Cualquier cosa por estar juntos Sanemi x Kyojuro x Tomioka
Harry Potter x Demon Slayer AU
Sanemi x Tomioka
Kyojuro x Tomioka
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Hace años recuerda haber conocido a un joven de cabellos negros como el carbón y piel igual a la nieve. La última vez visto fue al mes de ser Pilar antes de tomar una misión cerca de un templo abandonado, después ya no se le volvió a ver.
Eso hasta hoy, donde el destino aseguraba que sería el final del Pilar de la Llama a manos de la Luna Superior número 3, sin embargo una luz brillante se opuso en eso.
—¡Repello Inimicum! —Una barrera de luz se interpuso entre el ataque y ellos, al forzar un poco su vista distinguió frente a él un joven de una edad cercana a la suya—¿Tu eres Kyojuro Rengoku? Yo soy Tomioka, un gusto —la figura le era demasiado familiar pero su cerebro no lograba recordar de dónde.
Se dio cuenta de la proximidad del demonio con ellos, listo para gritar sobre estar alerta el hombre ya se había dado la vuelta y sacando una ramita la agitó diciendo unas palabras.
—¡Sectumsempra! —Un largo corte se extendió desde el pecho hasta el hombro del demonio, se sentía como si una espada lo hubiese hecho pero aquel hombre no portaba ninguna —Lo lamento pero estoy hablando con alguien, no interrumpas —dijo en un tono calmado pero con una pizca de enojo —, como decía, mi nombre es Tomioka Giyū y estoy buscando a tu hermano.
—Lo que hiciste, fue una técnica excepcional, ¡Ahora quiero ver más de ellas sin duda, ¿Cuál es tu nombre?! —Akaza se lanzó lo más cerca de él, su cara era hermosa sin duda y sus ataques eran impresionantes, ¿Cómo lo hacía?
—Lo siento pero no voy a perder más tiempo contigo, y no le doy mi nombre a enemigos —Se concentró lo más que pudo y se preparó para lanzar su hechizo —¡Expulso! —De su varita salieron disparadas llamas azules que evitaban el paso del demonio —Cruzalas y te juro que desapareces... —El problema para Akaza era la hora, pronto los rayos del Sol saldrían y si no se apuraba lo más seguro era que muriese.
—¡Volveré por ti, cazador de demonios! —Al sentirlo suficiente lejos Tomioka deshizo las llamas a su alrededor para ir directamente al rubio en el suelo.
—Te ves mal, Kyojuro —Esas palabras dejaron helado al Pilar y a los demás, el azabache se agachó a su altura y con cuidado tomó las heridas más graves —Vulnera Sanentur —En segundos sus heridas más graves cerraban y mostraban gran mejoría, cosa que uno pensaría imposible pero ahí estaba, sucediendo frente a sus ojos.
En poco aparecen los Kakushi con todo lo necesario para brindar ayuda médica a los afectados, sorprendidos de que en realidad esté vivo el respetado Pilar. Todos lloraron de alegría al verlo a salvo, lo felicitaron y cargaron en una de las camillas, aunque algo los detuvo.
—Disculpen pero no pueden llevárselo —Algunos cazadores se pusieron alerta ante la presencia, aún desconfiado del hombre; además de la forma en que lo dijo muchos lo sintieron como amenaza.
—¡Esperen, este hombre me ha salvado así que déjenme saber que necesita! —dijo confiado y curioso Kyojuro.
—Gracias, Kyojuro —dijo con una pequeña sonrisa que dio una vuelta al corazón del pobre Pilar —. Mi nombre es Tomioka Giyū, antiguo Pilar del Agua en la Sede de Cazadores y actual miembro docente de la escuela Mahoutokoro —dio una reverencia y prosiguió —. Soy el encargado de buscar, guiar y cuidar a jóvenes brujos candidatos a estudiantes de la institución.
》Vine hasta aquí en persona para hablar con el joven Senjuro Rengoku —Todos se quedaron callados ante su declaración, ¿Acaso era una broma o algo? La magia no existía según muchos pero con lo visto recientemente en la batalla dudaban de eso.
—Acaso crees que mi hermano —fue interrumpido de inmediato por el azabache con rostro serio.
