Capítulo 36
Gaia
Sintiéndome invisible me hago a un lado. Sin apartar la mirada de la morena que abraza a Nolan con tanta emoción, que inevitablemente, siento ganas de poner distancia entre ambos.
Me aclaro la garganta intencionalmente para que me presten atención. Nolan da un paso atrás, buscando su espacio personal, pero la chica no pierde la oportunidad de posar una mano en su brazo.
—Ah, hola —me saluda alegre.
Hago un ademán con una mano al aire para devolverle el saludo.
—¿Eres la modelo que trabajará con nosotros? —pregunto, aunque con lo que dijo al llegar creo que ya era obvio.
—Eso parece —responde, acomodando detrás de su oreja un largo rizo negro —Katherine Spencer —se presenta —Pero todos me dicen Kat.
Me presento por educación y la invito a pasar al local para que Mario pueda tomar su sección de fotos individual y luego junto a Jude.
Agradezco que todos estén concentrados en su trabajo y que la pequeña discusión que tuve con Nolan unos minutos atrás delante de ellos, haya quedado olvidada. Desde que entramos no hemos dicho palabra al respecto, ni siquiera para la conversación que dejamos pendientes cuando la modelo llegó.
Mantengo un poco de distancia con Brandon, si bien me gustaría explicarle el motivo por el que dejé Londres y las razones por las que no he contestado las cientos de llamadas y mensajes que me hizo, ahora mismo solo estoy pendiente a Katherine que no aparta los ojos de Nolan.
—¿Es ella? —me acerco a Jude a donde le hacen el cambio de maquillaje.
—¿Ella quién? —me responde con otra pregunta, por su tono de voz a la defensiva siento que todavía sigue molesta conmigo.
Desde la discusión que tuvimos cuando me reclamó el no haberle contado a Nolan sobre Naia, su trato conmigo a sido indiferente. Mario se tomó la molestia de contarle toda la historia, solo que defiende fielmente que sin importar lo que haya pasado, debí decirle.
—Olvidalo.
Regreso a la esquina donde estaba antes. Tenía la estúpida idea que todo se arreglaría después de que supiera la verdad.
Britney se acerca a Mario para ver el resultado de las fotos hasta ahora y por su sonrisa amplia, estoy segura que está maravillada.
La sección de fotos con las dos modelos empieza y esta vez muestran las paletas de colores que usan. Me permito estudiar a Katherine y solo puedo decir que es una chica muy bella. Su piel morena contrasta con la palidez de la de Jude, y tengo que admitir que fue una buena elección para este trabajo, teniendo en cuenta que el maquillaje se aprecia agradable en las dos chicas.
—Ahora entiendo el por qué no me dabas señales de vida.
Aporto la mirada del frente y me giro para poder enfrentarlo. Soy conciente de sus llamadas, de todos los mensajes, pero cuando me reencontré con Nolan mi cabeza dió tantas vueltas que las olvidé por completo y al parecer él se cansó de no tener una respuesta de mi parte porque solo insistió dos días. En mi defensa, no me acordé más de ellas hasta que me lo recordó hoy con su llegada.
—Lo siento...
—No te disculpes, Gaia —se adelanta a decir —Desde que te conocí sabía que había alguien más, aunque no lo reconocieras. Por él no dejaste entrar a nadie, ni a mí.
Su mirada es tan comprensiva que ni siquiera intento justificar mi decisión de no responder cuando intentaba comunicarse. Cuando conocí a Brandon hace tres años me pareció un exelente hombre, pero yo no estaba preparada para ser la mujer que él necesitaba. Los años pasaron y entonces intenté seguir adelante. Darme una oportunidad de querer a alguien más, pero fue imposible. Salimos en varias ocasiones los últimos meses de mi estancia en Londres y le pedí que todo fuera despacio, porque si era honesta conmigo misma, sabía que mis sentimientos no estaban listos para continuar. Sobre todo porque no había dejado el pasado atrás.
—Supongo que ni siquiera yo era conciente de eso —murmuro para mí.
—Solo quiero que seas feliz —respondo al abrazo que me da luego de decir esas palabras.
Le agradezco en silencio que no me juzgue por mi decisión y cuando su hermana lo llama me quedo sola, aunque no por mucho tiempo. No volteo para verlo, pero sé que está detrás de mí. Su perfume lo delata y siento el peso de su presencia encima.
—Estoy celoso —confiesa en un murmuro, pero su voz no pierde firmeza —Tanto, que me reclamo a mí mismo por dejar que me afecte algo tan inocente y normal como un abrazo.
No puedo evitar que me agrade su comentario, aunque los celos no son algo de lo que debería alegrarme. Siento esa satisfacción de saber que no le es indiferente que alguien pueda ser mi pretendiente.
—No deja de mirarte —le hago saber al darme cuenta que su vista está fija en el hombre detrás de mí.
—¿De qué hablas?
—Es ella —ni siquiera lo pregunto, ya lo doy por hecho.
