¡Se mi madre, Por favor! KyojuroxTomiokaxSenjuro
♡ Prostitución
♡ Aclaraciones:
♦Senjuro: 17 años
♦Tomioka: 21 años
♦Kyojuro: 23 años.
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
Suspira cansado al escuchar la alarma con su intenso pitido, se levanta cansado hasta el armario para buscar entre su armario esa ropa que tanto le incomodaba pero era necesario. Se toma un café antes de salir por la puerta. Tras dos camiones llega al gran edificio blanco, la recepcionista ya lo conoce y lo deja pasar por, ya sabe el camino de memoria.
Entra al cuarto para ver a su hermana en esa camilla quien le sonríe triste, charlan un rato sobre cualquier cosa que hay en su día a día, se despiden y el vuelve a tomar más camiones solo para ir a ese barrio de mala muerte. Saluda a algunas personas, pasa a la parte de atrás del establecimiento dejando su chaqueta y pantalón que ocultan la ropa tan reveladora que tiene puesta.
¿Quién pensaría que un estudiante de medicina que alguna vez fue capas de tener becas terminaría siendo un prostituto? Lamentaba haber dejado la carrera pero sabía que fue lo necesario; a los inicios de la enfermedad de su hermana balanceaba los estudios y el cuidarla a ella pero conforme se agravaba su estado el dinero faltaba, aun con ayuda financiera no era capas de seguir estudiando. Ella no sabía el tipo de trabajo que obtuvo y no lo haría, le decía que consiguió empleo en tiendas o cosas por el estilo, algo que no era mentira del todo.
La tarde pasó más rápido de lo que se imaginaba, fueron por lo menos tres clientes antes de tener un descanso bien merecido; se recostó en uno de los postes mirando a los alrededores pero el panorama era siempre el mismo, o eso pensó. A lo lejos observó figuras demasiado jóvenes para estar ahí, cuando se acercaron a él se sorprendió mucho.
—Fuera, yo no hago trabajos para niños —¿Cuántos tenían?¿Quince? Miro de reojo a los niños, eran cuatro. Dos muy incomodos, uno nervioso por las mujeres del lugar y al otro apenas y le importaba donde estaba.
—N-No, yo... Yo no buscó ese, ejem, trabajo —Lo vio jugar con sus dedos tímido, se volteo curioso a lo que tuviera que decir el niño —Tú, am, ¿Puedes... Fingir ser mi mamá? —Casi se resbala de la impresión, ¿Escucho bien?
—¿Disculpa? —Lo miro incrédulo, ¿Le vio cara de señora? El estrés le afectaba más de lo que pensaba.
—Es que, pues no sé, me metí en problemas —habló tímidamente antes de tomar una bocanada de aire —mi madre esta muy enferma y mi padre debe cuidarla, ni hablar de Aniue porque él esta ahogándose en exámenes de sus alumnos —La velocidad de sus palabras iba aumentando en cada silaba.
》No quiero preocuparlos con un tonto citatorio a la escuela ¡Fue por una pelea! ¿Okey? Yo nunca me peleo pero ese chico se burló del dojo de mi papá, lo dejé pasar pero él siguió y —Ese niño hablaba tan rápido que le daría una jaqueca, él no es psicólogo para estar escuchando sus problemas.
—Hey, para tu carro ahí —Tocó el puente de su nariz tratando de procesar la información --Quieres que finja ser uno de tus padres para ir a hablar con tus maestros por una pelea en la que te metiste —El niño asintió —¿De cuánto hablamos?
—Am, pues —Buscó entre sus bolsillos un fajo de billetes —,son ¥4,000. Tengo más ahorros, esto es solo un adelantó pero en total sería ¥9,300 —Miro sorprendido al niño, era demasiado dinero por un solo día.
—Estas muy desesperado —¿Sería correcto aceptar todo ese dinero? Era muy por encima de sus tarifas pero esa cantidad le ayudaría mucho con los tratamientos de su hermana. Miro una última vez al menor y al ver sus ojos suplicantes supo que no podía hacerle eso.
—Lo haré pero ¡Solo! Por —Suspiró derrotado, enojado con su moral —¥3000 pero tú consigues todo.
—¡Muchas Gracias! —Sin poder evitarlo abrazó al piadoso hombre. Se sonrojó al darse cuenta que estaba abrazando a un completo extraño —Perdone.
