El principio del torbellino

"Camino por los pasillos con la cabeza gacha, sé que están en alguna parte...observándome
Siempre están ahí, esperando el momento justo para atacar. He intentado por todos los medios agradarles, pero simplemente no hallo como, ellas me odian, pero, por más que lo intente no entiendo por qué.

El timbre suena tomo mi mochila y guardo con deprisa todos los libros y apuntes que deje regados sobre la mesa, debo darme prisa o llegare tarde a clase, comienzo a correr... de pronto tropiezo con algo, caigo al suelo de sopetón, comienzo a escuchar risas y al alzar  la mirada me encuentro con su rostro, puedo sentir cómo se forma el nudo en mi garganta, las lágrimas luchan por salir, pero antes de poder hacerlo,  ella se agacha y veo como toma mis librosPermíteme ayudarte.-musita riendo, rápidamente apoyo mis manos en el suelo y me impulso para ponerme en pie, pero antes de poder hacerlo siento como alguien me empuja y vuelvo a caer al suelo, mis ojos arden, no podré contener las lágrimas por mucho más tiempo, ella suelta los libros sobre mi cabeza. ¡Ups se me cayeron!.-ella y sus amigas se echan a reír, luego se dan la vuelta y desaparecen a través del pasillo.

Con la frente adolorida y el corazón encogido me pongo en pie. Puedo sentir como todos me miran, recojo mis libros y me alejo, cuando estoy segura de que nadie me ve, salgo corriendo y me encierro en el baño, para finalmente soltarme a llorar, ¿Por qué a mí? ¿Por qué me hacen esto? esas preguntas siempre me torturan, quiero irme lejos, escapar de aquí, no quiero volver a la escuela, estoy harta de todo esto, pero por más que grito parece que nadie me escucha, mi madre dice que las ignore.

! ja! como si fuera tan fácil, algunos dicen que es mi culpa, tal vez tengan razón, después de todo soy muy torpe y fea, pero, aun así, siento que no merezco esto, al sentir que mi cabeza me duele mi llanto se intensifica, ya no sé qué más hacer. Tengo tanto miedo, en verdad estoy asustada, sus palabras me hieren, pero, lo que más me duele es que he comenzado a cuestionarme si realmente son mentira y ¿si tienen razón?  y si al final realmente soy tan boba y tonta como dicen y es lo que merezco... Tal vez ni siquiera debería existir.

Continúo llorando hasta que los ojos me arden y el sonido de la campana me recuerda que es hora de mi siguiente clase, así que como puedo me limpio las lágrimas, sacudo mi falda y me voy a clases, intento ignorar aquel dolor en mi pecho, me concentro en estudiar como mi madre tantas veces me ha recordado que debo hacer. Y en cuanto las clases terminan camino de regreso a casa, durante la comida, mi madre hace preguntas acerca del cole, yo me limito a asentir; una vez que he terminado lavo mi plato y subo a mi habitación, leo un rato hasta que finalmente me quedo dormida."

Despierto llorando y siento el dolor en mi pecho al pensar que por un momento volví a ser ella. Esa chica cuya confianza habían roto en mil pedazos, aquella chica que se limitaba a agachar la cabeza, para fingía que aquello no le afectaba  aunque por dentro me estuviese muriendo de apoco, yo era víctima de acoso escolar pero no me atrevía a aceptarlo, lo único que quería, que añoraba era ser una chica normal, ser como el resto, comencé a vestirme como el resto, a callar lo que pensaba, pero todo cambio un día cuando conocí a un grupo de chicos, eran extrovertidos, amables ellos fueron el aleteo que desato un tornado en todo mi mundo...

   "Tenía once años estaba por terminar mi quinto año, contaba los días por alejarme de aquel lugar, el lugar de mis pesadillas ...como cada verano mi madre planeaba meterme a un curso, según ella debía hacer algo provechoso con mi tiempo libre, llegamos al lugar y al ver entrar y salir tantas ambulancias algo en mi se sintió aterrado, la piel comenzó a picar y tuve un rápido impulso de huir de ahí pero mi mamá no opinaba igual y a pesar de mi incomodidad me hizo continuar. Luego entramos a una oficina blanca, era pequeña, pero estaba llena de dibujos, posters y fotos de unos chicos con un uniforme diferente al del resto. Apenas nos acercamos un poco más nos topamos con un chico castaño, tendría tal vez unos doce o trece años, no era mucho más grande que yo. Al verme él sonrió luego se dirigió a mi mamá y después de decirle un par de cosas que apenas y entendí ella quedó encantada, así que pago y me abandono ahí, en ese lugar tan blanco y lleno de los vehículos que tanto me aterraban.

