Para Salvarlos Akaza×Tomioka
♡Dedicado a ChiyoTomioka
♡Implicaciones Sexuales
♡Violación
♡Tortura
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
Su misión era acabar con el Pilar de la Flama y el niño de aretes, sin embargo no espero que su brazo fuese cortado por una espada entrometida. Con su cuerpo protegiendo al rubio Tomioka se dispuso a distraerlo lo suficiente para que retirarán a los demás del campo de batalla.
Akaza sentía la ira hervir su sangre al ver frustrada su batalla con el Pilar, faltaba poco menos de una hora para el amanecer así que no había tiempo que perder, antes de decir algo el cazador se lanzó directo a él buscando alejarlo de Rengoku y causar menos daños.
La velocidad con la que lanzaba los puñetazos era impresionante pero lo que llamó su atención sin duda fueron los elegantes y gráciles pasos que usaba para esquivarlos; volvió a lanzarse directo a él pero ahora con la cuarta forma de su respiración buscando rebanar su cuello aunque lo único que logró fue cortarle el brazo.
—¡Eres impresionante, hace cincuenta años no peleaba con un Pilar de Agua tan bueno ¿Cuál es tu nombre? —dijo extasiado por la batalla que daban. El pelinegro simplemente se quedo callado y siguió avanzando, ahora daba varias vueltas confundiendo pero cautivando más al demonio.
Otro corte lo tomó desprevenido y su torso sufrió un gran corte en diagonal en el pecho que casi llega a su cuello de no haber detenido la cuchilla ahí mismo, el humano no se detuvo pateando las costillas y después tomando su rostro golpeándolo contra su rodilla, su sonrisa se expandió, le gustaba la ferocidad que ocultaba tras esa expresión de calma. Con su mano regenerada lo tomó por el muslo tumbándolo debajo de él.
—Anda, dime tu nombre, no voy a dejar de insistir hasta que me lo digas —En respuesta recibió una patada en las costillas, no dejaba de forcejear debajo, los movimientos inconscientemente lo prendían. Relamió sus labios deseoso de más contacto, un fuerte golpe con la nichiirin lo sacó de su ensoñación —Sabes que no me detendré, así que dime tu nombre —dijo con una sonrisa.
—Detesto hablar, y más si es un demonio así que no te lo diré —Le escupió en la cara logrando distraerlo un momento por lo que aprovechó para escabullirse y volver a su posición de combate.
—Eres impresionante pero de verdad deseo saber quien eres... —Antes de si quiera reaccionar con una patada lanzó a los aires la espada, dio un salto antes de que un golpe lo alcanzará y partió el arma en dos. Akaza era ahora quien buscaba acortar la distancia entre ellos pero no se lo iba a permitir. Su otra opción era tomar el arma de su compañero herido pero ¿Respondería igual? Cualquier cosa valía si era por salvar vidas. Antes de llegar un golpe lo hizo caer al suelo haciéndolo escupir algo de sangre, frente a él se hallaba Kyojuro y el Escuadrón Kamaboko.
Con su cuerpo encima se aseguro que no se moviera más, usando las piezas rotas de la espada clavó sus manos en el suelo haciéndolo sacar un grito de dolor, lo sujetó por el cabello obligando a encontrar mirada con el otro Pilar, de seguro pensaba en lo patético que era.
—Bien Kyojuro, como verás tu compañero no quiere decirme su nombre pero me muero por saberlo~ —dijo tarareando —Si no me lo dices lo mataré aquí mismo —Con firmeza sujetó el cuello para empezar a torcerlo, sin duda sería muy fácil rompérselo. Preocupado por el pelinegro Rengoku no vio más opción que acceder a su petición.
—Lo siento... —Se sentía mal de traicionar, a su parecer, la confianza de su compañero pero si eso lo salvaba —Su nombre es Tomioka... Tomioka Giyuu —Al instante sintió que el aire llegaba mejor a su cuerpo y la mano retirará.
—¿Ves? No fue tan difícil —Quitó el metal de las extremidades y las aventó a su dueño, rápido tomó la nichiirin roja.