—No, no lo creo, le aseguró, señor Rengoku, que su hermano es un mago —dijo con un tono seguro, haciendo temblar a algunos.
[•]
—Así que, Tomioka, es un gusto volver a tenerte aquí, hijo mío —Todos los Pilares estaban reunidos antes de tiempo por la noticia de la casi muerte de Kyojuro y la aparición de una persona que ya daban por muerta.
El ambiente era algo tenso pero nada que el Patrón no pudiese controlar.
—Gracias por recibirme, Patrón, espero que se halle en buena salud —habló con la cabeza gacha en señal de respeto.
—¿Cómo has estado, mi joven Tomioka? Algo en ti es diferente —Era cierto, quienes lo conocieron directamente lo recordaban muy frío y distante, con cabellos largos, además de...¿Cómo describirlo?
Dos brazos.
—Para serle sincero he liberado una parte de mi que contuve por mucho tiempo, aprendí a manejarme y tras la guerra que viví junto a mis compañeros pude soltar muchas cosas que me contenían —El pensar a todos los que perdió, lo que pasó para ser esta mejor versión de sí aún le era difícil de asimilar pero había encontrado una paz y apoyo inimaginable al enseñarle a los más jóvenes como manejar su magia.
—Escuché que vienes por una razón importante, ¿Te importaría compartirla? —Entre los presentes se hallaba justamente el más joven de los hermanos Rengoku, algo confundido y asustado por haber sido llamado directamente por el Patrón.
—Sí, he venido aquí de forma personal para entregarte a ti, Senjuro Rengoku, la carta de de Aceptación a la escuela de Magia y Hechicería Mahoutokoro —dijo con una sonrisa tan amable que hizo mucho más emocionante para el menor recibir ese sobre, digo, ¿Cuántas veces ves sonreír a alguien como tú madre?
—¿Y-yo? P-pero yo no soy mago ni mande una solicitud a nada —Esto sonaba demasiado irreal, así que para aclarar las cosas Giyū agitó su varita y apareció un pergamino flotante a su lado.
—Aquí dice que hace unos días tuviste un accidente en la cocina, casi se cae la olla caliente encima de ti pero ésta solo se quedó en el aire y luego cayó cuando te moviste —leyó con un humor algo relajado y falsa seriedad antes de desaparecer el papel. Se volteó de nuevo a él y con una sonrisa siguió —Eso me suena algo mágico.
—Creí que lo había imaginado —mencionó con asombro.
—Para nada, Senjuro, eres un mago con un potencial grande.Por eso la Academia te ha escogido —El joven aún se miraba nervioso por toda la situación y era obvio que diría que no a irse solo —. Si te parece bien —Se inclinó en reverencia al rubio menor con total respeto.
》Sería un honor tenerte como aprendiz y protegido, te guiaré en toda tu travesía por el camino para dominar la magia. No estarás solo en esto —dijo con una expresión que transmitía una paz enorme. Por otro lado, deseaba decir que sí a esto pero no sabía si dejar a su padre y hermano solos sería lo correcto.
—Hermano... —Lo miró expectante, buscando alguna respuesta o señal para saber qué debía hacer.
Kyojuro no sabía que decir, el pensar en su hermanito lejos y sin saber donde no le gustaba para nada, por lo contrario no sabía que pasaría si no asistía a esa escuela. El tema de la magia era tan nuevo para él que ni siquiera terminaba de creerlo.
—Además, Patrón —Todos observaban una segunda carta ser dejada por una lechuza en la Palma del azabache —quisiera pedir la presencia de Genya Shinazugawa, por favor —Eso alertó al mayor de los hermanos, no era cierto que Genya era...
[•]
–Ambos fueron seleccionados como alumnos de la escuela, si aceptan yo mismo los llevaré a comprar los materiales necesarios para el inició del año —Los dos jóvenes estaban en shock total ¡Eran magos, de verdad, verdad!
—¿Qué pasa si no aceptamos? —cuestionó Genya.
—Académicamente no mucho, sin embargo —los miro a ambos con gran preocupación, reflejando en sus ojos un temor indescriptible —cuando un mago reprime su magia por mucho tiempo se termina convirtiendo en un obscuro —Tomioka mostraba ilusiones mágicas mientras la explicación se daba; los jóvenes observaban las aterradoras imágenes de las víctimas—Y luego muere — Asustado Senjuro se aferró a la primera persona a su lado, siendo por coincidencia Genya, causando una mala cara en ciertos Pilares.
