Domingo -09:00 AM-

Otro nuevo día se hacía presente para nuestro protagonista, quien lentamente se levantaba después de haber tenido una placentera noche de sueño, y cómo no tenerla si en su mente se encontraba el vívido recuerdo de Octavia abrazándolo mientras dormía. Con una boba sonrisa en su rostro se deshizo de las lagañas y se dirigió en boxers hacia la ducha.

El agua fría siempre lograba despertarlo, pero pareciera que su cuerpo se resistía a despertar por completo, como si éste quisiera que Mineta continuara con su letargo para estar con la princesa dentro de su mente. El chico sentía la fatiga en su cuerpo, por lo que siguió un rato más en la ducha para despertarse por completo.

Se aseguró de que el agua le cayera en la cara para no quedarse dormido, una vez finalizada la ducha salió y empezó a pasarse la toalla para limpiarse el cuerpo. En ese tiempo, se puso a examinar su demoníaco ser el cual muchas veces ignoraba.

Realmente había cambiado mucho, siendo humano con suerte tenía algo de musculatura en su diminuto cuerpo, por no hablar del crimen que era su "pequeño Mineta". Pero ahora... ahora podía ver como sus bíceps y abdominales empezaban a ser notables, dando una buena impresión junto a las cicatrices. Pero lo que más lo hacía emocionarse era que el amigo entre sus piernas ya no tenía el tamaño de un pulgar, para él, eso era lo más importante en ese momento.

Cuando terminó de secarse el cuerpo y el cuero cabelludo, fue a buscar unas prendas de ropa más cómodas. Una remera manga corta de color amarillo y unos shorts blancos eran el conjunto adecuado para salir de su cuarto.

Ya eran las 9:15 cuando empezó a prepararse un buen café en su cocina, colocó en un tazón un puñado de galletas de coco y esperó a que la bebida estuviera caliente.

Reposó su cuerpo en la nevera, colocando su espalda sobre la puerta de ésta. El silencio del ambiente le parecía aburrido, golpeteaba sus brazos con sus dedos mientras estos se encontraban cruzados. Daba pequeños golpes al piso con sus pies y de vez en cuando relinchaba cansado de esperar. Más mientras esperaba, un sonido de disgusto sobre una de las repisas de su sala le llamó la atención.

Mineta: Si no tienes algo importante que decir, entonces no molestes. -argumentó el muchacho-

Hachimaru: Eres patético. -contestó la espada, reposando sobre un kake*-

Mineta: ¿Soy patético por no querer conquistar Japón o el Infierno como tú querías? -cuestionó el demonio-

Hachimaru: ¡No! ¡Por estar ahí perdiendo el tiempo! -comentó la katana-

Mineta: Estoy preparándome mi desayuno, maldita sea. -mencionó tranquilo-

Hachimaru: Mientras tú comes tu desayuno, podrías estar volviéndote fuerte. -declaró viendo como el demonio tomaba el café mientras lo intercalaba con mordisco a las galletas- Solo imagínalo, bajo mi tutela, serías imparable.

El chico lo meditó en silencio, ser más rápido, más fuerte, más resistente... ser imparable. Todo eso empezaba a sonarle agradable y tentador mientras se colocaba su calzado. ¿Quién sabe? Tal vez las enseñanzas del ronin condenado podrían servirle de algo.

Hachimaru: ¿Qué dices muchacho? ¿Te apetece estar en la cima? -preguntó el espíritu esperando con ansias la respuesta-

Mineta: Lo pensaré. -finalizó azotando la puerta del departamento-

Hachimaru: Baboso insolente.

Así es, el chico había dejado a solas al espíritu, faltándole el respeto de manera garrafal antes de irse, permitiéndole así que este meditara su funesto destino mientras su actual poseedor se preocupaba sobre sus propios asuntos. Éstos eran ver qué haría el día de hoy para entretenerse, esta vez no tenía nada preparado, así que simplemente decidió que caminaría por Ciudad Imp para luego dejarse llevar por la corriente.

Pudo divisar algunas tiendas que llamaron su atención, en especial aquellas que vendían cuchillos y armas. El trabajar en IMP junto a Millie y Moxxie le provocó cierto gusto por todos los tipos de armas, por lo que decidió visitar algunos locales y de paso rellenar su inventario para futuras misiones. Logró conseguirse un poco de aceite para mantener limpio el filo de su cuchillo y sus armas junto a unos pañuelos para retirar el exceso del mismo, además de algunas cajas de munición para su pistola.

Siguió con su recorrido pasando por en frente de aquel vertedero de chatarra donde sus "padres" lo entrenaron. Hermosos eran los recuerdos de él aprendiendo a cómo disparar un arma, junto a los otros momentos de como portar y atacar con armas de filo. Pensó que tal vez deberían seguir con aquellas clases, siempre se podía aprender algo nuevo y de paso pasar tiempo juntos como la familia que tanto se autoproclamaban.

