Final prt. 2

24 DE DICIEMBRE 2020

Un grupo de mujeres cantaban temprano en la mañanita en la puerta de de la abuela de Gulf.

-Navidad, navidad. Hoy es navidad.- Las mujeres felizmente cantaban. Mew estaba todo feliz con una sonrisita moviendo su cuerpo de lado a lado en un pijama cargando a sus bebés. Gulf estaba a su lado con unas ojeras horribles pero no le dejaba de sonreír a las señoras mientras que ambos cargaban a sus bebés. La abuela de Gulf estaba aplaudiendo suavemente a su lado mientras cantaba la canción de villancicos.

Gulf la mira para darle un besito en el cachete por lo que la abuela ríe. Mew le da un besito en el cachete a él por lo que Gulf voltea a verlo con sorpresa antes de sonrojarse con una sonrisita mientras baja la mirada. Mew se le queda viendo todo sonrojado. Las mujeres que cantan los villancicos terminan la canción con sonrisas. La abuela aplaude y Gulf, para no ser maleducado y al menos aplaudir, toma la mano disponible de su esposo (con su mano libre). La alza cerca a su cuerpo para chocar su mano con la de su esposo. Como un aplauso.

-¿Por qué estamos chocando cinco tantas veces?- Mew pregunta.

-Oh, Boo. No estamos chocando cinco. Estamos aplaudiendo porque no podíamos aplaudir sosteniendo a nuestros niños.

Gulf le explica pacientemente a su novio.

-Oh.- Este dice ya entendiendo pero no hace el esfuerzo de al menos chocarle la mano a Gulf para que el esfuerzo sea mutuo. Mew baja el brazo dejando a su esposo moreno con la mano alzada plantada en el aire. El chico autista mira con una sonrisita a las mujeres.

-Ya aplaudimos. Espero que eso este bien aunque su opinión no importa porque lo importante es que ya aplaudimos. Excepto los niños pero los niños es porque son bebés. Son nuestros bebés. Pero aún no tienen la inteligencia de sus papis.- Mew dice parpadeando varias veces evitando el contacto visual por su condición aunque no borra su leve sonrisita.

«Van a tener nuestra inteligencia, Boo. Todo a su paso.»

Gulf piensa mirando a su esposo con una sonrisa.

Las mujeres ríen ante la tierna honestidad del esposo de Gulf mirándose las unas a las otras sin mostrar sus dientes.

-¿Nos pueden donar dinero?- Las mujeres de repente no parecen ser divertidas. Su tono parece demandante. Sus rostros cambian a uno serio. Todos esos cambios suceden cuando una de ellas ofrece una lata roja para que se les de dinero.

-D--Dinero. Está en mi billetera.- Mew dice. Se da media vuelta para ir a buscarla pero frunce el ceño volviendo a enfrentar a las mujeres. -Pensé que los villancicos eran gratis.

-Hay variedad. Esta es la era moderna.- Una de las mujeres dice con una voz odiosa parpadeando sus ojos antes de hacer una sonrisa de labios hipócrita sin dejar de mirar a Mew. -Pensé que serías el más inteligente.

Ella dice.

Gulf rompe el espacio personal con ella.

-¿Qué haces?- Ella pregunta alejando su rostro del de Gulf.

-Te acabas de burlar de mi esposo.- Gulf dice. -Nadie que quiere vivir se burla de él.

Justo cuando Gulf dice eso, Mew lo mueve a un lado con su brazo disponible. Lo mueve suavemente. El autista posa frente a la mujer. Ella alza las cejas.

-Oigan, si no nos darán dinero dejennos saber para largarnos de aquí--

Mew le da un fuerte cabezazo que hace a la mujer caer en su trasero. Las compañeras de la mujer gritan el nombre de esta para verificar si la chica está bien.

La chica está en estado de shock viéndose con la mirada pérdida, su cien sangrando, a medida que sus compañeras la tomaban de las manos para alzarla del suelo.

-Eres una persona mala. Me subestimaste. Todos los que son malos me subestiman. Excepto tú, Gulf.

Mew dice con la mirada baja. Gulf rueda los ojos en un suspiro.

-Ya te he dicho mil veces que no te subestimo desde hace mucho.- Gulf dice ya agotado de haber repetido lo mismo desde hace mucho tiempo. Mew hace como que no lo escucho, prosiguiendo con sus palabras:

-Ahora fuera.

-Pero--- Las mujeres van a insistir.