—No hay problema pero necesitaré saber mucho de tus padres para hacer creíble esta farsa. Quédense aquí y no se muevan —sentenció serio, fue a la parte de atrás para cambiarse y tomar sus cosas. Al salir pudo ver al cuarteto pegado a la pared —Andando.
Se sorprendió al verse frente una gran casa estilo japonés, un jardín bien cuidado, los muebles parecían de calidad, por primera vez en mucho tiempo se sentía seguro en un lugar. No como si fueran a romper su puerta para asaltarlo. Si mirada brillaba con cada esquina de la casa, a su nariz llegó un olor tan delicioso que por inercia lo siguió. Al entrar a la cocina su cliente se hallaba cocinando, se acercó a él con curiosidad de saber lo que era exactamente, Senjuro se puso nervioso al tener a alguien tan cerca suyo.
—Huele muy bien, ¿Qué es? —Su estómago rugió al instante haciéndole sonrojar.
—Es arroz, algo de soba y verduras, ¡Oh y mi especial! —Sacó el cucharon para dejarlo probar un poco, el pelinegro se inclino hasta sorber un poco del caldo.
—Es lo más delicioso que he probado en mi vida --A Senjuro le gustó eso, no era lo mismo recibir el halago de su familia-que para todas las comidas decían Sabroso --a que un completo extraño le haga un cumplido —Eres muy bueno en esto.
—G-gracias —El hombre era atractivo, eso no lo negaría pero era mejor ponerse manos a la obra —Am, ¿Por qué no comemos y mientras le cuento algunas cosas? —Ambos fueron a sentarse en el comedor.
—¿Y de quién dices que voy a hacer? —le preguntó mientras degustaba la delicia en su plato.
—De mi madre —Casi escupe su bebía al escucharlo, el jovencito se acercó a darle algunas palmaditas en la espalda.
—¿Tu madre? ¿Por qué ella me recuerdas? —El niño se limitó a pasarle una foto familiar, al verla entendió de inmediato, compartía algunos rasgos con la mujer mientras que sería obvió que no sería el padre por más maquillaje le pusieran.
—Mi Madre es alguien fría en el exterior, muy elegante y formal con las personas, también algo estoica pero eso es con los demás —El rubio corrió al cuarto de sus padres para tomar ropa de su madre —Creo que esto le puede quedar —Tomioka empezaba a arrepentirse de eso, no había forma en que eso funcionada.
Volteo su mirada al chico una vez más, ya le pagó, no hay marcha atrás, dobló con sumo cuidado la fina ropa poniéndola en su bolso, se giró hasta el menor para preguntarle algunas cosas, si iba a hacer esto lo haría bien.
—¿Cómo es tu madre contigo? ¿Hay algo que deba hacer? ¿Tienes las demás cosas como pupilentes? —El joven se apresuró a sacar los objetos de su mochil y ponerlos en la mesa —Venías preparado, ¿eh? —Rio un poco al ver el sonrojo del otro —Hey, esta bien. Por cierto, ¿Cuántos años tienes?
—Tengo diecisiete —Lo miro sorprendido, se veía mucho menor.
—Guau, te ves muy joven —Tomó otro bocado de arroz sin notar cuan manchada estaba su cara, con una servilleta el menor se extendió hasta su rostro para limpiar los granos esparcidos por sus mejillas; al verlo más de cerca notó cuan largas eran las pestañas del pelinegro, sus finos labios y los profundos zafiros de sus ojos, era realmente bello. Avergonzado se separo del hombre notando lo cerca que estaba.
—Am, sobre mi madre, ella es protectora conmigo, cariñosa, y am... —De repente se le acabaron las palabras, ¿Cómo era posible que no pudiese describir a su propia madre? ¿Era un mal hijo por eso? Ella ha pasado tanto tiempo en recuperación que su tiempo juntos se vio muy limitado, le enseño a cocinar, los quehaceres del hogar, a ser alguien amable que le enseñó a valorar todas la vidas pero...Eso lo hizo más su hermano con él.
