XXII
Mientras que Mew y Gulf no estaban, Win volvió a visitar a la abuelita de Gulf.
—Win. No me digas que te gastaste todo el dinero.— Ella amenaza con los ojos en grande.
—No, no.— Él niega con la cabeza en una linda sonrisa ocultando sus manos tras su espalda. —¡Vine a traerle esto a Bright!
Win revela una caja de corazones con bizcochitos en forma de corazón teniendo decoraciones de flores.
—¡Vaya! ¿Los hiciste tu?
—Me los hizo mi hermana menor para mí.
Ahora la abuela pone rostro de aborrecida.
—Oiga no me mire así~. Técnicamente es mío y yo se lo estoy dando a él. Así que es un regalo de parte de mí.
—Hecho por alguien más.
—Sigue siendo de mi parte.
Él se abraza a su preciado "regalo" con un puchero. Entonces le sonríe.
—¿Dónde está Bright?
La abuela suspira.
—¿Segura que quieres intentarlo con él? No es fácil estar con él. Tiene que apuntarlo todo en su diario o se le olvidará al día siguiente. No quiero que nadie le rompa el corazón. ¿Sabes?
—Lo sé pero yo...
—Hermana.— Bright se apareció como por obra del destino al lado de Win con una sonrisa. Win se le quedo viendo con los ojos en grande todo sonrojado. Miró a la abuelita apuntándole a Bright con el dedo y mimicando: «¡Es él! ¡Es él!»
La abuelita ríe aunque Bright no este viendo a Win. Sólo sostiene a sus dos hijos pequeños de la mano.
—¿Puedes cuidar a mis hijos? Mathilda dijo que está enferma.
—Siempre es un placer cuidarlos.
La abuelita dice con una sonrisa viendo como los niños corren hacia ella.
Bright sonríe y mira a Win con la misma sonrisa congelada de ayer.
—No soy gay.— Bright dice su "saludo" negando con la cabeza.
—Mi nombre es Win.— Win dice demasiado emocionado aunque Bright no parece recordarlo. —¿Te gustan los bizcochos?
Win le ofrece su cajita de corazones.
—Oh... Que lindo.— Bright dice tomando la cajita suavemente. —Espera, ¿Nos conocemos?
Bright dice cuando apenas iba tomando la cajita.
—¿Mm? Ah no, no, no. No nos conocemos. Para nada. Sólo te la doy porque creo que te gustarán.
Win ríe.
—Oh. Gracias.
Bright ríe.
—Nunca me dijiste tu nombre.— Win se hace el que no sabe.
—¡Oh! Cierto. Mi nombre es Bright.
Bright dice con una sonrisa ofreciéndole su mano. Win se emociona y toma su mano para ambos sacudirla.
«Espero me añadas en tu diario por esto, Bright.»
Win desea en su mente con una sonrisita.
—Entonces voy al trabajo.— Bright brinca sus hombros.
—Adelante.— La abuela desea.
—Que te vaya bien.— Win también desea. Bright se le queda mirando por un segundo con una sonrisa.
—Gracias. Win.— Él dice. Win se sonroja asintiendo la cabeza. Bright se va entre risas hacia su auto.
—Oye tu.— Uno de los niños llama a Win quién se pone de cuclillas para quedar al nivel de los niños. —¿Te gusta nuestro papi?
El niño dice.
—Eh... Yo... No se lo digan por favor.— Win les sonríe poniéndose un dedo sobre sus labios. Los niños ríen.
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Zee estaba atendiendo el bar pero él mismo estaba sentado en la barra de bebidas con su camisa de botones abierta en el área del pecho. Algo pasado de bebidas.
—No bebas más.— Fei le dice tras la barra.
—¿Por qué no?— Zee le responde en su tono de borracho. Fei rueda los ojos yéndose a atender a otros.
Él rueda los ojos.
—Fei, quiero otro trago o te despido.
—¡Despídeme si quieres pero considera que te estoy cuidando!
Ella grita desde la esquina de la barra con una botella en mano para servirle a un cliente. Zee coloca sus codos contra la mesa hundiendo sus dedos en su cabello. Cabizbajo.
Fei vuelve hacia él cuando ha atendido a los clientes.
—Escucha: Mild estará bien. Creo que lo mejor sería estar allí con ella en vez de trabajar aquí.
—No puedo estar allí.
—¿Por qué?
—No puedo simplemente verla inconsciente por su pérdida de sangre. ¿Sabes? Me entristece. Me enfurece demasiado. Sólo quiero abrazarla pero no puedo.
Zee niega con su cabeza mientras mira a Fei.
—¿Al menos la visitarás?
—Por supuesto que sí. La visitaré todos los días. Ya fui hoy.
Zee dice. Fei lo mira con pena.
—¡¿QUIÉN QUIERE JUGAR AL JUEGO DE QUIÉN CHUPA MÁS?!
Zee grita alzando sus brazos en el aire por lo que muchos clientes en el lugar gritan eufóricos. Zee mira a Fei y esta sólo suspira algo irritada ante su inmadurez e se va a la esquina de la barra a atender a otros.
—¡¿Quién será el que juzgue?!— Las personas preguntan al acercarse por atrás. Zee se da la vuelta pretendiendo una gran sonrisa.
