Parte 9: "Promesa"
~Narra Kaito~
Haibara entro en compañía de Hatori dejando a ambos atónitos al verme despierto, de la impresión casi gritaban teniendo que hacerles señas que guardaran silencio; Shinichi se encontraba aún dormido y no quería despertarlo.
–Hatori-Kun llévate a Kudo-kun a mi habitación, yo tengo que revisar a Kuroba-kun –ordeno la más pequeña, el moreno obedeció; acomodando con tranquilidad a Shinichi en sus brazos para poderlo cargar y salir de la habitación. La de menor tamaño tomo una tabla donde reposaba unos cuantos papeles, los leyó con detenimiento para después acercarse a los aparatos al lado mío y checar uno por uno–No creí que despertarás después de tanto tiempo –.
–¿Cuánto tiempo dormí? –fue la primeras palabras que decidí cruzar con la pequeña.
Ella no despegó su mirada de los aparatos que estaba verificando–Bueno como unos 5 o 6 meses –dijo con seriedad.
–¿Seis meses?... –suspire–Vaya yo sentí que fue una semana –dije con cierta sonrisa.
La pequeña termino de ver las máquinas y de hacer unas cuantas anotaciones después, se acercó a mi para checar mi estado de salud–Vaz a estar en cama una semana más en lo que tú cuerpo se recupera, después podrás irte a casa –concluyo.
Haibara salió de la habitación dejándome sólo–Una semana más en cama eh!... Que aburrido –dije entre unos lamentos. Pasaron unas horas estado en completa soledad y aburrimiento en aquella habitación.
~GrRrrrRrrrrRr~el sonido de mi estómago muriendo de hambre, sentía mi estómago auto-comiéndose, quería comer lo que sea lo que fuera no me importaba, creo que hasta dejaría mi miedo por el pescado para comerlo "Eso es imposible... Prefiero morir".
–Veo que ya estás mejor... Digo con eso de que tienes hambre –el Detective de Osaka entro a la habitación con una charola: en ella había un plato con sopa y un vaso de agua. El moreno dejó la charola en un banco de madera que estaba a un lado de mi cama–dejame acomodarte para comer –me ayudó a sentarme pues aún no podía moverme del todo, se sentó en la orilla de la cama y agarró el plato con sopa y una cuchara, dió unas cuantas a la sopa con la cuchara y la alzó con un poco de caldo en ella, le soplo levemente enfriando la "¡Espera!", después acercó una cochera de la sopa a mi boca.
–¡¿Q.. Qué haces?!.
–¡¡Como que de que!!... –El moreno levantó una ceja–Es obvio que te voy a dar de comer –.
–¿Por qué haría eso? –dije con nerviosismo; Hatori nunca era tan amable conmigo, eso era extraño para mí.
–Acabas de despertar de un coma después de 6 meses tu cuerpo debe de sentirse pesado y no puedes moverte del todo... Quiero terminar rápido así que, déjate de hacerte del rogar y come de una maldita vez –dijo el acercando una vez más la cuchara a mi boca la cual no rechacé está ocasión.
Tragué el caldo saboreando su exquisito sabor–Hatori... –dije llamado la atención del moreno que solo se limitó a hacer un ruido "mmmhhh?"–Gracias por ayudarme –.
El moreno levantó, fulminado me con su mirada, unos segundos después bajo la mirada y suspiró–No hay nada que agradecer –concluyó.
Saco otra cantidad de caldo con la cuchara después la enfrió y asi acercarla a mi boca, suspiré–Quisiera que Shinichi fuera quien me de comer –dije antes de introducir la cuchara en mi boca.
—Que mala suerte que soy yo
–Si muy mala suerte... –dije afirmando su comentario–¿Y Shinichi como estuvo estos meses? –pregunté al moreno.
–Que te puedo decir –Hatori soltó la cuchara en el plato soltando un gran suspiró–Shinichi estuvo muy preocupado por ti, no le prestaban atención a nada ni siquiera a su salud... No comer ni beber, pasar distraído todo el tiempo y las noches en vela se hicieron un hábito en el, creo que hasta tu lo notaste... Su apariencia luce deplorable, hace un rato cuando lo lleve a la habitación de Haibara –arqueo una pequeña sonrisa–se veía tan tranquilo algo que no veía en meses... En realidad lo tranquilizó el hecho de que despertarás —el moreno jugo con al comida unos segundos-por cierto Kuroba...