—Sí es así la situación me parece clara la decisión a tomar —comenzó a hablar el Patrón —, antes que cazadores de demonios solo gente que busca el bien de las personas. Kyojuro, Sanemi, creo que saben que hacer.
—Les daré un tiempo para que lo
—Yo aceptó —Se apresuró a decir Senjuro,si era cierto todo lo dicho entonces no sólo esto sería beneficioso para él, sino que, al fin podría luchar junto a su hermano.
Genya consideró la opción, odiaría dejar a su hermano y su maestro; aunque, al final no había grandes opciones, hacía rato que sus fuerzas disminuían y un malestar que se presentaba por periodos lo aquejaba. Ya sin mucho en contra asintió.
—¡Bien! En ese caso, es momento de que vayamos por sus materiales y varitas —Los tres se levantaron de inmediato ante la positiva de los jóvenes; sin embargo, al instante son detenidos por, justamente, dos hermanos mayores protectores.
—Oye, imbécil, esos dos son menores de edad; ni creas que irán solos, vamos a ir también —sentenció Sanemi, sacándole una mini sonrisa a su hermano.
—Son los tutores legales de mis estudiantes, obvio deben ir —Una vena apareció en el rostro de Sanemi, conteniéndose de no golpearlo — vamos en auto —En medio del patio un vehículo bajó del cielo y se estacionó —Suban.
Los cinco se despidieron de los presentes y al entrar al vehículo notaron que el azabache estaba en el asiento del copiloto, no del piloto. De repente el motor sonó, justo después el auto se elevó por los cielos, alarmando a los demás.
—¡Oye imbécil, ¿por qué carajo no estás conduciendo?! —reclamó Sanemi aferrándose a la ventana con una mano y la otra sujetando a su hermano.
—No tengo un brazo, Sanemi, no voy a conducir —respondió con algo de obviedad haciendo más difícil al otro controlarse.
—¡¿Y quién lo hace?! —gritó asustado el pequeño Senjuro al ver la altura y velocidad que el vehículo iba tomando, ya dejando de ver la Sede de Cazadores.
—Es un auto hechizado, se maneja solo —Con eso dicho el vehículo aceleró a fondo haciendo a los pasajeros clavar los dedos en los asientos como si eso los salvará de los accidentes que imaginaban.
Las nubes que rodeaban las ventanas desaparecían en lo que la altura disminuía conforme llegaban a su destino. En un valle escondido de la vista una barrera protegía el mercado mágico más grande de Japón al que brujas y hechiceros asistían en busca de los diversos materiales para las diversas ramas de la magia.
En ese lugar cualquier cosa has de encontrar si buscas bien. Es ahí donde cada mago de Japón iniciaba su camino.
Al aterrizar los pasajeros se lanzaron al exterior algo mareados por el viaje alocado, por otro lado Tomioka bajaba con la mayor calma y camuflaba el vehículo.
—De acuerdo, vamos, no podemos perder tiempo —Aun con eso dicho lo único en su camino era un gran y viejo arco rojo ya desgastado de una construcción en ruinas prácticamente en medio de la nada.
—Es un lindo lugar, Tomioka, pero no veo nada parecido a un mercado —dijo con sinceridad el Pilar de la Flama, nervioso por pensar que su compañero se había vuelto loco.
—Nos trajiste a la maldita deriva, ¿Para qué, ver un arco? —Sin prestarle atención a las quejas del peliblanco acomodó las lámparas en un patrón que causó la aparición de unos kanjis y un viento los azotó directo a la cara.
—Bienvenidos al mercado —Al pasar por el arco un panorama distinto se vio, cientos de puestos de colores vibrantes y con criaturas jamás antes vistas al igual que gente paseando con objetos extravagantes. —Al igual que la magia no está a primera vista, apurense.
Los jóvenes lo siguieron por el gran lugar asombrados por las maravillas que ofrecían y por detrás los hermanos mayores cuidando de que nadie tratara de aprovecharse de sus familiares.
En una tienda muy parecida a aquellas que venden artesanías, la diferencia era mínima, cualquiera diría que nada mágico sucedía ahí.