Por alguna razón la mayoría de veces se sentía distante de su familia, Kyojuro sabía de que hablar con sus padres, las cosas que le gustaban a ambos, al contrario de su hermano Senjuro no encontraba un momento para hablar adecuadamente con sus progenitores. Las lagrimas se asomaban una vez más al pensar lo triste hijo que era cuando unos cálidos brazos lo escondieron entre ellos, escuchó un suave latido que lo tranquilizaba, por inercia se aferró al cuerpo, hacía tanto que lo necesitaba.
—No se muy bien lo que sucede pero te prometo una cosa —Con delicadeza subió el mentón del rubio para cruzar miradas —No tendrás que preocuparte por esto —El mayor le dio una suave caricia en la mejilla, algo que solía hacer su hermana con él.
No pudo denotar mentira en sus palabras, ni una sola. Esos ojos tan azules como el mar lo hipnotizaban, no quería dejar de verlos nunca, su corazón se agitó a cada minuto, sin darse cuenta se acercaba más al rostro del hombre.
De repente un claxon llamó su atención, separándolo al instante del pelinegro, asustado se asomó por las ventana solo para ver a su hermano mayor saliendo de su auto, el pánico lo invadió en ese momento.
—¡Tienes que irte ahora! —Apresurado reunía las cosas del extraño amontonándolas en los brazos del confundido Tomioka —¡Es mi hermano, llegó temprano! —dijo con pavor, al escuchar eso entró en pánico también, ¿Por dónde escapaba? —Yo distraeré a Aniue, tú, am, ¡Sal por la puerta de atrás! —Senjuro corrió al patio de enfrente para lanzarse a darle un abrazo a su hermano mayor.
—Ja ja ja, hola Senjuro —Al Rengoku mayor le sorprendió la muestra de afecto tan repentina de su hermanito menor, revolvió sus cabellos con cariño.
—¿Qué haces aquí tan temprano? —preguntó nervioso el menor.
—Decidí terminar el trabajo en casa y pasar tiempo con mi hermanito —Por su parte Tomioka saltaba el gran muro del patio trasero que daba directo a la calle, agradecía aun tener buena condición física. Sacó su teléfono para avisarle a Senjuro que ya se hallaba fuera.
El chico suspiro aliviado de ver el mensaje, se separo de su hermano y le dio la bienvenida apropiada, al entrar se dio cuenta que no recogió los platos de comida de Tomioka, su hermano parecía curioso.
—¿Trajiste a alguien a casa, Senjuro? —Oh Dios, una excusa, necesitaba una excusa.
—¡S-Sí! Traje a T-Tanjiro —mintió el niño, rápido se puso a limpiar el lugar y lavar cada uno de los trastes usados. Kyojuro vio una hoja tirada en el suelo, con curiosidad la miro, la guardo en su bolsillo la leería después de ayudar a su hermanito.
[•]
La mañana de ese día se reunieron en una cafetería temprano con una conocida del rubio, una artista por lo que sabía, ella les ayudo con el maquillaje y el peinado para ese día, su cabello sufrió un corte pero nada con lo que no pudiera vivir. Al verse a un espejo no pudo creer que de verdad fuera él.
—¡Kya! Te ves tan lindo —Senjuro se acercó, era cierto lo que decía la mujer, Tomioka se veía espectacular, algo avergonzado dejó un mechón detrás de la oreja del hombre.
—Gracias, Mitsuri —Se volteo de nuevo al pelinegro —¿Esta listo para irnos, Tomioka-san? —él otro asintió, le pagó a la de cabellos rosas y juntos se dirigieron a la escuela.
—No estés nervioso, Senjuro. Lo notaran —Tomioka le dio una sonrisa tranquila, el rubio debía admitir que le gustaba eso.
Ya frente al portón ambos se detuvieron, inhalaron y dieron los siguientes pasos, buscaron la oficina de la consejera. No era un gran espacio, un escritorio, cuatro sillas y otras personas esperándolo. Pasaron al lugar y se sentaron en los asientos libres.
—Gracias por venir señora Rengoku —Asintió de acuerdo —Me imagino que sabe por qué estamos aquí, Senjuro se metió en una pelea con su compañero de aquí —Se giro para ver a un niño más grande que el rubio, uno que otro golpe en la cara pero nada grave. Sin mencionar a los enojados padres que lo acompañaban —En esta Institución se prohíbe cualquier acto de intimidación.