—mmmhhh?
—¿Kudo ya te dijo?
—Decirme qué?...
El moreno se exaltó ante mi respuesta—Ya veo Kudo no te lo ha dicho —soltó una pequeña risa—Bueno creo que tendrás que esperar un poco más —no entendía a que se refería "¿Kudo tiene algo que decirme?".
La conversación se alargó entre cosas sin sentido hasta que termine de comer y el moreno se retiró con los recipientes vacíos.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
[5 días después]
Ya tenía más movilidad podía sentarme y comer solo pero, aún tenía dificultades para caminar los días en esa habitación no eran malas ya que las vacaciones de Shinichi habían iniciado dándole tiempo para estar conmigo y todas esas noches Shinichi se quedaba a dormir conmigo, más sin embargó; Shinichi actuaba extraño: a excepción de de esa vez (se refiere cuando recién despertó) Shinichi no me a visto a los ojos, también evita el excesivo contacto corporal; lo único que he logrado hasta ahora es tomar su mano. Y sabía que no era todo; sentía que Shinichi me ocultaba algo, siempre salía de la habitación para contestar llamadas y se marchaba de la casa nervioso y diciendo absurdas excusas.
Sabía bien que Shinichi me ama pero ¿Por qué actúa así? "Pena?... Nervios?". Lo mire con atención sentado en un banquito listo pues recién había traído la comida, me senté y el pelinegro acomodo la charola en mis piernas—Listo puedes comer —se alejó tan rápido como dejo la charola. Lo observé unos segundos intentado deducir su comportamiento,—¿No tienes hambre? —pregunto el pelinegro al notar que no probaba bocado.
Agarré la cuchara y empecé a jugar con la comida—Ne~... Shinichi —su teléfono suena interrumpido la conversación que quería iniciar.
Mira el teléfono para leer con atención quién era, poniendo una cara nerviosa después de unos segundos—Disculpa Kaito voy a salir a contestar una llamada —Shinichi se puso de pie y caminó a la puerta.
—¿Por qué no le contesta aquí? —me había irritado por alguna extraña razón "¿Quién podría ser para que Shinichi se pusiera nervioso?",—Digo yo no tengo problema con que contestes aquí adentro o será... Que me ocultas algo —dije fingiendo una sonrisa.
La expresión que Shinichi hizo fue algo que no esperaba; sus ojos muy abiertos mirándome fijamente, boca semi-abierta apretando el teléfono que sonaba sin parar con tanta fuerza que temblaba "¿Quién es?", agachó su mirada—Yo lo siento Kaito tengo que salir —dijo el una vez más dejando la habitación.
Un amargo sentimiento crecía en mi pecho, no sabía nada y eso era lo que más me irritaba—¡Maldición! —el apetito que pude tener se había ido, dejando la comida en el banco donde Shinichi se sentaba. Solo quería recostarme dormir y olvidar esa conversación; Es tan claro que estoy celoso.
La semana pasó rápido; hoy era el día que podría dejar la cama y saldría, después de esa plática Shinichi era más precavido de lo usual; la mayor parte del tiempo se la pasaba fuera y quién dejaba para cuidarme era al detective de Osaka; Hatori Heiji, cuando llegaba apagaba el teléfono y siempre que intentaba descubrir que pasaba el cambiaba de tema hábilmente.
—Toma Kuroba —entró el moreno a la habitación con un cambió de ropa, lo colocó a un lado de la cama—Bien te dejó para que te cambies —dijo dándose vuelta para ir directo a la salida.
—Espera Hatori —el moreno volteó a verme—Sabes ¿Que le pasa a Shinichi? —.
—¿Que le pasa?... No lo se yo lo veo igual, no noto nada anormal... ¿Por qué preguntas?.
Me senté en el borde de la cama bajando los pies rozando el piso—Porque ha estado actuando extraño conmigo... Apaga su celular cada que está aquí y cada que preguntó a dónde no me dice nada —el moreno abrió la puerta dispuesto a salir—¡Espera Hatori no me vaz a responder! —.
El moreno giro en un suspiró de agobio fulminado me con su mirada—¿Que quieres que haga? ¿Que hable con Kudo? —.
—¡No es obvio!... Eres un buen amigo de Shinichi y se que si tú le preguntas te lo dirá.
—No gracias -respondió rápidamente.
—¿¡Por qué!?.
—Por que no quiero.