Dejando las memorias a un lado, el muchacho siguió su camino, esta vez prefiriendo ir a locales de videojuegos para tener a su disposición las nuevas entregas del mercado. Una vez finalizada esa compra, siguió su camino hasta que frenó de repente, siendo disuadido por un local con un enorme cartel fluorescente de tres enormes "X".

Mineta se quedó quieto, procesando si realmente valía la pena entrar a dar un vistazo. Pero cuando lo pensó con detenimiento... eso solo sería volver al principio, significaría volver a ser el pervertido que era antes de morir. Volvería a ser aquel que no pensaba en nada más que intimar con mujeres las 24/7, y no quería eso. Todavía seguía siendo un pervertido, eso no lo negaría, pero al menos lograba contenerse en los momentos decisivos y dejaba aquellos actos y pensamientos para la intimidad de su departamento.

Fue así, que siguió con su camino a rumbo desconocido.

El tiempo fue pasando y llegado el mediodía, el demonio se aventuró en busca de algún restaurante o algún local que vendiera comida, la pregunta era ¿De qué tenía ganas hoy? ¿Fideos? No, ¿Sándwiches? No, ¿Shawarmas? No, ¿Comida china? No, ¿Comida mexicana?... ¡SÍ! Esa era la elección ganadora, así que se dirigió a un puesto ambulante y pidió 4 tacos al pastor, aunque una cantidad así le hubiera parecido demasiado, ahora mismo se sentía bastante hambriento. Caminó hasta una mesa cercana y colocó la comida sobre ella, apreciando su sabroso aspecto.

Más cuando estaba por sentarse, un escalofrío le recorrió la espalda, algo raro teniendo en cuenta que el clima era templado. Decidió no darle importancia, hasta que "eso" se le abalanzó, algo o alguien se había lanzado a su espalda y con gran agilidad se movía de manera escurridiza para no ser atrapado/a. Cuando el chico fue consciente de quién era, tenía ambos brazos en su espalda inmovilizados por una cola y siendo utilizados como soporte para quien abrazaba su cuello.

???: ¿Me extrañaste, lindura? -preguntó con voz risueña-

Mineta: ¿Qué haces aquí... Toga?

Toga: Bueeeno, tengo asuntos pendientes contigo. -comentó la chica-

Mineta: ¿Y esos son...? -cuestionó con dificultad debido al abrazo que la chica le daba a su cuello-

Toga: Nunca me llamaste para contarme sobre el trabajito que te dimos.

Mineta: Oh... ¿Es sobre... eso? -respondió entrecortado- Si me sueltas... podemos hablarlo.

Cuando el muchacho se sintió menos oprimido, supo que la chica lo había dejado libre. Entonces la chica, con agilidad felina, dio un salto acrobático, sentándose en la silla en frente de donde se sentaría Mineta.

La joven asesina reposó su mentón sobre las palmas de sus manos mientras balanceaba sus piernas por debajo del asiento.

Toga: ¿Piensas sentarte o no? -preguntó con una sonrisa sorprendentemente serena en su cara-

Mineta tomó asiento extrañado aunque... bueno, estaba loca, y si algo quería evitar era provocar que Himiko se pusiera aún más loca.

El chico tomó en silencio uno de sus deliciosos tacos para empezar a comer, pero...

Toga: ¿Vas a comerte todo eso tú solo? -preguntó manteniendo su expresión-

Mineta: ... ten. -dijo mientras le acercaba dos tacos-

Toga: ¡Muchas gracias! -agradeció emocionada-

La muchacha saboreaba cada bocado al igual que Mineta, aunque este último mantenía su atención en ella. No quería darle la más mínima oportunidad a esta joven asesina de asestarle un golpe fatal mientras estaba distraído.

Toga: ¿Y? No me dejes con la duda, cuéntame ¿Sangró mucho? -preguntó emocionada-

Mineta: Sí. -respondió a secas-

Toga: No te quedes en un "Sí", dame más detalles. -exigió la pecadora-

Mineta: No me gusta hablar del asesinato de... él. -finiquitó el chico-

Toga: Si lo que te molesta es que haya sido tu amigo... -mencionó haciendo una pausa para morder y tragar una parte de su taco- pues, no debió haberlos traicionado en primer lugar.

Mineta: Hmmm...

Toga: ¿Fue difícil?

Mineta: Ni te imaginas.

Toga: ¿Usó las dagas ocultas?

Mineta: ¡¿Sabían que tenía armas y no nos avisaron!? -exclamó molesto-

Toga: ¿Entonces las usó? Wow! Debiste darle una buena pelea! -respondió emocionada- Es la primera vez que escucho que las usara... -dijo dando otro bocado- llamas mi atención cada vez más y más. -finalizó con una sonrisa-

Mineta pensó responder de manera irónica, pero era mejor no provocar una situación que desemboque en una pelea. Aunque esos pensamientos se vieron interrumpidos por otro...

