TWO

Una tarde de primavera, cuando el sol brillaba en lo alto, la suave brisa movía las hojas de los frondosos árboles y las parejas caminaban tomadas de la mano por las calles de la ciudad, compraron un helado, uno de esos grandes con dos cucharitas y caminaron hacia el puente que los hizo conocerse...

Apoyados en la baranda, observan el mar, Off está sonriendo, luce calmado, tan sereno... feliz, no queda, ya, rastro de aquel chico, que parado en el mismo lugar, empapado por la lluvia y las lágrimas que corrían como cascadas por sus mejillas, se debatía entre saltar o avanzar.

En este momento, Gun se permite un segundo para verlo de perfil, Off es realmente hermoso y el corazón de Gun late fuertemente dentro de su pecho... por él, por su Off.

Gun recuerda aquel día, cuando se encontraron en ese mismo puente, Ese día, él reía con los ojos cerrados y las manos apretadas a los costados, había salido del hospital y estaba impresionado, planeaba arrojar sus libros al mar, total, ya no le servirían para nada... pero de pronto vio la figura alta del chico solitario que había conocido años atrás, cuando se mudó a la ciudad y entró casi al finalizar las clases en la preparatoria.

Nunca tuvo oportunidad de hablarle, nunca siquiera se pudo acercar a él, y un día cuando armado de valor lo fue a buscar, él ya se había marchado a la universidad. No lo volvió a ver, nunca supo su nombre, pero siempre se acordaba de él, el chico delgado, taciturno y solitario que usaba converse blancas y siempre llevaba puestos los audífonos.

Primero no lo reconoció, pero cuando decidió acercarse un poco más, su corazón comenzó a latir muy rápido. Él no se había dado cuenta de su presencia y parecía tener un conflicto interno... parecía necesitar de alguien que le dijera sin usar palabras, que no estaba solo.

En ese momento Gun se prometió a si mismo que si en verdad el chico de las converse estaba intentando hacer lo que él imaginaba, se encargaría personalmente de hacerlo cambiar de opinión, le enseñaría a amar la vida, así le costara la propia y se juró a si mismo que si lo conseguía, no lo dejaría nunca... irónico.

A paso firme, con su convicción inquebrantable, cargando los libros de ingeniería mecánica que ya no necesitaría porque había decidido en vez de fabricar autos que causaban accidentes, como el que lo había tenido postrado en cama por meses, curar cuerpos y mentes... se acercó a él.

El día había estado muy soleado y como era costumbre, el cantaba para calmarse... A la salida del hospital un anciano que estaba vendiendo sombrillas, le ofreció una a cambio del refresco que él le invitó. Tenía el bonito dibujo de un ruiseñor y cuando se lo ofreció le dijo que cantaba tan hermoso como el ruiseñor, le dijo también, que el ruiseñor cantaba en numerosas tonalidades, anunciando la llegada de la primavera, de la belleza, la felicidad y el amor y que estaba seguro de que él muy pronto podría comprobarlo.

Gun sonrió ante las palabras del anciano, y aceptó el regalo. La sombrilla no le había servido para protegerse de los rayos del sol, pero le había servido para resguardar de la lluvia al muchacho que tiempo atrás le había robado el corazón.

Había pasado un tiempo desde aquel día, y Gun era muy feliz, se había enamorado de Off.

La primavera había llegado y el amor flotaba en el aire. Mientras caminaban sin rumbo, Gun no pudo evitar sonreír a escondidas, cuando notó como Off se sonrojaba tratando de imitar a las parejas que se encontraban en el camino y se relamía los labios cuando veía como algunas de ellas se besaban...

Off estaba nervioso y sabiendo lo abrumado que podría estar, Gun tomó la decisión: Respiró profundo, caminó exactamente cinco pasos delante de Off, alejándose, y ante la sorprendida mirada del más alto, volvió sobre sus pasos, se alzó en puntitas, cruzando sus brazos alrededor de su cuello y lo besó, suspirando contra sus labios, cuando el helado dio a dar contra el asfalto y las cálidas y grandes manos de Off, lo sujetaron de la cintura, atrayéndolo más cerca, besándolo de vuelta.

Cuando estaban juntos, no dejaban de reír, todo era perfecto, mientras no cayera la noche y se tuvieran que despedir...

Habían pasado meses desde aquel primer beso, se hicieron novios y todo fue perfecto, por primera vez Off era inmensamente feliz y Gun no dejaba de sonreír.

Las horas que compartían cada vez eran más pero sin embargo se hacían más cortas... disminuían. Era algo muy extraño lo que estaba pasando pero negándose a permanecer aunque fuera un segundo separados, se mudaron juntos y la ausencia quedó de lado.

Gun era lindo, tierno, gracioso, cantaba como un ángel y además era demasiado hiperactivo. Nunca dejaba de hablar y tenía la manía de robar flores de los jardines ajenos, cada vez que salían a pasear.

Su lugar favorito, aquél donde lo conoció, poco a poco fue reemplazado por muchos otros donde no solo se encontraban los dos, porque a Gun le gustaba rodearse de personas y... él solo deseaba poder tomarlo de la mano e imaginar que el mundo les pertenecía, y así, su vida, dejó de ser consumida por la soledad.

Sin darse cuenta Gun se convirtió en el protagonista de sus versos, versos cargados de sueños, de ilusión, que no se atrevía a compartir con nadie, pero que indudablemente se habían transformando en versos de amor.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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