más remedio que seguir con su vida, dio un último vistazo a su traje perfecto, con las decoraciones sobre su pecho, todo en su lugar para coronarlo como el nuevo Rey de Inglaterra y aún así algo le falta. Cerró los ojos tratando olvidarla — Estoy listo —

Contestó sin mirar atras de nuevo. No lo hará, su coronación será perfecta, para esto nació y para eso se ha estado preparando, para este día delante de las personas más importantes en el mundo. Los sirvientes se inclinan cuando pasa por los pasillos del palacio. Todo el mundo hace una reverencia para su nuevo rey.

— No pienses más en aquella chica latina. Mujeres como ella hay muchas en el palacio, ahora que serás rey tendrás a la que quieras — no quiere escuchar a su padre. No quiere oír a nadie y mucho menos su nombre — Prohibirle la entrada a esa doctora al palacio fue la mejor decisión que has tomado. Solo debes pensar en lo mejor para el reino  —

Con duras apenas puede dormir bien sin olvidar aquel momento, si tan solo hubiera llegado antes no tendría que estarse lamentando en este momento. Por la reina, de nuevo odia los hospitales. Tiene todo para ser feliz en su vida. Será el rey de Inglaterra y en menos de dos días se casará con Alise. Tiene todo lo que todos siempre han deseado, dinero y mujeres a su alcance con el chasquear de sus dedos. Su rostro es aún más serio cuando no para de escuchar a su padre hablar sobre Vanessa, la ofende y la hace ver como si fuera una mujerzuela de las calles de Londres.

Todo rey tiene una mujer prohibida con la que no pudo estar.

— ¡Basta! Debes dejar de hablar de ella. No la vas ofender delante de mi — su padre se detuvo para mirarlo con desdén — Está es mi coronación no tienes que arruinarla hablando todo el tiempo de lo que tengo que hacer para castigarla —

— Siempre supe que era tu amante, pero lo que hizo esa mujer fue un descaro. ¿Como puede estar comprometida con un árabe? — escupió su padre con odio.

Las puertas de la gran sala de la  coronación están delante de ellos. Grandes y robustas, con los guardias esperando a su señal para abrirlas y dejarlo entrar a su mundo de fantasía. Todos están esperando por él, elegantes, con oro e incienso para su rey. Alise debe estas orgullosa por seguir siendo su prometida, presumiendo su próximo lugar como la reina de Inglaterra.

— ¿Crees que yo soy mejor que ella? Dime, ¿Un buen rey abandona a su hijo? Yo lo hice padre, la abandoné embarazada y dejé que abortara en un horrible hospital de mala muerte — se giró a ver el rostro de su padre, serio y sin color en el rostro. Se acaba de enterar que su hijo perfecto no lo fue tanto — Tenía que aprender de mi errores y créeme, no le volveré a romper el corazón a ninguna mujer —

Sonrió a pesar de sentir que su alma no está en el lugar correcto. Puede decirse que esta contento y que está es su noche, pero si tan solo Vanessa estuviera aquí mirándolo entre las personas, su coronación acabaría con broche de oro. Vanessa es experta en dar medicinas, así que tuvo que darle una cucharada de su propia medicina para hacerle entender lo malvado que había sido con ella y con otras mujeres. Desde que la conoció supo que sería la mujer que traería problemas a su vida...  En este momento no está enojado con ella, porque la sigue queriendo. Alise tiene razón con sus palabras. Quizá más adelante con un par de copas encima, la odié con toda su alma.

Porque si ella viniera llorando y rogando a las afueras de palacio,  la perdonara, porque siempre será una sombra en este matrimonio.

— Abre las puertas. Acabemos con esta coronación de una vez — dijo poniendo su mejor rostro para toda la corte real.

Miró hacia delante y comenzó a caminar hacia aquella luz dorada, resplandeciente como el oro. Su respiración se entrecorto al notar todo el lujo de la ocacion, no todos los días se corona a un rey. El coro acompaña cada uno de sus pasos mientras pasa sobre la alfombra roja, lo tratan como si fuera un mismo enviado de dios.

Solo desvió la mirada un poco para buscarla, porque quizá ella no hizo caso a su orden de prohibirle la entrada al palacio, porque Vanessa no sigue las reglas y quizá está entre las personas mirándolo convertirse en rey, pero solo se encuentra con la mirada de Alise.

Resignado, camina más rápido y seguro de si mismo, ahora va a cumplir el propósito de su vida, ser el rey. Su abuela le sonríe desde el trono, esperándolo para entrar en la historia de reyes de este país. Cuando llegó junto a ella se arrodilló delante de la reina como un simple sirviente de la   de la corona, que pondrán en su cabeza, pero no puede dejar de mirarla, es suya y al igual que todo el reino. 

Él es el rey.
---👑----

Vanessa

— ¿Cariño ya están listas las palomitas?

