14. Pecas


El instituto fue registrado de arriba a abajo, Rose no habló más y yo no me enfadé con nadie más que conmigo mismo.

Busqué por todo el instituto buscando alguna pista de lo que podría haber pasado y lo único que encontré fue el dolor de los recuerdos.

Mi mente estaba colapsada intentando asimilar todo, intentando aceptar que por un corto periodo de tiempo había tenido todo lo que quería, y más, pero eso como de costumbre no había podido ser así todo el tiempo.

Los hermanos de Atenea hicieron lo que les pedí pero era como si a las dos pelirrojas que buscaba se las hubiera tragado la tierra.

-James...- me llamó mi padre que había estado intentando explicarle a todos lo que había sucedido y lo que recordaba, en un intento de que ellos también lo hicieran pero, nada, sus mentes estaban muertas.

-A ver... mirad, sé que la mayoría no me soportáis pero me importa muy poco la verdad, por respeto a lo que en aquel tiempo fuimos os protegeré, Kate no sabe que vosotros sabéis nada solo tenéis que fingir que lleváis una vida normal...- le dije yo y todos me miraron.

-¿Y tú?- me preguntó Lilu y no pude evitar mirarla con ternura cuando me llegaron muchos recuerdos nuestros.

-Yo sé cuidarme solo, llevo toda la vida haciéndolo y si Kate intenta hacerme algo la mataré antes de darle oportunidad - le expliqué yo y cuando vi que varios iban a rechistar añadí algo para dejarles claro que no había discusión - sé cuidarme solo, no soy un niño y mucho menos un aficionado, conozco más que todos vosotros las culturas sobrenaturales, dejadme hacer mi trabajo.

-No eres el mismo chico que se fue de nuestra época...- murmuró Marlenne.

-Las circunstancias me han cambiado, no soy el mismo que conociste y no soy el mismo que era cuando creíste que me criaríais- le dije yo encogiendome de hombros.

-No, eres mejor- dijo mi abuelo.

- Lo sé- dije yo encogiéndome de hombros y guiñándole un ojo- pero no me lo repitas mucho que se me sube a la cabeza.- varios sonrieron o soltaron pequeñas risitas porque seguramente se dieron cuenta de que no sólo me parecía al abuelo físicamente.

-¿ Y Mckeyla?- preguntó Lilu y mi sonrisa no salió tan natural.

-Es fuerte, soportó un secuestro mortífago siendo mucho más débil que ahora, puede con lo que sea que le esté pasando y más y como siempre decimos "somos como Loki, sieeempre volvemos" y sé que la voy a encontrar, siempre lo hago...

Me gustaría decir que me creí mis palabras que no dudaba o tenía miedo por la pelirroja pero lo importante es que ellos creyeran que era así, no que me lo creyera yo, yo debía ser realista y aplicar la lógica de MJ "cuenta con decepcionarte y nunca te decepcionarás del todo"

Mi mentira pareció satisfacerlos a todos porque poco a poco volvieron a hablar y a hacer preguntas sobre todos los nuevos descubrimientos.

El ruido volvió a molestarme así que salí de la habitación sin decir nada y nadie notó mi ausencia.

Caminé por los pasillos hasta la cafetería para quedarme frente a la máquina donde antes había hablado con Mckeyla.

-¿ Dónde estás, princesa?- murmuré cómo si la máquina fuera a responderme.

No sé cuánto tiempo pasé ahí pero una voz a mi espalda hizo que saliera de mi ensoñación.

-Jay- me llamó esa voz y me quedé de piedra al reconocer el apodo que nadie usaba salvo una persona, una persona que había dejado de llamarme así hacía mucho tiempo.

Me di la vuelta para poder mirarla a los ojos.

Tan bella como siempre, su pelo pelirrojo no era como el de mi princesa pero no quitaba lo hermosa que la hacía ver, el suyo era un poco más oscuro.

Tenerla de pie frente a mi me hizo recordar tanto...

Mi mente me jugaba malas pasadas mostrándome momentos tan bellos con ella y luego momentos tan dolorosos como aquel me había quitado el sueño en su día.

La miré todavía en silencio intentando sacarle una foto mental con hasta al último detalle de ella, esa chica que en su tiempo había considerado la única mujer en mi vida a parte de mi madre.

Esa misma que me había aceptado con todos mis errores y a la misma vez se había quejado de ellos.

Esa pelirroja pecosa tan especial en mi vida y a la que ahora mismo tenía ganas de no soltar jamás si llegaba a abrazar.

Nos miramos nuevamente a los ojos y puso esa sonrisa traviesa que yo le había enseñado a hacer hace tanto tiempo atrás, luego levantó su mano como diciendo: "choca esos cinco "

Pero no, yo sabía que significaba eso y después de tanto tiempo nuestras manos se juntaron en ese saludo que habíamos creado en una noche de soledad.

Luego volví a mirarla a los ojos, estaba tan cambiada... la pérdida la había cambiado, que no pasáramos tanto tiempo juntos había hecho que no fuera la misma que la última vez que nos vimos, pero ninguno lo éramos así que estaba bien.

Después de observarla un poco más la abracé como si fuera la última vez que lo hacía.

La sentí derramar lágrimas sobre mi hombro y yo tuve que apelar a toda mi fuerza para no hacer lo mismo, se sentía como estar en casa, como si por un segundo todo estuviera bien.

-Te quiero, Jay- murmuró aún en el abrazo.

-Lo mismo digo, Pecas...




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Holaaa

Lo prometido es deuda, les dejo por aquí otro capítulo, feliz año nuevo.

¿Quién creen que sea Pecas?

Ahora sí, se despide

Minicornamenta

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