Mineta: ¿Cómo me encontraste?

Toga: Charlotte-san me dijo dónde podría encontrarte. -dijo acabándose uno de sus tacos-

Mineta: Ya veo... -respondió, también terminando uno de sus tacos-

Toga: ¡Oye! Deberíamos ir de compras! -sugirió de improvisto-

Mineta: ¿Tú crees?

Toga: ¡Por supuesto! Necesito ropa nueva y seguro que tú también.

Mineta: Bueno... veamos qué sale de todo esto. -respondió un tanto inexpresivo-

La rubia estaba más que contenta y emocionada por la respuesta, pero Mineta... ni siquiera sabía en qué se había metido. Aún así, nada malo podía salir de un día de compras con Toga ¿Verdad?

¡¿VERDAD!?

Más pronto que tarde, Mineta descubrió lo emocionada que se podía poner la chica y la fuerza que poseía para arrastrarlo a todas partes, dándole el mínimo tiempo para ver en qué lugar se encontraba. Ni siquiera sabía cuántas tiendas había visitado para luego salir corriendo junto a la chica a otra diferente.

Cuando se detuvieron por más de un minuto, Mineta supo que finalmente algo había captado la atención de Himiko como para mantenerla quieta en aquel lugar. Le dio un buen vistazo a la tienda frente a él, al igual que sus alrededores, se encontraba delante de una tienda de ropa y el área circundante a esta eran otros locales de distinta temática.

Al demonio de cuernos curvos no tuvo duda alguna de que se encontraba en un centro comercial, y para cuando quiso seguir observando el paisaje fue jalado por la chica adentro del local.

Toga lo metió dentro para que buscara algún conjunto que le gustara, mientras ella buscaba el suyo propio. Mineta no tuvo más que acceder en silencio a las intenciones de la chica, le dio una mirada a las prendas, pero ninguna le llamaba la atención... a diferencia de Toga, quien había desaparecido. Supuso que había encontrado algo que le gustó y fue a probárselo, mientras él tenía que esperar a que se decidiera por algo.

Mineta esperaba fuera de los vestidores, y el tener que hacerlo en silencio lo aburría de sobremanera, así que se decidió a intentar iniciar una conversación con ella para hacer que la espera fuera más entretenida.

Mineta: Entonces... ¿Tienes alguna otra razón por la cual salir de compras?

Toga: Bueno, estaba aburrida, así que decidí que saldría a ver que podía hacer. -declaró la loca- Fue ahí cuando te encontré y dije "¡Hey! Sería divertido pasar un día con ese tipo." Y aquí estamos ahora. -finalizó-

Mineta: Ya veo. -comentó simplemente-

El chico realmente veía que esta situación era muy surrealista, jamás se esperó encontrarse con Toga y que esta misma fuera quien lo estuviera "guiando" en cierta forma a lo que lo entretendría este día. Él ya se había decidido en que se dejaría llevar por la corriente y esta vez, era una corriente con la cual no quería luchar para no salir lastimado.

Toga: ¡Ya está! ¿Cómo me veo? -dijo haciendo acto de presencia con su conjunto-

Camisa blanca, corbata gris haciendo juego con los detalles de la camisa, falda de cuadros violeta y botas negras. Ese era el conjunto que lucía la chica ahora, era sencillo pero hermoso debido a ello.

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Mineta: Está lindo pero... ¿No crees que es muy colegial?

Toga: Mmm... -expresó viéndose en un espejo- Tienes razón, tal vez debería buscar otro.

Mineta volvió a quedarse esperando, solo se mantuvo en frente del vestuario de Toga hasta que ésta saliera. Aunque claro, el destino (o los autores) decidió que no sería así...

???: Hey!

Mineta dio un pequeño salto debido al susto provocado por quien tenía detrás de él. Jamás se esperó verla en aquel lugar y esta situación.

Mineta: ¿Qué haces aquí Loona? -cuestionó el chico-

Loona: Eso debería preguntártelo a ti ¿Qué se supone que haces?

Mineta: Pues, comprando ropa.

Loona no se comía el cuento de su compañero, ya que la fragancia que este desprendía estaba mezclada con otra que reconocía, pero no recordaba de dónde.

Toga: ¡Y listo! ¿Qué opinas? -salió mostrando su nuevo conjunto-

Blusa rosada, falda negra junto a medias de red y botas del mismo color, aunque estas últimas llevaban algo de pelaje/terciopelo blanco. Ese era un atuendo más casual para la chica siendo llamativo a la vez, y por la sonrisa en su cara parecía gustarle.