Katherine fue la modelo con la que salió. Una punzada es perceptible en mi pecho por al menos un par de segundos. Me doy la vuelta para poder estudiar su reacción, pero no puedo descifrar nada. Parece tan tranquilo, que empiezo a creer que no está entendiendo lo que quiero decir.
—Con ella fue con quién te besaste —termino afirmandolo, saboreando la amargura que dejan esas palabras para mis adentros.
—No fue nada importante.
Ojalá esas palabras hubieran surgido el efecto de calmar la guerra de emociones que se debate en mi interior. Niego y muestro una sonrisa que al contrario de mí, parece relajada. Sé que no tengo motivos por los que sentir celos de ella, pero aún así, como el filo de una espada cortando, me es inevitable controlarlos.
Ahora mismo solo quiero que esto termine para poder irme. Refugiarme bajo las sábanas en mi cama y dejar escapar un par de lágrimas con la intención de que esa sensación que ahora mismo domina mis emociones, desaparezca.
Le doy la espalda cuando ya no puedo mantener la seguridad en mi mirada. Entonces la veo. Tan segura de sí misma frente a esa cámara que me es inevitable no compararme con ella, cosa que hace que la presión en mi pecho aumente.
—Es bonita —dejo escapar, arrepintiendome de ello.
—¿No te has mirado en un espejo? Tú también lo eres.
En otro momento le agradecería su elogio, solo que ahora no puedo.
—Estoy segura que si la invitabas a salir un par de veces más, te enamorarías de ella —doy por hecho —Nathaniel sería el más contento de todos, al fin su hijo dejaría atrás su aventura con la hija de sus empleados —con la seguridad que no tengo, giro para poder verlo a los ojos —Y tal vez hoy en día vivirían juntos, con un bebé en camino...
Guardo silencio cuando el nudo que se ha formado en mi garganta no me deja hablar. Sintiendo el filo de las ya dichas en mi interior y odiandome por ese escenario que en mi estado, han venido a torturarme. Sobre todo porque si las cosas se hubiesen dado así, nunca sabríamos que fuimos engañados. Que ninguno jugó o se aprovechó del otro. Él estaría feliz con su familia, mientras que mi hija no tendría la oportunidad de conocer a su padre y yo... yo intentaría seguir adelante, pero estoy más que segura, que por mucho que avance no podría dejar por completo el pasado atrás.
Siempre recordaría el color de sus ojos, la intensidad de su mirada. El silbido del viento me susurraría su nombre, para no olvidarlo. Su sonrisa me aparecería en sueños y su tacto acariciando mi piel se sentiría tan real, que cuando despertara, el calor de sus manos quedará impregnado en mis adentros. Estoy segura que en ocasiones, extrañaría sus besos, pero también intentaría odiarlo con todas mis fuerzas, aunque jamás lo conseguiría. Lo sé, lo intenté tantas veces que tal vez por eso, nunca llegué a soltarlo.
Y como mismo en los últimos años me repetía a mí misma que él era alguien insignificante, en intentos vanos de convencerme que ya lo había superado, siendo conciente que al final de todo, esos sentimientos que tenía prisioneros en alguna parte de mí, escondidos para que no me doliera tanto tener que dejarlo, siempre salían a la luz... al menos, un poco de amor de todo ese que juraba que se había extinguido, porque no se puede acabar algo que guardas en el fondo.
Esa guerra de emociones que buscan ganar la batalla, y solo fui conciente, cuando ví a Nolan hace unos meses atrás, en ese momento en que nuestras miradas chocaron después de tantos años, que no importa cuánto esfuerzo haga por ocultar mis sentimientos por él. Con solo verlo, yo misma buscaría ese escondite, le abriría la puerta a mis sentimientos y los dejaría tomar el control de mí. Todos y cada uno de ellos, como ahora, que aunque no lo reconozca en voz alta, siento... celos.
—Parece un cuento con final feliz —la facilidad con que lo dice, me hace sentir más presión en el pecho.
Al menos para él sería feliz.
—Pudo ser real.
—Solo cambiaría un pequeño detalle —añade, después de todo no le desagrada la idea.
—¿Y eso sería? —pregunto, preparándome internamente para recibir el impacto de sus palabras como si en mi dirección viniera un balón a golpearme en el estómago.
Una amplia sonrisa curva sus labios, elevando de más la comisura izquierda. Provocando que se marque un pequeño hoyuelo que para notarlo hay que mirarlo detenidamente.
—Ella —siento su aliento acariciar mi mejilla cuando se acerca para hablarme al oído —Ella no eres tú. La cambiaría a ella.
Los latidos de mi corazón aumentan y aunque su respuesta me hace sentir alivio, no puedo moverme de mi lugar. Mis ojos buscan los suyos con desesperación y cuando nuestras miradas se encuentran en la misma línea, una sonrisa nerviosa se apropia de mis labios.