—¡Por favor! —Lo alcancé antes de que dejara la habitación, agarrándolo de atrás con un fuerte abrazo evitando que pudiera caminar.
—¡Sueltame! ¡Déjame ir!
—¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favoooooooor! —suplique.
—¡Aaaaaaahhhhh! ¡Cómo molestas!.
—¡Y te voy a seguir molestan hasta que me ayudes! —el moreno lucho por soltarse de mi agarré, parecía al borde de la explosión. Perfecto a este paso cedería.
—¡No te puedo ayudar, Kudo me dijo que no... ! ¡Ack! —se tapó la boca dejando inconclusa la frase.
—¿Qué te dijo Shinichi?.
—¡Nada no me dijo nada así que ya sueltame! —Hatori se movió más bruscamente que antes tratando desesperadamente por soltarse, tanto que el moreno resbaló perdiendo el equilibrio y dejándome caer encima del moreno frente a frente.
Era mi oportunidad de doblegar lo, con mis manos sujete sus muñecas contra el suelo y sentándose en su abdomen; dejándolo sin oportunidad de escapar—¡Bien es hora de confesar! —.
—¡Sueltame estúpido! —decía entre jadeos de cansancio de tanto luchar por safar se—¡Sabes que si Kudo llega y nos ve así puede malinterpretar las cosas! —.
—No intentes cambiar de tema, además, Shinichi no va a llegar hasta la noche... Así qué confiesa para que te suelte —. El moreno siguió luchando sin responder la pregunta—Sabes que me estás obligando a torturar te... ¿verdad? —.
—¿Torturar... me? —Moví mis manos para sujetar las sus muñecas con una sola de ellas y así tener la otra libre para poder tomarlo de la barbilla—¡¿Q..Qq..Qu... Que haces Kuroba?! —, acerqué nuestros labios al punto de rozar, no iba a besarlo solo lo estaba amenazando.
Su cara estaba aterrorizada; no tardaría en hablar—Veo que estás mejor Kaito —se escuchó interrumpiendo, sentí su voz áspera pasando por mis oídos y la pesada aura amenazante que congelaba mis sentidos, sabía claramente de quién se trataba, ambos tanto Hatori como yo estábamos sudando frío petrificados por su mirada de hielo.
—¡No es lo que piensas Kudo! —dijo el moreno temblando.
Shinichi sonrió de forma siniestra encogiendo nos de hombros—Entonces... Explíquen se que es lo que pasa —.
[Una explicación más tarde]
—eso fue lo que pasó Kudo todo es culpa de el idiota de Kuroba —dijo el moreno.
—Si tal solo hubieras hablado nada de esto hubiera pasado —balbuceaba en voz baja.
—Callense —dijo Shinichi aún molesto.
—Si señor —mencionamos al mismo tiempo Hatori y yo. Nos encontrábamos de rodillas con las manos alzadas frente a Shinichi, quién se encontraba sentado de piernas cruzadas en la cama mirándonos fijamente. Niños regañados eso es lo que parecíamos.
—Kudo ya te expliqué que es lo que pasó por favor déjame ir... Nada es mi culpa —imploró el moreno una vez más.
—Tienes razón... Bien Hatori ya te puedes ir —anunció Shinichi.
—¡¿Por qué solo el?!.
—Porque todavía tengo que hablar contigo.
El moreno corrió directo a la puerta deteniéndose en ella y mirarme para susurrar "Suerte" es lo que leí de sus labios.
—«¿Suerte?... No me dejes solo con un Shinichi enojado» —suplique mentalmente.
—Veo que tú y Hatori se han vuelto cercanos —dijo mi detective.
Reí nerviosamente—podríamos decir que sí —ríe un poco para disimular lo nervioso que me encontraba.
—¿Podríamos decir?.. yo digo que por su puesto que si... Casi le das un beso —se tapó la boca y alzó una ceja.
—Ya te dije que no iba a besar —dije en un puchero inflando los cachetes.
—Si que eres infantil —el pelinegro empezó a reír frenéticamente; sus ojos cerrados mientras que pequeñas gotas de agua salada recorrían sus mejillas de tanto reír, sus cachetes rojo natural más regordetes por el arqueó de esa hermosa sonrisa; brillaba la habitación de solo verlo sonreír.
