Escena 6
Después de un día agotador, ambos líderes de organizaciones criminales se permiten vulnerabilidades y deseos ocultos. Pero aveces el sueño y cansancio los quiere vencer.
○●○ Sueño Satisfactorio ○●○
Doflamingo, exhausto después de un largo día de negocios turbios y manipulaciones políticas, regresó a su lujosa mansión en el distrito de Mary Geoise. Ansioso por ver a su pareja después de un día muy irritante, entró a gran velocidad y se dispuso a buscarlo por todas partes, pero no lo encontró. Desilusionado, se dejó caer pesadamente en el sofá y, sin poder resistir más, se quedó profundamente dormido.
Un par de horas después, Crocodile, el presidente de Baroque Works, llegó a la mansión después de lidiar con los asuntos de su organización. Irritado y agotado, esperaba que Doflamingo lo recibiera con los brazos abiertos y le diera algo de atención y cariño. Por fin iban a vivir juntos después de cinco años de conocerse y un año desde que comenzó su relación.
Sin embargo, al entrar en la sala de estar, se encontró con una escena que al inicio le causó pena. Ver a Doflamingo dormido en el sofá señalaba lo muy cansado que había sido su día.
Doflamingo abrió los ojos y vio que ya era muy tarde en la noche. Caminó por toda la casa hasta que algo de luz fuera de la casa llamó su atención.
La luna se alzaba en lo alto del cielo, derramando su suave luz sobre el jardín de rosas en plena floración. Las fragancias embriagadoras flotaban en el aire, y el roce de la brisa acariciaba la piel desnuda de Crocodile.
Doflamingo se detuvo en seco al ver a Crocodile recostado en un antiguo diván de terciopelo, cubierto solo por una sábana de seda que dejaba al descubierto sus curvas exquisitas.
"¿Croco?" llamó Doflamingo, con una mezcla de sorpresa y deseo en su voz.
Crocodile levantó la mirada, llena de deseo, fija en Doflamingo. "¿Qué haces despierto, Doffy?" preguntó con voz suave, aunque había una nota de ironía en su tono.
Doflamingo, sin poder resistirse, se acercó lentamente "Te estaba buscando. No podía dormir sin ti", dijo arrodillándose frente a Crocodile, tomando sus manos con suavidad.
"¿Es eso cierto?", respondió Crocodile, entrelazando sus dedos con los de Doflamingo en un gesto de complicidad. "Porque parecías bastante cómodo en el sofá."
Sus labios se encontraron en un beso cargado de pasión. La lengua de Doflamingo exploraba cada rincón de la boca de Crocodile, mientras sus manos acariciaban suavemente su espalda desnuda.
"Te extrañé", susurró Doflamingo entre besos.
El deseo ardía en ellos, convirtiéndose en una hoguera de pasión que amenazaba con consumirlos por completo. Doflamingo se levantó lentamente, deslizando sus manos a lo largo del cuerpo de Crocodile, hasta que encontró los bordes de la sábana de seda que lo cubría.
"No te vayas", dijo Crocodile, su voz un susurro lleno de necesidad.
"Jamás", respondió Doflamingo, con un gesto fluido, haciendo que la sábana cayera al suelo, revelando su piel pálida y perfecta ante la mirada ansiosa de Doflamingo.
Se acercó a él una vez más, sus cuerpos rozándose, creando una sinfonía de sensaciones. Sus manos exploraron cada centímetro de piel, mientras sus labios trazaban senderos de placer por su cuello y su pecho. Ansiaba tanto bajar hacia aquellos pezones rosados de su pareja.
"Te deseo tanto, tanto tanto, más que cualquier cosa en este mundo Croco", murmuró Doflamingo, cada vez más cerca del paraíso. Un paraíso que de pronto desapareció y se transformó en lo que creyó por un momento era... un cojín.
El enojo bullía en su interior mientras observaba a su amante dormido. Se acercó con paso firme, la mandíbula apretada, y despertó a Doflamingo lanzado le con fuerza el cojín del mueble.
—Doflamingo— dijo Crocodile con voz áspera y tensa. —¿Con quién estabas soñando?—
El rubio se sobresaltó, despertando abruptamente.—¿Eh? Croco, ¿qué...?—
—¿Con quién, Doflamingo?— insistió con un tono cortante.