—Respiración de Agua, Sexta Postura: Torbellino Sinuoso —Se apresuró a atacarlo y alejarlo de los civiles.
Decidió usar la onceava postura, ese humano lo sorprendía a cada minuto, el tenía conocimiento de diez posturas pero esto era a otro nivel. Lo quería a su lado.
—Te haré la misma propuesta que Kyojuro, Conviértete en un demonio y peleemos por la eternidad —Los cortes no cesaban pero no eran igual de potentes.
—No —Que mala respuesta... Con una de sus técnicas comenzó a desviar cada golpe y propinar ataques feroces.
No supo cuando pero logró romper la nichiirin roja cosa que caló al pelinegro, sabía lo importante que era para Kyojuro; con fuerza pateo los brazos repetidamente, no permitiría que moviera otra espada y justo como él lo hizo antes golpeó sus costados dejando quizás alguna costilla rota. Dio una patada para desequilibrar a su oponente y volver a posicionarse sobre el, tomó sus muñecas con una mano, la otra aprisionó su rostro dejando su lengua por la suave piel. El cazador no se rendía, trataba de patearlo o empujarlo lejos de él pero solo terminaba con Akaza más caliente a cada instante que sus cuerpos chocaban, si Rengoku le encantó Tomioka lo volvía loco.
—Te haré otra propuesta... déjame volverte mío ¡Y! No mataré a las personas del tren, cazadores y los inocentes kakushis, ya sabes... Las que no pueden ni levantar una espada —Ver su rostro de miedo y buscar con la mirada a los mencionados le gustó, ¿Dónde esta su calma ahora?
El silencio se prolongó unos minutos por lo que decidió ayudarle a decidir, le susurró algo que aumentó su miedo.
》Sino sería un honor asesinar a ese Pilar y los niños que lo acompañaban —Al instante supo la respuesta.
—...Bien... —Su sonrisa le dio un escalofrío al hombre, paseo sus manos por el cuerpo, quito el haori bi patrón para deleitarse con el trasero firme y redondo del humano. Acompañado de los dulces jadeos que salían de su boca era todo un festín para su erección.
Por encima de la tela estimulaba el miembro contrario mientras presionaba contra donde se hallaba la entrada. La cara sonrojada del pilar con sus lágrimas de ira terminaron con su poca cordura, impaciente se encargó de desgarrar por completo toda la ropa dejándolo expuesto a sus ojos, era como si le pidiera ser tomado ahí mismo y quién sería él si no cumple con su deseo. Liberó su pene erecto asustando a Tomioka, seguro que eso no cabría en su cuerpo.
Sin preparación alguna la metió de una sola estocada, causándole un terrible ardor al pelinegro.
—¡E-Espera... Po-por favor... DUELE! —Sus gritos animaban la situación, comenzó a moverse sin piedad dentro de él —¡Ah... ah... ah... Por f-favor... Basta! —Lo que antes eran lágrimas de ira fueron reemplazadas por unas de dolor, le ardía, quería que parada, no le importó suplicar patéticamente contra su agresor.
—¿No que no eras de hablar? Mira que te lo pude sacar —Se rio divertido por el estado del Pilar, siguió dando embestidas aun cuando sintió el líquido rojo salir de la entrada —¿Te gusta? ¿Verdad que te gusta, pequeño cazador? —Negó repetidas veces, le dolía como el infierno.
》Jajaja, a mí no me engañas, tu cuerpo dice lo contrario —dijo señalando la erección que tenía. Subió ambas piernas a sus hombros para profundizar las embestidas.
—¡Ah... ah.. ah... A-A-Akaza! ¡P-Para! —rogó con dolor tratando de regular su respiración para controlar el sangrado de sus palmas. Sus manos adoloridas se clavaban en la tierra hasta que sus uñas sangraran.
Se mordió el labio para evitar darle el placer de escucharlo gemir pero terminó por hacerse una idea, las embestidas eran tan profundas que no tardado en llegar a su punto haciéndolo rodar los ojos arriba y sacar un grito.