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Mineta: Ese... está mejor. -respondió nervioso-

Toga: Sabía que podía contar con tu opinión. -dijo percatándose de la presencia de la loba- ¡Hey! ¿No eres tú la recepcionista de IMP?

Loona: Sí, lo soy. -respondió indiferente-

Toga: ¿Se nos va unir? -preguntó la asesina-

Loona: Por supuesto que-

Mineta: Sí, se unirá a nuestro grupo. -mencionó, tapándole la boca a su amiga-

Toga: ¡Qué bien! Mientras más mejor. -comentó emocionada- Ustedes charlen tranquilos, que yo iré a pagar mi ropa. -dijo mostrando las bolsas con los conjuntos dentro-

La sabueso y el demonio se la quedaron viendo por un breve momento mientras se aproximaba a la caja registradora, pero más pronto que tarde, la conversación entre ambos se retomó abruptamente.

Loona: ¿Por qué mierda me metiste en esto, tarado? -cuestionó en voz baja-

Mineta: Es que no se me ocurrió otra cosa que decir. -contestó en susurro-

Loona: Tal vez pudiste decir que no.

Mineta: Por favor, no me dejes solo con ella. Hazlo por mí ¿Sí?

Loona: Con esta son dos los favores que me debes. -anunció la loba-

Mineta: Te prometo que no te arrepentirás. -mencionó él, ahora más calmado-

Toga: Ya pagué todo! -dijo acercándose a los compañeros de trabajo- Veamos que más tiene para ofrecer este lugar. -comentó abrazando el brazo derecho de Mineta-

Mineta: ¡O-Oye! ¿A dónde vamos ahora? -preguntó el chico, nervioso-

Loona: ¡Oigan! ¡No se vayan sin mí! -gritó enojada siguiéndoles para no perderlos-

Los tres demonios recorrían el centro comercial en busca de más cosas bonitas que comprar, al menos eso era lo que buscaban Mineta y Toga, porque Loona no podía despegar su vista de la fulana que caminaba tan pegado a su compañero. Y eso... eso era algo que no podía permitirse más tiempo, así que, sin pensarlo, atrapó el brazo izquierdo del muchacho para llamar su atención.

Loona: Vayamos por acá. -anunció la chica tironeando a Mineta-

Toga: No, mejor por acá. -dijo la rubia tironeando por el lado contrario-

Las dos se mantuvieron así un buen rato, ninguna aflojando en su intento por arrastrar al chico, el cual ya sentía sus brazos entumecidos debido al dolor. Mineta empezaba a cansarse y enfurecerse con el paso del tiempo, fue cuando llegó a su límite que...

Mineta: ¡YA BASTA! -pegó el grito al viento- ¡IREMOS A ESE LOCAL Y LISTO! -señaló con uno de sus pies-

Toga/Loona: Okay. -dijeron simplemente resignadas-

Mineta ni siquiera se percató al lugar al que las llevaba, él solo quería que pararan de lastimarlo. Pero cuando todos llegaron ahí, el único en arrepentirse fue Mineta, era otro local de ropa común y corriente... con un sector dedicado a ropa interior femenina.

Ese había sido el colmo, literalmente el chico se había sepultado solo, no le molestaba esperar, pero si algo conocía de mujeres, es que éstas se tomaban mucho tiempo en elegir algo que les gustara.

Aunque claro, las chicas con las que se encontraba ahora no entraban en esa categoría, por lo que fue sorprendido cuando éstas salieron de los vestidores con nuevos looks.

Toga/Loona: ¿Qué te parece?/¿Cómo me veo? -preguntaron al unísono-

Mineta: B-Beautiful... -eso fue lo único que se le vino a la mente-

Toga vestía un conjunto de vestido negro junto a unas medias largas que hacían juego, la parte superior del conjunto no se apreciaba muy bien debido a que los brazos y pecho eran tapados por una campera grisácea con detalles rojos y blancos, con un emblema sumamente extraño en la parte posterior con los mismos colores.

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Por parte de Loona, ella no había cambiado mucho su ropa, pero, aunque este conjunto era sencillo y se asemejaba al que usaba usualmente, era notoria la diferencia. Su collar negro con púas, al igual que sus shorts y guantes sin dedos, se mantenían intactos, pero la blusa gris con diseño de pentagrama color negro era cambiado por otra de color rojo al igual que sus medias, estas, aunque mantenían el mismo color ahora se le añadían dos cruces en su superficie, pero para tener completo ese conjunto, la chica le añadió una chaqueta de cuero blanca y unos lentes de sol con cristales azules.

Mineta: Bueno, deberíamos seguir viendo los locales ¿No creen? -comentó señalando la salida y dirigiéndose a ella nerviosamente-

Toga: De eso nada. -dijo tomándolo del cuello de su remera- Aún nos falta esa sección. -mencionó mientras apuntaba a la zona de ropa interior-

Mineta: Eh.