Un impulso nació en mi pecho queriéndolo abrazar; más bien tenerlo por completo. Me levanté del piso para ir encima del pelinegro y tumbarlo en la cama—¿K..Kaito? —tome su mentón y presioné mi pulgar en su labios para abrirlos, encontré algo de resistencia al inició pero, después le cedió paso a mi dedo, dejándome sentir la tibia cavidad húmeda. La cara de Shinichi cambió de un rojo natural a uno totalmente encendido, chupando con suavidad mi pulgar mientras me miraba inconscientemente con sus ojos azules llenos de deseo. Estaba en una lucha por mantener el control.
Tragué saliva.
Acerqué nuestros labios hasta hacer contactó, lo que inicio con un beso inocente se transformó en uno caliente y húmedo; nuestras lenguas se encontraron infinidad de veces, en intercambios de saliva. Shinichi se estremeció mientras jadeaba y apretaba temblorosa mente sus manos en mi pecho.
Empecé a desabrochar los botones de su saco azúl dejando el último de abajo aún abrochando, siguiendo en desenredar su corbata y meter la mano debajo de su ropa, acariciando sus botones de gomita (ya saben de lo que hablo ;v), el pelinegro se retorció soltando un gemido lastimero—«Wau!... Shinichi es tan sensible» —a este paso perdería totalmente la razón. Mi mano hizo un recorrido de su pecho hasta su delgada cintura, topando me en ese pequeño recorrido un bulto que sobresalía de la bolsa izquierda de su chaqueta.
—Are~ ¿Qué es ésto? —dije mientras intentaba sacar el objeto "¿Una cajita?" Pensaba por la forma que sentía al tacto. Un fuerte empujón me mandó a volar al suelo—¡Duele! —dije después de sentir el golpe de mis nalguitas chocando contra el piso.
Shinichi se levantó de la cama con la respiración agitada, con la mano derecha acomodaba su ropa que antes había desabrochado mientras que con la izquierda la mantenía por encima de aquel bulto de su bolsillo—Perdón Kaito ¿Te lastimé? —preguntó alterado.
Yo solo rasque mi cabeza y sonreí—estaría mejor si no me hubieras lanzado —el pelinegro se sonrojó levemente tragando saliva.
—Perdón —frunció los labios, claro signo de arrepentimiento.
—Bueno no hay problema, no fue un golpe tan fuerte —dije para calmar su culpa pero, parecía que el pelinegro parecía aún arrepentido, me puse de pie y medite un rato—¿sabes que me haría sentir mejor? —dije guiñando un ojo a Shinichi.
—¿Qué cosa? —me miró con ojos llenos de curiosidad he inocencia.
Caminé lentamente hasta estar a unos centímetros, me incliné ligeramente asia delante para mirar sus ojos color zafiro brillante fijamente—Podrías decirme que traes aquí —con el dedo índice de mi mano derecha señalando dicho lugar. Shinichi encogió de hombros ante mi insistencia, al parecer tenía algo sumamente importante pues su reacción fue más de lo que esperaba.
El pelinegro agachó la mirada al suelo y dió un gran suspiro—Yo no puedo decirlo ahora porque... —alzó la mirada con ese brillo que sus ojos hacían cuando se emocionaba; ojos que me encantan.—Quiero que sea un momento que no puedas olvidar nunca; un momento especial así que te pido que esperes un poco más... —mi corazón latía tan rápido; era por la emoción del misterio y la alegría que me provoca este chico. Me había agarrado desprevenido
—En serio... Eres tan lindo —dije rindiendo me a su petición y revolvía su cabello bien peinado para después hacerlo para atrás y descubrir su clara frente, depositado un dulce beso en ese lugar—Esperé todo el tiempo que me pidas cariño —Shinichi me correspondió con un fuerte abrazo y un suave beso en mi mejilla.
—Gracias Kaito —dijo el de ojos azules con voz melosa. Tal vez Shinichi no había dicho algo como "te amo" o algo parecido pero, lo daba a entender de una forma evidente, aunque; eso no me quitaban las ganas de oírlo decirlo. Aunque sea una vez.
Shinichi miró su reloj de muñeca para ver la hora [5:30], el pelinegro pelo los ojos al verificar la hora indicada—¡Se me hace tarde! —exclamó, se alejó corriendo dejando la habitación solo escuché sus pasos alejarse, al cabo de unos segundos se volvieron a escuchar esos pasos acercándose; apareció Shinichi en la puerta algo alterado, se sujeto del marco de la puerta dejando ver solo sus hombros y cabeza—Cierto Kaito ¿Tienes algo que hacer está noche? —preguntó.
