Tres
Y llegó el Lunes. ¡Qué horror! Otra vez ir a la escuela, aburrirme en las clases y tratar de pasar desapercibida.
Me levanté de mala gana, apagué la ruidosa alarma y me di un baño. Me vestí con lo primero que encontré y bajé a desayunar. Mi papá ya estaba ahí tomando su tradicional café matutino.
—Buenos días —dije y fingí una sonrisa.
—Buenos días —me respondió al tiempo que besaba mi frente —. ¿Qué quieres desayunar?
—Lo de siempre. — Tomé un vaso y me serví leche, luego busqué entre la comida unas galletas de chocolate que me encantaban.
Terminé rápidamente mi desayuno y prendí la televisión.
—Chris —dijo mi padre — creo que ya se te hace tarde.
Ya lo sabía pero mi estrategia era esa. Llegar al último minuto me permitiría entrar directamente a la clase y me relacionaría lo menos posible con las personas.
En lugar de explicarle mi plan a mi papá murmuré un "sí, ya me voy" y le di un beso en la mejilla mientras me deseaba un buen día.
Salí de la casa y me propuse caminar lo más lento posible hacia la escuela. Se supone que solo hacía cinco minutos de trayecto pero yo siempre hacía quince.
Llegué a las puertas de mi destino justo cuando sonó la campana que indicaba que la primera clase había comenzado. Caminé hasta mi casillero saqué los libros de la materia que me tocaba (matemáticas) y me dirigí al salón de clases.
Cuando llegué el profesor me miró con desagrado.
—Señorita Hawthorne, ¿se puede saber el motivo de su retraso?
—Mi coche se averió y tuve que caminar desde muy lejos —mentí.
—Ya veo —el profesor se quedó pensando un rato. Supongo que estaba decidiendo si mi excusa era verdadera o me la había inventado al momento —. Pase y siéntese.
Hice lo que me dijo, saqué la almohada que siempre llevaba a todas las clases y me trate de dormir.
~~~~~
El estruendoso sonido de la campana me despertó. Era la cuarta clase en la que me dormía y era increíble que ningún maestro me haya dicho algo al respecto.
Era por fin la hora del almuerzo. ¡Por fin comida! Tomé rumbo hacia la cafetería. Escogí lo que quería comer y me llevé mi bandeja afuera. No me gustaba comer adentro, con tanta gente ahí.
Me senté bajo el árbol en donde siempre almorzaba. Disfruté de la sombra y del aire fresco. Debo admitir que aunque fuera una floja de primera, la naturaleza me encantaba.
De la nada, escuché una voz que interrumpió mis pensamientos.
—¡Hola Chris! — dijo una chica con voz muy aguda. Atrás de ella había otras dos chicas y las tres centraban toda su atención en mí.
—Hola —en cuanto esta única palabra brotó de mis labios me arrepentí de haberla dicho.
—Estaba caminando por los pasillos y me di cuenta de que nunca habíamos hablado —dijo la chica con la sonrisa más falsa que había visto en mi vida.
—Y así estaba mejor —murmuré.
—¿Disculpa?
—Nada — dije —. ¿Y para qué me necesitas?
—Ah, nada más pasaba a saludar. Con eso de que tu madre está muerta supongo que no tienes muchos amigos.
Al momento que dijo eso la reconocí. Andrea Smith. La más popular de la escuela y también la más odiosa. Las dos chicas atrás de ella eran sus secuaces Pamela y Dianne.
Al ver el dolor en mi rostro por la mención de mi madre, en el rostro de Andrea se dibujó una sonrisa triunfal.
—¡Oh, lo siento! ¿Dije algo malo? —preguntó con cierto aire de inocencia.
Al ver que no respondía se dio la vuelta y chocó las manos con sus amigas.
—Nunca, —empecé a decir, lo que captó su atención — jamás, menciones algo sobre mí madre —grité e hice algo de lo cual no me arrepiento: abofeteé a Andrea Smith.
De pronto, todas las conversaciones pararon y toda la atención se centró en nosotras.
Ella se llevó la mano a la mejilla, justo donde había recibido el impacto. Su rostro adquirió una expresión de enojo supremo y me abofeteó. Con mucha fuerza.
Un pequeño grupo de personas se formó un círculo alrededor de nosotras mientras exigía una pelea. Decidí que no les iba a dar lo que pedían y antes de que pudiera salir de ahí Andrea me agarró por en brazo y empezó a golpearme. Traté de zafarme de su agarré, cosa que logré al quinto intento. Ahora yo la golpeé. Solo podía sentir ira, enojo y furia. Estas emociones me nublaban la visión y en lo único en lo que podía concentrarme era en golpear cada vez más fuerte.
—¡Alto! ¡Deténganse ahora! —las personas que nos habían estado rodeando salieron corriendo y la persona que había pedido el final de la pelea me separó de Andrea.
Estoy en problemas.
¡Hola! Perdón por no actualizar recientemente. ¿Cómo están? ¿ Ya vieron Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos?
Kamwe💙💚
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