Diez minutos, eso era lo que estuvo esperando el chico afuera de los vestidores, y solo una cosa pasaba por su cabeza:

Mineta: Y-Yo no debería estar aquí. -comunicó el demonio-

Toga: Tonterías. Las parejas vienen aquí todo el tiempo, tanto aquí como arriba es normal. -comentó ella-

Loona: La rubia tiene razón, deja de lloriquear. No tardaremos mucho. -apoyó la loba-

Mineta simplemente se quedó callado, esperando a que todo esto terminara lo más rápido posible.

Toga: Psss, Mineta. -llamó su atención en un susurro-

Mineta: ¿Qué quieres? -preguntó en su mismo tono de voz acercándose a ella-

Toga: Está lindo ¿No? -cuestionó abriendo parte de la cortina-

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Mineta se paralizó con la vista que tenía en frente, la loca de Himiko no tuvo la más mínima decencia ni vergüenza en mostrarle al chico cómo le quedaba su nuevo brasier color negro, mostrando como sostenían sus pechos.

Mineta: No hagas eso, me escuchaste?? -dijo cerrando la cortina sumamente avergonzado-

Toga: Hmm. Deberías dejar de reaccionar así. -aconsejó la chica-

Mineta no podría seguir así por mucho tiempo, necesitaba mucha fuerza de voluntad si Toga se decidía a seguir comportándose así.

Loona: Hey, Mineta. -llamó la loba con un ademán-

Mineta: S-Sí?

Loona: ¿Tu qué opinas? ¿Demasiado atrevido?

La chica no parecía afectada en lo absoluto por mostrarle a su compañero las bragas negras que llevaba puestas para probarlas, las cuales parecían tener una tira elástica a cada lado para sostenerse a las medias que usará su dueña. Ésta, sin ningún tipo de expresión en su cara, corrió un poco las cortinas para revelar sus piernas portando la ropa interior.

Mineta: ¡Deja de bromear así! -comentó volviendo a cerrar las cortinas-

Loona: No se supone que sea una broma. -aclaró la loba- Solo quería tu opinión... joder, si te vas a poner así cada vez que veas a una chica, no conseguirás novia. -opinó ella-

Mineta: Las veré afuera. -anunció dirigiéndose a la salida del local-

Unos minutos después, las chicas habían salido del local con sus nuevas prendas en bolsas, siguieron caminando por un rato hasta que la atención de Mineta fue llamada por un local en específico: "The World's Edge" o "El Filo del Mundo", el chico ya había visitado un lugar similar antes de llegar al centro comercial, pero esta tienda parecía estar enfocada a todo tipo de armas cortantes. Éste, con poca dificultad empezó a arrastrar a las chicas hacia el local, la única que parecía animada con visitar el lugar era Toga, por el otro lado, Loona simplemente se resignó a seguirlos.

La rubia y el pervertido estaban más que fascinados por la cantidad de cuchillos, accesorios y muchos utensilios para mantener en perfectas condiciones lo que deseabas comprar. La loba intentó enfocarse en otra cosa, revisar la mercancía la ayudaría, pero el hecho de tener a su compañero de trabajo junto a aquella chica tan emocionados por lo que veían era más que irritante. Si alejaba a Toga, la volvería a cagar enormemente y no quería darle ventaja a alguna otra contendiente, con aquella amiga desconocida tenía más que suficiente. Así que solo se adentró más en la tienda procurando estar lo más alejado de ambos.

Asimismo, tanto Mineta como Toga seguían deambulando por la tienda observando los objetos de calidad que ésta ofrecía. Sin embargo, rápidamente su atención fue desviada cuando sus ojos entraron en la zona de visión de "eso". Estaba ahí, reposando en una caja aterciopelada siendo exhibido bajo las luces de un foco, su simple presencia los había cautivado tanto, que ni siquiera se percataron de que había pasado de un extremo de la tienda a la otra para solo tenerlo a centímetros de ellos.

Toga/Mineta: ¡UN KARAMBIT*! -exclamaron al unísono-

Toga: Cuchilla de acero de carbono inoxidable...

Mineta: Tiene triple remache y diseño ergonómico en su empuñadura... y también es antideslizante! -comentó impactado-

Toga: Su peso esta reducido en un 40% e incluye un kit completo para el mantenimiento, con piedras de afilar y todo.

Mineta: También incluye guantes, caja de guardado y funda para el mismo...

Toga/Mineta: ¡LO QUIERO!

Sobra decir que aquella hermosa pieza de arte... no estaba ni cerca del presupuesto de ambos. Sus sueños de conseguir una buena cuchilla para sus fines personales habían sido aplastados rápidamente y sin remordimientos en solo segundos.