-FUERA.- Mew les grita viéndose realmente aterrador por su condición que hace sus manos temblar por la agitación. Estas se llevan a su pérdida amiga y huyen de ese lugar con la clara intención de no regresar.

Inclusive Gulf se había sorprendido de ese grito. La abuela del mencionado más todavía. Gang chilló en los brazos de su papi Mew. Dando el indicio de que iba a llorar. Mew miró abajo a su bebé.

-Lo siento. Por favor, no llores. Lo siento.- Mew repite las palabras mientras que lo sube a uno de sus hombros para meserlo. El autista se da la vuelta y Gulf ya estaba corriendo a abrazarlo. Lo abrazo con cuidado para que la bebe que cargaba en sus manos no chocará fuertemente con el estómago de su papi.

-Bii.- Mew llama. Viéndolo desde arriba. Gulf tiene sus ojitos cerrados.

-Es sólo que me sorprendió que gritarás. Fuiste muy lindo en defendernos a todos como familia, Boo. Puedes estar tranquilo ahora. Tus manos están temblando.

—Oh. Lo siento. No lo puedo controlar.

Mew dice. Gulf toma una de sus manos en su mano disponible para tomar la otra (así ambas de las manos de su esposo autista están en su mano.) Gulf lleva esas manos hacia sus labios. Él planta un beso en los nudillos de Mew.

—Está bien, Boo. Nos amo.

—Nos amo también.

Mew dice con una sonrisa tierna. Miran a sus bebés quiénes hacen sus sonidos naturales tiernos de bebé. Los papis ríen con sus niños antes de compartirse un beso.

—Chicos, vengan a comer el desayuno. Nos levantaron muy temprano.— La abuela les dice.

—Mm~. Al menos ya alimentamos a los bebés. Tienen el estomaguito lleno. Qué suerte.— Gulf alza a su niña en el aire para besarle el estomaguito por lo que la niña sonríe. Gulf se la lleva a su hombro derecho.

—¿El desayuno puede ser para nosotros también?— Mild pregunta ahora llegando en una motocicleta con Zee abrazado tras ella.

Todos se dan la vuelta para ver a los recién llegados.

—Me explican otra vez por qué fue que, no lo sé, no me consiguieron una motocicleta.

Gulf dice indignado. Mild se quita el casco negro ahora sonriéndoles a sus amigos.

—Esa es una pregunta para mi novio no para mí.— Mild pide ahora bajándose del auto dejando al pobre de su novio en el intento de quitarse el casco.

—Mild,— Zee llama sin poder quitárselo. —¡Mild!

Gulf le pide a su abuelita que cargue a su niña. La abuelita lo hace. Este aprovecha para ir hacia Zee, ayudándolo a quitarse el casco.

—Ay, gracias mi amor. Pensé que me quedaría con ese casco hasta... ¡AH!

Zee chilla cayéndose de la moto al ver a Gulf parado frente a él con una mirada asesina sosteniendo el casco.

—Idiota... No me asustes así.

Zee gatea rodeando la moto a medida que Gulf se acerca a él.

—¿Por qué no me compraste una? Gastaste 10, 000 millones en la aeronave pero te pido una moto. Una sola. Ah pero para la moto no hay dinero, ¿verdad?

—Gulf, alejate.

—Me encanta que me digan que me aleje. Me motiva a perseguirte más.

Gulf dice ahora acercándose a su mejor amigo. Zee cierra sus ojitos creyendo que Gulf le va a dar con el casco pero se lleva la sorpresa de que el moreno se ríe. Zee abre sus ojitos suavemente para ver a Gulf riéndose.

—Dios, Zee. ¿Creíste que te iba a dar con el casco? Como si fuera tan cruel.

Gulf le ofrece una mano para que su mejor amigo se levante del suelo.

—Ya sabía yo que tu reclamo era una falsa. Nunca me haces eso porque te llegas a sentir mal.

Zee dice.

—Ahora vayamos adentro, ¿sí? Tengo mucha hambre. Abuela, le añadiré jamonillas a la comida. Las cocinaré.

Gulf le anuncia a su abuelita. Volviendo a tomar a su hija en manos.

Mild sigue hablando con su sobrino a medida que entran a la casa.

—¡¿Tienen espacio para dos personas más?!— Bright aparece en auto con Win.

Todos suspiran agotados de tener que darse la vuelta en la puerta.

—Ay, ya. Que lleguen todos entonces.— Gulf pide con los labios abultados. —Realmente hambriento.

—No tenemos por qué recibirlos si Bright es familia de tu abuela. No nuestra.