》Siendo que su hijo fue quien inició la pelea nos parece correcto darle una suspensión de tres a cinco días— ¡¿De cuánto?!
—Okey, ¿Y cuánto tendrá el otro chico? —habló con voz fría.
—¿Disculpe? —preguntó uno de los padres ofendido.
—Sí, ¿Cuánto recibirá su hijo? —Se giró hasta la consejera —Usted dijo no se permite ningún tipo de intimidación pero por lo que me cuenta mi hijo este niño le estuvo agrediendo de forma verbal. ¿Eso no se castiga?
—Señora Rengoku, debe comprender que fue Senjuro quien dio el primer golpe —dijo la maestra algo nerviosa.
—Déjeme ver si entendí —Tanto su voz como su posturas se hicieron más firme, y con una mirada asesina habló —Va a suspender a mi hijo por, lo que a mi respecta, defenderse de un acosador, que además él otro no va a recibir una sanción.
—Pero —Al instante fue interrumpida por "la madre" del rubio.
—Ya veo lo que pasa, conozco bien esta situación. Ustedes ven que acosan a alguien y no hacen nada, sin embargo cuando es la victima quien se defiende ahí es donde saltan con sus reglas de no intimidación —La mujer buscaba hacer distancia de la mirada roja —Una moral muy baja si puedo decir.
》Es indignante que una Institución tan buena como esta siga con ese pensamiento arcaico, sobre todo con esto; lo que ustedes les dicen a las victimas es ignora a tu acosador, se cansaran. Bueno, ¿Qué tal si es la victima quien se cansa? ¿Acaso es más fácil para los maestros desentenderse de la situación para no tener que lidiar con ella?
—¡Fue mi hijo el que salió golpeado! —reclamó la mujer con furia. Al instante sus ojos antes azules se posaron en la otra, asustando a la madre de familia.
—¿Esta enojada por qué su hijo fue golpeado? Bueno —Inclinó su cuerpo ha su dirección haciendo sudar a la mujer —Imagínese como me siento yo de escuchar a mi hijo decir que un mocoso de dos grados más grande que él no deja de burlarse de nuestra situación y que además junto a sus amigos fueron contra mi niño —Era como una lucha de miradas, la tensión en el cuarto subía.
Senjuro estaba impresionado, pocas eran las personas que daban la cara por él, en poco vio a la mujer desviar por completo la mirada nerviosa, Tomioka se enderezó en la silla y carraspeo su garganta para llamar la atención de la sala.
—¿Aun cree que mi hijo merezca la suspensión? —La consejera tragó grueso al escuchar el tono tan lúgubre con el que lo dijo.
—T-Tendrá una reporte nada más —De una libreta sacó la hoja y se la entregó con sumo cuidado de no provocar a la señora Rengoku —Por parte de su otro compañero tendrá dos días de suspensión —Se giro en busca de aprobación de la de ojos rojizos.
—Me parece p —Antes de siquiera completar la frase un toque en la puerta llamó su atención, al abrirse frente a ellos se encontraba parado una versión mayor de Senjuro, Kyojuro Rengoku.
—Lamentó la tardanza, tuve que pedir per —Miró a su supuesta madre sentada en la silla, Tomioka lo miró a él, miró a Senjuro y el menor miró a Tomioka —Veo que me perdí algo.
—Ah, debe ser el señor Shinjuro —habló nerviosa la mujer detrás del escritorio.
—Ese es mi padre, soy el hermano mayor de Senjuro, Kyojuro —Confundido se presentó, ¿Quién era la mujer en la silla junto a su hermano? Su típica sonrisa se borró y le dio a su hermanito una mirada de en casa hablamos.
—Como ve ya terminamos aquí ja ja ja —rio nerviosa la maestra —No hay necesidad de discutir esto más y pueden retirarse ya —Los echo la maestra de la oficina, la familia se fue rápido perdiéndose de su vista. Ahora estaban los tres en el pasillos con un silencio incomodo.
—Hermano puedo explicar —Fue interrumpido por la palma de Kyojuro pidiendo silencio.
—Al auto —dijo en voz autoritaria —Ambos —Tomioka nunca tuvo tanto miedo como ahora.