En cuanto entre al salón me senté tan atrás como me fue posible, socializar no era lo mío, simplemente quería estar sola, añoraba que el verano terminase para no tener que lidiar más con este circo, pero al mismo tiempo deseaba que durase por siempre para no tener que volver a mi pesadilla personal. Por desgracia aquel verano que apenas comenzaba se volvió más incómodo cuando aquellos chicos que ni siquiera conocía no pudieron aceptar mi deseo de estar sola, no importaba que tanto intentaba alejarme, ellos me seguían, no piensen mal no me acosaban ni nada parecido, simplemente se acercaban a mí, me contaban sus aventuras... 

"En una ocasión cuando fuimos de campamento uno de los chicos llevaba comida en su mochila, pese al hecho de que el coordinador le pidió sacarla, él la dejo creyendo que el jefe solo jugaba, en verdad que fue muy tonto ...estábamos en una zona donde había pecarís.
—¿Qué es un pecarí?
—Son algo así como cerdos salvajes. —Cerdos salvajes, trate de crear una imagen, pero mi cabeza solo podía pensar en algún tipo de Pumba como el de las caricaturas.
—Aun no entiendo cuál es el problema de eso.
—El problema fue que los animales tenían hambre y cuando volvimos unos pecarí habían devorado la maleta junto con todo el costado de su casa. —Todos rieron
—Al menos solo fue su casa pudo ser peor
—¿Cómo peor?
—Pues una vez..."     

"—Trabajamos con misiones asistenciales
—Eso suena muy raro ¿Qué es? . —pregunto una chica de lacio pelo obscuro vestida igual que yo.
—Son actividades donde hacemos como un examen para saber que necesita la gente y si podemos darle algo de eso.
—¿Y eso para qué? .—Pregunto un chico alto y muy delgado llamado Mike.
—A veces hay personas que necesitan que alguien les dé un respiro, simplemente hacemos lo que podemos.
—¿Pero y si no es suficiente?
Mi instructora negó—Al menos lo habrás intentado, eso es más de lo que puedes decir de mucha gente.
—Pero ¿Y si esas personas no lo merecen?
Una chica de nombre Gaby negó—Una señora llamada Lucia me dijo una vez que ella ya era muy vieja e inútil y por eso su familia la abandonó, me dijo que ella ya no servía a su familia y que entendía porque ya no tenía su cariño. Lo que no me dijo era lo buena jugadora de ajedrez que era o quizá yo era muy mala, pero como sea me gano diez partidas seguidas.

—Yo creo que más bien eres muy mala. —Le dijo Mike.
—Puede ser, pero si así es lo agradezco porque gracias a ello nunca olvidare la sonrisa de doña Lucy al ganarme esas partidas.
—¿Y qué pasó con ella?
Gabriela se encoje de hombros—Supongo que me volverá a arrastrar en el tablero en un par de semanas.
—Pero ¿Y si no todos son como ella?
—Tal vez no lo sea, pero eso no lo puedo saber y mientras tanto iré a qué me venzan jugando tantas veces como sea necesario "

Me hacían reír, me entretenían con dinámicas que quizá pudiesen parecer absurdas, tenían una alegría que contagiaba y por un instante fueron la luz en mi obscuridad...  

Conforme fueron pasando los días me di cuenta de lo especial que era aquel lugar, aquellos chicos no solo eran sumamente molestos como pensé en un inicio si no que en realidad son de las personas más amables que he conocido, no solo sacrificaban su descanso y diversión por ayudar a aquel que ni conocen, sino que también aquellos chicos se preocupaban los unos por los otros, eran una familia...

  Aquellos chicos significaron para mi volver a encontrar color en un mundo de penumbra, me tendieron su hombro, me escucharon y aconsejaron sin juzgarme, pero más importante aún; me regalaron una sonrisa que me alegro él alma, quizá puede parecer nada, pero fue el faro que me ayudo a encontrar un camino que consideraba perdido. 

 Fue en ese instante cuando lo decidí, yo quería ser como ellos...ayudar a otros y ser una pequeña luz para aquellos que se han quedado en penumbras. Y así sin saberlo una persona cambio mi decisión y una decisión sin saberlo cambio mi vida. Dándome una gran oportunidad, ayudar a qué otros no pasen lo que yo, a partir de ese momento todo cobro un nuevo significado   

Y me enseñó que no tenemos que cruzar mares, que viajar al otro lado del mundo, tampoco dependemos de grandes riquezas, solo tenemos que girar la mirada y podremos descubrir a personas que nos necesitan, tal vez no requieran dinero o comida, quizá lo que necesiten es tan simple como un par de palabras, tan sencillo como una sonrisa o quizá solo quieran ser escuchados y ese pequeño acto, aunque párese insignificante, puede cambiarlo todo.

#unapequeñasonrisapuedemarcarcorazones ¿Qué les pareció? comenten 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top