[•]
—¿Cómo se encuentra Rengoku-sama? —preguntó llenó de preocupación. Hace poco habían llegado unos cuantos Kakushis a tratar las heridas del Pilar agradecidos de la intervención rápida.
—Mejor joven Kamado, fue una dura pelea —Se alegraba de saber que volvería a ver a su hermano una vez más —¿Dónde esta Tomioka? —Le preocupaba no haber visto ataques de ninguno de los dos.
—Yo... —Tanjiro fue interrumpido por Zenitsu, quien iba sin su haori por dejárselo a Nezuko.
—Él esta... Lo siento —Sentía ganas de vomita, gracias a su oído escuchaba cada cosa que estaba pasando.
—Joven Zenitsu, dígame que ocurre —Su sonrisa habitual se borró al notar la expresión del chico.
—Akaza... Él... Tomioka-san se esta dejando... —Otro grito de dolor lo interrumpió pensando en lo adolorido que sonaba, aun con lágrimas busco valentía y siguió —¡¡Se esta dejando violar por la Luna Demoniaca para que no ataque a nadie!! —Todos quedaron helados por lo dicho, los Kakushis detuvieron sus tareas horrorizados por lo dicho.
"¡¡DUELE... DETENTE... LO LAMENTO... AH... POR FAVOR "
Esa frase terminó por dejar en el suelo, los sonidos de la sangre chorreando y las pieles chocando sin descanso lo asustaba por decir algo. ¿Eso fue un golpe? No, muchos más que uno. Varios de los presentes comenzaron a llorar, ¿De verdad lo estaba haciendo? Rengoku trató de levantarse para dirigirse con él.
—¿A dónde va señor Rengoku? No debe moverse o las heridas se volverán a abrir —dijo una de las Kakushis.
—Eso no me importa, mi deber como Pilar es ir a ayudarlo —habló firme, no iba a permitir que algo así siguiera.
—No lo entiende... —Zenitsu lo tomó del uniforme para detenerlo —Él aceptó para que ni usted ni ninguno de nosotros saliera más herido... ¡Si va allá el sacrificio de Tomioka-san será en vano! —
—¡No puedo dejar que mi compañero sufra algo así! —Estaba confundido, por una parte entendía perfectamente lo que decía Agatsuma pero por otra se sentía mal de no ayudar al Pilar del Agua aun cuando lo salvo.
[•]
Tomioka se sentía morir, las uñas clavadas en su piel sin cuidado, sus brazos adoloridos teniendo que aguantar su peso, los temblores de su cuerpo, la fuerza con la que agarraba sus cabellos, la sangre y semen del demonio acumulados dentro suyo. Deseaba detenerse pero sabía que Kocho llegaría con refuerzos en cualquier momento, se les conseguía el tiempo suficiente podrían acabar con una Luna demoníaca.
—Mírate, gimiendo como una perra —Olfateo el dulce aroma del hombre, como un rocío, tentado clavó sus dientes con fuerza en el hombro hasta ver hilos rojos salir, ¡Su sangre era exquisita! Quería más, más de sus gemidos, más de su cuerpo. Más de todo.
》Esta postura es perfecta para ti, ¿Te encanta no? —Lloró más de solo escucharlo, rogaba a los dioses que el Sol saliera rápido pero para su desgracia faltaban alrededor de veinte minutos. Ojalá muriera ahí mismo para no tener que ver sus rostros cuando se dieran cuenta de lo que hizo. Era patético.
Cualquier otro Pilar habría podido darle batalla a Akaza pero él. Él solo pudo darle su culo como una prostituta cualquiera, ¡Mentira! Ellas tendrían más dignidad. Se sentía miserable, tan patético, no merecía ser parte de los cazadores, era una deshora para todos.
Quizás... quizás era lo que se merecía, un castigo de los Dioses por quitarle la vida a Sabito y Tsutako. Sí... eso sonaba coherente en su mente. Sintió como volvía a salir de él solo para ponerlo encima suyo dejando caer su trasero sin piedad en su pene, con sus manos en sus muslos lo hizo subir y bajar en pequeños saltos, se recargo en el pecho del demonio para no caer, su mente comenzaba a nublarse tratando de distraerse del dolor continuo. Lloraba a mares, inconsciente seguía los ruegos porque parase.