Medite un poco la pregunta—Solo pienso ir a ver a alguien pero solo va a ser un rato —dije.
—Entonces... ¿Tienes la noche libre? —dijo con una voz infantil con mirada de cachorro; algo a lo que no podía negarme.
—Si... —respondí.
—Que bien —dijo en gran sonrisa casi alumbrando la habitación y dejarme ciego de tanto resplandor «Un Ángel»—Te veo en mi casa a las 10 —anunció para después marcharse del lugar a toda velocidad.
Este chico es como las manos de un mago; lleno de sorpresas.
~♣[•••]♣~
—Veo que decidiste despertar —mencionó la chica de cabello negro
—Y creo que te debo una —dije con una sonrisa, recarga del marco de la puerta que da entrada a la habitación; habitación donde la joven se encontraba encapuchada por un manto negro-rojizo, creando lo parecía una hechizo en una cazuela de gran tamaño, manteniendo su mirada en ella.
La chica se voltea lentamente muestras retira la capucha de su cabeza dejando a la vista su rostro claro de ojos color carmesí—Digamos que me debes un favor algo grande —dijo con su actitud engreída. De siempre.
Reí—Mantenerme con vida ¿Costo tanto? Incluso para la gran Akako —bufé.
—Aunque no lo creas el hechizo de atadura de alma que utilizar en ti es muy complicado incluso para las brujas más expertas... —concluyó.
—Si claro —dije sarcásticamente. Akako cruzó de brazos ante mis provocaciones infantiles.
Volvió a dar vuelta mientras colocaba su capucha de nuevo—Lo hice por qué te debía un favor —mencionó.
—Si vamos a comer en agradecimiento por tu ayuda —propuse, la chica volvió a mirarme interesada de la propuesta.
—Solo si tú pagas —afirmó la chica arqueando una sonrisa.
Ascendí aceptando su condición.
Después de una una rica comida con una señorita caprichosa y muy orgullosa ya me sentía mejor, tal vez no pagaba la deuda completa que tenía con la mujer que se sentaba frente a el, pero si parte de ella. A pesar de que la chica me había explicado los que había hecho para mantenerme vivo, seguía sin poder creerlo. Le estaría eternamente agradecido.
Las horas pasaron rápido y salimos del restaurante ya anocheciendo.
—¡Vaya!... ¡Es Kuroba-kun! Cuánto tiempo —se escuchó el grito de una chica que conocía; Ran, quién estaba acompañada de dos chicas más; Aoko y Kazuha, se acercaron de una forma apresurada a dónde estábamos—escuche de Shinichi que habías vuelto de América hace poco, ¿Cómo te fue? —.
—Bien... —reí nerviosamente.
—¿Desde que cuando volviste? —preguntó Aoko.
—Creo que desde hace una semana —«Si décimos que llegue el día que desperté del coma».
—Entonces ¿Por qué no has ido a tu casa? —me estaba interrogando—La última vez que me hablaste; hace 7 meses aproximadamente, solo dijiste que te irías a América por un tiempo —la chica desvío la mirada y frunció los labios—Estaba preocupada... No supe nada de ti desde ese entonces, por lo menos me hubieras ido a ver cuándo volviste a Japón —dijo la chica algo desanimada.
Me acerque a ella para poder poner mi mano en su cabeza y despeinar su cabello—He estado ocupado ayudando a Shinichi en un caso aquí en Beika, por lo mismo me he quedado a dormir en su casa... Lo siento por preocuparte Aoko —.
La chica volvió a sonreír—A todo esto... ¿Que haces aquí Kaito? -preguntó Aoko—¿Akako? ¿Que hacen ustedes dos aquí? -menciono después de percatarse de la presencia de la chica.
—Kuroba-kun me invitó a comer —dijo la chica invadiendo mi espacio personal; tomando mi brazo en un fuerte abrazo.
La chica de ojos violetas; Aoko Nakamori dió un respingón—¡No puede ser! —dijo tapándose la boca—No lo puedo creer Kaito, estás engañando a Kudo-kun —me miró decepcionada.
—Por supuesto que no Ahoko... —dije indiferente.
—¡Ya te he dicho que no me llames así! —exclamó.
