♡Dedicado a quepedo34ewf

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En la oscura noche dormían todos, pronto sería un nuevo día pero no uno común, dentro de la Finca de la Serpiente todo se halaba en una inmensa tranquilidad. La serpiente se despierta alterada, siseando en advertencia, hay una figura frente a él pero casi al instante se calma.

—Ocupo tu ayuda, pequeño amigo —La serpiente relajó su postura, escuchó atento lo que le decía la persona, asintió dispuesto a ayudarlo —Te lo agradezco —Vio a la persona hacer un ademán de reverencia, vio desaparecer a ese chico de mascara de zorro.

[•]

Ese día era un completo desastre, desde hace años odiaba su cumpleaños, pero ese en especifico fue uno que le daba un mal sabor de boca. En primera tuvo que posponer sus planes solo para asistir una misión que lo dejó malherido, agotado y con la misión de asistir a un templo.

En casi todos sus cumpleaños desde la muerte de Sabito lo pasaba solo, sentado en el jardín de su hogar con sus pensamientos, pero no esa vez, le hizo una promesa a su amigo y cumpliría su última voluntad.

—Cuando cumplas 21, vamos a  ir a un templo. Ese día te prometo que veremos a nuestro amor verdadero —Esa promesa promesa infantil seguía en su mente, aferrado a ella como si esperará que apareciera su amigo con él aun sabiendo que eso jamás sucedería. 

Al subir hasta la cima se quedo sentado unos momentos a observar el paisaje, sus oídos captaron unos ruidos de ramas rompiéndose poniéndolo alerta de lo que se avecinaba, para su sorpresa de entre los arbustos salió una serpiente de escamas blancas. La observo por unos momentos antes de que una idea llegará a su cabeza.

—Kaburamaru —Alejó su mano de la empuñadura y se agachó a la altura del suelo para extender su brazo, el reptil subió por él hasta su hombro —¿Qué haces aquí? —De repente unos ladridos llamarón su atención, una manada de perros venía de la misma dirección.

Se paralizó al ver la manada rodeándolo, la serpiente se enroscó más sobre su cuello, ahora compartían su temor por los caninos, les hizo sonidos tratando de alejarlos pero no servían para nada. Algunos de los animales se lanzaban hacía él en busca de Kaburamaru, bloqueaba las mordidas con sus manos, caminó lentamente tratando de alejarse pero solo quedo contra un árbol.

—Rayos —Esa iba a ser una larga tarde.

[•]

—¿Rengoku, has visto a Kaburamaru? —Desde en la mañana que no veía a su escamoso amigo por ningún lado, lo buscó en toda su Finca hasta se aventuro a la de Kanroji pero se había esfumado sin dejar rastro.

—No, lo siento Obanai —¿Dónde se habrá metido? —¿Quieres ayuda para buscarlo —Se negó cortésmente.

—¿Buscas a tu serpiente? —Se giró para ver al Pilar de la Niebla, confirmándole la pregunta —La vi ir a un monte... —Pareció pensarse un poco las cosas —Hay un templo creo —Oh, entendía a la que se refería, muchas veces Gyomei lo visitaba por lo que la ubicaba bien.

—Gracias —Se marchó en la búsqueda de su amigo, era algo difícil por su poca vista pero no la dejaría en un lugar tan hostil solo por muy capas de defenderse que fuera.

[•]

El Sol se empezaba a ocultar cuando arribó al templo del que le habló Tokito, el camino se le dificultó al no tener su típica ayuda, sus sentidos se afilaron para guiarlo a la parte de atrás donde una manada de perros le ladraba a una persona. Se acercó y de un solo movimiento los espanto, al fijarse notó que la persona a la que atacaban era el Pilar del Agua ¿Por qué no hizo nada si lo rodearon los animales?

Antes de decirle algo al hombre escuchó un siseo que llamó por completo su atención.

—¿Kaburamaru? —Se acercó lo suficiente dándose cuenta que el azabache tenía a la serpiente en su hombros —Tomioka, veo que encontraste a... —Con la cabeza el animal señaló las manos del de ojos azules —¿Te dejaste morder por esos perros? Eso es patético

La serpiente le reclamó con un sonido enojado, confundiendo a Obanai, es que más dudas se insertan en su cabeza.

》¿Por qué no espantaste a esos perros? —Estaba realmente interesado.

—No me gustan —"Me dan mucho miedo y me paralizó cuando los veo, eran demasiados" Eso era lo que quería decir en realidad pero no se dio a entender.

—Tsk, vaya imbécil, de todas formas ¿Qué hacías aquí? —Bajó la mirada pensando en que decir.

—Esperaba a alguien —A una persona que nunca aparecería. Iguro lo miró un momento, no entendía al cara de rata. Extendió el brazo para que Kaburamaru subiera pero solo se escondió en el azabache.

Le reclamó con la mirada, sin embargo el reptil volvió a señalar las heridas del Pilar. "Voy a matarte Tomioka" Sin mucho cuidado lo tomó del brazo, lo guio para descender de ese templo.

—¿A dónde vamos?—preguntó confundido el azabache.

—¿A dónde crees? Voy a desinfectarte esas mordidas, cara de rata —El camino fue en completo silencio hasta llegar a la Finca de la Serpiente.

Lo sentó en la sala y busco un botiquín de primeros auxilios que guardaba en caso de emergencias. Al entrar a la estancia vio al hombre acariciar con suavidad a Kaburamaru, por su parte la serpiente recibía los mimos con gusto. Una diminuta sonrisa se dibujo en su rostro por lo adorable que era, eso tomó desprevenido al otro Pilar.
Carraspeo su garganta para llamar su atención y se sentó frente a él.