Toga: Para ser un ex-aspirante a héroe, sabes mucho de cuchillos. -expresó la chica-

Mineta: Bueno, tengo buenos "padres". -comentó él en respuesta-

Toga: Eso es bueno, algunos no tienen la misma suerte.

Mineta: ¿A qué te refieres? -cuestionó el chico-

Toga: Nunca me llevé bien con ellos. -respondió con una sonrisa alejándose de la cuchilla expuesta-

Mineta: Sí... conozco el sentimiento. -compartió el demonio siguiéndola- ¡Loona! Ven, ya nos vamos! -avisó a su compañera mientras compraba un kit de mantenimiento-

La loba simplemente les siguió el paso apenas la llamaron, dejando de inmediato lo que estaba haciendo para reintegrarse al grupo. Como siempre, ella mantenía su actitud monótona e inexpresiva, aunque claro, eso cambio rápidamente cuando notó que se quedaba atrás, dejando a Mineta y Toga para que tuvieran una plática la cual no le gustó mucho.

Mineta: Hay algo de lo que quiero hablar contigo, Toga. -mencionó el chico de forma seria-

Toga: Diga pues. -respondió mientras daba saltitos al caminar-

Mineta: Lo que hiciste en la tienda...

Toga: Sí??

Mineta: No lo vuelvas a hacer. Además, deberías empezar a comportarte como una chica de tu edad.

Toga: Si me comportara acorde mi edad no sería divertido. -respondió manteniendo su actitud risueña- Aunque si tuviera que hacerlo... necesitaría que alguien me haga mujer.

Mineta: Te deseo suerte con eso. -comentó sin entender la indirecta-

Loona estaba furiosa, no creía que esa arrimada podía ser tan descarada de ofrecerse así de fácil a su hombre. El despistado de su amigo tenía suerte de no haber captado el mensaje, porque de haberlo hecho y aceptado, estaría implorándole a Lucifer devolverlo a la vida. Aun así, la suerte parecía sonreírle a la loba, quien se percataba de que su compañero estaba interesado en visitar cierta tienda de ropa masculina, y dicha oportunidad la aprovecharía para darse a entender.

Mineta: Parecen haber unos buenos conjuntos dentro, entremos a dar un vistazo. -dijo con un ademán para entrar todos juntos-

Loona: Tú entra tranquilo y tómate el tiempo que quieras. -comentó la loba acercando a la rubia por el hombro derecho- Nosotras dos tendremos una pequeña plática entre chicas.

Mineta: Okay, pero no se pongan cómodas. No me tomará mucho tiempo... eso creo. -alegó entrando al local-

Apenas el demonio fue perdido de vista al entrar, el agarre de hombro se convirtió en un agarre por el cuello. Rápidamente Loona arrastró a la chica, apartándola del local para luego pararse firmemente frente a ella.

Toga: ¿De qué quieres hablar amiguis? -preguntó manteniendo su sonrisa-

Loona: Primero, no soy tu amiga. -aclaró la chica.- Segundo, aléjate de Mineta. -amenazó mostrando los dientes-

Toga: ¿Por qué? -cuestionó con tono juvenil-

Loona: Porque no dejaré que MI amigo se vuelva amigo de una psicópata. -respondió enfureciéndose- O al menos no de otra... -pensó para sí misma, recordando la relación que tenía su amigo con la experta en cuchillos de IMP- Quedas advertida. -finalizó-

Toga: Oh, ya entiendo. -comentó divertida- Te lo quieres coger ¿No es así?

Loona: ... Te voy a-!

Mineta: ¡Ahí están! -exclamó el chico- Las estuve buscando por todos lados ¿Pudieron charlar?

Loona: Emm... sí, pero... -dijo observando su celular- Solo te tomó cinco minutos.

Mineta: Pues sí, solo es elegir la ropa, probártela y comprarla. -contestó como si fuera poca cosa- No es tan difícil.

Toga: Tu amigo es divertido. -expresó la rubia tapando su risa-

El grupo siguió con su viaje sin rumbo y sin percances hasta llegar a una tienda de helados, tentando a todos a comprar uno. Toga se compró un cono con dos bolas de helado sabor a fresa y cereza, Loona pidió una paleta de vainilla con trocitos de galleta Oreo, mientras que Mineta se pidió un sorbete* de uvas y moras. Los tres se acomodaron en una mesa para disfrutar de su postre mientras que el chico iniciaba una conversación con la joven asesina.

Mineta: Entonces, Toga... ¿Tienes algún sueño? -preguntó el demonio comiendo-

Toga: ¿Sueño?

Mineta: Ya sabes, como... ¿Qué te hubiera gustado ser cuando te graduaras?

Toga: Pues... ni idea.

Loona: Así sin más?