La chica de ojos esmeraldas, no despegaba su vista de mí—¿Tu eres Kaito Kuroba? —Yo ascendí, era la primera vez que la chica me veía con mi cuerpo original—¡No puede ser!... Le quitas el novio a Ran-chan y después lo engañas con una chica —dijo Kazuha enfadada he indignada.
—Ya dejen de decir estupideces... Nunca engañaría a Shinichi con Akako.
—¡¿Por qué no?!... Akako es una mujer hermosa —respondió Aoko levantando una ceja.
—Aoko siempre tan linda —dijo la chica de ojos rojos dándole un gran abrazo a la chica.
—Si tú lo dices —dije rondando los ojos.
—Ya no lo molesten chicas estoy segura de que Kuroba-kun nunca engañaría a Shinichi —dijo Ran a carcajadas de la situación. Ran se acercó y me dió una palmada en mi espalda—¿Nos acompañas? —preguntó.
—¿A dónde?.
—Acabamos de salir del cine y ahora vamos a ir por un bebidas.
—Amh... No lo sé, Kazuha no me deja de mirar feo —dije sintiendo la pesada mirada de la chica en mi espina dorsal.
—Y como quieres que te miré apenas te cono... —La chica paró de hablar y me miró desconcertada—¿Cuándo te dije mi nombre? —preguntó.
Se me había olvidado que era la primera vez que me veía así—Pues... Verás... Hatori-kun me habló tanto de ti que pude adivinar que eras tú —.
—Heiji ¿Te habló de mí? —solo ascendí a su pregunta, la chica se sonrojo levemente—Y.ya veo —desvío la mirada.
—Entonces ¿Vienes con nosotras? —insistió una vez más la castaña.
Medité un poco—Bueno tengo algo que hacer a las 10 —.
—Vamos Bakaito ¿Dejaras a 4 chicas solas? Porque vendrás ¿Verdad Akako? —preguntó la chica mirando a la de ojos carmesí.
—No... Yo ya me iré a casa pero gracias por la invitación... Yo me retiró hasta luego fue un gustó —las chicas la despidieron y después Akako se marchó.
—Bueno ¿Nos vamos? —dijo Ran empezando a caminar al frente.
Revisé mi teléfono para verificar la hora; eran las 7:45pm-Todavía faltan dos horas supongo que sí las puedo acompañar -anuncié.
~♣[•••]♣~
En una de las mesas del café, nos encontrábamos sentados, Ran y Aoko sentadas al frente, Kazuha y yo al contrario; ella al fondo y yo al borde, La castaña de ojos morados; Ran frente a mi.
Ran pidió un capuchino junto con Aoko, Kazuha pido un café y lo endulzó a su gusto, yo pedí un batido de chocolate; mi favorito. Platicábamos de muchas cosas, temas al azar sin orden alguno, debo de aceptarlo; platicar con ellas era entretenido y divertido.
En una parte de la plática la amiga de la infancia de Shinichi termino pegando su rostro en la mesa en lamentos, Aoko solo intentaba consolarla pero parecía no tener efecto.
—¿Qué tiene Mouri-chan? —le pregunté a todas las chicas.
—Veras... —Aoko me miraba con tristeza manteniendo su mano sobando la espalda de Ran mientras ella no alzaba la mirada—Hace cinco o seis meses el niño que cuidaba Ran; Conan-kun se fue a América con sus padres, todavía lo extraña —.
—No solo extraño a Conan-kun también extraño a Arthur-kun —corrigió la chica alzando un poco la mirada.
—¿Arthur?.
—El hermano gemelo de Conan-kun —continúo la de ojos verdes—El se tuvo que ir un mes antes que Conan por su estado de salud y después Conan quiso seguir tras su hermano para cuidarlo —dijo entre suspiros—a decir verdad yo también extraño a ese pequeño; Arthur-kun es un niño muy bueno —«Aaaayyy~... si supieras que soy yo»—Espero y esté bien.
—Yo también —La joven al fin alzó la mirada—Se que no fue mucho tiempo que lo cuide pero llegué a quererlo tanto como quiero a Conan-kun —agarro su teléfono y sonrió con tristeza—El primer día que se quedó en mi casa, se durmió junto con Conan-kun... Los hubieras visto se veían tan lindos... Mira —dijo enseñándome la pantalla de su móvil, dejándome ver una foto mía y de Shinichi durmiendo. Absolutamente se veía lindo.
