Nueve

Aquel salón de clases con el que tanto me había familiarizado y que me parecía acogedor ahora solo me causaba pánico y un revoltijo de dragones en mi estómago.

El simple hecho de cruzar sus puertas y ver lo que me aguardaba adentro me pareció completamente atemorizante.

Rob entró en sala de espera y al verme mirar fijamente a la puerta sin poder abrirla, me tomó de los hombros y me guió dentro.

Había tres chicos y una chica sentados frente al hermoso piano rojo. Todos reían mientras los cuatro tocaban una melodía. Parecían de mi edad. Ninguno se dio cuenta de que Rob y yo habíamos entrado en el aula hasta que él los interrumpió.

—Hola, chicos —los saludó.

—¡Hola, Rob! —dijeron todos al unísono, como si se hubieran coordinado.

—Quiero presentarles a Chris —me presentó y sentí los ojos de los cuatro sobre mí—. Tomaba clases individuales pero decidió unirse al grupo.

—¡Genial! —dijo única chica del grupo—. ¡Ya hacía falta otra chica por aquí! Por cierto, soy Jenna.

—¡Yo soy Mark! —exclamó un chico pelirrojo con muchas pecas.

—Yo soy Thomas —el chico me hizo un saludo con la mano.

—Y yo soy Blaine. —Parecía examinarme con la mirada—. Espera un momento. ¿Tú eres Christina Hawthorne, la que se peleó con Andrea Smith?

—Ehhhh, ¿sí? —musité un tanto confundida. ¿Cómo se había enterado este chico?—. ¿Cómo lo sabes?

—Voy al mismo instituto que tú. La noticia se extendió de manera impresionante. ¡Eres casi una leyenda!

—¿Gracias?

—Basta de plática, chicos —interrumpió Rob—. Estamos aquí por un motivo en común: la música. ¿Por qué no tocan un poco?

~~~

Traté de entrar de manera sigilosa en la casa. Si lograba llegar hasta mi habitación sin que mi padre me viera sería maravilloso. Lamentablemente, eso no fue lo que ocurrió.

—¡Christina, qué son estas horas de llegar! —gritó enojado mi papá—. Son casi las doce. Mas te vale que tengas una buena explicación.

—Pues... —busqué un modo de explicarle todo de forma rápida y sencilla—. Después de la clase fui a comprar unos helados con los chicos del grupo y me invitaron a una fiesta.

—Entonces —dijo pensativo—, ¿tienes amigos?

—Algo así —respondí—. Apenas los conocí hoy pero creo que podríamos ser amigos.

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de mi padre y se fue a su habitación sin decir una palabra más.

Sí, creo que al fin tengo amigos.


Hola! Después de casi un mes de no actualizar ya regresé.

Solo quería informarles que como ya estoy de vacaciones se me ocurrió la idea de hacer un maratón de capítulos. ¡Sí!

Creo que ya falta poco para que termine la historia.

Kamwe💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top