Catorce
Maratón 5/5
Tocaron a la puerta de mi habitación.
—¡Chris, tienes visita! —anunció mi papá.
—¡Dile que se vaya!
La puerta se abrió y Jenna asomó su cabeza adentro.
—¿Puedo pasar? —preguntó
—Ya que.
Mi amiga se sentó en mi cama y me miro.
—A pesar que lo de Rob ya tiene tiempo que ocurrió, aún no se había organizado un funeral. Solo venía a avisarte que es este jueves —después de decir eso, Jenna se marchó.
~~~
—Parece que Chris no vendrá —escuché decir a Thomas.
—Aquí estoy —dije un tanto desganada.
—¡Chris! —exclamaron todos y me abrazaron. No tenía ganas de abrazos, así que los hice a un lado.
—¡Apúrense, ya casi empieza! —informó Jenna.
Después de escuchar a tres personas hablar sobre Rob, Blaine dirigió unas palabras, al terminar, dijo:
—Ahora, mi amiga Christina dirá unas palabras.
Mis ojos se abrieron con asombro. Tuve que pararme y pasar al frente para hablar.
—Una de las cosas más tristes de la muerte, es tener que hablar de las personas en pasado, cosa que tendré que hacer ahora. Rob era mi maestro de piano, pero también era mi amigo y confidente. Mi madre murió hace dos años —los miembros del grupo que aún no lo sabían reflejaron una mueca de sorpresa—. Después de su muerte, fue casi imposible que me relacionara con las personas. Hasta que mi padre tomó la acertada decisión de meterme a clases de piano. Ahí conocí a Rob. Después de unos cuantos meses, Rob me propuso unirme a las clases en grupo, donde conocí a los que son mis amigos ahora. Rob me ayudó muchísimo, y ahora que se ha ido no sé cómo voy a poder superarlo. Rob era una gran persona, la mejor que jamás haya conocido, y este mundo necesita más gente como él.
Para cuando terminé de hablar, ya estaba llorando. Pedí una disculpa y salí de ahí.
~~~
Estaba sentada en el parque, abrazada a mis rodillas.
Blaine llegó corriendo.
—¿Qué haces aquí? —pregunté.
—Te estaba buscando.
—Pues ya me encontraste.
—Chris, todo esto pronto pasará...
—Por favor, no digas eso —pedí.
—Chris, no quiero verte así. Tú me importas.
—Eso no es cierto. Solo te doy lástima.
—Te equivocas. Mira, cuando la escuela de música encuentre otro maestro y regresemos a las clas...
—¿Es que no entiendes? —lo interrumpí—. ¡No pienso regresar!
Blaine me miró sin decir nada, pero al final se dio la vuelta. Cuando empezaba a marcharse, dijo:
—Espero que cambies de opinión.
Me quedé sola, con mis sentimientos y las miles de lágrimas que recorrían mis mejillas y terminaban cayendo al suelo.
FIN DEL MARATÓN
¡Espero le haya gustado!
¡Se acerca el final!
Kamwe💙
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