Toga: Sí. -contestó mientras continuaba con su postre-

Mineta: A mí me hubiera gustado ser doctor. -mencionó el chico- Aunque mis padres tenían otros planes.

Toga: Entonces... ¿Te volviste un héroe por tus padres?

Mineta: Lo hice para agradarles.

Loona: No eres el único con padres de mierda, yo ni conocí a los míos. -dijo poniendo una de sus garras en su hombro, recibiendo una sonrisa de su parte-

Mineta: Mmm, qué mal. Lamento oír eso, Loona.

Loona: Nah, no te preocupes. Sean quienes hayan sido, me abandonaron a mi suerte en un orfanato y ni se molestaron a siquiera visitarme, por mí se pueden ir a la mierda.

Toga: Yo nunca les agradé a mis padres... -declaró la rubia-

Mineta: Oh! Lo siento.

Toga: No importa, la verdad. -dijo alegremente- Además, sí tienes pinta de doctor.

Mineta: ¿Tú dices?

Loona: Este pendejo... -pensó para sí misma-

Toga: Pues sí, si fueras doctor, seguro serías mi médico de cabecera.

Loona: Por tu bien será mejor que no continúes. -volvió a pensar-

Mineta: Ya basta, Toga! -exclamó halagado- Hey! Si lo piensas bien, ahora puedes decidirte qué ser a futuro.

Toga: ¿Lo dices en serio?

Mineta: Sí, tienes una segunda oportunidad aquí en el Infierno, aprovéchala.

Loona: Agh, no tiene caso, no voy a poder llamar la atención de Mineta con simples comentarios, tengo que hacer algo más... y creo que ya sé qué. -pensó nuevamente-

El par de pecadores seguía charlando amenamente, intercalando la plática con bocados de sus respectivos postres. Sin embargo, Mineta notó que Loona estaba más callada que de costumbre, así que decidió dirigir su mirada hacia ella rápidamente mientras Toga seguía parloteando, sólo para asegurarse de que todo estuviera en orden.

Al hacerlo, Mineta vio que Loona se encontraba mirando hacia otro lado, aparentemente distraída mientras lamía, chupaba y mordisqueaba su paleta... pero por alguna razón los ojos de Mineta se enfocaron en la lengua de la loba y en cómo esta se contorneaba de mil formas, lenta y... ¿Seductoramente? alrededor de la golosina, mientras sus labios de tanto en tanto envolvían la paleta, manchándose los mismos y sus comisuras del cremoso helado. Sobra decir que el color blanquecino de la paleta no ayudaba mucho.

Esta visión de Mineta duró tan solo unos segundos, segundos los cuales parecían pasar en cámara lenta, no sabía por qué, pero parecía como hipnotizado al ver a su amiga y compañera de trabajo disfrutando de su helado, incluso su rostro se estaba tornando más rojo de lo que ya era. Sea como sea, al cabo de 5 segundos (o 5 minutos desde la perspectiva de Mineta) de esta visión, Loona dirigió su vista hacia Mineta, y casi inmediatamente el muchacho regresó rápidamente (y puede que con cierto nerviosismo) su mirada y su atención hacia Toga, aunque Mineta no engañaba a nadie: Parece que el plan de Loona para llamar su atención había funcionado.

Una vez que cada uno terminó su postre, el grupo se percató de que ya eran las 6:30 de la tarde, siendo confirmado por cómo la luz natural del Infierno empezaba a disminuir y siendo reemplazada por las luces de los faroles en las calles. Ya habían pagado por sus helados, por lo que simplemente se movilizaron a salir del centro comercial, y una vez afuera, era momento de despedirse.

Toga: Hoy ha sido un día increíble. -dijo dando un salto de alegría con sus bolsas de compras en mano- 

Mineta: No has sido la única ¿No es así, Loona? 

Loona: Lo que tú digas. -comentó sin prestar atención- 

Toga: Tenemos que hacer esto más seguido. Y en cuanto a ti... -mencionó señalando al chico- Cuando quieras me invitas a una cita, guapo. -finalizó con una sonrisa- 

Mineta: ¿Acaso me acabas de coquetear? -preguntó confundido- 

Loona: Qué lento eres. -comentó para sí misma mientras se golpeaba la cara con su palma-

Toga: Al fin te diste cuenta! -respondió divertida- 

Mineta: Espera, entonces, ¿Estuviste coqueteándome todo este tiempo? -cuestionó ruborizado- 

Toga: Sí. 

Loona: Juro por Satán que te mato. -declaró en su mente- 

Mineta: ¿Por qué? -interrogó el muchacho-

Toga: Porque eres lindo. -contestó con unas risitas al final- Bueno, tengo que irme, los chicos se estarán preguntando donde estuve ¡Hasta luego! -se despidió enérgicamente perdiéndose entre la multitud- 

Loona: Qué pinche loca que está. -anunció la loba su opinión- 

Mineta: Sí que lo está... pero me cayó bien. 