—¡¿Quién es el que más ha tenido experiencia oral?! Además de yo, claro.
Zee sonríe con sus labios. Todos se miran entre sí.
—Yo.— Un hombre mayor alza la mano. Luce todo nerd.
—Perfecto.— Zee dice.
Entonces una chica se sienta a la derecha de Zee y un chico afroamericano se sienta al lado izquierdo.
Los tres se sonríen entre sí.
—¡Qué comience el juego!
Anuncia el hombre de mayor edad. La chica acerca dos dedos al rostro de Zee por lo que Zee los succiona de arriba a abajo con un ritmo que hace gritar al público.
Entonces él deja de hacerlo con la chica para voltear hacia el afroamericano y repetir el proceso.
—¡¿Podrá alguien superar ese movimiento?! Miren esa mirada, ¡Esa mirada! Hay fuego en esos ojos.
El hombre de mayor edad dice.
El juego se repite con más tríos de la multitud interesada en jugar pero ninguno era tan bueno como Zee. Incluso una chica le vomitó a un chico.
Y se formó un batallón que formo otro. Y otro. Hasta que todos peleaban sin sentido mientras que Fei se ocultaba tras la barra.
Zee aprovechaba la situación para beber de todos los shots que estuvieran desatendidos.
—¡TODO EL MUNDO FUERA! ¡AHORA!
Zee grita ya molesto cuando las peleas han sido suficiente. Todos dejan de pelearse para mirarlo.
—Gané yo. Mis reglas. A casa.
Zee habla más que borracho.
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Vino Domingo, y Gulf se encontraba en una nublosa mañana frente a una iglesia junto a Mew.
Ambos miraban ese castillo frente a ellos dónde cada vez más personas entraban por sus puertas.
Gulf se vistió como mejor pudo con el estilo de chico millonario estudioso. Un lazo rojo en su cuello con una camisa de cuadros azúl, pantalones holgados crema, zapatos puntiagudos. Su novio se vistió de lo más normal pero casual. Y su abuela toda de rosa.
—Gulf mi amor todo tu vestuario...— La abuela agrieta los dientes mientras estudia a su nieto. —grita que no eres tu.
—Abuela.— Gulf suspira. —Para eso lo hice. ¿No me veo más educado?
Gulf mueve de un lado al otro el lazito rojo en su cuello con algo de orgullo.
—Se ve muy anti-tu.— Mew dice.
—Boo~ apoyáme.— Gulf le suplica.
—No me gusta.
—Eres increíble como novio.
—Ya sé que soy bueno.
—Fue sarcasmo.
—No entiendo el sarcasmo.
—Eso también fue sarcasmo.
Mew lo mira con el ceño fruncido realmente confundido.
—¿Saben qué, perras?— Gulf entrelaza el brazo de su novio con el suyo y el brazo de su abuela con el suyo. —Sólo entremos. La iglesia no se fija en la vestimenta.
Ahora los tres caminan con orgullo para entrar a la iglesia.
Pasan minutos dentro de esta, el culto ha comenzado y Gulf presta mayor atención posible al igual que Mew.
Pero Mew de hecho tiene unas malas vibras sin saber por qué. Él mira a su alrededor con desconfianza.
—Ahora, ¿A quién le gustaría pasar al frente a recibir la aceptación de Dios?
El pastor busca voluntarios dispuestos a convertirse.
La abuela mira a su nieto y a Mew con una sonrisa.
—¿Quieren pasar?— Ella pregunta.
—No gracias.— Gulf dice.
—Quiero pasar.— Mew dice de la nada con mucha curiosidad.
—B--Boo...— Gulf dice algo impresionado poniendo su mano sobre el muslo izquierdo de Mew.
—Excelente. Pasemos.
La abuelita se levanta llevándose a Mew consigo. Gulf los observa hasta que van al altar.
Ahí el pastor pone su mano en la frente de Mew y reza por él. Gulf estaba feliz de que Mew tomase tanta participación en compartir momentos con su abuela así que sonrió con sus labios.
Lo que no le gustó fue cierto momento en que mientras el pastor rezaba, miró a Gulf fijamente con una mirada de pocos amigos.
Gulf dejó de sonreír un poco. Frunciendo el ceño.
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El culto acabó y Gulf salió afuera con Mew mientras que la abuela se despedía de sus conocidos allá adentro.
—¿La pasaste bien, Mew?
—Fue genial.— Mew responde en una gigante sonrisa.
—Me alegra oír eso.
Gulf va a tomarlo de la mano pero Mew la aleja a propósito. Gulf frunce el ceño con una sonrisa.
—¿Ahora te haces el difícil?— Gulf pregunta juguetón.
—No sé de qué hablas.
—Te iba a tomar la mano y la apartaste.
—Ah. Sí. También: no me beses.
—¿Qué?
—Vamos al auto.
Mew se adelanta con pasos rápidos. Gulf no entiende nada. ¿Por qué su novio no quiere besarlo ni tomarle de la mano tan de repente?
Miró tras suyo mirando a la iglesia con confusión. El pastor estaba en los escalones y le miró con una sonrisa algo... Maléfica.
*N/A: ¿Qué creen que este ocurriendo con Mew? Ya tengo el otro cap hecho, no sé si quieran que lo suba ahora o esperar a mañana😁💖
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