—Mano —Obedeció la orden extendiéndosela, con un algodón se puso a desinfectar las heridas notando unas de camino —Eres muy descuidado, debiste ir con Kocho en vez de a ese templo. Esa persona te pudo esperar un rato —Envolvió con unas cuantas vendas  y pasó al otro brazo.

—No iba a aparecer —mencionó en voz baja pero fue escuchado por Obanai.

—¿Y para qué fuiste entonces? —No entendía a ese hombre en absoluto.

—Le prometí que iría hoy —Siseo de dolor al sentir el ardor sobre una herida abierta, esa había estado sangrando mucho rato.

—Aguanta, esta muy mal —La limpió un poco más antes de buscar una gasa para cubrirla —¿Y qué tiene de especial hoy? —No estaba acostumbrado en hablar mucho con él pero no iba a admitir que sentía algo de curiosidad.

—Nada —El Pilar le dio una mirada inquisitiva —Supongo que por mi cumpleaños —Al instante dejó lo que hacía ¿Cómo dijo?

—Repítelo —ordenó el otro.

—¿Qué es mi cumpleaños? —dijo dudoso.

—¿Es tu cumpleaños y te dejaron plantado? Eso es patético —¿Quién hacía algo como eso? ¿Hacerle esperar todo el día en un templo y no aparecer? Al verlo con la mirada baja entendió que malinterpretó sus palabras —Se lo digo al tipo.

—No es como si pudiera ir —La voz de Tomioka sonaba rota, sin esperanza.

—¿Y por qué no podría? Fue quien te dijo que fueras ¿no?

—Murió —La forma en que lo dijo hizo a su corazón dar un vuelco, ¿Iba a llorar? Una parte de él se sintió mal por el Pilar ¿Tenía amigos para pasar su cumpleaños? Estaba seguro que no.

Chasqueo la lengua con molestia y se levantó de su lugar.

—No te muevas de aquí —Tomioka lo vio irse muy confundido, viendo a la serpiente que iba detrás de su amigo.

[•]

Una hora después apareció el Pilar de la Serpiente con una caja en la mano, lo puso sobre una mesa y al abrirlo reveló un pastel pequeño, era sencillo pero se veía delicioso.

—Feliz cumpleaños, supongo —No se atrevió a mirarlo, seguro pensaría en lo patético que era ese regalo. En cambio escuchó unos sollozos —¿Estas llorando? —preguntó sorprendido.

—Lo siento, sniff —Siempre supo que era alguien sentimental, su hermana y Sabito lo mencionaban muchas veces. En los últimos años trató de reprimir toda emoción solo para no salir herido una vez más. Ese día había sido un desastre hasta que se topó con su compañero —Gracias.

—N-No es para llorar —Le pasó un pañuelo para limpiar sus lágrimas, nunca espero ver al Pilar del Agua tan...Expresivo.

—Fue un terrible cumpleaños —Alzó la mirada para conectar con la heterocromática —Gracias, Iguro. Lo apreció mucho —Le dio una sonrisa sincera.

¿Así era la sonrisa de Tomioka? ¿Es por la que pasaron tantas ridiculeces como un concurso de fuerza o bromas tontas?

—"Creo que si valió la pena" —se dijo a si mismo el hombre —Ten —Le pasó una pequeña bolsa, dentro se hallaba una pequeña cajita Inro con un grabado de zorro, cortesía de Kaburamaru.

—No debiste —Ahora se sentía avergonzado por la atención del otro, ¿Cómo es que se sentía tan seguro para demostrar tanto sentimiento?

—Si no te gusta solo dilo.

—No —Se quedo viendo el objeto unos instantes —Me encanta, te lo agradezco —Se miraron por unos minutos, se denotaba en los ojos azules una profunda alegría ante su presencia. Ambos se dieron cuenta de lo que sucedía y desviaron sus rostros sonrojados.

—Sopla las velas —Al hacerlo más que deseo mandó un agradecimiento, por poder pasar ese día con alguien.

La noche siguió con comida y alcohol incluido, para animar la fiesta según ellos. Antes de dormir se sentaron en el jardín a ver el cielo nocturnos, en un silencio tan cómodo que hizo a Tomioka caer dormido en el hombro de Iguro, con mucho esfuerzo lo llevó a una de las habitaciones y antes de salir se despidió.

—Descansa, Giyuu —Se tentó de darle un beso en la frente pero sopo se retiró en silencio.

—Feliz cumpleaños, Giyuu —dijo una voz joven, ese fue su regalo, aunque él no pudiera acompañarlo en su día especial al menos cumpliría la promesa de verse con alguien a quien seguro amaría. Después de eso Sabito desapareció, confiaba en que lo dejaba en buenas manos.

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¡¡Aquí esta el capítulo de hoy!! Es una idea sencilla pero la verdad me pareció linda ver una interacción así. Además, hay que agradecerle a Kaburamaru por juntar a estos dos tortolitos.

Y sin más que decir, se les quiere y aprecia. Su autora se va ¡Bye!

Ahora, unos secretos de la Era Taisho:

♧Tomioka ya sobrio ayudo a curar algunos rasguños que Iguro se hizo al tratar de llegar al templo pues se golpeaba con muchas ramas en el camino y se tropezaba con las rocas.

♧Después de esa vez Tomioka siempre procuró llevar la cajita Inro en su uniforme, al contrario de lo que pensaba Iguro él no la soltó para nada.

♧Las cajas Inro son cajas de madera pequeñas con compartimientos que se colgaba en la ropa, pues muchas veces no tenían bolsillos.