Estoy bien...

Jinnie se estaba resistiendo a entrar en su Little Space.

Había visto a los chicos muy cansados últimamente y se estaba resistiendo... Tanto que su cabeza dolía.

No quería ser un problema más, lidiar con Yoongi últimamente había sido difícil. Así que Hobi también había preferido no entrar en su Space, pero él parecía bien... Todo lo contrario a ella.

Ella sentía que en cualquier momento podría explotar, no estaba durmiendo bien y no tenía muchas energías. Le había echado la culpa a las hormonas, pero ella sabía la verdad.

Namjoon acarició su mejilla sacándola de sus pensamientos.

— ¿Estás bien, Misi? – preguntó con algo de preocupación.

— Perfecta como siempre – contestó con una sonrisa.

Namjoon soltó una pequeña risa y le dio un beso en la frente.

— Mi hermosa World Wide Beauty –

Aquello hizo sentir mejor a Jinnie, a veces Nam era todo lo que necesitaba.

Se sobó la cabeza con una mueca mientras terminaba de tomar su café.

— ¿Te duele la cabeza? – preguntó de inmediato su novio, nunca se le pasaba nada y eso había aumentado desde que era su cuidador.

— Nam... Estoy bien – insistió ella revolviendo un poco el cabello del líder.

Pero aquel desastroso día estaba apenas por comenzar.

Se levantó para lavar su taza después de terminar el café, pero nunca consideró que seguía caliente por lo que se rompió al entrar en contacto con el agua fría.

— ¡Maldición! – gritó al sentir pequeñas cortadas en su mano.

Todos fueron a ver qué había pasado encontrando a la mayor con un puchero y su mano con algo de sangre.

— Estoy bien... Solo que la taza explotó – se quejó ella viendo su mano.

Jimin tomo a su noona de inmediato y la llevó a sentarse para curarla.

Con ayuda del kit de primeros auxilios checó que ningún pedazo de la taza se hubiera enterrado en su mano y desinfectó las cortadas para vendarla después.

— Gracias, Minnie... – dijo dejando escapar aquel apodo que normalmente solo usaba en su Little Space.

Jimin sonrió.

— No te preocupes, solo ten cuidado con esa mano – respondió.

Después de aquello se dirigieron a la empresa, tenían ensayo de su nueva coreografía. Una coreografía que Jinnie estaba odiando un poco....

Y tal y como había pasado antes, ella estaba arruinando la práctica.

— ¡Es que no logro entenderlo! – gritó con desesperación.

— ¿Qué no entiendes, Mi-Suk? Uno, dos, tres cambio. Eso es todo – contestó el coreógrafo también desesperado.

Ella volvió a intentarlo pero falló en el mismo paso, así que lo volvió a intentar una y otra y otra vez más.... Hasta que en ese instante pisó mal y se dobló el tobillo.

Sintió el dolor correr por toda su pierna y que las lágrimas querían salir, pero no quería llorar. Si lloraba entraría a little y no podía permitirse eso.

Los chicos corrieron a verla, recibió una cantidad enorme de "¿Estás bien?" pero no podía contestar.

— Me duele mucho... – dijo después de unos minutos.

Namjoon fue quien la cargó hasta la enfermería para que la revisaran, para suerte de todos solo había sido una torcedura nada grave y necesitaba reposo, pomada y antiinflamatorio.

Jinnie insistió que podía regresar sola a la casa, que estaba bien y solo necesitaba descansar. Así que tomó un coche ella sola para que la llevara a casa.

En cuanto llegó no pudo más que suspirar ¿por qué le estaba pasando eso a ella?

Se bajó del coche con cuidado e intentó pasar de largo al lado de aquella señora.

— SeokJin... – dijo con voz queda.

Aquello realmente era lo que más le molestaba...  Apretó las manos formando un puño y respiró hondo.

— Mi-Suk... Mi nombre es Mi-Suk – respondió con los dientes apretados.

— De acuerdo... Mi-Suk, ¿podemos hablar? – le preguntó.

— Hablar... No sé ¿podemos? O más bien, ¿quieres hablar conmigo? Porque no recuerdo muy bien que alguna vez quisieras hacerlo, tampoco recuerdo bien que quisieras defenderme pero aún así tienes la indecencia de llamarte mi madre – dijo ella tratando de no subir el tono de su voz.

No quería soltar todo contra su madre pero siempre que la había necesitado nunca había estado.

— Hija, no vengo a atacarte... Vengo a disculparme contigo. Sé que nunca te he defendido de tu padre ni te ayudé, pero quisiera hacerlo de ahora en adelante. Quisiera que me dejaras entrar nuevamente en tu vida – explicó su madre.

¿Cuántas veces había soñado con escuchar esas palabras? ¿Cuántas veces no había querido que su madre la apoyara? Pero...

— ¿No llegaste más de 10 años tarde? – soltó de forma cortante — Honestamente no sé si pueda hacerlo – confesó para después seguir caminando y entrar a la casa.

Odiaba haber hecho eso pero no quería salir lastimada por su familia nuevamente.

Se acostó en su cama con un suspiro, recibió un mensaje de parte de su novio preguntando si había llegado bien a casa.

"Estoy bien ^^ gracias" fue lo único que pudo responder.

Necesitaba ser fuerte, no ser una carga para los chicos.

Unas horas después el ruido de los chicos llegando llamó su atención, había estado viendo vídeos y escuchando música. Se levantó con cuidado para no lastimar más su tobillo y se asomó.

— ¿Cómo estás noona? – preguntó Jungkook sonriendo.

— Mejor, gracias – contestó fingiendo una sonrisa.

No fue sorpresa alguna que Yoongi ya se encontrara en el piso gateando e intentando llevarse todo a la boca, así que Jimin iba tras de él como siempre.

Se acercó a ella con algo de duda y la tomó de su tobillo lastimado. Los ojos de Jinnie se llenaron de lágrimas por el dolor y Jimin quitó rápidamente a Yoongi.

— Lo siento, noona... – dijo apenado.

— Está... Está bien, estoy bien – respondió tratando de no llorar.

Caminó despacio a la cocina, quería aunque fuera su leche para calmarse un poco. Pero nuevamente no había comprado.

Aquello estaba siendo el colmo. No pudo evitar soltar un grito antes de comenzar a llorar.

Namjoon había llegado rápidamente hacia ella y la abrazó.

— ¿Qué pasó? – dijo con preocupación.

— T-t-o-todo p-p-pas-pasó – contestó llorando aún más — Mi.... Mano, mi... Pie... Mamá vino... ¡No hay leche! – dijo tratando de explicar.

— Está bien, mi amor... Déjalo salir todo... – la consoló pasando su mano por su espalda una y otra vez como pequeñas caricias.

— No... No puedo... Seré... Seré pequeña y... Y... Traeré... Pro-problemas para ustedes... – lloró Mi-Suk.

— No, mi bebé hermosa. Nunca serás un problema –

Aquello era todo lo que necesitaba oír aquella chica para dejarse ir por completo.

Lo abrazó aún más fuerte.

— Daddyyyyy – lloró

Namjoon la cargó con cariño y la llevó a la sala con todos los chicos.

Yoongi y Hobi habían ido a verla dándole un abrazo y un besito.

Pusieron caricaturas para calmarla hasta que solo quedaba un hipo debido al llanto, aunque nunca dejó de abrazar y estar en el regazo de su cuidador principal.

Odiaba cuando sus regresiones no eran algo bueno en su día, pero ellos siempre estaban ahí para ella.

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