Un anciano salió de detrás de un pasillo largo dejando las cajas que sus manos cargaban a un lado para saludar con una sonrisa a los recién llegados
—Ah, Tomioka, es bueno verte otra vez, luces bastante bien, ¿Cómo puedo ayudarte?
—Es bueno verlo señor Tetsuo, traje a estos chicos por sus varitas —El hombre les dio una mirada que puso nervioso a Senjuro y alerta a Genya, como si buscará algo en ellos que no veían.
—Espíritus muy distintos pero complementarios, son un gran dúo ustedes, sin duda merecen algo a juego —De entre los estantes rebusco las cajas hasta alcanzar unas algo escondidas.
》Éstas son, anden pruebenlas con confianza —Los dos se miraron sin saber realmente qué hacer —agitenlas, no teman —al hacer un movimiento un viento inundó la tienda y la luz brilló desde la punta haciendo sonreir al hombre.
—Su intuición nunca falla señor —Tomioka sacó unas monedas y le pagó con una sonrisa. Ambas varitas fueron puestas en la canasta para continuar con las compras, libros, uniformes, y hasta unas mascotas.
Ya en un lugar para comer la inseguridad de la lejanía aumentaba a cada segundo pues la separación se hacía más y más real. Palomitas el temor cosa notada por el pelinegro.
—¿Sucede algo, Shinazugawa, Rengoku?
—Ellos van a pasar casi todo el añor en esa escuela ¿no es así? —Asintió
—Y no nos van dejar pasar por no tener maldita magia —hizo un sonido en afirmación viendo las venas resaltar en su frente —, y no hay forma de que podamos ir a verlos hasta vacaciones —la frustración se pintó en su rostro junto a la decepción de Rengoku, calando el interior de Tomioka.
—Bueno... —Ambos levantaron la mirada al instante esperando una chance, lo que fuera —A la gente muy cercanos a maestros se les puede hacer una excepción.
—Tu eres docente, ¿Qué hacemos para que nos pongas en la lista? —cuestionó de inmediato el de cicatricez
—No se si quieran, es algo que —El rubio se levantó en un instante de la mesa tomando las manos del pelinegro entre las suyas.
—¡Haremos cualqueir cosa para poder ver a nuestros hermanos, Tomioka, solo dilo! —secundó el rubio con su típica pasión, causando un rubor en la palida piel del mago.
—Casemonos —Ambos se quedaron helados por lo dicho —, las parejas ya formales del personal son llamados para ayudar de vez en cuando; la guerra dejó muchas bajas y no suficiente gente. A cambio les dan acceso a la escuela.
El silencio en la mesa se hizo pesado, Tomioka solo pensaba en la mala idea que fue sacar esa propuesta, conociendo a Shinazugawa seguro le gritaría e iniciaría una pelea por solamente pensar en que aceptaría o lo consideraría.
Entre paranoia por la situación y sus nervios a flor de piel una voz lo sacó de su ensoñación.
—¡En ese caso hay que ir al templo más cercano, Tomioka! —exclamó Kyojuro con las mejillas rojas y sonrisa algo nerviosa
—Mierda, no hay opción ¡Ya qué más da! Hay que avisarle al Patrón —sentía que su cerebro sufría un cortocircuito, sus dos compañeros dispuestos a casarse ese mismo día —Cualquier cosa por estar con mi hermano.
No negaría que siempre los consideró hombres bastante guapos y muy en el fondo deseó ser más cercanos a ellos, la situación actual era un sueño hecho realidad sin duda.
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¡Volví, y con ideas pero poco tiempo así que el mensaje será corto!
Siento la tardanza pero he estado haciendo muchas cosas al mismo tiempo, ya quería sacar este capítulo porque creo que es muy lindo y pronto traeré otros nuevos.
Datos de la Era Taisho:
♧Tomioka fue llamado en medio de la guerra mágica pues muchos magos ya habían muerto y necesitaban nuevos personas para pelear (malo pero dentro de la escuela trató de que los alumnos se alejarán lo más posible de las atrocidades de la guerra).
Datos de la Era Reiwa:
◇Estoy tratando de aprender Crochet y bueno va bien.
◇Terminé de escribir esto mientras estaba en clase.
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