El cabello negro pegado a su cara por el sudor le hacía tan exquisito aunque le recordaba a alguien pero ¿A quién exactamente? Sacudió si cabeza para alejar la idea, se concentró en seguir follando al hombre hasta hacerlo perder los sentidos.
—¡Ah... Ah... A-Akaza, ya basta... No puedo... —Otra nalgada lo hizo gritar, su piel ya estaba rojo intenso de tantos golpes, y que decir de los rasguños es sus piernas. Seguramente tendría moretones por todo el cuerpo, le dolía la garganta de tanto gritar.
"Falta poco, aguanta, puedes aguantar unos minutos más"
"Kocho se enojará por las heridas infectadas."
"Me duele, quiero que paré. Me romperá en dos a este paso."
"Basta, esto no es sobre ti. Es sobre los inocentes... Puedes aguantar por ellos. Tal como lo hace Rengoku"
"No soy tan fuerte cómo el... Pero puedo fingir serlo."
"... Duele..."
"Me siento asqueado"
"Quiero que me degollé la piel... Así no sentiré sus manos en mí."
"...Alguien máteme..."
"Por favor"
De nuevo se hallaba en cuatro, su cuello era apretado con tanta fuerza que apenas y tenía el aire suficiente para mantenerse consiente; al verlo perdido en sus pensamientos aprovechó para hacerse una herida en la palma de la mano, la que antes aprisionaba su cuello ahora tapaba su boca. Al sentir el sabor metálico se llenó de pánico, no quería ser un demonio.
No quiere olvidar a Urokodaki.
¡No quiere olvidar a Sabito!
¡¡No quiere olvidar Tsutako!!
¡¡NO QUIERE OLVIDAR A NADIE!!
Trató de cerrar la boca pero las mordidas de Akaza le sacaban aludidos que permitían a la sangre entrar. Lo pateó con todas sus fuerzas logrando sacarlo de su interior, no iba a decir el costo. Sintiendo que cada pisada era caminar sobre vidrios rotos y clavos oxidados pero eso no importaba, con lo que le quedaba de consciencia acabaría con la Tercera Luna Superior de una vez por todas.
Tomando la nichiirin del pilar de la flama se acercó corriendo al demonio para regresarle el favor clavándolo en la tierra hasta que el Sol saliera, sus fuerzas eran pocas pero daría todo por matarlo, matar a ese monstruo. La lucha era un tira y afloja entre los dos, cuando los primeros rayos se asomaron Akaza se dio cuenta que era momento de irse, lo tomó del cabello y lo lanzó con todas sus fuerzas lejos de él para huir hacía el bosque.
Unas pisadas se oyeron tras de si y Tomioka apresurado tomo su haori para taparse, después de todo era la única prendar que por suerte estaba intacta. Sería una vergüenza que los demás lo vieran así. Sentía algo de hambre, un hambre que iba aumentando de poco pero sabía que no era normal, se sintió mal de saber que sería uno de ellos.
—¡¡NO HUYAS COBARDE, TOMIKA GANÓ!! ¡¿ME ESCUCHASTE?! ¡¡BASTARDO COBARDE!! ¡¡ERES UN INFELIZ!! —Esa era la voz... la voz de alguien a quien protegió pero ¿Quién exactamente? Tenía... Un hermano ¿no? Deseaba no olvidar pero era inevitable. Su carne se ardía al contacto del Sol, no huiría por más que doliera, no lucharía contra sus compañeros.
¿Sus uñas siempre fueron así de largas como garras? Vio acercarse al chico de cabellos burdeos, sintió una presión en su pecho, ¿Por qué no recordaba su nombre? Tapándose lo mejor que pudo se arrastro por el suelo hasta llegar a él, tenían una mirada tristes ambos.