[•]
Tomioka se removía incomodo en el asiento de atrás tratando de no cruzar miradas con el hombre al volante, el rubio menor mantenía la cabeza gacha, se sentía mal por mentirle a su familia pero no se sentía cómodo pensando en como se tomarían la noticia. Ya era suficientemente malo que su madre se hallará internada, su padre desvelándose noches enteras para estar a su lado y su hermano cargando con el peso de pagar las deudas del hospital, trabajar, sumándole el tener que cuidar de él. No lo veía justo por ningún lado, así que pensó que lo mejor sería ocultárselos, evitar darles una preocupación más.
Si así podía ayudarlos entonces se callaría.
Al detenerse frente a la casa bajaron en completo silencio, se sentaron en la sala en lo que el mayor realizaba algunas llamadas. Senjuro se sentía morir, por su lado el pelinegro al verlo tan afectado tomó con cuidado su mano entre la suya para confortarlo, le dio una sonrisa que él devolvió.
—Mamá y Papá vienen para acá —dijo Kyojuro apenas entró a la habitación.
—¡¿Que?! ¡¿Les dijiste?! —gritó en pánico total.
—Claro que les dije, tiene que saber esto Senjuro —Al mayor nunca le gustó llamarle la atención al menor pero necesitaba entender que esto era algo serio. Tomioka estaba más asustado ahora al saber que tendría que enfrentarse al par de adultos, ¿Cómo cree que se tomarían el hecho de que su hijo contrató a una prostituta para hacerse pasar de su madre? ¡¿Y si lo demandaban?! No tenía dinero para un abogado.
—Por favor, creo que podemos resolver esto —Tomioka no se dejaría intimidar por nadie, no les daría la oportunidad de verlo vulnerable. Con la misma mirada fría se levantó quedando cara a cara del de cabellos flameantes
—Me van a explicar esto, ahora —Ninguno de los dos iba a ceder —Y le pido señorita que se quite esa ropa —Tomioka se sonrojo, masajeo su sien buscando fuerzas para no decir algo incorrecto —¿Puedo usar su baño? —Kyojuro dio pase libre a la otra persona; al salir se sorprendió de ver a un hombre joven de no más de veinte años, piel pálida lisa y unos ojos hermoso con una coleta por detrás sujetando su cabello. Giro su cabeza para olvidarse de esa idea y concentrarse en su hermano.
》Entonces, denme una explicación —dijo luchando por mantener la compostura.
—Yo, am, lo contraté —dijo en voz bajo suspiro al ver que eso no era suficiente para su hermano —Me pelee en la escuela con un chico, empezó a decir muchas cosas sobre padre, ¡Le pedí que se detuviera lo juró! Hasta lo ignoré pero el siguió y yo...Lo golpee —dijo con decepción.
—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó preocupado Kyojuro, se acercó al sofá y se agachó hasta su altura —Senjuro...
El menor sentía el nudo en la garganta, sin ser capas de decir ni una sola palabra, sus ojos viajaron hasta el pelinegro, verlo tan tranquilo lo ayudó; respiro profundamente para relajarse y explicar.
—Yo...No quería molestarlos...—Fue lo único que alcanzó a decir.
—¿Molestarnos? —Kyojuro no entendía a que se refería con molestarlos, al ver el estado del menor Tomioka decidió tomar la palabra.
—Se lo de su madre —Eso dejó sin habla al mayor —Entiendo a Senjuro, mi hermana pasa por algo similar, veo cuanto sufre día con día, ella se preocupa de por donde sacó el dinero para pagar todos sus medicamentos. No me gustaría que supiera cuanto trabajo para no darle otra carga mental —¿Así se sentía su hermanito?
》Pienso que lo que pasa no es nada comparado a lo que los demás tienen que pasar, ocultó cuanto puedo mis problemas para no causarles más a los demás...Aun si eso significa tener que cargar yo solo con ellos —Con una mirada de lastima se fijo en el Rengoku menor, no deseaba que él tuviera que sufrir ese dolor.
—Tú, ¿De verdad te sientes así? ¿Qué serías una carga? —Senjuro asintió entre lagrimas, Kyojuro se lanzó a abrazar a su hermanito. ¿Cómo no se dio cuenta antes? —Perdóname, Senjuro, Tu Aniue por ser tan ciego —Los hermanos se abrazaron con más fuerza.
—Perdón por no ser fuerte, Aniue —le susurró entrecortado.