Doflamingo parpadeó, confundido por la intensidad del enojo de su pareja. —Croco, fue solo un sueño..., ademas yo—
—No me mientas— interrumpió, sus ojos brillando con una mezcla de dolor y rabia. —Escuché lo que dijiste. ¿Me estabas comparando con alguien más?"
Doflamingo se sentó rápidamente, buscando las palabras adecuadas para calmar a Crocodile. —Croco, no fue así. No sé de qué estás hablando...—
—¿No?— replicó con amargura. —¿Entonces qué es, Doflamingo? Porque parece muy claro para mí.—
Doflamingo se levantó del sofá, moviéndose hacia Crocodile con urgencia. —Croco, por favor, escúchame. No estaba pensando en nadie más. Solo estaba... soñando despierto, supongo.—
El pelinegro lo miró fijamente, buscando la verdad en los ojos de Doflamingo. —¿De verdad?— preguntó, aún con una nota de duda en su voz.
Doflamingo se removió nervioso, tragando saliva antes de hablar. —Está bien, sí, estaba soñando... y fue un sueño satisfactorio y muy excitante—
—¿¡Excitante!?— frunció el ceño, con la indignación brillando en sus ojos.
—¡Contigo, Croco! Estaba soñando contigo. Eres tú el que me excita, el que llena mis sueños.—Doflamingo se apresuró a responder, su voz temblando ligeramente.
Crocodile se cruzó de brazos, observando a Doflamingo con una expresión de escepticismo. Ante este gesto, Doflamingo bajó su mirada, nervioso. Sin querer, sus ojos se detuvieron en el pecho desnudo de Crocodile, y antes de poder controlarlo, sintió que un poco de saliva se acumulaba en la comisura de sus labios.
—¿En serio?— dijo Crocodile, notando la mirada fija y el rastro de baba. —¿Es eso lo que te excita?—
Doflamingo, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, se sonrojó y limpió rápidamente la baba de su boca. —Sí, Croco. Eres tú. Siempre has sido tú.—
Crocodile lo miró durante un largo momento, su expresión suavizándose un poco ante la sinceridad de Doflamingo. —A veces me haces enojar tanto. Pero no puedo negar lo mucho que te amo flamenco molesto."
Doflamingo se acercó más, tomando las manos de Crocodile con firmeza. —Lo siento, Croco. Haré lo que sea necesario para que nunca dudes de mi amor por ti.—
Crocodile suspiró, permitiendo que Doflamingo lo abrazara. —Está bien. Pero recuerda, no soy alguien con quien se juegue.—
—Lo sé—respondió Doflamingo con una sonrisa suave. —Y nunca lo olvidaré— Se besaron de nuevo, esta vez con una mezcla de pasión y comprensión renovada. Doflamingo se separó un poco y miró a Crocodile a los ojos. —¿Eso significa que ya me has perdonado?—
—Supongo que sí— respondió Crocodile, con un tono indiferente pero dejando entrever una ligera sonrisa.
Doflamingo, sin perder un segundo, rápidamente lo cargó en sus brazos.—Entonces, no perdamos más tiempo— dijo con determinación, llevándolo directo al cuarto.
—¿Qué haces, Doffy?— preguntó Crocodile, tratando de sonar molesto, aunque su tono estaba teñido de sorpresa.
—Solo asegurándome de que no olvides cuánto te amo— respondió Doflamingo, entrando en la habitación y cerrando la puerta tras ellos.
Una vez dentro, Doflamingo dejó a Crocodile suavemente en la cama. Doflamingo ahora sobre Crocodile lo besó cargado de pasión. La lengua de Doflamingo exploraba cada rincón de la boca de Crocodile, mientras sus manos acariciaban suavemente parte del cuerpo de su pareja. El deseo ardía en ellos.
Con movimientos ágiles, comenzó a desabotonar la camisa de Crocodile, quitándosela rápidamente.—He esperado tanto este momento, si no fuera por nuestros pesados trabajos.— murmuró, sus ojos llenos de deseo. Se acercó a él una vez más.—Hace mucho que hubiera hecho esto— Sus manos exploraron cada centímetro de piel, mientras sus labios trazaban senderos de placer por su cuello y su pecho. Ansiaba tanto bajar hacia aquellos pezones rosados de su pareja.
—Te deseo tanto, Croco— murmuró Doflamingo.
—Y yo a ti... Doffy— respondió Crocodile con un suspiro.
~Kelly~ ☆
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top