Entonces la pequeña atmósfera que hemos creado solo para nosotros dos, es penetrada por los sonidos de nuestro al rededor y la voz de Mario cuando nos llama para mostrarnos el resultado final de su trabajo.
***
Luego de escoger las fotos con las que prepararé la estrategia de promoción del nuevo producto de Britney, ella decidió celebrar lo mucho que le habían gustado las fotos y la propuesta que le presenté. Nos quedamos en el pequeño bar de la instalación, no había necesidad de ir a otro sitio cuando aquí teníamos lo necesario.
Mario y Brandon se han encargado de servir las bebidas mientras todos conversamos. Debo admitir que Katherine es alguien agradable y no me es incómodo platicar con ella. En cambio Jude sigue sin dirigirme la palabra y aunque intento actuar como si no me importara, me importa y mucho.
Le pido a Mario que vuelva a llenar mi copa con vino, sería la cuarta y por el mareo apenas perceptible que estoy sintiendo, puedo asegurar que también es la última.
—Gaia... —me llama Beth a unos cuantos metros de distancia.
Había salido unos minutos atrás cuando su teléfono recibió una llamada. Dejo la copa que sostenía en la mesa y acorto la distancia que nos separa, preocupada.
—¿Pasa algo? ¿Tu mamá...?
—Está bien —no me deja terminar la frase y lo agradezco antes de decir algo que pueda lastimarla —Quería pedirte permiso para retirarme, ahora que el trabajo terminó por hoy. Si llego más temprano para atender a mamá y a Elijah, papá tendrá más horas de trabajo y conseguir un par de carreras más de las que ha hecho los últimos días.
Como quisiera poder hacer más por su familia. Si tan solo se dejaran ayudar con la pequeña, pero suficiente ayuda económica que Nolan les ha ofrecido en más de una ocasión. Son tan buenas personas, que lo poco o mucho que obtengan, quieren que sea fruto de su trabajo.
—Puedes irte tranquila —concedo sin dudarlo —Da saludos de mi parte.
—Gracias, ahora tengo que pedirle permiso a Nolan.
—No hace falta Beth, puedes irte —me tomo el derecho de darle el permiso por él —No hay ningún problema con él. Yo me hago responsable de tu autorizo.
Me despido de ella y vuelvo al asiento que estaba ocupando antes. Notando que Katherine cambió de lugar para sentarse más cerca de Nolan.
Me reclamo al notar que nuevamente, esa sensación que hace unas cosquillas para nada agradables unas horas atrás, están de vuelta. Me muerdo la lengua para no decir alguna palabra fuera de lugar y solo me concentro en aislar las voces de los otros y concentrarme únicamente en la conversación que mantienen ellos dos.
—Pasó mucho tiempo desde la última vez que nos vimos —a penas logro escuchar que dice ella —Dos años, ¿No?
—No llevo la cuenta, pero puede que sí —responde él.
Casi suelto la risa, no solo por lo que dice, sino por la poca importancia que le da a esa fecha. Aunque ella no lo nota, la sonrisa que adorna sus labios me hace llegar a esa conclusión.
—Creo que deberíamos salir de nuevo en algún momento. Digo, ya pasó un par de años, tiempo suficiente para olvidar a esa mujer que prefirió dinero antes que a ti.
Yo no fui la única que escuchó eso, el silencio que inunda la habitación como si todo se hubiera quedado en una pausa, es la prueba de ello. El tono despectivo con el que emite esas últimas palabras la hizo subir un poco el volumen de su voz.
Jude, Mario y Nolan me miran fijamente, al contrario de Britney y Brandon que curiosos observan a la morena. Niego, en un intento de no reaccionar a la defensiva.
Es fácil juzgar cuando no se conoce toda la historia y ella solo sabe la mentira.
Me disculpo con todos y me pongo de pie para retirarme, solo que no llego muy lejos cuando Nolan me alcanza.
—Espera...
Rechazo el contacto de su mano en mi muñeca y lo que no exploté unos segundos atrás con ella, lo hago con él.
—Para ser nada importante le contaste la farsa que habíamos vivido —lo acuso enterrando mi dedo índice en su pecho —Ni siquiera le corregiste ahora que esa mujer de la que habla con tanto desprecio soy yo y que nunca le importó nada material de lo que pudieras ofrecerme. Desde que llegó no ha perdido oportunidad de coquetearte hasta con la mirada y he tenido que soportarlo.
Me arrepiento de decir la última oración, exponiendo mis emociones de esa forma.
—¿Celosa?
—No —me felicito internamente que la voz no me flaqueara.
—¿Estás segura?
—Sí.
—Bésame.
Pierdo por completo la cordura cuando mis labios se apoderan de los suyos. Reclamándolo como mío ante los ojos de todos los presentes, sobre todo de ella. En este momento le hecho la culpa al alcohol por mi reacción tan inmadura, pero fue él quién me pidió que lo besara y solo me alejo cuando mis pulmones reclaman por más aire.
—Ahora ya no tengo que aclararle a nadie quién eres y menos que no te he olvidado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top