Loona: Por favor, dime que estas bromeando. -exclamó preocupada pero sin demostrarlo físicamente- 

Mineta: Oh vamos, dale una oportunidad. Se ve que no la pasó bien estando viva. 

Loona: La mayoría no la habrá pasado bien estando vivos tampoco, por algo terminan aquí. -comentó, dando a entender que la rubia no tenía nada de especial-

Mineta, como el nuevo hombre que era, acompañó a Loona hasta su casa, aunque esta estuviera algo lejos. Ambos se despidieron en la puerta del departamento de la chica, Mineta siguió su rumbo hacia su casa mientras que Loona entraba más relajada a su departamento. Decidió dejar de pensar en Toga por el momento y enfocarse más aún en conquistar a Mineta, sería un largo camino, pero estaba decidida a lograrlo. 

La joven can desvió su mirada a un cuadro en específico dentro de su casa, aquella foto la hacía sonreír cada vez que la veía, y con aquella imagen en la cabeza decidió que era momento de prepararse algo delicioso para luego irse a dormir. 

Toga por su parte se reunía con sus camaradas de la Liga, siendo Twice el único que parecía preocupado de donde se encontraba.

Twice: Toga-chan ¿Dónde estuviste todo este tiempo? -cuestionó sacudiéndola- Respóndele, solo así se quedara tranquilo! -comentó con su otra personalidad-

Toga: Solo salí a divertirme con unos amigos. -respondió divertida- 

Mineta después de unos cuantos minutos ya había llegado a su casa, saludando a su "compañero" de departamento con furor, como si no lo hubiera dejando con la palabra en la boca antes de irse.

Hachimaru: ¡AL FIN TE VUELVES A MOSTRAR BASURA! ¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTUVISTE?! 

Mineta: Divirtiéndome con unas amigas. -contestó simplemente dejando las bolsas con ropa sobre la mesa del comedor- 

Hachimaru: Por qué no me sorprende? -dijo molesto y con sarcasmo- 

Mineta: Oh! Por cierto, estuve pensando en tu propuesta... la acepto. -respondió con una sonrisa- 

Hachimaru: ¡JA! ¡NO ME HAGAS REÍR! ¡¿EN SERIO CREES QUE TE TOMARÉ EN SERIO!? -mencionó colérico- 

Mineta: Yo digo que sí, es más... -dijo sacando una caja de una de las bolsas- incluso te traje un kit de mantenimiento. Tiene de todo, mekugi-nuki*, paño de arroz*, uchiko* y aceite para lubricar. 

Hachimaru: Hmmm... bien, te entrenaré. -declaró inexpresivo- ¡CÓMETE ALGO Y VETE A DORMIR! ¡MAÑANA COMENZAMOS! 

Mineta: Ya rugiste.

Continuará...

Glosario:

1. Kake: Accesorio, generalmente hecho de madera, sobre el cual suelen ser colocadas las katanas a la hora de exhibirse.

2. Karambit: También llamado Kerambit, es un cuchillo originario de Indonesia, Malasia y las Filipinas. En todas esas culturas posiblemente haya sido usado como una herramienta agrícola, así también como arma. El karambit se caracteriza por tener una hoja curva afilada, usualmente de doble filo, la cual, cuando el cuchillo es sostenido correctamente, se extiende por debajo de la mano, con la punta de la hoja hacia adelante. En el sudeste de Asia, los karambits se encuentran con una variedad de longitudes de hoja, y también con o sin el anillo de retención del dedo índice al final del lado opuesto de la hoja. Sin embargo, además de ser sostenido con la hoja hacia adelante y extendiéndose por debajo del puño, también puede ser sostenido con la hoja hacia adelante extendiéndose por encima de la mano.

3. Sorbete: Postre semi-helado que se diferencia del helado por no contener ingredientes grasos. Por esta razón su textura resulta menos firme, más líquida y menos cremosa que el helado tradicional.

4. Mekugi-nuki: Martillo de latón pequeño usado para eliminar el Mekugi (pasador de bambú) que sostiene la hoja y el mango de una katana.

5. Paño de arroz: Tela utilizada para extender el aceite en la hoja, pulir y limpiar el excedente del mismo.

6. Uchiko: Polvo de piedra de afilar fino (30-35 gramos) para limpiar la superficie de la cuchilla de una katana. Está envuelto en papel japonés hecho a mano llamado "yoshin-gami", y luego reenvuelto en tela de algodón o seda.

Bonus: La escena de Loona provocando a Mineta en los vestidores está inspirada por esta escena de My Dress-Up Darling:

Pongo el link nomás porque no vaya a ser que Wattpad se ponga necio porque puse contenido considerablemente provocativo xd