PARANORMAL:
Trago saliva mientras veo la dichosa casa abandonada. Tranquila, sólo...tranquila. ¡Es una casa! ¿Qué te puede hacer una casa? ¿Matarte? Vamos, además, tú no crees en estas cosas.
—Claro, por eso trajiste sal y agua bendita —. Me recrimino en voz alta mientras me aferro al pomo de la puerta que acabo de forzar, e ingreso en las penumbras.
Adentro no luce mejor que afuera. Mi linterna sólo alumbra motas de polvo danzantes y...
—¡AHHHHH! —Me echo hacia atrás, tropezando y cayendo de trasero. Mi cerebro entra en pánico, no dándome una idea clara de qué demonios estoy viendo. Hasta que segundos después, el muy imbécil se da cuenta de que es una lámpara cubierta por una sábana—Ay, Dios —me llevo una mano al pecho, jadeante— qué estúpida. ¡No hay nada aquí! —Acabo riéndome y poniéndome de pie para seguir investigando— Maldita lámpara.
Continúo rastrillando el hogar, tarareando una canción, bueno, gritando una canción infantil para dejar de sentir miedo.
Ya cansada de ver mugre y soledad, decido volver al living y abrir una bolsa de galletitas, sentándome en el sillón.
Dejo la sal y el agua a un lado, y me dispongo a comer.
—Oye, ¿y la sal para qué es?
Volteo la cara.
Un chico.
Un jodido chico con un disparo en la cabeza.
Ja.
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Todo me da vueltas cuando despierto, es más, incorporarme supone un gran esfuerzo.
—Ay, ay...
—¿Estás bien? —Oh, genial. Enloquecí. Estoy OBSERVANDO y ESCUCHANDO a un TIPO LINDO con un DISPARO EN LA CABEZA.
—T-tú... —Aclaro mi garganta, seca de repente— tú.
—Tu, tu, tururú, tururú —canturrea y mueve el índice en círculos. Como nota que no me río, frunce el ceño— ¡Vamos! ¿Tan mal aspecto tengo?
Sus ojos son enormes y brillantes, y su sonrisa da como para besarlo ahí mismo, pero hay un detallecito...
—¡TIENES UN AGUJERO EN EL COCO! ¿A TI TE PARECE QUE ESTÁ BIEN? —Él no está bien, yo no estoy bien, nada en este condenado sitio está bien.
—Ok, ok —levanta las palmas buscando que me clame— te lo puedo explicar. Había una chica, Betty...
—Ah, no me jodas —ruedo los ojos—. ¿En serio? ¿El chico popular que no soportó un no por respuesta?
—El chico popular y ebrio, que no soportó enterarse de que su mejor amigo y su novia lo engañaban, el mismo día que su madre había fallecido de cáncer —. Se rasca la nuca y sonríe de lado.
—Lo siento, fui una idiota.
—Nah –le resta importancia— lo único que realmente me dio pena, fueron los tipos a los que les tocó limpiar el desastre, ¿sabes lo difícil que es sacar sesos de la pared? Tuvieron que usar una espátula –. Realiza el gesto y todo.
—Bueno —retrocedo un poco, asqueada— no quería saber eso, pero gracias.
El resto de la noche la pasamos conversando de cualquier cosa, es una buena compañía, mas tengo que irme.
—¿Cómo? ¡No puedes!
—¿Por qué no? —Me cruzo de brazos.
—Es que... —Señala tímidamente un cuerpo pálido tirado en el suelo, uno al que no le había prestado atención— te asustaste mucho.
Mierda.
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