Mew le dice a su esposo. Gulf sonríe en grande.

—¡Verdad! No tenemos que recibirlos.

—No.

Ambos felizmente siguen su camino por la sala de estar. Mild los mira aterrada.

«Bright es un amigo... No sé cuál da más miedo de esos dos.»

Mild piensa con una sonrisa nerviosa viendo a los tórtolos seguir su camino.

Pero ninguno, ni siquiera los recién llegados, ven al extraño Papa Noél que se oculta tras un árbol asomado para verlos. Su traje en rojo brillando más que todo el ambiente.

Cuando todos entran a la casa, Mild y Zee ven un arbolito de Navidad en la sala de estar sin estar decorado. Las bolitas y demás estaban por alrededor del árbol de Navidad.

—¡Oh! Aún no está decorado. Aún no está decorado.— Mild dice al brincar en sus pies cubriéndose la boquita con ambas manos. Le encanta la navidad.

—Lo hicimos así para que todos pudiéramos decorar juntos.— Mew anuncia felizmente desde la cocina con Gulf a su lado.

Mild los ve sonriendo totalmente feliz.

🕸

Todos decoran el árbol con las bolitas y las luces de navidad. Al final quién pone la estrella es Mew.

Gulf se puso un traje de Santa con un bigote también. Todos aplaudieron sentados en la mesa para cenar a medida que Gulf hacía su reverencia.

—¡Santa! Adelgazaste. O algo así.— Win se burla tomando de su vino.

—Hice dieta.— Gulf le responde antes de sentarse al lado de su esposo e hijos.

—Volviste otra vez, Santa.— Mew le dice a Gulf con una sonrisa. —¿No te cansas de venir aquí cada año?

Gulf le sonríe con sus labios.

—No me canso de venir aquí cada año porque no me canso de verte a ti ni a los niños.

Gulf le asegura inclinándose muy cerca a él por lo que Mew se le queda viendo. Antes de unir sus labios en un tierno beso. Todos en la mesa sonríen. Los bebés están en las cunas. Todos hablan entre sí, ríen, alzan sus copas para celebrar. Oran por cosas buenas y dan gracias a Dios por un buen año.

Cuando están todos orando con sus palmas unidas y sus ojos cerrados, unos toques en la puerta hacen que Gulf abra sus ojitos.

Mild también los abre. Zee también. Los dos con el ceño fruncido.

—¿Quién más podría ser?— La abuela se pregunta.

—Abuela, yo abro.— Gulf le dice antes de caminar a la puerta.

—¿Quién es?— Gulf pregunta al posar en la puerta sin abrir aún.

—Un humilde Santa que quiere darles una feliz navidad.— El hombre tras la puerta dice.

—Ah bueno. Pues feliz navidad.— Gulf le desea. Se va a ir pero el hombre le dice:

—¿No sería mejor si abres la puerta para desearle un feliz navidad?

Pide el hombre. Gulf mira a todos en la mesa con preocupación.

—No. Estamos bien. Gracias por desearnos tan bonita cosa. Feliz navidad también.

Gulf intenta ser cortante.

—Vamos~. Quedarás en la lista de los niños malos si no me abres la puerta.

—Hacen años que estoy en la lista negra de Santa, Santa.— Gulf le recalca cuando entonces una hacha es clavada en la puerta desde el otro lado.

—¡Maldición!— Gulf grita, atónito de ver la hacha creando un hueco en la puerta.

—¡Es Navidad, se supone que todos sean buenos!— Zee se queja como un niño pequeño antes de beber más vino de su copa.

—¡Todos! Suban las escaleras. Mew llevate a los bebés.

—¿Qué hay de ti, Gulf?

Mew pregunta.

—Yo los alcanzo. Primero debo ocuparme de un maldito Santa.

Gulf dice ahora dándose la vuelta cuando el Santa logra crear un hueco en la puerta adentrándose por completo. Este era un poco más alto que Gulf y realmente gordo. Afirmo el agarre en su hacha.

—Bueno, tú no hiciste dieta.— Gulf le dice al ver la panza del Santa contrario a medida que se pone en posición de combate. Mew sube las escaleras con los niños y Gulf debe pelear con el intruso que se metió a la casa.

*N/A: Esto es un especial de navidad aunque a la vez que es cómica tenemos a un Santa aterrador 😬😬 Ya la próxima será el final del final cosa que les dará mucha ternura una escenita con el baby Mew. Nos leemos~ 😘*

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