—Y no es la única —continúo la joven mostrándome foto tras foto de Shinichi durmiendo solo y otras dónde estaba con el, la mayoría era conmigo. No sabría decir si la chica en realidad tenía una obsesión con la lindura de Shinichi, bueno aunque no la juzgo. Shinichi es un chico precioso.
Saqué mi celular—¿Me las pasas? —le pregunté a Ran, la chica solo sonrió y accedió, al pasarme una cantidad grande de fotos del pequeño Shinichi puse la primera foto que ella me mostró como fondo de mi móvil. Divino.
Las pláticas continuaron, el ánimo de Mouri ya estaba mejor y eso dió paso a las risas. Esas plática llegó a un puntos e hablar de parejas, no se cómo sucedió; simplemente llegó la plática.
—Dime Kaito... —me llamó Aoko.
—mmh? —dí un sorbo a mi batido por la pajilla blanca.
—Kudo-kun ¿Se te ha confesado? Digo por qué es obvio que el está perdido en alguien tan idiota como tú —bufó.
—Pareces borracha.... —alegue.
—¡Responde! —exigió.
Rodé los ojos, no podía creer que su mejor amiga se haya emborrachado con un capuchino. Mi mirada termino parada en la ventana del restaurante, viendo que ya había caído la noche por completo.
«¿Qué hora será?»
Mire una vez más mi teléfono; las 9:45pm indicaba en reloj, el tiempo había volado al platicar con ellas, ya era cuestión de segundos para que den las 10—¡Maldición! —me paré en seguida de la mesa sacando unos cuantos billetes y colocarlos en la mesa—Lo siento chicas me tengo que ir, con eso paguen mi batido y sus bebidas —explique rápidamente—nos vemos después —.
Emprendí camino a la casa de Shinichi, tenía que correr o llegaría tarde; estaba alrededor de unos 20 minutos corriendo.
10:05pm
Llegué sudado y sin aliento, estaba frente a la puerta de su casa recuperando el aliento, toqué el timbre y esperé. No recibí respuesta.
Decidí entrar a su casa—¿Shinichi? ¿Estás en casa? —abrí la puerta; las luces apagas.
Cerré la puerta tras de mi dejándome en completa obscuridad, encendí las luces con el interruptor las cercano dejándome mover más libre en la casa.
El ruido de unos pasos se oyen en la sala de estar, me dirígi al lugar—Shinichi ¿Que hacías a obscu... —me dejó completamente sorprendió la escena que mis ojos veían; una mesa bien decorada con un mantel rojo, velas y un jarrón con rosas, platos y cubiertos plateados para dos. La obscuridad de la sala hacía buen ambiente con la tenue luz de las velas, tornando la habitación de un abrazador color anaranjado.
Me acerque hasta la mesa para ver mejor lo que avía, notando una pequeña nota y una cajita negra de terciopelo, primero leí la carta—¿Te... Casarías con...migo? —esta forma de escribir la conocía tan bien.
Dejé la carta en la mesa para poder abrir la diminuta caja de terciopelo. Oh Por el amor de Dios, estaba en medio de una propuesta de matrimonio, lo que había en la cajita era nada más y nada menor que unos hermosos par de anillos de plata con un línea dorada que decoraba el medio del ancho, y una pequeña incrustación de lo que parecía ser un diamante.
—¿Qué dices? —se escuchó su voz melosa desde atrás, giré mi cabeza para mirarlo; traía un hermoso esmoquin negro que le pegaba perfecto, resaltando su delgada cintura. Se ve tan hermoso.
Me miró con decisión mientras que su color rojizo de sus mejillas delataban lo nervioso que se sentía. Unos segundos de silencio; no sabía que decir.
—¿Quieres casarte con...migo? —dije con un tono suave y bajo.
Shinichi se dió un respingo y encogió los hombros—¡Cre... Creo que lo arruiné! —pronunció exaltado—Veras... —rasco su cabello—Se que de verdad no nos podemos casar aquí en Japón, pero a lo que me refiero es que quiero... Yo quiero pedirte que te quedes a mi lado... No como un amigo si no como pareja —.
—Shinichi yo... —
—Creo que de verdad lo eché a perder... Esto es patético —dijo interrumpiendo, descendió su mano hasta su cuello y suspiro—Pensaba en hacer este momento especial pero creo que por mi mal uso de palabras lo hice algo ton~... —.