—Shh, no digas eso, estuviste aguantando tu solo todo eso. Eres muy fuerte —Eso aumento el llanto del pequeño, extrañaba tanto sentirse seguro en los brazos de su familia, lo más cercano y que debía agradecerle era Tomioka. Al asomarse sobre el hombro de su hermano notó que, a pesar de tener el rostro volteado, unas lagrimas caían.
》Ahora, ¿De dónde conseguiste a este joven? —Se puso tenso ante la pregunta, no le podía decir la verdad —Por favor, se honesto —¡Maldecía a los Dioses por hacer que su hermano lo leyera tan fácil.
—Trabajo en una tienda de helados, por la calle 12, nos encontramos ahí ayer —El menor le agradeció con la mirada por cubrirlo aunque en realidad no era del todo mentira. Tenía por lo menos tres trabajos contando el ejem que ya conoce.
—Debo agradecerle por ayudar a mi hermano, aunque no estuvo correcto lo que hizo —Se giro al hombre con una sonrisa en el rostro, no pudo evitar querer grabarse cada facción de su rostro.
—Lo sé pero ocupaba el dinero —Acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja algo avergonzado —, además su hermano es muy lindo, ¿Cómo negarme? —Las mejillas de Senjuro ardieron en ese momento, Tomioka pensaba que era lindo.
—Es cierto ja ja ja —Se levantó y tomó las llaves de su auto —Permítame llevarlo a su casa en agradecimiento.
—No, no puedo —dijo el pelinegro pero su bolso ya era cargado por el hombre.
—Insisto, por favor —Algo le dijo que aceptará, igual no tenía energías.
—Esta bien, cuídate mucho Senjuro —El nombrado salió de su trance y se despidió del mayor. Ya en el auto Rengoku lanzaba preguntas que contestaba sin dar mucha información, al de cabellos flameantes le intrigaba tanto ese joven.
Viendo las calles reconoció que entraban a la parte baja de la ciudad, ¿Cómo era posible que alguien como su acompañante viviera ahí? Le preocupo la seguridad del hombre, miró de reojo al otro.
—"De perfil se ve lindo" —Sacudió esos pensamientos y se concentró en el camino, se estacionó frente a un edificio de departamentos que se caería en cualquier momento. Le abrió la puerta, algo que agradeció el otro.
—Antes de irse, le doy mi teléfono por si alguna vez necesita algo, puede llamarme —Tomioka lo guardó en su bolsillo —Y em pensé en invitarlo a cenar mañana, para aclarar todo el asunto.
—Me encantaría —La idea de comer algo más que no fuera ramen instantáneo le hizo sonreir, Kyojuro sintió la flecha atravesar su corazón —Hasta mañana, Rengoku-san —Lo vio meterse a su departamento y enseguida subió a su auto, antes de arranca mandó un mensaje.
Senjuro, ¿Cómo se llama el chico que contrataste?
Tomioka Giyuu
¿Por qué, Aniue?
Para presentárselo a nuestros padres mañana
Lo mejor es que aclaren esto mañana en la cena
¡¿Va a venir mañana?!
Haré Salmón con Daikón!!
Ambos hermanos estaban que suspiraban por la idea de volver a ver al pelinegro al día siguiente e irónicamente pensando lo mismo.
"Renguko Giyuu no suela tan mal para la familia"
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
Hola a todos!! La verdad tenía ganas de hacer esta idea mucho jajaja, espero que les haya gustado. Iba a ser más corta el capitulo pero quería desarrollar mejor la relación entre Senjuro y Tomioka entonces se alargo jajaja.
Por cierto, tengo una cuenta de TikTok donde pronto subiré videos relacionados a esta historia, por si quieren pasar por el nwn, se los agradecería mucho. Buenp, su autora se va BYEE
tiktok.com/@_liss024_
Les regalo, un secreto de la Era Taisho:
♧Cuando entró Kyojuro a la reunión Tomioka se asustó mucho pensando que era Shinjuro el de la puerta, no fue hasta que aclaro que no lo era que se relajó pero estuvo apuntó de arruinarlo.
♧Tomioka trabaja en una tienda de helados, de mesero en un restaurante y como prostituto; Tsutako sabe de los primeros dos trabajos pero no del último.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top