—¿Tomika-san qué le sucede? ¿Por qué se esta quemando así? —Él solo le dio una sonrisa triste —¡Tomioka-san por favor, debe taparse o usted va a... —
—¿Puedes decirme tu nombre? Es que... No lo recuerdo —le dijo sollozando —Perdóname, ya no me acuerdo. —
—Soy Kamado Tanjiro, usted nos salvo a mi y a mi hermana Nezuko cuando se convirtió en demonio... ¡Gracias a usted soy un cazador de demonios, recuerde! --le dijo llorando, no quería que muriese. Trataba de taparlo con su propio haori pero había demasiada piel descubierta.
—¿Yo hice eso? Debí ser alguien bueno entonces —dijo en un tono suave aun llorando, le dolía mucho el cuerpo y no solo por las quemaduras que lo estaban matando. Tanjiro quedo horrorizo al ver la piel magullada de Tomioka, los moretones de tonos morados y verdes que llevaban la marca de la mano demoníaca, sus piernas cubiertas de semen y sangre que seguían goteando de su entrada, los rasguños sangrantes. Entró en pánico al pensar lo que sucedería.
El hambre de Tomioka comenzaba a cegarlo, tenía ganas de lanzarse al chico para devorarlo pero algo dentro de él le decía que si lo hacía se pondría demasiado deprimido, por lo que prefirió morir antes que alimentarse de un inocente. Un joven de cabellos rosados le ayudaba a mantener su mente estable con amenazas de ser abofeteado sino lo lograba, ¿Era alguien importante para él? ¿Por que pensar que lo vería le hacía sentir feliz? Eso podría descubrirlo cuando muriese. Estuvo por quitarse los haori que apenas y llegaban a cubrirlo.
—Adiós, Tanjiro. Creo que será mejor que me vaya ahora —Sus manos y piernas luchaban por regenerarse, que pena que por el Sol eso jamás pasaría.
O eso pensó.
—¿Eh? —Sobre su cuerpo más telas lo cubrían, vio una blanca con llamas al final, uno con estampado de mariposa, el de cuadros bien puesto y a personas haciéndole sombra con unos camiones.
—Lamento hacerte esperar Tomioka, debo agradecerle que me haya salvado —mencionó un hombre de hebras parecidas a las flamas, ¿También lo salvó a él? Parecía tener un aspecto triste al verlo.
—No vuelvas a hacer, Tomioka tonto. O ahora si te odiaré —dijo una mujer entrecortada que ocultaba su rostro en su hombro, le era tan familiar ¿Acaso eran amigos?
—...Lo siento pero... no los conozco... ¿Somos amigos? —La mujer lo abrazó más fuerte, mojando su hombro mordido con lágrimas. Eso los rompió.
—Sí, lo somos —alcanzó a decir con un hilo de voz quebradiza.
—Pero... son cazadores de demonios... ¿No van a matarme? —¿Por qué lo protegían?
—No... A quién mataremos será a Akaza —Al oír ese nombre dicho con tanta furia por el rubio su cuerpo se tensó al instante. Le daba miedo pensar en ese demonio, por alguna razón no podía olvidar la imagen de él haciéndole algo que no le gustaba. Eso no se iría de su mente ni aunque quisiera.
—No ingeriste demasiada sangre, eso es bueno, tardarás en convertirte. —mencionó la mujer.
—Vamos a casa —El rubio lo subió a uno de los autos con caja cerrada atrás para ser tratado, por alguna razón en el camino las personas con caras tapadas se inclinaban al verlo pasar, debió haber hecho algo bueno antes... ¿Acaso su violación había sido... para salvarlos a ellos?
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
Holiii, aquí esta el otro capítulo, la verdad no soy muy buena escribiendo peleas o escenas sexuales pero seguiré tratando de mejorar para traerles mejores capítulos.
Ahora un Dato de la Era Taisho:
♦En el camino a casa le pusieron el mango de su nichiirin a Tomioka para evitar que mordiera a alguien aunque lo único que hizo fue mirar triste la espada rota de Renguko... Y ver con un poco de miedo a Shinobu pues olía un poco de glicinia con ella.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top