Lo interrumpí—Shinichi tranquilo —sujete sus hombros con fuerza—Nada de esto es patético ni tonto —le di a entender con una cálida sonrisa—Además para mí este momento es tan especial porque fuiste tú quién me sorprendió en esta ocasión —Los ojos azules del pelinegro se dilataron llenando lo de su usual brillo y sus mejillas en un color carmesí.
—Entonces... ¿te gustó? —dijo con ojos de cachorro.
—Te refieres ¿A ti o a la sorpresa? —dije en sonrisa coqueta—Porque mi respuesta para ambas es un absoluto SI —aparte los mechones rebeldes de la cara de Shinichi y después acunar si mejilla regordeta.
—Tal vez no sea legal pero, para nosotros será nuestra promesa —Saqué uno de los anillos; el más pequeño, tomé su mano izquierda—Tu Shinichi Kudo, ¿Aceptaría ser mi pareja de por vida, amarme en las buenas y en las malas hasta el fin de nuestras vidas? —pronuncié mientras deslizaba el anillo por su dedo anular, hasta estar bien colocado.
Miró el anillo en su dedo por unos minutos antes de sonreír y apretar la mano con la que lo sujetaba—Por supuesto —unas lágrimas de felicidad brotaban de sus ojos azules. Con la mano que estaba libre limpió sus lágrimas y después rebuscó en la bolsa de mi pantalón, sacando el otro anillo, soltó mi mano y tomo la izquierda y poner el anillo enfrente de mi dedo anular—Tu Kaito Kuroba ¿Aceptaría ser mi pareja de por vida, amarme en las buenas y en las malas hasta el fin de nuestras vidas? —colocó el anillo y sonrió.
Tomé a Shinichi de la cintura y lo levanté, el pelinegro rodeó sus piernas y sujeto mis hombros por instinto para evitar caer—Yo siempre fuí tuyo desde el primer momento que te ví —dije en voz melosa.
El sonrió y me envolvió en sus brazos acercando su rostro al mío hasta que nuestras frentes tocaron—Lo se —acercó sus labios para darme un suave y cálido beso lleno de pasión, otra vez mi lengua estaba explorando cada parte de su boca; mordiendo, chupando y succionando cada parte que alcanzaba de su boca, la falta de oxígeno nos forzó a separarnos.
—¿Vamos a la cama? —dije de seductoramente mirando al joven que estaba en mis brazos, su mirada nublada por el calor del momento.
—La... La comida —pronunció entre jadeos «¿La comida?».
—¿Qué quieres decir Shinichi?.
—Es que preparé comida para cenar hoy y se va a enfriar —dijo ya más tranquilo y un poco más cuerdo.
—Tu... ¿Prepárate comida? Pero si tú no sabes cocinar a excepción tu café.
El desvío la mirada he inflamó los cachetes;estaba haciendo puchero—Bueno si me lo propongo puedo cocinar... Además —bajo la mirada y su mejillas se pintaron de un rojo diluido—Yo le pedí a Ran que me enseñara a cocinar... Estuve está semana practicando —mi ojos parpadearon un par de veces antes de reaccionar;su lindura me había dejado sin palabras. Lo deseaba más que nunca.
Me vuelve loco.
—Ni puedo esperar más —«Que lastima... la comida se va a enfriar» tomé al pelinegro con fuerza para poder empezar a moverme he ir directo a su habitación.
Tan rápido como entre a su cuarto lo tiré en el colchón y así poder saborear cada parte de el; besé su delgado y blanco cuello y descendí hasta sus suaves muslos, mientras mi otra mano lo preparaba para recibirme. El solo gemía y retorcía de placer, aferrándose a las sábanas debajo. Un espectáculo.
Me acerque para poder besarlo, el solo mantenía sus ojos cerrados—hey Shinichi mírame —dije lamiendo los labios del pelinegro. Abrió los ojos lentamente dejando ver su hermoso color azul, que solo se enfocaban en mí—Te amo Shinichi —pronuncie para después besar su boca.
Shinichi abrió los ojos lo más grande que pudo, estos brillaban de una forma tan bella, me devolvió el beso de forma temblorosa mientras me envolvía con sus brazos—Yo... También te amo Kaito —susurro en mi oído con voz suave.
Primera vez que lo oí decir esas palabras. Me sentía infinitamente feliz, no podía pedir más esa noche.
~♣[•••]♣~
Aquí está el siguiente capítulo espero y hayan disfrutado (. ❛ ᴗ ❛.).
Hasta la próxima cuídense 💕.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top