Le preguntó su abuela sentada en el sillón junto a su madre, sus hermanos y su amiga Barbara. Toda Inglaterra se ha reunido para ver la coronación en todo su esplendor, para su mala suerte ellos la verán por televisión. Dejó el tazón de palomitas sobre la mesa y se sento en el suelo abrazada de sus piernas, sin dejar de mirar la televisión ni un solo momento, quiere guardar en su memoria cada detalle.

— ¡Mira, ahí estarías tú, en el lugar de su prometida! Pero prefieres casarte con un árabe — la reprendió su madre

— ¡Madre! — contestó indignada. Su madre sólo movió los hombros con desinterés, no le gusta Ishaq.

— Miralo, es tan atractivo. Alise tendrá hijos tan hermosos con él — dice su abuela señalando el televisor. La camara se enfocó en el momento cuando Alexander toma la corona, esa misma corona que ella tuvo entre sus manos y que ahora dejó ir. No quiere sentirse culpable pero los comentarios de su madre y de su abuela no la están ayudando para nada.

¿Tomó la decisión correcta?

Fue una tonta por pensar que llegaría una invitación para presentarse al palacio de Buckingham. Alexander una noche le dijo que quería que estuviera ahí con él, pero eso ya es pasado.

Levanta la cara de nuevo al televisor y siente sus ojos llenos de lagrimas cuando enfocan su rostro, serio y sin expresión. Ahora el anillo de compromiso que lleva en su dedo lo siente más pesado que nunca. Se siente enferma y sin poder detenerse se pone en pie para salir corriendo al baño y soltar toda su comida del día. Sus ojos están llorosos y se siente débil. Respira y se sujeta de la paredes para ponerse en pie.

No es la misma que mira delante del espejo, su cabello en una coleta y sus ojos cansados. Hay algo diferente en ella y lo sabe, pero le da miedo descubrirlo. Se mojó el rostro para estar bien de nuevo. Tocaron varias veces a la puerta.

— ¿Quieres que sea tu pañuelo de lagrimas? Ya sabía que ver al rey te afectaría — abrió la puerta para encontrarse con su amiga recargada en la puerta y sonrió como si nada hubiera pasado.

— Estoy bien Barbara — contestó con una sonrisa fingida. Quiere regresar a la sala de nuevo y no perderse nada de Alexander porque ahora solo podrá verlo por televisión.

— No, tú no estás bien. ¿Ya te hiciste una prueba de embarazo? — negó con la cabeza. No le interesa saber nada más sobre bebés.

— No estoy embarazada Barbara, quizá la comida me cayó mal. No me molestes

Pero Barbara no se detuvo y la sujetó del brazo. Tiene ese sexto sentido médico que le dice que algo no está bien.

— Tomaste una decisión tan importante sin saber si estas embarazada, aceptaste casarte pero no sabes si vas a tener un bebé — Vanessa alejó su brazo y se paso las manos por el rubio cabello. No quiere hablar de eso — Amiga, creo que estás en graves problemas —

Vanessa se fue de nuevo a la sala y se sentó en el sillón para refugiarse en el hombro de su abuela. No quiere saber si cometió el peor error de su vida. Pero nadie en este maldito país la está ayudando, ni las personas que salen a las calles a celebrar, ni su familia, ni la estúpida televisión que no deja de pasar a Alise como la prometida perfecta. Se abraza más a su abuela al escuchar desde su sala a las personas celebrar en la calle, ella quisiera ser así de feliz como ellos, pero no puede.

— Abuela — le dijo al oído cuando su madre, su amiga y sus hermanos salieron a la calle para celebrar al nuevo rey. Ni siquiera sabe porque quiere llorar, pero todo el tiempo está sentimental.

— ¿Que pasa? — le pregunta su abuela desde la puerta, esta poniéndose su abrigo para salir  — ¿Quieres ir con nosotros? Ven te vas a divertir —

Pero negó con la cabeza, solo quiere hacerse un ovillo en su sillón, y olvidarse de todo. Quisiera estar en una jodida selva o donde fuera, pero muy lejos de Londres. Su voz es entrecortada cuando intenta hablar.

— Creo que cometí un grave error —

— Lo se querida, lo se — contestó su abuela, le mostro una sonrisa y salió de su casa dejándola sola en la sala, a ella, a su soledad y a un tazón de helado, que es lo único que ha querido comer en estos días.

Tomó asiento en el sillón sin dejar de mirar, ella pudo haber estado en el palacio, celebrando junto a él, en el estupido lugar de Alise, pero ahora solo es la otra chica que intento arruinar el perfecto futuro matrimonio.

Cuanto quisiera saber que esta pensando Alexander en ese momento, si tiene miedo o está feliz, quisiera saber si esta nervioso delante de todos con su corona o si esta feliz por ser el rey. Pero desde su casa no puede hacer nada más que soltar un lloriqueo melancólico.

Se puso de pie cuando todos en el palacio lo hicieron, porque Inglaterra tiene un nuevo rey y es Alexander.

— Dios salve al rey —

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